31 julio 2008

Briefing - Hungaroring 2008

La ardiente ratonera que alberga el Gran Premio de Hungría es para Ferrari un laberinto en el que Flechas de Plata aguardan.
Tras acumular varios desastres consecutivamente, repartidos por toda la estructura, la Scudería afronta una pista en la que el calor extremo y la ausencia de curvas rápidas teóricamente favorecen las características de los Rayos Rojos; la historia reciente, para hacer crecer aún más la preocupación en el equipo, indica que los favoritos son los McLaren.

Parece improbable, salvo desastre en clasificación, que nadie pueda acercarse a Hamilton: está demostrando Felipe Massa que le cuesta mantener el nivel durante todo un Gran Premio - y este se hace eterno - y Räikkönen se está deshaciendo como un par de cubitos de hielo en la barandilla de un yate.
¿Será Kovalainen capaz de ayudar a su compañero? Teniendo en cuenta que la pista exige constancia, Lewis puede considerarse solo ante el peligro.

Precisamente la aburrida regularidad de Hungaroring puede ayudar a Webber y Trulli a recuperar el ritmo perdido en las recientes carreras, llenas de incidentes; parecen la mejor apuesta para los puntos, zona en la que últimamente ha habido irrupciones estelares, muy puntuales, de Honda y Toro Rosso.
El trazado nivelará la situación en Renault, rival directo de Toyota y Red Bull: el reducido riesgo de un Gran Premio imprevisible hacen caer el valor de Piquet, mientras que la falta de puntos de adelantamiento disminuye las probabilidades de que Alonso ceda la posición.
La mayor parte de los equipos estarán pendientes de acabar la carrera, preocupados por la refrigeración.

Y entre todos BMW, en su pequeña y personal crisis.
Era impensable a principio de temporada considerar que hay problemas con los resultados actuales; pero la imagen desde el arranque ha sido tan buena que ver a Kubica fuera del podio provoca conjeturas acerca de que algo no va bien.
Los monoplazas han reducido su rendimiento - quizá sería más correcto decir que han adoptado el nivel esperado - y ya no brillan, plantando cara cuando la ocasión lo permitía a McLaren y Ferrari.
La solidez necesaria en Hungaroring es la motivación perfecta para que Robert Kubica recupere totalmente el ritmo competitivo que le colocó en cabeza del Campeonato del Mundo.


La clasificación, aparte de servir como termómetro de la enfermedad de Ferrari, ha servido para convertir al habitualmente mediocre Timo Glock en la estrella del día.
La primera sesión auguraba una jornada gloriosa para Toro Rosso, colocando ambos STR3 por delante de Coulthard. Sin embargo el protagonismo lo ha tomado rápidamente Glock, que a una sola vuelta permanecía por delante de los dos Ferrari, sólo superado por McLaren: un buen resumen del resto de la clasificación. Cuando los Rayos Rojos consiguieron recuperar su puesto natural, Trulli de nuevo les arrebató el tercer puesto.
Sutil aumentaba la vistosidad de Q1 con una salida por la transitada escapatoria de la Curva 14 que le obligó esquivar por muy poco el muro de la recta principal.
La noticia se trasladaba a BMW: Kubica apenas alcanzó el octavo puesto y Heidfeld se encontraba en el límite de la eliminación; en su última oportunidad Nick se encontró con Bourdais, que le condenó a ser sobrepasado por Button y Rosberg a la vez que conseguía una sanción segura.
Por otra parte el intento de Ferrari de salvar la imagen participando en la parte final fracasó para Räikkönen, incapaz de superar a Timo.

La segunda sesión ofreció más de lo mismo para preocupación seria de Iceman, que en competición directa con Glock volvió a quedar por detrás. Incluso Hamilton hizo un registro peor que el del Toyota, especialmente brillante en el segundo sector; en consecuencia era el turno del despertar de Massa, primero y único delante de Timo.
En la última vuelta Coulthard, Piquet y Bourdais estaban por debajo del pase con sus compañeros clasificados. Vettel parecía capaz de alcanzar con solvencia Q3, superando su propio tiempo para ponerse noveno; pero Nelsinho y el temporalmente desplazado Webber le hundieron definitivamente.

Los Toyota ocupaban el sitio de BMW, a pesar de que el reglaje de Trulli no era tan bueno como el de su compañero y existía una gran diferencia de rendimiento; una de las causas fue la tremenda frenada de Kubica en la Curva 12 que le dejó el neumático plano.

