10 junio 2007

Análisis - Montreal 2007

¡Amo este deporte!

Con la tranquilidad del relativo buen estado de Kubica se puede decir que este Gran Premio de Canadá ha sido divertido y emocionante como pocos. El espectáculo en el Gilles Villeneuve
Circuit ha sido completo, con todos los ingredientes posibles para convertirse en una carrera impredecible: accidentes, adelantamientos, sanciones, remontadas, averías y descalificaciones.
En el esperado día de Hamilton, en el que se suponía que sería la única estrella, el protagonismo se ha repartido entre muchos pilotos según avanzaba la carrera: Webber,
Rosberg, Kubica, Wurz ... aunque la intervención más destacada ha sido la del Safety Car, que ha alterado el resultado con cada una de sus cuatro entradas.

La salida ha dado una idea de lo perdidos que han estado Alonso y Räikkönen durante el fin de semana.

El Nano, especialmente desquiciado, se ha lanzado a adelantar a Hamilton en la Curva 1, que se le ha atragantado durante toda la carrera, de una forma menos razonable que en ocasiones anteriores; el resultado ha sido un descenso al tercer puesto al saltarse la curva por la excesiva velocidad. Más atrás Iceman se ha encontrado con esta situación y con su compañero en la trazada, lo que ha aprovechado Rosberg pasándole por el exterior de la Curva 2, sin posibilidad de reacción de los encajonados Rayos Rojos.
Jenson Button, parado en la parrilla, era el primero en abandonar.

Kovalainen y Davidson han comenzado a remontar mientras que Alonso, más fuerte que Heidfeld, buscaba huecos, aunque la primera pasada a sido la de Webber a Coulthard, limpiamente, por velocidad en la recta, lo que resulta llamativo tratándose de dos Red Bull; a pesar de algún error por la falta de grip en la Curva 10, L'Epingle, inmediatamente ha empezado a presionar a Barrichello en la penúltima recta, aprovechando la punta y arriesgando con poco ángulo frente al Muro de los Campeones.
Uno de los momentos determinantes ha sido el choque de Speed con Wurz; el Toro Rosso se ha comido al Williams, rompiendo el soporte del alerón con la rueda. El monoplaza de Scott no ha soportado el bote y ha roto la suspensión, mientras que Alexander ha decidido continuar a pesar del riesgo de desprendimiento del alerón, una apuesta ganadora, a pesar de que Kovalainen ha aprovechado para pasar a la víctima del exceso de velocidad de Speed.
Por delante Hamilton, Heidfeld y Alonso, de nuevo atragantado con la Curva 1 provocando un acercamiento de Massa, han ampliado sus distancias, mientras que por atrás se ha iniciado un duelo muy interesante entre Liuzzi y Webber, adelantándose mutuamente en L'Epingle, donde El Almirante ha tenido que abrirse al exterior tras la apurada. Unas vueltas más tarde ha conseguido su objetivo y ha comenzado a enseñar el morro a Trulli.
Un nuevo derrape de El Nano en C1, cruzando el tren trasero, ha facilitado el pase de Massa a la tercera posición.

La primera parada, como se esperaba, ha sido de Nick Heidfeld, seguido por Hamilton, antes de lo previsto para intentar dar aire a su compañero y compensar sus errores, lo que sorprendentemente le ha beneficiado.
Adrian Sutil ha chocado lateralmente con el muro de la Curva 4, convirtiendo el Spyker en un obstáculo peligroso, lo que ha provocado la primera salida del Safety Car en esta temporada con las nuevas reglas, justo antes de los repostajes.
Los Ferrari, Fisichella, Kubica se han encontrado en la reserva, esperando la apertura del pit lane; en una situación más extrema Alonso y Rosberg, más secos que un Martini, han entrado a por combustible, asegurándose una sanción. La paciencia de Massa y Fisichella para entrar al repostaje ha agotado la destinada a respetar los semáforos, y esta salida ilegal ha sido peor considerada que la parada antirreglamentaria, aunque el reparto de castigos se ha hecho esperar.

