14 noviembre 2008

Resumen - Campeonato del Mundo 2008

La palabra clave de la temporada ha sido imprevisible.
Este año lo extraño ha sido lo habitual, y rara ha sido la carrera sin cambios bruscos de tiempo, errores incomprensibles o incidentes de todo tipo - elevados de categoría al ser protagonizados por los equipos más importantes, siendo más propios del desahuciado Takuma Sato.
De hecho la desaparición del equipo Super Aguri durante la competición es una buena demostración de la locura que ha caracterizado al Gran Circo.

Victoria - Definitivamente Ron Dennis ha encontrado en Lewis Hamilton a su hombre después de un largo proceso, y el equipo se ha puesto a la altura.
El MP4-23 ha tenido un arranque lento, un poco por detrás de Ferrari, pero con la sucesión de Grandes Premios ha alcanzado su nivel máximo, aportando a Hamilton la
fiabilidad y regularidad fundamental para explotar su enorme talento. McLaren al completo ha trabajado al máximo de su rendimiento, con la llamativa excepción de Heikki Kovalainen, como el líder, como una máquina infalible; la gran prueba de la profesionalidad que ha apoyado a Hamilton desde el pitwall es la última comunicación de Martin Whitmarsh en Interlagos, sus nervios de acero al interpretar los tiempos y atar el título, indicándole que manteniendo el ritmo conseguiría los puntos suficientes.
Lewis simplemente ha sido el mejor piloto, ha asombrado con su habilidad, y lejos de apreciaciones subjetivas sus números son impactantes: segunda temporada, primer Campeonato del Mundo. Dos circuitos han sido la clave para certificar quién merecía el título: el emocionante final de Spa-Francorchamps, la disputadísima victoria sustraída por la FIA, dió la medida de la ambición de gran campeón con intenciones de leyenda; pero dónde realmente ganó el título fue en Monza, en una increíble remontada de 8 posiciones bajo la lluvia - en la que destacó el adelantamiento al poseedor del número 1 - que le supuso dos puntos fundamentales, afrontando con ganas un error que podría haberle hundido.
Ocho años después, Lewis Hamilton es el digno sucesor de Mika Häkkinen devolviendo la gloria a la estrella de tres puntas.


Novedades - Contra lo habitual, los cambios en el reglamento han cumplido su objetivo: las temidas restricciones mecánicas, ampliadas a las cajas de cambio para cuatro carreras, han contribuído a crear monoplazas con una altísima fiabilidad; y el remozado formato de clasificación ha eliminado prácticamente los tiempos muertos.
No se puede decir lo mismo de los nuevos circuitos: Valencia es un nuevo Hungaroring, un Mónaco sin clase, y de Singapur lo mejor que se puede decir es que es curioso ... basándo su atractivo en la nocturnidad y el evidente parecido con Neo-Tokyo.

Decepción - Es tentador pensar, al plantear que el mayor fracaso ha sido el de un novato que no ha cubierto las expectativas, que se trata de Nelsinho Piquet; pero hay un recién ascendido que ha encarnado la caída de un equipo.
Stefano Domenicali es un hombre de la casa para Ferrari, al que claramente le ha venido grande su puesto de director. La Scudería ha fallado en prácticamente todas sus divisiones, pero los errores desde el muro, como su responsabilidad sobre todos los demás, le convierten en el miembro más vilipendiado del Gran Circo.
El desarrollo de un coche tan fácilmente influenciable por el clima o algunos pit stops lamentables son problemas con los que debía lidiar y no ha podido; organizar a los mecánicos en las rutinas, controlar a un piloto completamente desmotivado como Räikkönen y trabajar la conducción en mojado de Massa sí eran funciones directas de Domenicali, que ni siquiera pudo cumplir con la básica: diseñar las estrategias.
La imagen de Ferrari en 2008 ha sido la de los siete enanitos cargados con la manguera por el pit lane de Singapur.

Futuro - Cuando en 2006 marcó el mejor tiempo en entrenamientos libres algunos pensaron: "este chaval algún día correrá en Fórmula 1".
Cuando en 2007 puntuó en su primera carrera bastantes pensaron: "este muchacho algún día ganará un Gran Premio".
Cuando en 2008 consiguió su primera victoria muchos pensaron: "este joven genio algún día será Campeón del Mundo".
Unos pocos descubrieron esto desde el principio, cuando un portento de 19 años se convirtió su aspecto de niño en el centro de atención del Gran Circo, colocando un Viernes a un BMW Sauber de la época por delante de todos los demás en su segunda participación como piloto probador. Uno de los tipos más listos de este negocio, Mario Theissen, había olido su talento, pero lo dejó escapar; que este sea el primer paso para su vuelta, o para alcanzar destinos más grandes, porque de haber tenido BMW más trasfondo histórico podría haber vivido una situación a la de Hamilton, y ambos podrían estar ofreciendo duelos legendarios que ojalá se den pronto.
El límite del niño prodigio está por descubrir, y de momento se ha convertido en el propietario de las marcas de precocidad sobre un Toro Rosso, equipo al que ha agradecido el mayor salto tecnológico de la temporada, la incorporación del STR3 en el Gran Premio de Mónaco, logrando más puntos que los dos pilotos del equipo oficial juntos; consagrado Vettel, la gran revelación de la temporada es, de hecho, el nuevo monoplaza.


Dudas - ¿El brillante final de temporada de Renault es un signo de progreso o una hipoteca de la próxima temporada?. ¿La victoria de Robert Kubica alterará el Meisterplan de Theissen y el F1.09 peleará por el Campeonato del Mundo?. ¿Saldrá Honda algún día del bache cada vez más profundo tecnología- patrocinadores?. ¿El notable comportamiento del Toyota en la segunda mitad de la temporada marca por fin el retorno de la enorme inversión?.

Despedida - Después de 15 años y 247 Grandes Premios se retira uno de los clásicos, un piloto de la vieja escuela, El Superhéroe David Coulthard.

En una temporada en la que se han dedicado a sacarle de la pista el mejor resultado de Red Bull ha sido suyo, un tercer puesto en Montreal, dónde supo aprovechar la mala relación de la Fórmula 1 con los semáforos (aunque en esta ocasión Ferrari fue víctima de Hamilton). Con muy poca presión, David se ha dedicado a disfrutar, saboreando sus últimos días de gloria en un Gran Circo que se vuelve a parecer un poco más a aquel en el que entró.
A la desaparición por problemas económicos de Super Aguri, sacando de la competición a El Huracán, se podría unir, precisamente, la del Gran Premio de Canadá, lo que sería una malísima noticia.

La carrera - El Gran Premio de Bélgica, como no podía ser de otra forma, ha sido la pista principal, el centro del espectáculo.
Un final cómo el de Spa-Francorcamps parece sacado de otra época - salvando las distancias recordaba al duelo Villeneuve-Arnoux - Hamilton tuvo que reponerse de un error, disciplina en la que es uno de los mejores, y necesito lluvia casi en el final de la carrera para cazar a Räikkönen; pocos momentos han sido más emocionantes que ver a Lewis volando, levantando una nube de agua, y a Kimi defendiéndose sobre los límites de la pista. Parecía que sólo existían los dos, que competían en otra categoría distinta, inalcanzable para todos los demás.
La aportación de esta carrera histórica, de las que hacen aficion, al Gran Circo ha sido enorme - y en última instancia dejó ver el infame trato habitual de la FIA de Mosley hacia McLaren - y a pesar del resultado oficial ha sido el paso decisivo de Hamilton, y la confirmación de que algo está cambiando en Fórmula 1.