La ronda definitiva, iniciada con los Toyota solos sobre la pista, permitía ver con claridad la diferencia entre Jarno y Timo, con su set up perfecto y medio segundo de ventaja.
La irrupción del resto dejaba a Hamilton líder y, otra vez, a los Ferrari por detrás de Glock; Kubica, a pesar de intentarlo, seguía lejos del ritmo de cabeza.

La vuelta óptima recuperaba a Kovalainen, de noveno a segundo, y suponía el fin del dominio Toyota. Massa y Hamilton competían por la pole en el que debía ser un final trepidante hasta el decepcionante segundo parcial de Felipe: el resultado, la confirmación de la catástrofe de Ferrari y Lewis batiéndose a sí mismo. En su última oportunidad, cerrando la segunda fila, Kubica consiguió la cuarta plaza.

La previsión, salvo catástrofe natural o intervención divina, es una victoria aplastante de Hamilton.
Sencillamente Lewis y McLaren no tienen rival; el gran rendimiento de las Flechas de Plata era previsible, pero no que sus rivales ofrecieran tan poca resistencia.
Massa ha estado puntualmente por delante de Hamilton al final de Q2, así que la única opción de Ferrari sería la mejor salida de la temporada: el coche tiene un ritmo peor el McLaren, el circuito es una calle de un sólo carril y Hamilton vive un estado de iluminación. Si Kovalainen responde - y podría hacer algo muy interesante en el carrusel de Hungaroring - los Rayos
Rojos no tienen nada que hacer.

Y ahí está Räikkönen, sexto por detrás de Glock, el síntoma más visible de lo que ocurre dentro de la Scudería.
Iceman seguramente superará a Timo y peleará en la primera vuelta con Kubica, pero el resultado de la clasificación ha ido claramente más allá de un coche de segunda fila descargado en Q3: durante toda la jornada Kimi ha sido claramente incapaz de superar al Toyota, y aunque su compañero no haya estado especialmente inspirado, ha dejado a la vista su bajo estado de forma y algunas carencias del F2008; no sólo queda descolgado para conseguir un buen resultado en el Gran Premio, también podría despedirse del Campeonato del Mundo.

La remontada, una vez más, queda en manos de Nick Heidfeld; tan acostumbrado a clasificar mal se podría encontrar en su salsa si no fuera por la imposibilidad de adelantar en Hungaroring. Defender el orgullo frente a Toyota queda en manos de Kubica, que por poco se deja comer por el impresionante ritmo de Glock.
El espectáculo, con toda probabilidad basado en las estrategias, se centrará en una batalla por puntos muy interesante, entre Webber, Alonso y Trulli, tres pilotos que han sido algo irregulares en los últimos Grandes Premios pero de los que se puede esperar lo mejor, sobre todo en el caso de Jarno, revitalizado por el TF108.

No pierdas de vista a Toyota, a Kovalainen, la Curva 14, a Räikkönen y las estrategias.

20 julio 2008

Análisis - Hockenheim 2008

Concentrados en la parrilla, en superar en la primera curva a los monoplazas más lentos colocados por delante, Räikkönen y los dos pilotos BMW no podían imaginar la relativa poca importancia del inicio de la carrera, contra el desarrollo habitual.

En la salida ha vuelto a destacar Vettel, ganándole la partida a Webber; el resto, los fuertes, han decepcionado al ser incapaces de ganar posiciones. A pesar de sus dudas busca
ndo el sitio detrás de Massa, Kovalainen consiguió preparar en la segunda curva una maniobra muy interesante con la que llegó a ponerse en paralelo en la cuarta.
Aprovechando el ataque de Alonso a Trulli en la Horquilla, que obligaba a Verdaderamente a abrirse para dejar al Renault sobre el límite de la calzada, Kubica se colcaba por el interior, colocándose cuarto. Poco después El Nano iba a venderse de nuevo intentando hacerse con Jarno, permitiendo pasar a Räikkönen víctima de un fuerte latigazo.
Bourdais casi se comió a Button por una malísima frenada del Honda mientras la carrera se definía claramente.

Hamilton, primero, marchaba triunflamente acumulando vueltas rápidas, medio segundo por vuelta más
rápido que Massa y uno por encima de los demás.
Detrás, dos grupos: la batalla de Trulli y Iceman por el quinto puesto permitía a Alonso, Vettel y Webber acercarse; más apretados corrían en el trenecito encabezado por Button, que vendía cara su decimotercera posición ante el potente Red Bull de Coulthard, incluso a costa de continuar en la carrera. Aparte, Heidfeld era incapaz de superar a Glock.