Con la carrera relanzada ha llegado el momento más impactante del Gran Premio.
Robert Kubica ha intentado adelantar a Jarno Trulli en C9, y la defensa de Verdaderamente le ha hecho
pisar la hierba a final de recta, provocando el despegue del BMW. El monoplaza de Kubica se ha estrellado a gran velocidad, sin posibilidad de frenar, contra el muro interno de L'Epingle en un accidente terrible que ha destrozado totalmente el coche; el cockpit desnudo, sin ruedas ni alerones, ha girado violentamente hasta el otro lado de la pista, chocando contra el muro exterior. Toda la zona circundante a la aguja de la Curva 10 ha quedado cubierta de restos del monoplaza y aceite, convirtiéndola en un lugar peligroso.
El Safety Car ha salido de nuevo en un momento en que la carrera exigía su neutralización.

Heidfeld se ha quedado dormido en el segundo relanzamiento, dejando escapar a Hamilton, mientras que el avispado Sato ha aprovechado el error de Räikkönen en L'Epingle, que debido a la falta de grip ha tenido que abrirse y frenar en exceso, de forma que El Huracán ha colocado su Super Aguri por delante del Ferrari.
Liuzzi ha adelantado a Trulli en el momento en el que la locura de Montreal se desataba totalmente.
Primero la sanción de 10 segundos para Rosberg y Alonso, y un poco después la inesperada entrada de Anthony Davidson, que ha cogido por sorpresa incluso a sus mecánicos, a los que ha tenido que esperar; Coulthard se ha metido al box y en la pista el intento de adelantamiento de Rosberg a Trulli ha terminado con dos nuevas víctimas de la Curva 1, ambos han patinado sorprendentemente de forma simultánea, sin contacto, aunque Verdaderamente ha salido mejor parado, puesto que el Williams ha quedado totalmente cruzado a la entrada de C2.

Ralf Schumacher y Fernando Alonso han iniciado dos remontadas con cinco adelantamientos. En el caso de El Nano, paradójicamente, aprovechando el final de recta que tanto le ha hecho sufrir; aunque la mejor pasada,
la que le ha puesto a luchar directamente con Iceman, ha sido frente al Muro de los Campeones con Kovalainen como objetivo. El combate de Alonso y Räikkönen ha demostrado que están negados para este circuito, especialmente el Campeón del Mundo, puesto que la presión al Rayo Rojo ha provocado frenazos de Iceman y salidas de pista de El Nano.

Los primeros en realizar el segundo pit stop han sido de nuevo Heidfeld y Hamilton que también, una vez más, se iban a ver beneficiados por las circunstancias.
Christijan Albers, en uno de sus paseos, ha perdido el alerón, lo que ha supuesto su abandono y la salida,
con bastante retraso, del Safety Car. Las dudas sobre la nueva reglamentación han cogido a Takuma Sato en el pit lane; y el lollipop man de Super Aguri ha vacilado al darle la salida, obligándole a detenerse nada más arrancar, lo que ha podido provocar un accidente o una sanción para El Huracán.
Precisamente los comisarios comunicaban el castigo de Massa y Fisichella por su precipitada salida a
pista: bandera negra para ambos.
Con la carrera reiniciada Alonso ha adelantado a Räikkönen en el pit lane gracias al trabajo del equipo McLaren en el repostaje, una ventaja que ha desaprovechado con un nuevo error en C1, pasando a defender su nueva posición ante Trulli.
El Muro de los Campeones ha recibido como sacrificio al Toro Rosso de Vitantonio Liuzzi y de nuevo ha sido necesaria la intervención del Safety Car, que no ha evitado el accidente de Jarno Trulli a la salida del pit lane, dónde se ha encontrado sin dirección, destrozando el Toyota.

A estas alturas sólo había dos posiciones muy claras y seguras, el primer puesto de Hamilton y el segundo de Nick Heidfeld; de ahí para atrás diez coches con distintas estrategias liderados por Rubens Barrichello y Alexander Wurz, que taponaba al grupo de Kovalainen, Räikkönen y Alonso.
La falta de grip de L'Epingle ha propiciado de nuevo un adelantamiento idéntico al de Takuma a Kimi: Fernando sobre Ralf. La lucha de Kovalainen con Wurz se intensificaba mientras que Alonso y Räikkönen aflojaban visiblemente y, de ahí hasta el final, el protagonista ha sido El Huracán.
Sato ha pasado a Schumacher a final de recta, mostrando la superioridad de su monoplaza y se ha lanzado sin dudas a la caza de Alonso; su presión sobre el McLaren ha fructificado pronto y en plena frenada el Super Aguri alcanzaba la sexta posición.
El orden de los coches bajo la bandera damero no lo ha dado la rapidez, sino la superviviencia en una carrera que ha repartido los puntos de forma casi aleatoria.