Ciento cincuenta entradas atrás empezó esta travesía por el mayor espectáculo del mundo, y por tercera vez El Anaconda cierra una temporada del Campeonato del Mundo de Fórmula 1.
A pesar d
el horror vacui y la pereza de toda una tarde de Domingo recopilando información y escribiendo un análisis, me he divertido mucho esta temporada y me he sentido justamente recompensado con la incorporación de nuevos lectores y con el reconocimiento de la intensidad de este trabajo por parte de todos.

Muchas gracias por vuestro interés, El Anaconda se prepara para narrar la próxima temporada.

Atracamos en la Côte d'Azur.

02 noviembre 2008

Análisis - Interlagos 2008

Hay carreras con plateamientos aburridos, hay carreras con desarrollo monótono, pero cuando una situación previsible se da la vuelta repentinamente, esas son las carreras que se convierten en inolvidables.
La tormenta que ha descargado de golpe justo antes de empezar, y que ha obligado a retrasar diez minutos el arranque, parecía que iba a ser el único sobresalto al despejarse el resto del Gran Premio, centrando todas las tácticas sobre el momento de cambiar los neumáticos mixtos por lisos.

La salida ha incidido en este idea, muy tranquila en cabeza y con una sola estrella: Sebastian Vettel.
El STR3 ha hecho olvidar por un momento la lucha por el Campeonato del Mundo
lanzándose derecho a S de Senna, como un misil, superando fácilmente a Alonso y presionando a Kovalainen.
En principio parecía que Feyd-Rautha podría aguantar, pero al llegar la Curva do Sol, Sebastian ha asombrado apretando por el exterior, ganando la posición en la Recta Oposta al dejar muerto al
McLaren fuera de la trazada - circunstancia aprovechada con rapidez por El Nano, que se merendó a Heikki enfilando la Curva 4.

Por atrás, el único accidente corría por parte de dos
habituales, Piquet y Nakajima; en la mejor tradición de la temporada Nelsinho hizo un trompo en S de Senna que, de rebote, alcanzó a Coulthard - de sobra acostumbrado a ser sacado de pista - cerrando 15 años de historia en el Gran Circo.
La situación de los monoplazas forzó la salida del Safety Car, que frenó el arranque meteórico de Vettel cuando empezaba a meter miedo a Hamilton y permitió una extraña estrategia de Force India para dar un protagonismo inesperado a Fisichella.

En la reanudación dos ataques infructuosos demostraron como el talento puede suplir carencias de los monoplazas. Heikki y Fernando se pasaron mutuamente en las dos primeras curvas, con un patinazo final provocado por la agresividad del McLaren, que casi se queda sin asfalto; y Trulli se defendía perfectamente de Räikkönen, al que poco a poco iba frenando, permitiendo el acercamiento de Lewis al tercer puesto.
Con la única intervención de BMW, el adelantamiento de Heidfeld a Webber descubriendo el procedimiento óptimo - ganar el interior de la primera curva en lugar de pasar por potencia - llegó el final del corto primer stint, precipitado por la pista seca, con Massa muy adelantado en cabeza.

La ronda de repostajes la abrieron Vettel y Alonso calzando lisos, alterando el orden con la ventaja conseguida en sus vueltas con neumáticos óptimos para colocarse justo detrás del líder, Felipe.
A partir del tercer puesto Räikkönen, Fisichella, Trulli y Hamilton - todos con su parada realizada - y contra todo pronóstico, incluyendo al Force India, el más débil resultó ser Verdaderamente. Jarno se abrió demasiado en S de Senna dejando paso fácil a Lewis - que se dedicaba a pelear por mantener el coche en pista, como Massa - rematando con un trompo antes de abandonar la curva, problema aprovechado por Glock y Bourdais para colarse.
Copiándose una vez más, los aspirantes al título aumentaron su ritmo: el Ferrari marcó tres vueltas rápidas y el McLaren, liberado de Trulli, realizó un arriesgado adelantamiento a Físico, que fue capaz de mantenerse en paralelo en la recta principal frente al MP4-23.
A pesar de su reacción ni Massa era capaz de separarse de Vettel y Alonso, ni Hamilton podía evitar que Glock le cogiera y le disputara el quinto puesto.

Las últimas plazas de puntos sucumbían a la repentina venida abajo de uno de sus participantes, Trulli.
El mismo Jarno que había plantado cara a Iceman tenía una importante responsabilidad en la salida de pista de Bourdais peleando por la posición y fue incapaz de pasar a Fisichella, aún séptimo formando un trenecito. Gracias a la retención de tráfico Kovalainen culminó un doble adelantamiento en el final de la recta principal que le dejó séptimo.

Vettel inició la segunda tanda de repostajes, tan pronto que su estrategia a tres paradas quedó claramente definida, permitiendo a Felipe escapar acumulando nuevas vueltas rápidas hasta sacar cuatro segundos a Alonso.
Igual de tranquilo, con el Campeonato del Mundo virtualmente conquistado, Hamilton mantenía una cómoda ventaja sobre su perseguidor, nada menos que su inofensivo compañero a catorce segundos.
Los Honda reivindicaban algo de atención con el adelantamiento de Button a Barrichello, aunque de nuevo Vettel recuperaba protagonismo recortando vuelta a vuelta al líder, aunque evidentemente aún pendiente de un pit stop.

Tras la parada definitiva del Toro Rosso, que le envió del segundo puesto al quinto, su nueva víctima fue Hamilton, machacado con más de medio segundo por vuelta, ritmo similar al que Räikkönen aplicaba a Alonso.
En ambos casos los perseguidores alcanzaron a sus objetivos, aunque la emocionante sorpresa - lluvia en las últimas vueltas - intensificó el duelo de Lewis y Sebastian, y deshizo el otro.

Se anunciaba una tormenta creciente, y Heidfeld arriesgó con las primeras gotas y neumáticos mixtos.

La lucha de Vettel, en la que se coló Fisichella, se interrumpió momentáneamente para un pit stop simultáneo que mantuvo la distancia.
El único con valor para apostar fuerte fue Glock, manteniéndose en pista con ruedas de seco.
El orden se vió alterado por la improvisación, y las dudas de Ferrari, que hizo entrar tarde a Massa, casi cuando merecía la pena aguantar hasta el final, pudo ser definitivo. El Rayo Rojo mantuvo la primera posición gracias a la enorme ventaja, y Alonso, segundo, se vió en una situación parecida por la corta ambición de Renault cuando la situación aconsejaba jugársela. Entre Räikkönen y Hamilton se coló Timo, cuarto, convirtiendo a Vettel en una amenaza muy seria para McLaren.

A tres vueltas del final Lewis y Sebastian se encontraron con un grupo que el Toro Rosso no fue capaz de
aprovechar, pero que dejó acercarse a Kubica. El BMW sorprendió a ambos desdoblándose, aunque especialmente a Hamilton, que se quedó dormido y no vió al STR3 en la estela de Robert.
La lluvia se hacía más intensa, especialmente en el pitwall de McLaren, desde dónde veían como la osadía de Glock y Vettel, y la incapacidad de Hamilton para devolver la maniobra en condiciones cada vez peores les hacía perder el título por sólo tres vueltas.

La bandera damero recibió a Massa como ganador y en teoría vencedor final, hasta el último detalle impactante que frenó la fiesta en marcha en Ferrari: Glock acabó pagando su apuesta en la resbaladiza Subida dos Boxes, demasiado para sus neumáticos de seco, lugar en el que fue superado por Vettel y Hamilton, proclamado Campeón del Mundo al límite, casi sobre la línea de meta.