Tras diez vueltas el paseo de Lewis era notorio, con una ventaja de siete segundos; finalmente El Superhéroe conseguía adelantar a Button, que quedaba a merced de Rosberg, y Nakajima sufría un trompo intentando pasar a Barrichello, para beneficio de Piquet y Sutil.
En cuanto al grupo de Trulli, sorprendentemente Kimi iba descolgándose lentamente de Jarno y siendo alcanzado por Alonso.

El primer pit stop lo realizaba Hamilton, seguido de cerca por Kubica, reingresando por detrás de Trulli, al que adelanto corriendo un riesgo importante y a pesar de tener una parada pendiente.
Los siguientes repostajes dejaron a Kovalainen por delante del agresivo Heidfeld, obligado a apostar fuerte, a Räikkönen precediendo a Trulli y a Vettel sometido a la presión de Alonso, quizá el duelo más intenso y prolongado del Gran Premio, hasta la parada de Glock por delante de ambos.
Sebastian consiguió pasar a Timo con cierta solvencia, pero el Toyota intentó con insistencia
pero sin éxito devolver la jugada en la Horquilla, el lugar donde Vettel había sido asediado en la mayor parte de las vueltas, quedando como tapón de Fernando.
Lle
gando al punto de inflexión de la carrera, el interés se trasladaba al cara a cara de los Honda, cuando Barrichello aprovechó un error de Button para pasarle en la Parabólica; Hamilton apenas se esforzaba en marcar el mejor tiempo y por fin era levemente más lento que Massa, que imitaba a su compañero en su acecho a Kubica.

Timo Glock tomaba Südkurve, acelerando por la recta principal, en el preciso momento en el que el eje trasero del Toyota se partía, lanzando el monoplaza de espaldas contra el muro en un accidente brutal.
La lógica intervención del Safety Car al final del segundo stint ha lanzado a todos los competidores en la zona de puntos al pit lane recién abierto, excepto Räikkönen, obligado a esperar, y Hamilton, sometido a una estrategia discutible de McLaren.
En la parada Kubica pasó a Kovalainen y Webber a Alonso, aunque tuvo que abandonar después de dar varias vueltas humeando como una locomotora.

El reinicio dejó en su momento álgido la batalla de Kovalainen con Kubica, al que devolvió el adelantamiento en Sachs, y la renovada de Alonso con Vettel, que una vez más volvía a ganar la resistencia y concentración de Sebastian; de hecho, como ya ocurrió anteriormente, un intento desesperado de El Nano facilitó el trabajo de Kimi, que en la Parabólica se convirtió en el nuevo enemigo del Toro Rosso.
En el siguiente paso por la Horquilla, Vettel quedó entre Räikkönen, por el exterior, y Alonso, bloqueando a ambos a la vez; esta vez la jugada astuta la ponía Rosberg, adelantando al Renault en su nuevo despiste.
La potencia del Ferrari, sin embargo, era suficiente para que Iceman adelantara por fin al STR3 por velocidad en la Parabólica.

La carrera cambió radicalmente para los Rayos Rojos: Räikkönen conseguía alcanzar a Kubica y la ventaja de Hamilton sobre Massa era claramente insuficiente para la última parada.
El alcance de Barrichello a Coulthard, camino de récord, y el trompo doble distraían por un momento de la situación de carrera en espera del crucial pit stop del líder.
Dejando a Heidfeld en primera posición seguido de Fisichella y Massa, y con la sorpresa añadida de que el Renault no iba a necesitar volver a parar, Lewis se reincorporaba detrás de Heikki.

La actuación apoteósica de Hamilton iniciaba con el adelantamiento sencillo a su compañero, que
vendió barato el cuarto puesto - en espera del repostaje de El Bueno, que volvió a pista delante de Feyd-Rautha. A doce vueltas del final, después de recortarle un segundo en cada paso por meta, el McLaren alcanzó al Ferrari, iniciando el mano a mano por la victoria y prometiendo el último stint más emocionante de la temporada.
Massa simplemente no era rival para Lewis, que no tuvo más que buscar un pequeño resquicio en la concentración de su rival: en la llegada a la Horquilla la Flecha de Plata se aferró a la trazada, frenando más tarde para no abandonar la línea; cuando Felipe intentó reaccionar ya había sido adelantado y sólo pudo hacer un pequeño intento de devolver la maniobra en la Curva 8, rechazado con facilidad.

