24 mayo 2009

Análisis - Mónaco 2009

El arranque en Mónaco suele ser la única parte realmente intensa de la carrera, por el momento de máxima tensión que supone la llegada del grupo a Santa Devota con los correspondientes incidentes.
El pulso entre la pole de Button y el KERS de Räikkönen prometía espectáculo, cuando en otras ocasiones la noticia hubiera sido la penalización de cinco posiciones para Hamilton por sustituir la caja de cambios.

La salida ha sido, sin embargo, ha sido tan limpia que ha resultado anodina: Kimi ha desperdiciado su ventaja tecnológica y Barrichello se ha colocado segundo aprovechando su pésim
a salida; Rosberg también ha presionado a Massa, ocupando ambos coches todo el ancho de la calle.
El único adelantamiento ha sido en un lugar tan poco común como Tabac, dónde Hamilton pasó a Trulli de una manera asombrosa - aún le quedaba a Lewis una posición por ganar en una acción infrecuente, cuando pasó a Kubica en la entrada del tunel, afectado por un pinchazo al saltarse una chicane.

La situación de carrera dejaba un punto especialmente
conflictivo, el tapón que el lentísimo Vettel - a tres segundos por vuelta de la cabeza - ejercía sobre Massa. Viendo menguar sus posibilidades en cada vuelta, Felipe decidió olvidar dónde estaba y se lanzó al ataque a la salida del túnel; irónicamente en el segundo intento su agresividad le costó la posición: al saltarse la Nouvelle Chicane se vió obligado a devolver la posición a Vettel, seguido de cerca por Rosberg que, sin abandonar la trazada, mantuvo a Massa por el exterior de Tabac en una acción muy astuta - o inocente por parte de Felipe.

En cabeza los Brawn empezaron con su habitual labor de abrir suficiente ventaja para administrarla a lo largo de la carrera, repartiéndose las vueltas rápidas, aunque un inesperado bajón de rendimiento de Barrichello permitió que Iceman se le acercara.
Poco después de que los problemas del otro Ferrari se solucionaran en gran parte - Vettel, camino de su primera parada tuvo que dejar pasar a todos - llegó el esperado accidente de Piquet, que en esta ocasión fue la víctima, porque en la frenada de Santa Devota Buemi fusionó el Red Bull con el Renault, estrellando el bloque contra el muro.
En el mismo punto, intentando otro adelantamiento, Lewis contactó con la rueda de un BMW y desplazó sin consecuencias a Heidfeld. Vueltas más tarde llegaba la retirada de Vettel en una carrera nefasta, que culminó chocando contra las protecciones.

La primera ronda de repostajes fue el único momento para alterar, sin incidentes de por medio, el orden del primer paso por meta: aprovechando las vueltas extra detrás de Button, Massa consiguió pasar a Rosberg, al que también superó Webber.
Button corría tranquilo con quince segundos de ventaja, pero Rubens volvía a caer víctima del renacer de Ferrari, que recortaba al segundo clasificado cinco décimas por vuelta - las buenas noticias se recibían con tensión en el muro, por el nuevo aviso a Massa por saltarse una chicane.

Pocas sorpresas para desgracia de Heidfeld, que esperó media carrera para repostar, y Glock, que paró por primera vez en la vuelta 52.
La situación era muy estable con la formación de tres grupos: Button, primero y solo, Barrichello, Räikkönen, Massa y Webber, y descolgados Rosberg y Kovalainen.

Cuando parecía que Heikki iba a salvar en algún grado a McLaren con dos puntos, repitió casi a la perfección el accidente de Massa en entrenamientos, en la Piscina, sólo que la Flecha de Plata terminó empotrada contra el muro exterior, eliminada.

Al Gran Premio le quedaban dos momentos notables, ambos protagonizados por Nakajima.
En primer lugar el Williams, algo disminuido, era sometido por Glock a un adelantamiento difícil de creer, nada menos que en Loews. En la última vuelta Kazuki se estrelló sólo en Mirabeau, sin el menor atisbo de buscar la salida de la curva, certificando unos problemas de dirección bastante evidentes.

La bandera damero recibió a Button en primera posición, por quinta vez en la temporada, y, aún más satisfechos, a los Ferrari justo detrás de los Brawn. Con el quinto y séptimo puesto Webber y Alonso, poco a poco, siguen puntuando.