La conclusión del Gran Premio es que ha sido una de las pocas ocasiones de la temporada que los dos equipos punteros han dado lo que se esperaba de ellos y se lo han tomado muy en serio.
Cumplir los objetivos es el significado del resultado final: Massa ganador de la carrera y Hamilton Campeón del Mundo.
La aparición de la lluvia en el momento preciso ha sido la única que ha puesto realmente a prueba a las Flechas de Plata en una jornada en la que sus estrategias se deberían haber desarrollado sin intervención humana, y ha precipitado a la locura una carrera cómoda, aunque también ha sido la responsable de devolver casi todo a su lugar. Ha sido la única falta de los dos equipos, puesto que además del evidente paso atrás de Lewis al ser superado por Vettel - casi más por astucia que por mecánica - el muro de Ferrari ha estado a punto de liarla con la tardía entrada de Massa a por mixtos: dos vueltas antes hubiera sido lógico, en su momento casi ha sido conceder a Alonso la victoria.

Ferrari ha hecho una carrera intachable, en la que el tercer puesto de Räikkönen es atribuíble en gran parte a la variación táctica sobre la marcha - centrada sobre Massa - además de a su propia responsabilidad en no adelantar a El Nano.
Especialmente Felipe lo ha dado todo, superando incluso su bajo nivel en mojado, ofreciendo uno de esos Grandes Premios impecables que alterna con malas tardes: pole incontestable y victoria tranquila y regular, adornada con vuelta rápida.
Pero Ferrari no podía cerrar la temporada sin una metedura de pata más, una vez cruzada la bandera damero, celebrando por anticipado el título de la competición dónde se lucha al límite hasta el último metro.

El héroe de la jonada plantea una dicusión entre resultados y rendimiento, entre Alonso y Vettel.
El Nano quedó segundo, de nuevo aprovechando una oportunidad causada por agentes externos y beneficiado por el planteamiento de su nuevo rival directo, Toro Rosso. Pero una vez más: esas circunstancias son para todos, hay que saber sacarlas partidos y luego hay que estar ahí hasta el final. Da la impresión de que Fernando lo ha tenido muy fácil gracias a la decisión rápida de Renault, pero aguantar a Räikkönen en la recta final, cada vez con menos grip, es una auténtica hazaña.
La única falta del equipo, que realmente no se jugaba nada, es no haber apostado el segundo puesto manteniendo los lisos hasta el final por una victoria que estaba a mano.

La estrella en Interlagos, aún siendo sólo cuarto, ha sido sin duda alguna Sebastian Vettel, convertido en protagonista por la misma estrategia a tres paradas que le ha colocado delante y a la vez le ha complicado el final del Gran Premio.
El STR3 ha vuelto a volar y Gerhard Berger ha dado una importante lección sobre astucia
aprovechando la lluvia a su favor - con el aporte fundamental de la habilidad de Sebastian - hasta el punto que, de adelantarse la tormenta, se hubieran apuntado una nueva victoria.
Vettel ha sido el único rival de Massa y de Hamilton, el único que realmente los ha apretado cuando los ha tenido delante, con una regularidad y agresividad increíble en cualquier circunstancia - da la impresión de que le da igual que llueva, truene o nieve. Después de la primera parte luchando por la victoria, presionando al líder, llegó el momento de hundir a Hamilton con una inteligente jugada en la que se escondió detrás de Kubica para sacar tajada de la intención del McLaren de evitar problemas frente a la necesidad de no dejarse adelantar.
La acción decisiva del Gran Premio, que pudo ser de la temporada, recibió una corta recompensa con el cuarto puesto para el que más emoción puso sobre el asfalto de Interlagos.
Vettel ha vuelto a brillar por encima de todos, como un futuro Campeón del Mundo.

Aunque Kubica y BMW en general han decepcionado - si bien no se jugaban nada - ha podido ser decisivo por su aparición desdoblándose en las últimas vueltas, que ha precipitado los acontecimientos; no se sabe muy bien que esperar del grupo de Theissen una vez que han cumplido sus objetivos.
La otra caída en desgracia ha sido la de Toyota, con ritmo para mantenerse arriba, pero empujados por las circunstancias.
El principio Jarno parecía destinado al podio, con una defensa antológica frente a Räikkönen, pero ha sido caer posiciones y venirse abajo: el mismo monoplaza que plantó cara a un Ferrari era incapaz de adelantar a un Force India y retener a Kovalainen, sumiéndose en una actuación cada vez más gris.
Por parte de Glock el equipo lo tenía muy claro, y por sólo una vuelta no ha salido todo a la perfección: aguantar hasta el final sobre lisos era una apuesta evidente que increíblemente no han asumido otros pilotos que tenían tan poco que jugarse como Timo; de repente se ha visto cuarto, capaz de mantenerse como pudiera en pista, hasta que el río de la Subida dos Boxes le ha arrastrado hasta la sexta posición.
Evidentemente otra vuelta más le hubiera mandado a la cola del pelotón, pero jugársela era de libro y el resultado - sobre todo lo que ha podido ser - debería hacer pensar en pitwalls excesivamente cautos.


En cuanto a McLaren, épico final de carrera y de temporada.
Dennis desde el principio planteó el Gran Premio minimizando riesgos, opción que le ha podido dar un disgusto por lo inoportuno de las condiciones externas, lo único a lo que las Flechas de Plata temían. Descartado Kovalainen - puesto en evidencia por el ubicuo Vettel - Hamilton afrontó una vez más todo el trabajo sólo, bastante sencillo en esta ocasión.
Las cosas se hicieron bien, con la ambición regulada, y McLaren mantuvo la carrera y el título bajo control hasta que los elementos se aliaron con Ferrari. Quizá Lewis pudo hacer más frente a Vettel, aunque su error puntual fue el único en una carrera perfecta en la que la direción fue uno de sus principales enemigos, y pudo costarle el Campeonato del Mundo por la irrupción inesperada en los planes de Toyota.
En realidad el desarrollo resultó bastante aburrido, con el papel de todos muy claro, y sólo las tres últimas vueltas fueron las que aportaron una emoción difícil de manejar para dar a McLaren una victoria de las que son recordadas por siempre.

Lewis se comportó como un ganador, con las cosas claras; y la misma suerte que le puso contra las cuerdas le devolvió el premio a su regularidad, con un apunte de espectáculo en su necesario y arriesgado adelantamiento a Fisichella.
Parece increíble que la victoria en Interlagos no fuera la forma más épica de conseguir el Campeonato del Mundo.

Fin de fiesta, conclusión inmerecida para el histórico que deja el Gran Circo, El Superhéroe David Coulthard, un piloto de otro tiempo que ha tenido un final de éste: choque por detrás, camino de marca, por parte del peor con diferencia, Piquet.
David se marchó saludando pero triste, no por el accidente sino porque no podía ser de otra forma; uno de los grandes deja la Fórmula 1, una gloria que difícilmente podrá volver a saborear.

Gracias a Vettel por regalarnos una carrera muy emocionante.

Enhorabuena a Alonso por su segundo puesto y a Ferrari, por volver a encontrar, aunque tarde, el camino.

Muchísimas felicidades a Lewis Hamilton y McLaren, en especial a Ron Dennis, por el Campeonato del Mundo, confirmado en Interlagos de forma trepidante, pero conquistado en Spa y Monza.

Y un largo adiós para David Coulthard, al que debe mucho el Gran Circo ... mutuamente se echarán de menos.

El Anaconda atraca para actividades más lúdicas, hasta que los motores vuelvan a rugir en Albert Park.