En el grupo Alonso volvía a equivocarse, cediendo ante Rosberg la décima plaza que le había ganado en la Parabólica, se establecían dos duelos: Heidfeld alcanzó a Massa, despreocupado a partir de entonces de los pilotos que le precedían, y Räikkönen se hizo con Kubica, al que adelantó de forma brillante en la Horquilla. Hamilton escogió el mismo punto para rematar una actuación épica ante el desconocido Piquet, segundo en su primera carrera sin errores.
Hasta la aparición de la bandera damero para consagrar a Lewis quedaba un detalle: Vettel, sin perder la concentración en toda la carrera, aprovechó un error de Trulli en la Curva 8 para conseguir la octava posición.

Entre las conclusiones que se pueden sacar del Gran Premio destaca especialmente la intensidad poco frecuente de las últimas vueltas: hacía mucho tiempo que una victoria no se decidía directamente, frente a frente, entre dos líderes del Campeonato del Mundo, sin quedar en enfrentamiento estéril.
La irrupción del Safety Car ha sido tan calculadamente inoportuna que sólo ha beneficiado a las estrategias más extrañas, lo que no sólo ha dado el clásico resultado llamativo: ha sido decisivo para incrementar el espectáculo hasta el nivel de emoción visto en el último stint en Hockenheim.

Es evidente para Piquet y Heidfeld que se han encontrado con el resultado, especialmente en el caso de Nelsinho, observando su historia reciente. Sin embargo hay que reconocer que ambos, una vez se han visto arriba, han conducido de forma impecable; Nick está ganando una merecida fama de oportunista, el piloto a seguir cuando aparece lo inesperado, y Nelsinho se ha beneficiado de una táctica que difícilmente le habría colocado en los puntos.
Los dos han tenido una clasificación lamentable y un inicio de carrera discreto, antes de que los eventos los pusieran en cabeza. El Bueno acostumbra a mejorar progresivamente en carrera, por lo que la sorpresa ha sido Piquet, que por primera vez no ha echado mano a su repertorio de torpezas y el premio ha sido un segundo puesto, con un ritmo superior al Ferrari de Massa, cuando se supone que la presión debería haberle llevado a la inestabilidad de siempre. Colocados por sopresa cerca del podio se han visto motivados por encima de su demonio particular, la falta de concentración, y así Nelsinho Piquet, al conseguir hacerlo todo bien, se ha convertiría teóricamente en la estrella de la carrera.

Por otra parte es llamativo que sus compañeros, que habitualmente les superan con autoridad, hayan
protagonizado dos de las actuaciones más oscuras del Gran Premio.
Kubica no ha brillado y no ha sido capaz de plantar cara a Räikkönen, que tampoco ha realizado su mejor carrera, algo que sí ha podido hacer un Toro Rosso; no ha estado mal, pero no ha destacado como de costumbre. Y Alonso esta vez no tiene en quién escudarse, culminando una serie de carreras desquiciadas en el Gran Premio de Alemania donde, por momentos, el doble Campeón del Mundo parecía el novato: cometiendo errores sin parar, incapaz de pasar a Vettel, ha ido regalando la posición prácticamente en cada intento de adelantamiento, durmiéndose como nunca jamás se le había visto.

Hoy Piquet, en el podio, ha dejado en evidencia a El Nano; no ha sido el único porque Kovalainen se puede convertir en el piloto que más odie las comparaciones: las cosas no se pueden poner más fáciles para el monoplaza que está dominando los últimos Grandes Premios, así que no tienen explicación los resultados mediocres.

El otro candidato a hombre del día es Vettel, que ha expuesto algunas carencias infames de sus rivales.
Sus momentos a la defensiva, que han tenido como punto álgido su bloqueo doble a los dos Campeones del Mundo en pista, deberían avergonzar a los pilotos de monoplazas más potentes; el talento de Sebastian, que con más punta de velocidad hubiera sido un muro, está muy por encima del nivel de su coche y debería generar alguna duda en Theissen respecto a la gestión de la cantera BMW.
Perjudicado hasta cierto punto por el accidente de Glock al final ha tenido un pequeño premio por el fallo del otro Toyota; con el STR3 ya suma seis puntos.

Resulta bastante díficil hablar de desastre con un tercer y sexto puesto, pero así es la realidad de Ferrari.
Esta vez, aunque pueda haber detalles discutibles como la elección de neumáticos, el equipo ha estado impecable y las estrategias absurdas han cruzado el barrio y se han instalado en McLaren - Montezemolo parece el autor de este milagro del trueque de papeles.
La debacle ha sido protagonizada en exclusiva por los pilotos de la escudería; las circunstancias han perjudicado a Räikkönen al verse obligado a esperar en el pit lane, pero no pueden ocultar el inicio de carrera en el que ha sido incapaz de alcanzar el ritmo de Trulli y el pequeño valor de sus adelantamientos.