La conclusión es que, aunque las calles de Montecarlo den habitualmente carreras monótonas aunque siempre accidentadas, y que sea complicado ver un solo adelantamiento, la esencia especial de este Gran Premio da a las contadísimas maniobras de competición una pátina de excelencia.
Por eso esta ratonera es distinta a las demás, porque cuando algo es verdaderamente imposible por el circunstancias más peligrosas que simplemente negativas, se convierte en una proeza: en Hungaroring es muy difícil una pasada en pista, en Mónaco es casi imposible porque unos centímetros suponen un accidente.

En cuanto al significado de lo observado en el asfalto, ha resumido algunos aspectos de la temporada: Button es inalcanzable para Barrichello, ambos Brawn para los demás y, en definitiva, el orden de las últimas temporadas se ha dado la vuelta.

El resultado más llamativo no se puede interpretar literalmente: la resurrección de Ferrari se ha producido en un lugar tan anómalo como el Gran Premio de Mónaco, por lo que la correlación con la realidad no es inmediata, especialmente porque el equipo al que podrían alcanzar, el más cercano a su nivel dando por hecho que Williams y Toyota han quedado atrás, Red Bull, ha tenido un fin de semana verdaderamente horrible.

A Vettel le ha faltado ritmo, y a pesar de contener al potentísimo Massa - con una gran ayuda por parte de la pista - se unió a la escalada de fallos de coche y estrategia, estrellando el nuevo RB5 de doble difusor, que no transmite buenas sensaciones en la labor de detener a Button.
Puede que Webber siga sumando puntos de forma regular, como Alonso, pero aparenta ser tan poco competitivo como el propio Renault, esperando ver en que puesto acaba al final. El quinto puesto de Mark tiene el mérito de los tiempos constantes durante el primer stint pero, aplicando el realismo, básicamente le ha caído por los problemas de su compañero y el accidente de Kovalainen.

Suceda lo que suceda a Kubica y BMW, que ya pueden ir pensando en la temporada que viene, el auténtico perdedor es McLaren.

Hamilton volatilizó en clasificación sus opciones en una pista que se le da bien - la pasada en Tabac y
la maniobra de esquiva a la entrada del túnel han sido verdaderamente impactantes -, aunque nada comparable con la actuación de Heikki.
No está claro si el segundo piloto de Mercedes oposita para ser conductor del Safety Car, con su desconcertante falta de agresividad - muy prudente, por otra parte, pero no para Fórmula 1 -, pero agarrarse a dos puntos con una estrategia muy conservadora es completamente incompatible con estrellarse.
La impresión global es que Kovalainen parece no saber muy bien a qué juega.

El caso de Buemi es el de un novato que ha empezado a comportarse como tal.

Por último es obligatorio destacar las maniobras que han justificado la carrera: la astucia de Rosberg adelantando a Massa, que ha vuelto a quedarse dormido, impidiéndole recuperar la trazada después de que se viera obligado a ceder la posición, y la impactante pasada de Glock a Nakajima, sobre el vértice de Loews, que aunque sólo sea esquivando a un coche con problemas se ha producido en uno de los lugares más complicados y menos propicios del Campeonato del Mundo.


Enhorabuena a Button, que con la exhibición de habilidad y regularidad en Mónaco camina con paso firme a la victoria final.

Peligrosa actuación para Kovalainen, que parece haber equivocado su vocación.

Una felicitación muy especial para Ferrari, que vuelve a ser el equipo de siempre, aunque quizá este renacer llegue un poco tarde.


Rumbo a Istanbul Park y su fantástica Curva 8.

21 mayo 2009

Briefing - Mónaco 2009

Se acabó el dominio.
La dictadura de la nueva reglamentación tiene que ceder ante la joya de la corona del Gran Circo: el difusor, el KERS y la nueva aerodinámica se quedan en casa porque en las calles de Montecarlo es la habilidad de los pilotos la característica más importante.
Arañanado la valla en La Rascasse los ingenieros quedan a merced de sus empleados.

