07 junio 2007

Briefing - Montreal 2007

La nueva parada en la ruta por los circuitos clásicos, el Gran Premio de Canadá, es básicamente una oportunidad para Ferrari de restablecer el equilibrio que está caracterizando esta temporada. Esta pista de velocidad supone una ligera ventaja para los Rayos Rojos, abrumados por McLaren en los circuitos más técnicos; aunque el cometido principal de esta carrera será disipar los espejismos de Mónaco, especialmente los producidos con el cuarto puesto de Giancarlo Fisichella.
El paréntesis irreal, contaminado por el glamour, que se vive en las calles de Montecarlo altera el orden natural de poder en el Campeonato del Mundo, y tras los tropiezos inevitables con protagonistas inesperados queda claro qué equipos y pilotos no tienen nada que perder en el Grand Prix du Canada, con Räikkönen y BMW a la cabeza.

La pista de Montreal es un circuito urbano construído sobre una isla artificial,
Île Notre-Dame, y dedicado a un mito llamado Gilles Villeneuve.
El punto distintivo de este Gran Premio, considerado
uno de los eventos deportivos más vistos del planeta, es un protagonista totalmente atípico porque es una protección con nombre propio: el Muro de los Campeones. Esta extravagante curiosidad es una burla a las normas básicas de seguridad: una pared de hormigón sobre la que descansan los pianos de la última chicane, que exige una aceleración máxima y un buen apurado para aprovechar la recta principal; todos estos elementos han dado como resultado a lo largo de los últimos años un trabajo intensivo en los desguaces de Montreal con los coches de algunos de los grandes, desde Schumacher a Alonso, lo que le ha hecho merecer esta infame denominación.

Paradójicamente, en este universo donde cada espacio es susceptible de contener publicidad, ninguna marca quiere asociar su imagen con el escenario probable de un desastre. La decisión fue establecer un mensaje que saludase a los pilotos, aunque la dedicatoria en este test de impacto la reparte la ciudad entre toda la provincia.

Bienvenue au Québec

El set up del coche es una preparación clásica para máxima velocidad punta, sin curvas rápidas que requieran un gran agarre, por lo que los esfuerzos se centran en una carga aerodinámica mínima.
La suspensión se encargará de mantener la estabilidad en las frenadas, con una configuración dura atrás y una blanda en el tren delantero, para ayudar en las trazadas.
La mayor exigencia la marcan las fuertes deceleraciones a final de recta, que en un circuito tan rápido hacen sufrir especialmente a frenos y motores; de hecho Montreal se considera la prueba más difícil para los frenos fuera de los destinos exóticos.

El margen para los discos obliga a alejar el rendimiento del monoplaza del límite, puesto que la energía aplicada será muy grande y pueden volatilizarse enseguida, convirtiéndose en el mayor problema de los
ingenieros, que tampoco descuidarán el set up del motor. La configuración de la máquina intentará ajustarse al ritmo arranque-parada, mientras que se cuenta con una relación de cambios que llega hasta la séptima marcha.
Los neumáticos no serán especialmente importantes, a pesar de la falta de grip de este circuito urbano, debido a la ausencia de curvas rápidas, por lo que se optará, para elevar la punta de velocidad, por los compuestos más blandos.
Con este set up los monoplazas están preparados para correr al máximo, en una exhibición de potencia en la que únicamente tienen que preocuparse por la respuesta al final de recta: el deterioro de los discos o la maniobrabilidad alterada por la aerodinámica pueden ser una invitación a conocer Quebec, empezando por el Muro de los Campeones.

La clasificación ha tenido dos protagonistas por actitud y resultado: Lewis Hamilton y Nick Heidfeld han desafiado a los peligros de Montreal y han alcanzado el límite para lograr un gran resultado. El caso de El Bueno ha sido especialmente espectacular, dado que tras verse obligado a arriesgar y salir indemne en una maniobra compleja se ha crecido hasta revestirse de un aura invencible.

La primera sesión ha dejado claro que este es un circuito duro, propenso a los accidentes; durante esta
ronda los coches han sufrido la falta de agarre de la pista, que ha provocado accidentes desde el principio.
El primero en salir, David Coulthard, también ha sido el pionero en los viajes por el césped debido a problemas con los frenos, que han sido repasados con atención en su box. Durante estos primeros minutos Heikki Kovalainen ha afrontado la primera chicane demasiado rápido, y el incontrolable tren trasero de los Renault ha terminado contra el muro de la Curva 4 tras un derrape con el coche totalmente cruzado; el resultado ha sido una bandera roja que ha metido prisa a los líderes por salir y clasificar. A pesar de haber perdido el alerón trasero, los eficientes mecánicos del equipo Renault han posibilitado un nuevo intento para Kovalainen con el tiempo justo.
Con algunos apuros debido al grip, desde cambios de trazada de Alonso hasta paseos de Heidfeld, ha terminado la sesión con la sorprendente clasificación de los Honda, aunque más justos que el Super Aguri de Sato, y la eliminación de la mitad de Toyota y Williams, mostrando que Ralf Schumacher y Alex Wurz no están al nivel de sus compañeros.