El antihéroe sin ninguna duda sólo tiene un nombre: Felipe Massa.
Su excelente ritmo en el arranque, el único capaz de acercarse al líder, da aún más relieve a su horrorosa actuación en el momento crucial de la carrera. Cuando Ron Dennis ha intervenido a su favor - planteando una estrategia de paradas que debería valerle una estatua en Maranello - regalándole una de las victorias más sencillas de su vida, con ventaja suficiente sobre el rival McLaren y sólo un Renault por delante, Massa ha fallado de forma notoria, como si lo que le cayó del cielo hubiera sido una tormenta de las que tanto le gustan.
Su pérdida del segundo puesto ha sido tan lamentable y escandalosa que explica perfectamente que no fuera capaz de alcanzar a Piquet para lograr el segundo puesto: repartiendo los errores minimizaría el ridículo público y la bronca del equipo.
La irregularidad de Massa sólo es comparable con la de Heidfeld, capaces de brillar y ofuscarse en carreras consecutivas y, aunque especular es barato, con toda probabilidad la mitad de los pilotos, en la situación de Felipe, hubieran ganado el Gran Premio.

¿Qué decir de Lewis Hamilton?. Es justo no nombrarle héroe de la jornada, título más merecido por Nelsinho, porque en Hockenheim se ha convertido en leyenda.
Puede parecer exagerado, pero con tiempo suficiente para ganar su primer Campeonato del Mundo, Hamilton entra de momento en el club de reyes sin corona junto a Stirling Moss y Gilles Villeneuve.
A veces el talento se disfraza de fortuna, pero en el Gran Premio de Alemania su habilidad pura ha quedado al descubierto; en otras ocasiones Lewis se ha visto beneficiado de manera esencial por la suerte, o contando con la inteligencia del pitwall ... por eso su victoria en Hockenheim ha sido mítica: porque la ha logrado a pesar de estos factores.
El final ajustado, el ritmo implacable; la victoria en pista de Hamilton cuando la estrategia del equipo ha estado a punto de arruinar una carrera perfecta ha sido una triunfo para todo el Gran Circo. No hay mucho más que decir del fantástico espectáculo que ha ofrecido Lewis, sólo que el único punto que podría haber hecho más importante su marcha triunfal es un rival a su altura.
En la ruleta rusa que se juega en Ferrari, su adelantamiento en la Horquilla añade unas balas más al turno de Massa.

Enhorabuena a Piquet por su resultado, que ha sabido mantener con una profesionalidad que no había sacado en toda la temporada, y a Vettel por su fenomenal carrera, plantando cara a los mejores con una capacidad defensiva antológica.

Una llamada de atención más a Ferrari y a Alonso, que está desconocido precipitándose a un nivel bajísimo.
Un abucheo infame para Felipe Massa, que ha vendido tan barata la victoria que ingresará en la larga y desgraciada crónica de los ridículos más bochornosos.

Gracias infinitas a Lewis Hamilton por regalar a los aficionados el mejor final de carrera de los últimos tiempos, por recuperar en la pista lo que las circunstancias han querido quitarle, exhibiendo una superioridad insultante.
Gracias por traer la emoción de los logros que parecen imposibles.
Gracias por un Gran Premio de Alemania que pasará a la historia.

Zarpamos, sin muchas ganas, a Hungaroring.

18 julio 2008

Briefing - Hockenheim 2008

La acumulación de errores de Ferrari, larga y desgraciada, ha puesto a los miembros del equipo en un estado de máxima tensión, puesto que esta desgraciada acumulación de despropósitos ha hecho intervenir al Padrino de la Scudería.
A Montezemolo le ha bastado con señalar que no se ha aprendido nada de las últimas carreras para que los principales actores se sientan amenazados; aunque el principal responsable de que una joya tecnológica no alcance los resultados esperados por fallos incomprensibles, el recién ascendido Stefano Domenicali, es el que debe temer realmente el beso de Luca.

Bastante más paciencia demuestran Dennis y Haug con Kovalainen, que se ve beneficiado por la impresión de que McLaren va encontrando su lugar entre las equivocaciones de su lugar.
En realidad Heikki parece el único punto débil de las Flechas de Plata que se han probado, además de fiables,
potentes - de forma aplastante en el último Gran Premio. La experiencia en el muro ha contado mucho para que Hamilton haya conseguido recortar la diferencia, y su trabajo en adelante debe centrarse en el primer piloto para ganar el Campeonato del Mundo, dejando como objetivo secundario espabilar a Kovalainen.