Es clave
el detalle de la eliminación de distancias tecnológicas, dominantes esta temporada, puesto que los equipos más importantes verán pasar la mejor oportunidad del año, una victoria más cercana que nunca que, intoxicada de glamour, puede resarcir a lo grande los malos resultados que tienen y tendrán.
Por este motivo la tensión es máxima, y la exigencia sobre los pilotos en un circuito que es implacable con los errores puede establecer una marca histórica de accidentes en una Costa Azul sin lluvia.

De entrada los candidatos más claros a agarrarse a la salvación, que se lanzarán a por todas sopesando ganar la carrera o estrellarse en Santa Devota, son Ferrari, McLaren y BMW, que al ver arder el coche de Kubica en los entrenamientos tiene pocas opciones a la remisión de Mónaco.
El nefasto historial de Räikkönen, que suele terminar en el puerto, deposita toda la responsabilidad de los equipos más grandes en Massa y Hamilton.

Evidentemente competirán con los líderes de la temporada, entre los que por primera vez se decantan las probabilidades hacia Red Bull a pesar de sus problemas de motor en entrenamientos, por la difícil comparación de Vettel con Button o Barrichello, que podrían relajar el ritmo para seguir sumando - detalle al alcance de Brawn.
Pero entre los aventajados del Diffuser Gang también aparecen los que han visto cómo su momento va pasando, Toyota y Williams, que seguro se unirán a la carrera de máximo riesgo de Ferrari y McLaren.
Para Rosberg es ahora o nunca.

Descontando a los dos equipos que esta temporada son candidatos perennes, que extenderán su duelo a las calles de Montecarlo, ocho coches - uno de ellos pilotado por Nakajima - se lanzarán a la desesperada, sin medir riesgos, a competir sobre el límite y capturar un victoria que en teoría está más al alcance de la mano que nunca, en la pista en la que todo suele darse la vuelta.

El Gran Premio de Mónaco, en el que una pérdida de trazada supone cómo mínimo el inusual empleo de la marcha atrás, la pista central
del Gran Circo puede convertirse en este extrañísimo año en un desguace.


La clasificación ha tenido un número mínimo de incidentes, aunque con sorprendentes protagonistas, sobre todo cuando el asfalto ha vuelto a recuperar la adherencia y el orden de competición ha recolocado a los de siempre.

La primera ronda anunciaba problemas relativos a la peligrosa mezcla de falta de concentración y grip.
Massa, tercero en salir, lijaba el morro del Ferrari contra el muro de la Piscina - sin mayor daño - después de patinar en la entrada durante su vuelta de calentamiento. Un incidente tan extraño como el resultado parcial: los Force India en cabeza cuando diez coches ya habían marcado tiempo.
Kovalainen entró con ganas en la lucha de Vettel y Button, casi permanentemente en pista, aunque el primer puesto se lo llevó Barrichello apoyándose en el muro exterior de La Rascasse. Pero el único accidente con consecuencias lo sufrió Hamilton, que tras un patinazo fue incapaz de recuperar el control del McLaren y destrozó el lateral del tren trasero en Mirabeau, provocando la aparición de la bandera roja.
En el reinicio empezaron los empujones sucesivos por pasar a Q2: Glock a Alonso, y sobre él Heidfeld, a su vez precipitado por su compañero. Finalmente a Hamilton le acompañaron BMW y Toyota, lo que ha supuesto el paso de Force India.

La segunda sesión ha devuelto al Kovalainen más competitivo de la temporada, aunque Vettel era el que se colocaba en primera posición.
Poco después de salir Alonso, a media tanda, su compañero perdía el control en Anthony Noguès, patinando hasta dejar el tren trasero pegado a las vallas, sin llegar al impacto, pero bloqueando completamente la pista desde su lugar de aparcamiento. Sin contar con este incidente, Piquet fue directo a la zona de eliminación, de la que Fisichella tenía difícil escapatoria al ser sancionado por saltarse la chicane.
Kovalainen y Webber renunciaban a salir, desde las dos primeras posiciones, y Räikkönen era el único buscando - y capturando - el mejor tiempo, disipando la imagen de los Ferrari menos fuertes; Nelsinho quedaba fuera junto a Toro Rosso y Force India.