28 octubre 2008

Briefing - Interlagos 2008

El contenido fundamental del Gran Premio de Brasil es la decisión final del Campeonato del Mundo, aún existiendo otros puntos interesantes en la conclusión de la temporada.
La brillante recta final de Alonso y el R28, el desperdicio de la gran oportunidad de Kubica, en manos de un plan maestro, o el aplastante rendimiento del STR3 son asuntos que pasan a un segundo plano absoluto, a pesar de poder modificar parte de los resultados definitivos. El orden a partir del segundo puesto tendrá su importancia en la visión global de la temporada, pero es prácticamente intrascendente en Interlagos.

Felipe Massa está condenado a una labor titánica, en manos d
e la fortuna, como autor de su irregular trayectoria y víctima de los errores de su equipo. Siendo suficiente un segundo puesto dentro de la obligatoria hipótesis de catástrofe absoluta de Hamilton, la apuesta mínima de Massa debe ser la victoria, forzado a arriesgar al máximo.

Lewis Hamilton cuenta con siete puntos de ventaja, un adversario definido y el monoplaza más eficaz y sólido.
Terminar el Gran Premio significa para McLaren que el Campeonato el Mundo no puede escapar, por lo que seguramente establecerán un set up sobre seguro, lejos del habitual planteamiento para Interlagos, restando velocidad punta para asegurar un buen tiempo de clasificación y ceder la cabeza de carrera a los Rayos Rojos.
Todos los eventos que caigan fuera de una carrera rutinaria - accidentes, averías y demás desastres naturales - son perjudiciales para Lewis siempre que Ferrari quede a salvo y
, por supuesto, que el agente externo no sea lluvia.

Con todos los datos, Massa cuenta con dos importantes ventajas. La primera es una de las características distintivas de Interlagos, la capacidad de la pista para mantener la temperatura, en aumento por la
Primavera Austral, para satisfacción de los ingenieros del fuertemente influenciable Ferrari, sometido de forma muy evidente por el ambiente. La segunda es la escasez de rivales por la victoria, una lista reducida solamente a Hamilton visto el sometimiento de Räikkönen, las carencias de los BMW y el nivel general del resto de monoplazas: ganar la carrera es un asunto muy sencillo para Massa.
Y precisamente este último punto es el que más puede complicar a Hamilton su objetivo.

Bajo la circunstancia necesaria para Ferrari de que
Lewis no esté disputando la victoria con Felipe, fruto de un error que le envíe por detrás del grupo de cabeza, puede verse derrotado por esos equipos que difícilmente pueden ganar pero que pueden plantarle cara en la defensa de sus puntos: BMW, Renault, Toro Rosso o Toyota ... Kubica, Alonso, Vettel o Trulli, sólo son necesarios tres pilotos detrás del doblete Ferrari.

Venciendo todos estos planteamientos al límite lo cierto es que es complicado que a Hamilton se le escape este Campeonato del Mundo que ya es suyo, sobre todo si las Flechas de Plata son suficientemente atrevidas para colocarse en la única situación en la que no caben dudas: ser el primero en pasar bajo la bandera damero.
La diferencia es muy grande, y con la intervención del desaparecido Kovalainen, una tormenta de verano o una de las ya habituales meteduras de pata de la Scudería, quizá pueda desmarcarse de calcar la estrategia de Ferrari, apretar al máximo al MP4-23 en un terreno tan suyo como la Subida dos Boxes y recibir su justo premio como un gran campeón.

En medio de esta tensa emoción no se puede pasar por alto que esta será la última carrera de David Coulthard, un veterano en estas situaciones, que ojalá no tenga que ver en su despedida la reedición de algunos finales de temporada verdaderamente infames, invocados por el comportamiento de un equipo asociado íntimamente a estas acciones.


La clasificación no ha salido del desarrollo lógico, sobre todo en Q3, exceptuando la participación de Kubica y Trulli, en los extremos de lo que se esperaba de ellos.
Con el cielo despejado los Ferrari se han lanzado a la pista con ciertos problemas de dirección que han permitido coger las primeras posiciones a las Flechas de Plata, indicando además menor carga aerodinámica; pronto Massa se ha concentrado, superando a su compañero, que ha tenido que ver cómo Vettel se colocaba en quinta posición, entre ambos.
Glock animaba la primera ronda con un trompo en S de Senna, a la espera de la desigual y tardía intervención de BMW, con Robert en el borde de la eliminación. El otro resultado llamativo corrió por parte de Piquet, acostumbrado a momentos inexplicables como su tercer puesto, volando en el segundo sector.
Al final los Ferrari consiguieron los dos mejores tiempos, por detrás de Hamilton se colocaron Alonso y Glock, y Webber conseguía el pase
mientras los Williams se hundieron y Button dejó el Honda aparcado en la Subida dos Boxes.

La segunda ronda probó las ganas de Ferrari de asegurar con su inmediata salida, aunque a una sola vuelta fueron superados por Hamilton - que a pesar de su efectividad para clasificarse fue obligado por McLaren a dar una incomprensible vuelta más en la que pasó más tiempo en el pit lane que en la pista.
Cuando parecía que el artista invitado iba a ser Fernando Alonso en competición directa con Vettel por el quinto puesto, apareció el Toyota de Glock y se colocó tercero. Los BMW quedaron bastante lejos y Kubica claramente no fue capaz de mejorar, haciendo inevitable una eliminación rotunda, acompañado por los Red Bull y Piquet.
Kovalainen terminó de recortar la distancia virtual de Ferrari brillando en todos los sectores y superando a su compañero por la primera plaza, algo que Räikkönen fue incapaz de hacer limitándose a alcanzar el quinto puesto - muy por debajo de la impresionante vuelta del Toro Rosso de Vettel, que quedó justo detrás de Heikki, superando al resto de los líderes.

La ronda definitiva, con los protagonistas seleccionados, obedeció a las estrategias de forma evidente.
Massa se hizo con la pole pronto, quitándosela a Vettel, que de todas formas había renunciado al éxito puntual superado por Trulli, Räikkönen y Kovalainen.

La carrera se complicaba para Hamilton desde el sexto puesto, ganado a pulso por un error, aunque en la vuelta decisiva consiguió remontar a la cuarta posición, más acorde con las estrategias. El invitado imprevisto, incluso para Ferrari, fue Trulli, que afianzó la segunda posición para el tenso Gran Premio.
Kovalainen, quinto,
una vez más no supuso una gran aportación para el equipo.
La previsión es una serenísima victoria para Massa, porque básicamente no se la va a disputar nadie.
McLaren ha preparado más carga, combustible, un ritmo menor y ningún interés en correr riesgos innecesarios, Räikkönen no puede ser rival para Massa - al menos sin una buena explicación - y Trulli no parece un enemigo serio; las cosas han salido bien para las Flechas de Plata y Hamilton tiene el tercer puesto casi asegurado.

Sin embargo este paisaje idílico se vuelve árido por momentos para Massa, que en cualquier caso anotaría un Gran Premio más, paradójicamente por la fatídica previsión de lluvia.
Tras la pole quedaba claro que para Felipe lo realmente duro todavía queda por hacer, y que la suerte tendrá una aportación definitiva, pero la altísima posibilidad de una carrera en mojado no es precisamente el imprevisto que necesita el piloto más soluble del Gran Circo.
Con el semáforo rojo intenso para Iceman, ésta puede ser una enorme oportunidad para los McLaren, que se pueden encontrar casi sin buscarlo delante de sus rivales.