En la zona de puntos, la guerra de Webber, Alonso y Trulli sigue levemente inclinada a favor de los Toyota, y se aprieta con la irrupción de un nuevo contendiente. Más allá del excelente resultado de Barrichello en Silverstone, la progresión de Honda ha sido buena, al menos en relación a Rubinho; haber alcanzado un podio puede obedecer al azar de una carrera complicadísma, tanto como a la mano maestra de Ross Brawn, al que seguro que echa de menos su antiguo patrón.

Y BMW sigue ahí, infalible, encontrando como repuesta a sus primeros problemas a Heidfeld.
De forma intermitente Nick recupera el pulso a la competición, y una vez superada la pequeña crisis de Kubica la mejor noticia para Theissen es que sus dos conductores responden y se encuentran a la altura de la sincronizada precisión del equipo.
En Hockenheim los dos grandes tendrán oportunidad de pelear duro, cara a cara, y ahí estarán los BMW dispuestos a sacar provecho con los objetivos de la temporada sobradamente cumplidos.


La clasificación ha permitido a McLaren exhibir su superioridad en la pista Mercedes, con permiso de Sebastian Vettel, la estrella de la sesión.

En la primera tanda, al poco que empezar, sólo Räikkönen ha sido capaz de superar a Vettel, anticipando por otra parte con su temprana salida el gran número de vueltas que Kimi estaba obligado a dar respecto a los otros líderes.
Cuando Hamilton y Kovalainen han empezado a mostrar el fuerte ritmo de las Flechas de Plata, con Lewis colocándose primero a pesar de un error en la frenada de la Horquilla, Webber se ha convertido en el puente con respecto al pelotón y la cabeza. Piquet casi se estrella en la sexta curva, condenándose al último puesto, y tanto Vettel como Sutil volvían a sorprender; en el caso de Adrian más por un gran control de derrapada en su mejor vuelta que por ponerse undécimo.
Mientras se preparaban para la última oportunidad Trulli y Coulthard, temporalmente fuera, los Ferrari aprovechaban la pista vacía para mejorar el parcial en la zona del Motodrom y conseguir las dos primeras plazas. Al límite, Rosberg y Alonso, conseguían salvarse; sus compañeros caían, acompañando a los Force India y a Barrichello.

La pista vacía al inicio de la segunda sesión ha permitido de nuevo a Ferrari establecer el tiempo a batir, superado co
n una facilidad imprevista por Hamilton, que ha marcado un tiempo impresionante en el segundo sector.
El turno de acercarse a la cabeza era de Trulli y Alonso, superando incluso la mediocre intervención de BMW: un fallo
en la Horquilla de Heidfeld, que prometía mucho en Q1, cuando se encontraba décimo, le hacía aceptar resignado su eliminación.
Sobre el tiempo Coulthard volvía a salvarse, aunque no de forma tan épica como Vettel, octavo con un Toro Rosso.

La ronda definitiva tuvo como primer líder a Massa, gracias a los pr
oblemas de dirección de Räikkönen, que saliéndose en la segunda curva ha roto la exclusividad de la Horquilla y Südkurve - que tiene la trazada sobre el piano - como puntos críticos.
Las Flechas de Plata no se han lucido especialmente en el primer intento, y Kovalainen ha sucumbido al estrechamiento de la pista en la Curva 12 cuando estaba realizando el mejor tiempo, lo que ha permitido que de f
orma brillante Fernando Alonso alcanzase la segunda posición, con una evidente diferencia de carga.
En la vuelta óptima Feyd-Rautha ha recuperado, ascendiendo desde la última plaza a la segunda, aumentando al máximo el rendimiento del McLaren como su compañero Lewis, que conseguía la pole a pesar de la cercanía de Massa, colocado entre ambos.
El principal damnificado del brillante duelo entre Trulli y Alonso por el cuarto puesto, ganado por Toyota, ha sido Iceman, completamente descolgado de la competición en una sesión tan mala como la de Kubica.

La previsión, contando con la superioridad de McLaren en una jornada en la que incluso Kovalainen ha brillado, es una victoria aplastante de Hamilton.
El circuito Mercedes debería ver al mejor Massa de la temporada o una inteligentísima gestión desde el pitwall - poco probable - para que los Rayos Rojos se acercasen a Lewis, el único que podría convetirse en su enemigo si cae de su estado de gracia.
El papel de Heikki en la salida, sin embargo, será fundamental: el ritmo de las Flechas de Plata puede poner a los dos compañeros luchando directamente, una batalla que mal administrada puede ser la oportunidad de Felipe.