La ronda definitiva fue el momento elegido por Rosberg para meterse en la lucha por la pole, consiguiendo la mejor marca hasta que Vettel barrió en el segundo sector.
Con los Brawn detrás, Webber y los Ferrari parecían incapaces de acercarse, hasta que de repente Räikkönen repuntó hasta el segundo puesto, seguido por Massa. En un nuevo intento Kimi se colocó líder, con todos sus rivales incapaces de superarle a excepción de Button, que en su última oportunidad se hizo con la pole.
Al final Sebastian fue superado por los Brawn y Nico cayó al sexto puesto, detrás de Massa.

La previsión, si Santa Devota lo permite, es una victoria de Button dependiente sólo de sus propios errores.

El único peligro real está en Räikkönen y su actitud en la primera vuelta: la posición en la que crucen la meta será casi con una certeza total la que repetirán 76 vueltas más tarde.

Parece que la aerodinámica de Brawn mantiene su influencia en Mónaco - o quizá sea el estratega el que pese -, puesto que Barrichello ha superado a los Red Bull, un trío que se tomará con más calma la carrera que sus perseguidores y discutibles tácticas.
Después de una jornada brillante Kovalainen ha conseguido un puesto mediocre, sin nada que perder, por lo que quizá pueda ser el foco de los incidentes.

La montonera inicial es segura, y sólo falta conocer a los participantes.
Esperando algún error a media carrera y observando la inutilidad de apostar por las paradas como forma de ganar la carrera, el carrusel del Gran Premio de Mónaco aguarda con un reparto equitativo de probabilidades un discurrir anodino o trepidante.

El protagonista es Montecarlo.

No pierdas de vista Mirabeau, a Räikkönen, los pit stops y Anthony Noguès.

10 mayo 2009

Análisis - Montmeló 2009

Al Gran Premio de España le quedaba un trámite inmediato para convertir la clasificación en resultados: la ordalía de la primera vuelta, la única oportunidad para adelantar.
En Montmeló la arrancada es especialmente importante, y si ha de pasar algo interesante siempre tiene relación con el apagado del semáforo; puede que el KERS sólo ayude en este impulso, pero en la práctica compensa esta intervención puntual y entre los diez primeros
sólo Massa contaba con él.

La salida ha sido decisiva, dentro de lo predecible. Glock se ha quedado clavado, Hamilton ha esquivado al grupo sobre la hierba, a centímetros del muro y Barrichello ha realiza
do una de sus mejores maniobras en años: pegado a Button, imitando cada acción hasta estar lo suficientemente cerca de la frenada, momento en el que pasó a su compañero en un brillante movimiento que impidió que el otro Brawn le devolviera la jugada.
Empatado con Rubinho, Massa inició con decisión su camino como estrella de la carrera; se deshizo de los dos Red Bull llegando a Elf en un coche con un ritmo más bajo.

T
ras ellos, el mal arranque de los Toyota acabó desencadenando un tremendo accidente: Trulli quedó a la altura de Rosberg, que contactó lateralmente con él sacándole al exterior de la primera curva; Sutil, que se la había saltado por dentro decidió volver a la vez que Jarno, si bien el reingreso del Toyota fue increíblemente temerario, lanzándose entre el humo. Buemi se encontró sin hueco para esquivar a Verdaderamente, frenó y Bourdais saltó sobre su rueda desencadenando el desguace, del que se libró parcialmente Nakajima, al que sólo le supuso entrar a cambiar el alerón delantero.

El Safety Car fijó definitivamente la situación del Gran Premio en espera del desarrollo natural de los acontecimientos.

Los Brawn líderes, Felipe reteniendo a Vettel, y Webber, Alonso, Rosberg y Glock separados y muy tranquilos. Sólo en el reinicio El Nano atacó a Mark, que le hizo rodar por el exterior de la recta principal para conseguir pasarle; la pérdida de agarre y trazada facilitó que El Almirante, moviéndose de lado a lado, recuperara su posición en la frenada.

El problema de Kovalainen con el cambio, que le obligó a desfilar hasta el box, fue aprovechado por su compañero, que se coló al despistado Piquet cuando esquivaba al McLaren. Lewis, en duodécima posición, se unió al trenecito de Heidfeld, tras el que marchaban Räikkönen y Kubica - Iceman hizo alguna tentativa en el final de recta, cerrada por Nick sencillamente moviéndose a la trazada.
Bastante más desesperado, Sebastian veía cómo su carrera quedaba arruinada detrás de Massa, completamente entregado a su labor y tan lento que Webber terminó pegándose a ambos. Barrichello recolectaba vueltas rápidas, pero del único que no conseguía abrir hueco era precisamente de Button, su inmediato perseguidor.