Hamilton tiene muy claro el objetivo, y la sensación general es que si apretara al límite superaría a los Rayos Rojos sin problemas; pero desde su posición evita un conflicto directo y con la táctica esbozada es más que probable que al inicio del segundo stint se encuentre en una zona sin tráfico. Pero si llueve en Interlagos ganar el Campeonato del Mundo a lo grande puede ser la opción más segura, sobre todo si Ferrari ha apostado, como parece, por punta de velocidad frente a agarre para facilitar adelantamientos.
En cualquier caso, después de la jornada el título queda más cerca de McLaren, pendiente sólo de un cataclismo.

En cuanto a los posibles intervinientes en la disputa, que incluso podrían acercarse al podio en una carrera con un alto nivel de presión para la cabeza, aún contando con la buena actuación de Toyota, la verdad es que Alonso y Vettel asustan bastante más que Trulli.
Renault y Toro Rosso parecen reservarse para sacar provecho de los errores y cuentan, respectivamente, con ritmo firme y gran potencia, además de pilotos muy hábiles.
Lejos de esta intensa locura que mantendrá la atención fija en Felipe y Lewis, Kubica podría ofrecer espectáculo con una remontada que el pobre rendimiento del BMW y su segura falta de motivación casi descartan.

Once puntos separan a Ferrari y McLaren en el Mundial de Constructores - una situación especular a la del otro título - aunque con la imagen de la Curva do Sol convertida en un desgüace en el lluvioso Gran Premio de 2003 hay un margen muy amplio de resultados.

No pierdas de vista a Massa, a Hamilton, la lluvia y S de Senna.

19 octubre 2008

Análisis - Shanghai 2008

El Campeonato de Mundo en juego y Ferrari se planta en la parrilla con neumáticos blandos, apostando fuerte por ganar la primera vuelta frente a perder una carrera de forma mediocre.
Por suerte para la Scudería los nubarrones se disipaban - literalmente - y el único problema de Massa se reducía a adelantar a Hamilton antes de que comenzase a volar.

La salida del McLaren en este caso ha sido excepcional, y Ferrari no ha ten
ido la más mínima oportunidad. Además ha sido tan poco emocionante y tan tensa que ha constituido una versión reducida de la carrera completa.
El único que ha salido mal parado ha sido Trulli, al
que se ha llevado por delante Bourdais, que a pesar de un amago de reemprender la carrera ha terminado en el box, aunque no ha sido ni de lejos el protagonista de la primera vuelta.
Confirmando la arrancada excelente de los McLaren, Kovalainen se ha colocado en paralelo con Alonso, al que ha conseguido adelantar después de un duro enfrentamiento apretando por el exterior del primer giro. Cuando se daba por hecho el cuarto puesto de Heikki, El
Nano ha sorprendido tomando ventaja sobre Feyd-Rautha en la Curva 13, suficiente para agarrarse al interior de la larguísima recta y alcanzar el punto de adelantamiento en condiciones óptimas; y lo ha hecho tan bien que la Flecha de Plata ha sido superada por el Renault antes de llegar al final de recta, remantando una acción apabullante.

A partir de esta maniobra Fernando ha empezado a
rodar a un ritmo muy cercano al de Massa, mientras que Heikki se ha venido abajo; el segundo y medio por vuelta de Hamilton sobre su compañero deja clara la situación, y el medio sobre Räikkönen explica que desapareciera completamente del radar de los Rayos Rojos, haciéndose con la vuelta rápida.
En adelante casi todo el espectáculo lo aportó Webber: empezó adelantando a Glock - que quedó a expensas de Rosberg, hasta que muchas vueltas de pelea después consiguió pasarle - se hizo con Barrichello en la Curva 14 y después con Piquet mediante un ligero engaño, estando en ambas ocasiones a punto de recibir un contraataque en la entrada a la recta de meta.
La explicación al ritmo del Red Bull llegó bastante pronto, con el tempranísimo repostaje de El Almirante.

A partir de la décima vuelta Räikkönen empezó a sacar partido a los neumáticos, pero a pesar de una tímida vuelta rápida, fue rápidamente sometido por Hamilton, que mantuvo su diferencia de cuatro segundos a pesar de cometer algunos errores en las trazadas.
En general la distancia entre todos los coches era tan grande que la ronda de paradas no alteró el orden: Piquet se coló entre Massa y Alonso, mientras que Iceman encontró como bloqueo a Vettel, un lastre por su malísimo ritmo.

La situación era poco esperanzadora para Ferrari: Hamilton volvió a abrir más el hueco y Massa era el más lento de los 8 primeros, aunque por suerte para él Alonso también parecía haber perdido el ritmo.
Piquet y Kubica, tercero y quinto temporales, hacían su pit stop descartando una estrategia a una parada, y el único rastro de competición se trasladaba a la décima posición, dónde Vettel formó un trenecito con Nakajima y Webber.
Los últimos adelantamientos de verdad tuvieron la discutible intervención de Bourdais, que chocó
lateralmente con Coulthard en el interior de la Curva 1 y fue a su vez superado por Rosberg.
En un momento, las cosas parecían complicarse para
McLaren con el reventón de Kovalainen y una abrupta caída de ritmo de Hamilton, que en realidad se correspondía con el alcance a la chicane móvil de Fisichella - rápidamente, gracias al propio Giancarlo, la diferencia con Iceman se estabilizó en 8 segundos.

La salida de Hamilton indemne del último repostaje precipitaba en Ferrari la maniobra que debía parecer
un accidente. El pit stop de Iceman, casualmente bastante mejorable, dejó la diferencia reducida a tres segundos con Massa.
A falta de ocho vueltas Felipe alcanzó a su compañero en la recta trasera, en la que si Räikkönen hubiera dejado más espacio habría tenido que rodar por el césped.
Aprovechando el papel de Kimi, Alonso se lanzó a por todas, recortando casi un segundo por vuelta hasta que Kimi recibió el aviso de volver a la normalidad.
Kovalainen se retiró con un fallo hidráulico en el último detalle del Gran Premio.

La bandera damero vió llegar a Hamilton tras su actuación más contundente de la temporada; Alonso, en cuarta posición, certifica su regularidad a final de temporada seguido por BMW, con suficiente ventaja para mantenerse en los puntos tras su última parada.

La conclusión es que el Campeonato del Mundo no queda decidido en absoluto, a pesar de la diferencia del líder.
En Shanghai, Lewis se ha comportado como los grandes - pole, vuelta rápida y victoria - dando una imagen de poder impresionante; pero cuenta con una desventaja importante, que ha vuelto a hacerse evidente, de cara a Interlagos: a diferencia de Massa, él está sólo. A Kovalainen el pinchazo le ha salvado de quedar en evidencia una vez más por la escandalosa diferencia de ritmo con su compañero, y el llamativo hecho de haber sido sobrepasado por velocidad por un Renault conduciendo el monoplaza que ha ganado la carrera.
Hamilton es capaz de sacar lo máximo del MP4-23, que en los últimos Grandes Premios está claramente por encima de los Ferrari, y esa es su baza más importante. Si el coche no falla, y vuelve a sacar el talento y concentración derrochados en el Gran Premio de China, el Campeonato del Mundo es suyo.
La carrera ha sido sencillamente perfecta, y ha demostrado una eficacia brutal que seguramente influirá en la tensión de la batalla, pero la victoria por la mínima deja abiertas demasiadas oportunidades.

Ferrari lo ha dado todo ... ya quisieran en muchas ocasiones derrotas como esta.
El equipo ha hecho lo que tenía que hacer, en una actuación perfecta en lo relativo a su desarrollo individual del Gran Premio: han apostado fuerte con todo perdido frente al rendimiento aplastante de McLaren-Hamilton; una vez superados Räikkönen se ha puesto a trabajar para asegurar el segundo puesto.