La segunda ronda, en contra de lo habitual, ha sido vibrante. De nuevo a El Superhéroe le ha faltado tiempo para salirse de la pista, en la primera chicane, mostrando la nueva causa de los problemas: el exceso de velocidad en lugar de la falta de agarre; más tarde, por este mismo motivo el Red Bull pasaría realmente ajustado al muro, aunque lo mejor estaba por llegar.
Tanto Takuma Sato como Mark Webber se han mostrado muy sólidos, especialmente con la destacable marca de El Almirante. Sobre el tiempo tanto Barrichello
como el propio Sato han salido de los diez primeros puestos, aunque El Huracán ha estado realmente cerca de pasar. Al contrario Iceman, con la novena posición, ha estado demasiado cerca del borde.

La sorpresa ha llegado con la decisión de los comisarios de eliminar el mejor tiempo de Nick Heidfeld, como penalización por saltarse la última chicane, a pocos minutos de acabar la sesión.
Obligado a rodar al límite
, con una sola vuelta, sin margen para el error, El Bueno se lo ha jugado todo y ha ganado. La velocidad con la que ha afrontado las Curvas 12 y 13 lo ha lanzado contra el Muro de los Campeones demasiado fuerte como para evitar el choque; Nick ha enderezado el BMW con suavidad y el neumático trasero ha dejado su huella sobre el Bienvenido a Quebec. La tercera mejor marca, en lugar de un accidente terrible, ha sido el resultado del beso de El Bueno y el muro, y a partir de ahí, se ha convencido de que era capaz de todo.

La sesión definitiva ha demostrado la potencia de Rosberg y Webber, que han luchado por la plaza tras los líderes. Por delante Heidfeld, desatado, ha mantenido el primer puesto hasta la competición en condiciones óptimas, mientras que Kubica se hundía, tan desdibujado como en Mónaco.
Con los neumáticos de goma de borrar las Flechas de Plata han despegado, muy por delante de todos los demás, y la pole era únicamente un asunto interno de McLaren. Hamilton ha marcado el mejor tiempo en una vuelta perfecta mientras que los Ferrari no conseguían superar la tercera plaza del El Bueno. Sólo Fernando Alonso parecía capaz de alcanzar a Lewis, así que cuando ha aflojado en su última vuelta, ante el muro, la primera pole del novato se ha confirmado.

La previsión para la carrera, de celebrarse a continuación de la clasificación, sería una victoria clara de Nick Heidfeld, invencible, iluminado. Aunque seguramente este estado de gracia se extienda durante el fin de semana y esté dispuesto a afrontar riesgos grandes con la suerte de cara, en un circuito en el que terminar es un premio.
La solvencia de McLaren hacen casi segura la victoria de Hamilton o Alonso; no sólo la pole de Lewis le convierte en el principal candidato: su solidez y regularidad a lo largo de la temporada permiten pensar en su primera victoria; aunque la presión del Campeón del Mundo pueden forzar un error fatal. La competición entre dos grandes pilotos y rivales, la lucha de los McLaren, será el principal foco de interés de Montreal.
Por otro lado el rendimiento de Ferrari parece engañoso y puede suponer una estrategia de El Mago del Suspense, con un planteamiento en cuanto a pit stops que puede dar una gran sorpresa, aunque sólo en el caso de que Todt hubiera previsto la intromisión de BMW. Los Rayos Rojos no están descartados en absoluto.

Aunque sin duda el espectáculo lo darán los incidentes y problemas derivados de las deficientes medidas de seguridad que, no nos engañemos, son la salsa de este deporte; los muros de la primera y última chicane llenarán los desguaces de Montreal.

No pierdas de vista la Curva 4, a los Ferrari, la Curva 12, los frenos y a Lewis Hamilton.

1 comentario:

Il Venturetto dijo...

¡Bravo!
Una vez más, estupendo resumen :)

Por cierto, estoy totalmente de acuerdo contigo: Heidfeld, impresionante.