Durante la primera ronda de repostajes el grupo de El Bueno, de monoplazas cargados, calibraba sus posibilidades, aunque la desgracia no tardó en caer en Räikkönen, obligado a abandonar por problemas mecánicos.
El conflicto entre Massa y Vettel se mantenía con una parada simultánea debido a un retraso en el pit stop de Red Bull, y excepto ellos y los BMW - a los que se acercó Hamilton - todos se mantenían bastante separados. A la vez que Lewis y Nick realizaban su primer repostaje a Barrichello ya le tocaba hacer el segundo, confirmando una estrategia a tres paradas.

La táctica de Rubinho le dejó en persecución de Vettel y su muro particular, y aunque se esperaba que Felipe se convirtiera también en un tapón para él, no consiguió acercarse.

En cuanto a la situación general, Webber, por su parte, mostraba un ritmo muy fuerte, y la competición se centraba en Kubica y Glock, que se encontraron con Hamilton - en décima posición - a la salida del pit lane, con oportunidades para los tres. Vueltas más tarde era Alonso el que se encontraba en su reincorporación a Lewis, obligándole de forma expeditiva a abrir la trazada en defensa de su posición.

Mientras algunas estrategias estudiadas se medían - tras sus segundo pit stop Button se colocaba tercero a 15 segundos de Barrichello, pendiente del último - en el muro de Ferrari volvían a quedar en evidencia: Felipe recibía la comunicación de un error con la carga de combustible que sin remedio le obligaba a dejar pasar a Vettel y poner un mapa de consumo que con cuatro segundos más por vuelta le dejaba haciendo cuentas con su ventaja frente a Alonso.
Los dieciseis segundos a tres vueltas se volatilizaron y El Nano se hizo con la quinta posición - y sólo por unos metros Heidfeld no dejó séptimo al Rayo Rojo.

La bandera damero recibió a los Brawn, tan acostumbrados que Rubens se lamentaba por sus tres paradas más que alegrarse por su resultado, seguidos por Webber, que discretamente ocupó la última plaza del podio. El Bueno, también por regularidad con su depósito lleno, volvió a puntuar para BMW.

La conclusión pasa por los ganadores, que empiezan a aburrir por su efectividad.
Button realiza esta temporada un pilotaje muy serio, sin fallos, al que sólo las circunstancias pueden poner algún 'pero', más allá de la estabilidad de un coche que parece sacado de un scalextric. A Jenson se le ponen las carreras de cara en la mayoría de ocasiones, así que da la impresión de que no necesita esforzarse.
En el Gran Premio de España su mayor rival, su compañero, ha fallado - muy relativamente - con su estrategia de tres paradas (seguramente Barrichello no esperaba coger la cabeza en la primera curva); y otra vez las circunstancias de tráfico le han facilitado ganar ventaja frente a los Red Bull - muy concretamente respecto a Vettel - sin contar una pista de giros rápidos casi sin rectas, a la medida del monoplaza.

Precisamente, después de la introducción de mejoras, el diseño de Newey sigue siendo el único capaz de inquietar a Brawn. Especialmente llamativo es el decepcionante remozado de McLaren, tan corto que casi es un paso atrás teniendo en cuenta el buen aprovechamiento de recursos de algunos de sus rivales.
La carrera de Webber ha sido un alarde de profesionalidad, que le ha colocado tercero sin hacer ruido, descontando el impresionante contraataque a Alonso, una maniobra increíble tras la que se ha sumido en la discreción de un ritmo alto y regular. De golpe se ha colado por delante de su desesperado compañero, que ha perdido todas sus opciones en una salida bastante mala - en la que ha influído la suciedad fuera de la trazada y el poder del KERS rival.
En cualquier caso Vettel ha estado bastante apagado, con remordimientos de la pole perdida que hubiera dado la vuelta a la situación.