Sólo Kovalainen podría haber desbaratado el plan de Domenicali, pero al quitarse de en medio, con la victoria descartada todos los miembros de la Scudería han justificado el sueldo en el intercambio de posiciones de Kimi y Felipe, por otra parte lo único bochornoso en una carrera impecable de los Rayos Rojos.
Contar con Iceman es un apoyo muy importante para Massa, aunque el resultado final sean unos difícilmente superables siete puntos, la situación para la última batalla en cualquier caso pasaba por la misma base desde le principio: un enorme fallo de McLaren en Interlagos.
Felipe ha puntuado, Räikkönen está con él y el equipo vuelve a funcionar como debía: si la situación fuera parecida en McLaren, Hamilton ya sería campeón.

Renault parece haber tomado decididamente en la recta final el papel de BMW, superado Toyota, aunque como ocurre con las Flechas de Plata, Fernando Alonso debe hacer todo el trabajo.
De nuevo no ha habido catástrofes, ni siquiera un pequeño error que diera una oportunidad: simplemente El Nano ha cogido el ritmo de cabeza y se ha mantenido con comodidad por delante de un McLaren al que ha superado con inteligencia - nadie le esperaba en la Curva 13 - ganando una buena diferencia para un final tranquilo. Los tiempos del R28 han sido casi inexplicables y la duda de cómo afectará esta revolución espontánea la próxima temporada crece.

En la misma línea está la remontada de Kubica, que con un coche muy pesado ha sabido aprovechar el bajo nivel de competición en Shanghai: la estrategia le ha dejado sexto, justo detrás de su compañero, que partía cinco posiciones por delante.
Buena parte de la explicación ha sido la mala actuación de Toyota y Toro Rosso, que aparentemente sólo era capaz de mantener el rendimiento con las complejas curvas a una vuelta; Vettel ha caído a un ritmo bajísimo, y Bourdais ha tenido una actuación discutible, sobre todo por su choque con Coulthard. Podría decirse que Webber lo ha hecho mejor, pero se ha descubierto la pequeña carga de combustible en clasificación y las primeras vueltas de la carrera, donde ha brillado con diferencia.

El Gran Premio de China ha decepcionado, porque ha habido tensión pero no epectáculo; ni siquiera ha sido un desfile de coches, puesto que en sólo diez vueltas era raro no ver una diferencia de dos segundos entre rivales.
Absolutamente todo queda pendiente para la última carrera, en la que la emoción parece desplazarse sólo hacia el resultado.
A la FIA le queda pendiente estudiar el adelantamiento de Massa, tan lógico desde la perspectiva del equipo como discutible desde el punto de vista legal, que ha supuesto otro pequeño intento de Ferrari de volver a la infamia del Kaiserreich.

Enhorabuena a Fernando Alonso por otra carrera impecable, que sigue planteando preguntas sobre la influencia del impresionante final de temporada de R28, dado por acabado hace mucho, y a Ferrari, por provocar una victoria pírrica.

Toque de atención importante y en exclusiva para Kovalainen, el gran perdedor del Gran Premio, el único que ha llamado la atención por su mala actuación, precisamente cuando el equipo más le necesita, dudoso merecedor de un coche que está demostrando ser el mejor.

Felicidades a Hamilton, más por la solidez probada que por el resultado, por rechazar la presión y volver a ser el piloto imbatible que ha deslumbrado puntualmente esta temporada.

Último destino, Interlagos.

16 octubre 2008

Briefing - Shanghai 2008

Con la situación muy parecida - más de lo que se esperaba - a la que había antes del Gran Premio de Japón, pero a falta de una sola carrera, Shanghai debe ser el escenario decisivo del Campeonato del Mundo, especialmente para McLaren.
Puede que Kubica necesite la conjunción astronómica que le permita llegar con posibilidades a Interlagos, o que Massa de la vuelta a las posiciones, pero son las Flechas de Plata las que en realidad se juegan el Campeonato del Mundo sobre esta pista, los únicos que pueden salir del Gran Premio de China con el título.

En las circunstancias normales de esta temporada, Hamilton lo tendría todo hecho: primera fila para salir + despiste de Ferrari = puntos necesarios.
Sin embargo Monte Fuji ha tocado severamente la moral del equipo, con los sucesos del año pasado aún muy frescos en la memoria. Si ésta fue una alarma y Lewis consigue vencerse a sí mismo y a la presión que se le come cuando sólo le falta plantar la bandera en la cima de la montaña, será campeón.
Shanghai cuenta con varias curvas rápidas y estará sometido a una temperatura bastante baja: si McLaren no sale vencedor del circuito puede dar el título casi por perdido, espec
ialmente si los nervios son los culpables.

Mientras que en BMW mantener la oportunidad pasa por un desastre como el del último Gran Premio - si Hamilton puntúa Kubica no tiene nada que hacer -, Ferrari depende exclusivamente de sí mismo y de la labor de equipo.

Aunque quepan otras combinaciones, para superar a McLaren sin estar a su merced Massa debe ganar y además Räikkönen está obligado a trabajar duro para quedar por delante de Hamilton. La exigencia es muy alta, y su objetivo final es, en cualquier caso, Interlagos, por lo que los Rayos Rojos se sumergen en esta lucha que está siendo más psicológica que tecnológica al final de la temporada, sabiendo que queda la mitad del trabajo por hacer.
Si los neumáticos no responden o Massa tiene una de esas carreras, al equipo Ferrari sólo le queda confiar en la suerte para minimizar daños.

El renacer de Fernando Alonso y Renault - que puede pagar la próxima temporada, por no estar completamente centrado en el futuro como sus rivales - tendrá una importancia fundamental si se mantiene al mismo nivel competitivo. Exactamente lo mismo que se puede decir de Kovalainen, el hijo perdido de McLaren, que con el rendimiento adecuado podría regalar el título a su compañero.
Cada piloto con posibilidades de ganar el Gran Premio es una losa sobre Felipe Massa, más que una ayuda para abrir distancias con Hamilton.
El beneficiario final de una lucha muy intensa puede ser Kubica, en manos del azar y de la ineptitud de sus rivales - descontando su gran enemigo: el plan maestro de Mario Theissen.

Demasiada irregularidad para que Toyota intervenga y demasiada zona técnica para que Toro Rosso tenga algo que decir, pero contribuyen a la que, si Interlagos no se hace con el honor, será la carrera con más tensión de la temporada: el Gran Premio de China.


La clasificación ha tenido un protagonista inesperado, el gran perdedor de la jornada: Robert Kubica.
La primera ronda ha demostrado la buena adaptación del Toro Rosso a las rectas de Shanghai, sector en el que Vettel ha recortado medio segundo a sus rivales, y a pesar de ceder ante Räikkönen la primera posición, en su segunda vuelta superó a Iceman y Kovalainen.
Los Renault sorprendían al colocar a Piquet tercero, mientras que los problemas de Kubica se hacían evidentes: en zona de eliminación y su compañero entre los diez primeros - situación similar a la de Trulli, justo en el límite. Con el tiempo cumplido Jarno consiguió subir lo suficiente y Robert pasó por la mínima, hundiendo a coulthard.
En la zona de mejores tiempos malísimas noticias para Ferrari, más allá de la primera posición de Hamilton: Kovalainen se hacía con el segundo sector gracias al excelente ritmo del McLaren en las curvas rápidas, colocándose detrás de su compañero.