Lo accidentado del Gran Premio, con una clasificación final dependiente más que nada del azar permite dos conclusiones.
A pesar de todos los elementos externos que han alterado la carrera, la victoria de Hamilton es incontestable. De nuevo el novato, sin cometer ningún error, algo de lo que podrían tomar nota Räikkönen y especialmente su compañero Fernando Alonso, ha completado una actuación prácticamente perfecta; el premio a su regularidad, que se ha hecho esperar poco, ha sido la confirmación del mejor inicio en la historia de la Fórmula 1.
De esta victoria en el Gran Premio de Canadá hay que tener claro que las circunstancias no han
beneficiado especialmente a Hamilton; básicamente no le han perjudicado, igual que a Heidfeld. Este matiz queda claro al pensar que, de haber sido un carrusel, Lewis hubiera ganado igualmente, y que los incidentes que tanto han beneficiado a otros, como Alex Wurz y Heikki Kovalainen, sólo han podido arruinar la magistral actuación de Hamilton.
El novato, más tranquilo que el Campeón del Mundo, que últimamente está tan agresivo que parece desquiciado, se confirma como el candidato más firme al título, con las dos mejores características para conseguirlo: regularidad y suerte.
De entre los resultados, mezcla de talento y fortuna, cabe destacar a los damnificados Mark Webber y Nico Rosberg, que han realizado una gran carrera aunque sin premio; unos puntos que sí ha conseguido arrancar Sato para hacer despegar a Super Aguri: El Huracán hunde más todavía a Honda.
En el otro extremo están Wurz y Kovalainen, cuarto y quinto sin grandes méritos.

La parte más negativa de Montreal ha sido la actuación de Charlie Whiting, director de carrera de la FIA. El Gran Premio de Canadá ha sido divertido aunque ha podido ser trágico, y al aceptarse el riesgo de tener medidas de seguridad pobres, el control de carrera debe estar a la altura.
El terrorífico accidente de Robert Kubica hacía obligatoria la bandera roja; no solo por la seguridad del piloto de BMW, sino por el estado de la pista, que ha quedado bastante afectada y podría haberse tratado con mayor solvencia. Las vueltas con el Safety Car no han aportado nada que una salida relanzada no hubiera hecho.
Por otra parte la eliminación rigurosa y correcta de Massa y Fisichella al ignorar los semáforos, parece un error del control de carrera que ha declarado el pit lane abierto, según indica la nueva reglamentación
del Safety Car, que desde siempre ha provocado beneficio al azar con su aparición. El nuevo despiste a la hora de retirar el alerón roto de Albers ha sido la culminación de una actuación muy criticable de los comisarios.

Enhorabuena absoluta a Lewis Hamilton, que camina fuerte hacia el título; se está escribiendo una leyenda en la que lo único falta es un error grave para poder medir la capacidad de recuperación.
Magistral, exacto, inalterable; Lewis está llamado, si no sucumbe a su propio éxito, a convertirse en uno de los grandes.

Mucho ánimo para Robert Kubica, un fantástico piloto, para que vuelva lo antes posible a la competición.
Queríamos a Sebastian Vettel en el Gran Circo, pero no así.

Rumbo a Indianápolis.

3 comentarios:

Malasombra dijo...

Joder, vaya cacho resumen. Me siento sucio...
En fin, ya se a quien enlazar cuando no me apetezca describir la carrera...

Eso si, si se me permite un comentario / critica constructiva, lo de tanta negrita me resulta algo incomodo.

Il Venturetto dijo...

Como diría Bender: "Voy a hacer mi propio resumen... ¡con casinos! ¡y golfas!"

xDDD

Otro resumen cojonudo, sin duda :)

Me uno a lo de las negritas, aunque ya casi me he acostumbrado ;)

Anónimo dijo...

Yo ví un trozo, aunq parezca extraño, y pensaba q ganaría el q llegase a meta con todo el coche completo o al menos el q llegase.
Un saludo.