De forma parecida a El Almirante, Heidfeld también ha asomado en los puntos a base de no fallar, ocultándose cuando Räikkönen dejó de ser un problema.
Con momentos más llamativos, pero una carrera bastante tranquila, Alonso ha llegado el primero detrás de Brawn y Red Bull, todo un mérito de resistencia.

Pero el tema principal es el que ha destacado toda la temporada: Ferrari.
La resurrección de F60 es sobrecogedora, francamente increíble, porque se ha puesto a la altura de Toyota o Williams, puesto a prueba en un circuito exigente con el chasis. El rendimiento del coche ya no es uno de los problemas críticos de la Scudería ... o casi, porque con el de Räikkönen van tres abandonos en cinco carreras.
Lo que resulta realmente increíble es que con el resultado de Massa y la impresión positiva del monoplaza, de su trabajado salto tecnológico, el equipo no pueda escapar de la impresión de caos y ridículo.

Es difícil explicar que con un sólo coche en pista, con un piloto defendiéndose a base de manos de un rival más rápido, se produzca un fallo de cálculo que tire por tierra todo el trabajo. Ha faltado poco para que Felipe tuviera que realizar un tercer repostaje, que ha evitado cediendo dos posiciones - no han sido tres por unos metros - dando una imagen lamentable. La bronca pública al ingeniero de pista está perfectamente justificada, por mucho que sea propia de equipos al final de la parrilla, entre otras cosas porque no ha sido capaz de ofrecer soluciones.
Felipe Massa ha hecho, por encima de esta bochornosa situación, una carrera enorme; aunque casi es lo que se esperaba por la alianza con las circunstacias - ventaja en la salida por el KERS sumada más tarde a las nulas posibilidades de adelantamiento en la defensa frente a Vettel - Felipe no ha fallado.
Massa ha sido la auténtica estrella del Gran Premio de España.

Un año más el espectáculo, más bien su carencia, ha vuelto a mostrar que Montmeló sobra.


Enhorabuena a Brawn, dominando en un circuito idóneo en el que la suerte del campeón ha vuelto a demostrar estar de su parte, y a Mark Webber por su aparentemente relajado tercer puesto.

Decepción por las nuevas especificaciones de McLaren, que parece dar pasos muy pequeños.

Ánimo a Felipe Massa, protagonista de la mejor actuación del Gran Premio, pero con el enemigo en casa.


Puerto base, Côte d'Azur, Mónaco.

08 mayo 2009

Briefing - Montmeló 2009

La puerta de Europa, el Gran Premio de España, ha sido el lugar elegido por la mayor parte de escuderías para introducir cambios en los coches, en algunos casos bajo una necesidad acuciante.
La cercanía a los cuarteles generales y el desfile de circuitos monótonos que se inicia, sumado a que Montmeló es la pista de pruebas de facto, facilitan la esperada llegada de las especificación b de los monoplazas, con la precipitación que las circunstancias exigen - habitualmente suele estar más avanzada la temporada.

El gran salto, supuestamente, lo debe dar Ferrari.
Los Rayos Rojos cuentan, de entrada, con un chasis más ligero que les permite montar el KERS sin penalización. Está por ver si la aerodinámica asociada empieza a acercarlos al grupo de cabeza o si la única solución para la Scudería es cambiar un toro rojo por un Cavallino y empezar a contar como propios los éxitos de Newey y Buemi con el motor de Maranello.
Robert Kubica también mira al cielo esperando las mejoras de BMW: no está previsto que sean espectaculares - de hecho en primera aproximación las ha considerado muy cortas - así que pasar la Q2 será una proeza.

Más moderados se suponen los cambios para Red Bull y McLaren, al menos en cuanto a resultados, pero la carrera tecnológica por alcanzar al Diffuser Gang se vuelve muy interesante, si bien se ha descuidado un detalle: es ingenuo pensar que Ross Brawn espera con los brazos cruzados a que le alcancen. De hecho el primer paquete de mejoras ya ha sido aplicado a los líderes del Campeonato del Mundo.

En cuanto a la competición, menos que poco se espera nada del simple Montmeló bajo un Sol de justicia; sólo la nueva chicane antes de la última curva y el hecho de que sin suficientes vueltas de prueba muchos pilotos lleven coches semidesconocidos para ellos pueden suponer una complicación en una carrera en la que, como muchas que vienen, está todo vendido.