La incertidumbre corre de nuevo por parte de BMW, equipo del que se esperaba mucho más y que podría
justificar su resultado pobre de la clasificación con estrategia si no fuera por el rendimiento insuficiente en Q2. Contra todo pronóstico la caída de Heidfeld le da cierta ventaja frente a su compañero, al permitirle planificar con la carga de combustible en una pista muy rápida.
Räikkönen se une a este grupo, que podría ser la gran fuente de espectáculo del Großer Preis von Deutschland si terminan disputando la misma posición por el tapón que les precede. Trulli y Alonso cuentan con bastante ventaja para protegerse mutuamente del trío BMW-Iceman, contando con Nick hacia la mitad de la carrera, y además de permitir huir a la cabeza podrían mantener el puesto con un imprevisto al final del primer stint.

En medio de la intensa planificación estratégica, en un circuito que favorece los adelantamientos en pista, se encuentra Sebastian Vettel, que podría tener su Gran Premio.
Si Räikkönen simplemente padece un set up deficiente que disminuye la maniobrabilidad, si BMW atraviesa un pequeño bache o si Heidfeld ha vuelto a perder la concentración, eventos dentro de la razonable;
el STR3, que ha demostrado ser un monoplaza muy competitivo, podría quedar muy cerca de Verdaderamente y El Nano.

No pierdas de vista a Räikkönen, los neumáticos, a Vettel y la Horquilla.

13 julio 2008

Briefing - Hockenheim

Creado a principios del siglo XX, Hockenheimring Baden-Württemberg cuenta con una historia larga, llena de hitos épicos y dramáticos suficientes para ser una de las catedrales del automovilismo. Sin embargo este trazado centroeuropeo ha escrito su crónica a la sombra de Nürburgring, del que ha sido siempre una versión simplificada.

El diseño original, como corresponde a las clásicas pistas pioneras, se estableció a partir de las primeras vías públicas de zonas poco transitadas, un bosque en este caso, bastante habitual.
En 1936, dos años después de que se disputarán las primeras carreras, Mercedes-Benz adoptó el trazado convirtiéndolo en la base pa
ra sus pruebas, debido a su configuración óptima como pista de velocidad: dos rectas y dos curvas cubrían un recorrido de 8 kilómetros a través del espeso pinar.
La construcción de la Autobahn A6 separó definitivamente el circuito de la ciudad de Hockenheim, dotándole de mayor entidad con la construcción del Motodrom, la zona técnica
diseñada por John Hugenholz que contiene la mayor parte de las gradas, en 1966; a pesar de los cambios mantuvo una longitud de casi 7 kilómetros.

La incorporación al Campeonato del Mundo se produjo en 1970, como resultado de las protestas de los pilotos por la falta de seguridad en Nürburgring; irónicamente dos años antes el legendario Jim Clark había muerto en Hockenheim durante una carrera promocional de Fórmula 2. Después de esta introducción excepcional, el circuito se convirtió en la sede del Gran Premio de Alemania de 1976 hasta 2006, fecha a partir de la cual celebra la carrera alternándose con su hermano mayor.
La clave del trazado actual llegó en 2002, con la intervención de Hermann Tilke para ajustarlo a las normas de seguridad que implicaban principalmente la reducción a 4,5 kilómetros. Las reformas introducidas separaban finalmente a Hockenheim del Infierno Verde convirténdolo en un circuito Tilke más, con la inclusión de la clásica combinación recta larga y curva lenta que intenta aumentar el espectáculo en sustitución de la forma casi ovalada original.

La característica principal de Hockenheim es su situación.
A pesar de no ser el único circuito situado en medio de un bosque cuenta con dos elementos distintivos: el relieve llano y la fecha de celebración, en lo más intenso del verano continental. El resultado es un calor y humedad extremos para un circuito europeo en el que se pueden alcanzar 50º, más propios de Sepang; motores y neumáticos verán potenciadas por estas condiciones las dificultades propias de este antiguo templo de la velocidad.
Un detalle curioso es la unión entre la pista clásica y la de Tilke, que provoca problemas no sólo por el cambio de grip - que se uniformiza con el tiempo - sino por la diferencia de anchura entre ambas, muy acusada en la Curva 12, que puede alterar el resultado de una maniobra.