La segunda sesión ha roto la rutina de la temporada en la conquista sucesiva del primer puesto; han ido quitándoselo mutuamente, en orden, Räikkönen, Kovalainen y Massa, pero al llegar el turno de Hamilton un error le ha dejado entre Vettel y Alonso, que han brillado respectivamente en el segundo y primer sector.
La situación en Toyota se ha dado la vuelta, con Trulli asegurándose llegar a Q3 y Glock eliminado; aunque en Renault ha sido más inexplicable, porque Piquet es irregular hasta en una misma jornada, con sólo minutos de diferencia.
Kubica ha mejorado levemente - en cualquier caso lejos de su compañero, sexto - pero no ha podido superar los problemas de subviraje y ha terminado haciendo compañía a Timo y Nelsinho, cerrando casi compeltamente su carrera hacia el título.
En su último intento, Hamilton ha sido el único en salir a mejorar y de nuevo se ha hecho con la primera posición.

La ronda definitiva parecía tomar un claro color rojo: Räikkönen primero, a medio de segundo de Lewis y Felipe - que ha quedado por delante - con Webber entre medias. La intervención de Kovalainen cambió el guión al lograr el mejor tiempo antes de la vuelta óptima.

Iceman empezó a batir a Heikki, pero perseguido tan de cerca por Hamilton machacando sus tiempos - especialmente en el segundo sector - que la pole no le ha durado más que unos segundos. La esperada reacción de Massa se ha quedado en un discreto tercer puesto.
Webber ha perdido su posición de líder del segundo grupo - descartada de entrada por su sanción de diez posiciones al cambiar el motor - frente a Fernando Alonso, que se ha alzado hasta ser cuarto, por delante de Kovalainen y su decepcionante última vuelta.

La previsión es una victoria disputada entre Hamilton y Massa, bajo la evidente influencia de las órdenes de equipo en Ferrari.
Lewis basará sus opciones en el ritmo del McLaren, en su excelente apoyo en curvas rápidas, mientras que Felipe debe apoyarse en la estrategia; es discutible un plan predefinido por Domenicali viendo el comportamiento de los Rayos Rojos a lo largo de la clasificación, así que el mal menor para la Scudería sería un segundo puesto.
Si no existen complicaciones externas, que han sido demasiado abundantes esta temporada, la carrera debería estar decidida al final del segundo stint; y todo apunta a que más que los repostajes el momento crítico será la primera vuelta: si Räikkönen se pone delante la ventaja de dos a uno debería ser decisiva; si Hamilton mantiene su posición abrirá un hueco enorme.

La agresividad del momento, y los contactos que como consecuencia pueden producirse, puede ser todo lo que necesita Fernando Alonso para llevar el Renault al podio en medio de la guerra por el Campeonato del Mundo.
El deslumbrante rendimiento en los últimos Grandes Premios y la capacidad de El Nano para aprovechar la más mínima oportunidad son las características idóneas para esta carrera tan tensa, aunque evidentemente queda a expensas de los errores de los equipos punteros.

A la vista de la capacidad de Vettel para afrontar con suficiencia las zonas más complicadas, y de su regularidad sobre Heidfeld, el Toro Rosso puede acercarse a la cabeza, objetivo para el que Sebastian debe concentrarse en la salida.

Kubica más que una remontada necesita un auténtico milagro para terminar el Gran Premio de China con opción al título.
No sólo es la diferencia de posiciones y la concentración de Hamilton y Massa: sencillamente el BMW no ha respondido y paga un grave error en los reglajes; así que descontando una estrategia a una parada con un incidente oportuno y una catástrofe en las primeras posiciones, lo más seguro es que Robert esté desmotivado y ni siquiera alcance la zona de puntos.

El espectáculo, sin duda, estará en cabeza, en la lucha por la victoria y por el Campeonato del Mundo: las dos larguísimas rectas son el espacio para los adelantamientos, dónde se pueden producir duelos decisivos, mientras que las retorcidas curvas serán las que pongan a prueba la tensión de los pilotos, y puede que sean el punto en el que se decida la carrera.

No pierdas de vista a Ferrari, a Vettel, la Curva 14 y a Hamilton.

12 octubre 2008

Análisis - Monte Fuji 2008

Un orden de parrilla poco problemático y la desaparición de cualquier posibilidad de lluvia evaporaban la idea de una carrera loca.
Sin embargo sólo se necesita que el líder del Campeonato del Mundo sufra un cortocircuito partiendo desde la pole para conseguir un
resultado inesperado y un Gran Premio completamente imprevisible.

La salida ha tenido como actores principales a los McLaren, y no precisamente por su brillantez.
El arranque de Hamilton ha sido tan malo que Räikkönen le superaba ampliamente antes de llegar a la
primera curva. Este fallo, habitual y relativamente leve, ha perdido rápidamente importancia: lo realmente grave ha sido el intento de Lewis de arreglarlo, apurando la frenada tanto que se colocó primero pero sin espacio para girar, enviando a Räikkönen por el arcén para evitar el choque.
Kovalainen, lanzado tras los dos, tuvo que buscar una salida por confiar en la maniobra de su compañero que le hizo perder la trazada; a pesar del impacto lateral con Kimi, la Flecha de Plata pudo mantener el ritmo cediendo sólo un pequeño espacio. Trulli, por su parte,
empujó a Massa aunque no de forma tan agresiva como la sufrida por su compañero, dejando abierto el camino.

El beneficio en la salida fue de los más lentos, que se
aferraron al interior de la Curva 1 en vista del tráfico por el borde exterior, y así Kubica y Alonso consiguieron pasar a Heikki y colocarse en cabeza.
El incidente McLaren-Räikkönen tuvo una réplica varios metros atrás, con peor resultado: Piquet desplazó a Nakajima, que se salió de la pista llevándose por delante a Coulthard, que destrozó el Red Bull contra el muro.

La situación se había dado la vuelta - a partir del cuarto puesto de Trulli se alineaban Räikkönen, Bourdais, Massa y Hamilton - pero aún quedaba la maniobra que iba a revolucionar completamente el resultado.
La presión había sobrepasado a Lewis, que consideró necesario adelantar lo antes posible a su rival y lo intentó nada menos que en la chicane; a pesar de conseguirlo en un alarde de técnica impecable, acabó pagando el precio cuando Massa chocó contra su tren trasero, dejándole en sentido contrario a la marcha.
Hamilton marchaba último antes de acabar la primera vuelta, y realizó un pit stop improvisado para variar su estrategia en búsqueda de imprevistos.

Pasado el momento de locura la carrera se estabilizó de golpe a niveles mínimos de acción.
Iceman parecía el único dispuesto a dar algo de espectáculo, pasando a Trulli en Dunlop sin problemas y
aumentando su ritmo a la caza de Kovalainen, consiguiendo de camino vueltas rápidas. Una pequeña sorpresa fue el chocante adelantamiento en la recta principal de Fisichella a Rosberg, que necesitó un par de vueltas para recuperar la posición.
El otro Force India sufrió un reventón, haciendo compañía en los abandonos a Glock, camino del box. La otra gran noticia de la jornada llegó cuando Kovalainen dejó de preocuparse por el acoso de Kimi: el robusto McLaren sufrió una rotura de motor, sumándose a la lista de eliminados - cuatro en 16 vueltas - desde la tercera posición.

Las sanciones llegaron en forma de drive through para Hamilton y Massa - clavado detrás de Bourdais - que los dejaron a la cola del pelotón.
En cabeza Alonso volaba, acercándose cada vez más a Kubica en el final del primer stint, en el que iba a contar con unas vueltas extra. Consecuentemente durante la ronda de repostajes se produjo el cambio en la primera posición y El Nano quedó a expensas de su capacidad para mantener el ritmo y aumentar la diferencia con Robert.
La otra alteración del orden se produjo debido a un problema al cambiar la rueda del Toro Rosso de Bourdais, que perdió la sexta plaza con Piquet, a pesar de su arriesgado intento de pasada por la tierra en la reincorporación de Nelsinho.