La clasificación ha cumplido con su cometido de colocar a cada uno en su lugar, lo que en Montmeló es prácticamente definitivo. Con la interferencia de Toyota, los que siguen compitiendo cara a cara en lo más alto son Brawn y Red Bull.

La primera sesión ha despertado dudas acerca de hasta que punto el pésimo ritmo de Kovalainen, adelantado por Sutil, es culpa de McLaren: los problemas de agarre del monoplaza eran evidentes.
En las seis primeras posiciones Ferrari reaparecía detrás de Vettel, con el equipo oficial y los Toro Rosso. Cuando Kubica, el último en marcar tiempo, se colocaba cuarto, Massa daba otra vuelta de tuerca al nuevo ritmo de Ferrari y conseguía la mejor marca.
Renunciaban a su última vuelta Felipe y Sebastian, dentro de la lógica con el pase asegurado, Heikki, eliminado certificando problemas con la Flecha de Plata, y en una situación ya vista esta temporada en el mismo equipo, Kimi Räikkönen, en el noveno puesto. Poco a poco han ido saliendo de la zona de eliminación Piquet, Heidfeld y, en el último momento y por la mínima Trulli, hundiendo entre todos a Iceman en otro alarde de mala planificación.

La segunda tanda ha tenido el único incidente destacable dentro de la monotonía, cuando el tren trasero de Buemi ha perdido grip y ha tomado Campsa perpendicular a la trazada - aunque consiguiendo salir de la puzzolana.
Los Red Bull peleaban en solitario por el mejor tiempo gracias a un rendimiento bastante discreto que han mantenido los Brawn hasta las últimas vueltas - momento en el que Barrichello se ha colocado primero.
De nuevo, a la vez que los BMW establecían una primera marca bastante buena - Kubica quinto - el Ferrari de Massa volvía a apretar para alcanzar la cabeza.
En la zona de eliminación Hamilton, Rosberg y Glock prometían un final reñido, y aunque Lewis en principio ha conseguido salir, se ha quedado en Q2 empujado por Timo y Jenson Button - en el borde durante la última vuelta.

La ronda definitiva debía dividir a los monoplazas por estrategia, y en principio Barrichello, siete décimas más rápido que Toyota, parecía tener la pole en sus manos. Sin embargo Vettel ha conseguido quitarle en dos ocasiones el primer puesto - Massa los ha rondado aunque arruinando su mejor vuelta sobre los bordes de la pista - dejando a los Brawn encerrados entre Red Bull con la colaboración de Webber.
Glock, también con posibilidades, ha aflojado en los sectores segundo y tercero, así que el único capaz de arrebatarle la pole a Sebastian ha sido Botón, que para sorpresa incluso propia ha logrado ponerse primero con el tiempo cumplido. Detrás de ellos sólo Rubinho y Felipe han conseguido bajar de 1:21 con cargas de carrera.

La previsión es una evidente victoria de Button que sólo una proeza estratégica - y por tanto clasificatoria - de Red Bull podría evitar.
Con la pole, un circuito lleno de curvas rápidas dónde es imposible adelantar y un coche que va sobre railes las opciones de que Brawn no consiga los diez puntos pasan por su fiabilidad, un cataclismo natural o intervención divina: llegan en orden al final de la recta principal, los monoplazas se comportan como siempre y 66 aburridas vueltas más tarde la clasificación se traduce en podio y reparto de puntos.

El espectáculo se repartirá entre la primera vuelta y la actuación de Räikkönen y Hamilton.
El Ferrari ha comenzado a funcionar de golpe, KERS incluído, y el resultado y la buena imagen sólo se han visto ensombrecidos por una palabra que acompaña a la era Domenicali: bochorno; Kimi puede correr por coche, y Lewis lo hará sin duda por carácter, aunque las soluciones aplicadas a la Flecha de Plata hayan resultado insuficientes.

El octavo puesto, ocupado por Alonso, parece el único en disputa vista la irregular marcha del Renault potenciando a Rosberg y Kubica, los perseguidores.

Ya puede empezar a llover o el único entretenimiento lo darán los herederos de El Huracán.

No pierdas de vista a Webber, los Ferrari, el grip y a Nelsinho Piquet.