Superados los problemas para adelantar a Button, que dejaba a Hamilton acercarse, Massa se vino arriba hasta el final de carrera, pasando a Webber - pendiente de su estrategia a una parada.

Alonso, cada vez más fuerte, mantuvo el liderato en su segundo pit stop; detrás de él Kubica estaba más preocupado por Räikkönen, que se le echaba encima marcando vueltas rápidas, aunque tambien consiguió retener la segunda posición.
Tampoco se libró de problemas Bourdais en el nuevo repostaje: en su vuelta a pista Massa intentó superarle en el exterior de la Curva 1, produciéndose un contacto que terminó con un trompo del Ferrari.
Pendientes precisamente del repostaje de Felipe, séptimo, el orden lo marcaba Alonso, seguido a diez segundos por Kubica y Räikkönen, y detrás Piquet, Trulli y Bourdais.

Toda la emoción se centraba en el duelo entre Robert y Kimi, que tras dos intentos en los que Kubica se agarró al interior de la recta al que tanto provecho ha sacado, facilitó el acercamiento de Nelsinho, lo que finalmente derivó en una carrera cómoda para los tres porque dejaron de competir y ampliaron las distancias.

El protagonista hasta el final fue Massa, con un ritmo espectacular que no sacó hasta las últimos momentos, cuando marchaba décimo y marcó la vuelta rápida. Cuando pasó a Heidfeld, la diferencia de siete segundos con Webber parecía insuperable a falta de siete vueltas.
Sin embargo El Almirante pagó la estrategia de una parada, y con las ruedas completamente desgastadas, pronto tuvo encima a Felipe, que realizó un adelantamiento espectacular con su mayor derroche de talento y ganas de la temporada. Nada más alcanzar al Red Bull, pensando en el argumento defensivo de Mark, colocó el Ferrari en el interior de la recta principal, rozando el muro y corriendo un alto riesgo; cuando parecía imposible pasar, bloqueado por monoplaza y protecciones, aprovechó el ensanchamiento de la salida del pit lane y conquistó brillantemente el interior de la Curva 1.

La bandera damero recibió a Fernando Alonso como vencedor de una carrera ganada con justicia y limpiamente, por méritos propios, en la que se confirmó un cierto desquiciamiento de Hamilton con su desdoblamiento del líder en la última vuelta, completado con el cuarto puesto de Piquet.
Dos puntos más para Vettel, justo por delante de Massa, que recorta lo mínimo la diferencia.

La conclusión fundamental del Gran Premio de Japón pasa por el desastre vivido por McLaren, aceptable, pero que muestra dos síntomas preocupantes.

Por una parte Hamilton parece ser víctima de nuevo de un tipo de presión que le afecta profundamente, y que puede crecer precisamente con el recuerdo de la temporada pasada. En Monte Fuji Lewis no ha parecido él mismo, el piloto sólido con notas de genialidad: los nervios le han vencido, incapaz de superar un mal arranque, y se ha ido deshaciendo durante el desarrollo hasta un final completamente gris.
Sus momentos brillantes pasan precisamente como consecuencia de incidentes como el choque con Massa, que en esta ocasión le ha hecho desaparecer.
Este Hamilton no es el que deslumbró en Spa y Monza; este Hamilton es el que perdió el Campeonato del Mundo en Shanghai, título que este año merece más que nadie, por lo que él equipo debería ponerse a trabajar con urgencia.

Por otro lado, más preocupante de lo que parece es la rotura de motor sufrida por Kovalainen, la primera en dos años, que ha sucedido al final del ciclo de vida del MP4-23. El momento es crucial porque el coche no puede someterse a más cambios y se encuentra, como todos, tirando de su pico de máximo rendimiento hasta el final.
Puede que se trate de una casualidad catastrófica e inevitable, pero el margen de 5 puntos en dos carreras es demasiado estrecho: sea como sea es indispensable que el coche termine, que ya determinaran otros factores el orden.
La desgracia ha cambiado de barrio, aunque considerando individualmente el Gran Premio, la derrota de McLaren ha sido mínima, cediendo poco en una carrera que podría haber terminado realmente mal.

Evidentemente se puede hacer un análisis a la inversa de Ferrari: tercer puesto y su primer piloto recortando diferencias con el líder del Campeonato del Mundo, pero
este resultado sabe a poco.
El coche ha respondido, y Räikkönen y Massa han estado bien - descontando el incidente en la Curva 12 -, pero no han podido vencer a las circunstancias propiciadas por McLaren. Lo cierto es que Iceman apretando al máximo ha sido incapaz de superar a Kubica y ha terminado rindiéndose ante dos rivales que no deberían haberle supuesto grandes problemas con un recta tan larga.
Felipe ha tenido un error en el límite de lo legal, pero en el tramo final de carrera ha sacado una cara que no se había visto en toda la temporada; con unas ganas enormes y la mejor respuesta de los neumáticos blandos se ha comido a todos los demás. Su adelantamiento a Webber ha sido de los más emocionantes del año, una apuesta muy arriesgada pero maravillosa, pero con un premio pequeño: con la sanción de Bourdais sólo dos puntos sobre Hamilton.
Ha sido un triunfo modesto para Ferrari, pero los últimos Grandes Premios se presentan muy bien para la Scudería.

El gran triunfador ha sido Renault, con una victoria y cuarto puesto en los que tiene más parte el ritmo del monoplaza que los sucesos externos.
Alonso ha hecho lo que se esperaba y ha cumplido los planes manteniéndose en el límite de principio a
fin; ha ganado sin excusas, aprovechando una pequeña oportunidad y consolidando el resultado a base de regularidad con un aporte estratégico. Lo que resulta más llamativo, y da buena idea del nivel del coche en Monte Fuji son los cinco puntos de Piquet, que tampoco se ha visto beneficiado por una debacle en cabeza.
Resulta sorprendente que los Toyota hayan sido superados así, y quizá cierta razón pueda residir en la oportunidad de escapar que han tenido los ligeros Alonso y Kubica.

El BMW definitivamente ha caído en la evolución, y
Robert ha quedado prácticamente sólo en su defensa ante Räikkönen, que ha administrado correctamente, desmoralizando de forma efectiva a Kimi.
A Heidfeld, sin embargo, le han quitado tres rivales de delante y ha vuelto a desaparecer; identificado, con diferencia, como el rival más sencillo en la remontada de Massa.
Lo contrario que a Robert le ha ocurrido a Webber, que ha sido beneficiario y víctima de su estrategia: le han faltado neumáticos para defender el puesto que ha logrado su parada única.

Como último detalle Toro Rosso sigue sumando, e incluso con la sanción tras la carrera a Bourdais por su incidente con Massa, Vettel ya acumula más puntos que los dos Red Bull juntos.
Los supervivientes del flojo Gran Premio de Japón se dirigen a un circuito en el que los motores Ferrari tienen bastante ventaja.


Enhorabuena a Renault y a Fernando Alonso por una victoria trabajada y merecida.

Un pequeño toque de atención a McLaren, que puede dejar escapar el título cuando está prácticamente hecho por el ineficiente manejo de la tensión de Hamilton.

Felicidades a Kubica, que a base de constancia se ha colocado en silencio a doce puntos del líder, manteniéndose competitivo en el duelo a tres.


Rumbo a Shanghai.