El factor crítico del set up son los neumáticos, especialmente los traseros debido a las exigencias de tracción; los arranques a la salida de las curvas lentas llevarán al límite la resistencia de las gomas, expuestas al blistering por el calor del asfalto. En este sentido los reglajes intentan reducir la carga y los ingenieros optan por usar los compuestos más duros, mejor preparados para evitar las ampollas.
Aunque las ruedas son el elemento que compromete el equilibrio del coche, el motor y la relación de cambios juegan un papel muy importante por las aceleraciones repentinas que preceden a largas rectas. A pesar de las tres cuartas partes de la vuelta con el acelerador a fondo, no es la fiabilidad la que será puesta a prueba, sino el rendimiento a bajas revoluciones que, además, se verá afectado por el offset acústico provocado por la temperatura.
Ajustar la curva de potencia es la clave de Hockenheim.

Las fuertes frenadas son una buena oportunidad para adelantar, y la carga aerodinámica, que teóricamente debería ser intermedia, se reduce aprovechando la reducida presencia de curvas rápidas para mejorar tanto el ataque como la defensa al asegurar una mayor velocidad punta.
La suspensión queda como la principal encargada de mantener la estabilidad a alta velocidad, por lo que debería ser bastante dura. Sin embargo la necesidad de potenciar el agarre en la salida de las curvas lleva a la elección de una configuración blanda, aunque inversa a la usada en la mayoría de los circuitos empleando mayor dureza en el tren delantero que en el trasero, reduciendo el castigo de sus neumáticos.


El trazado se divide en dos sectores, la zona rápida y el técnico Motodrom, que contiene once de las diecisiete curvas; y en él destaca especialmente por su singularidad la quinta, la Parabólica, una falsa recta en la que se superan los 300 km/h con un leve giro a izquierdas.
Existen dos puntos óptimos de adelantamiento rodeando la Parabólica: la Horquilla, un lentísimo cambio de dirección de 180º situado al final, y el conjunto de las curvas segunda y tercera, que vienen precedidas por dos rectas.
Precisamente esta zona es uno de los puntos críticos del circuito, ya que mantener el ritmo es fundamental para mantener el puesto hasta el Motodrom y la frenada-aceleración suele derivar en una salida de pista.
La otra zona complicada es Südkurve, el final de dos giros bruscos a derechas con un ligero desnivel, que además marca el inicio de la recta principal, sumando a la dificultad técnica la obligación de salir con el coche suficientemente revolucionado para no vender la posición.

Hockenheim, el hogar del Große Preis von Deutschland, es el hermano pequeño de los viejos circuitos europeos, a pesar de que una de las diferencias es ofrecer un espectáculo mayor.
Históricamente sometido por Nürburgring, ha aceptado las reformas mucho mejor que el Infierno Verde, al que claramente supera en la actualidad. La pista no plantea grandes dificultades por la sencillez de su diseño y la suavidad del relieve, dejando sin embargo un espacio importante a la competición con buenas opciones para adelantar.

Los números de Hockenheim pertenecen a Michael Schumacher, con cuatro victorias sobre el nuevo trazado; pero la leyenda es la de los Ringmeisters, Fangio y Stewart, héroes de otro tiempo en el que cruzar a toda velocidad el valle del Rin era una locura más allá del riesgo.

06 julio 2008

Análisis - Silverstone 2008

Una tormenta de verano ha sido suficiente para transformar una de las carreras habitualmente más monótonas del Campeonato del Mundo en el Gran Premio más complicado de los últimos años.
A pesar del arranque soleado, la lluvia caída a lo largo de la mañana convirtió las curvas en rápidos, y concretamente Abbey en una laguna que
se hacía irresistible para la navegación. La amenaza de más precipitaciones ponía a prueba a los estrategas de los equipos, y el primer movimiento en este sentido lo realizaba Williams, que mandaba a Rosberg salir desde el pit lane con repostaje incluído.

En la salida Räikkönen ha demostrado poseer el mejor arranque, que de poco le ha servido al no encontrar el hueco entre Kovalainen y Webber; mucho más astuto Hamilton se ha dirigido a la zona despejada llegando a superar momentánamente a Heikki en un duro duelo que ha llegado al contacto.
En medio de la lucha Webber fue la primera víctima del agua, precipitándose al último lugar con un trompo en Hangar hasta que Massa le arrebató la posición marcando el punto de inicio de una de sus peores carreras.

Poco después Vettel y Coulthard quedaban fuera en una vistosa salida de pista simultánea en Priory más propia del patinaje artistico.
No había transcurrido ni una vuelta y cuatro monoplazas probaban a hacer off road por los lacustres exteriores de Silverstone.

Las batallas en serio las libraban ambos McLaren y Alonso, en su elemento natural, contra Heidfeld. Tanto Feyd-Rautha como El Bueno aportaron una de sus cualidades más expuestas esta temporada, falta de concentración, facilitando enormemente el adelantamiento de dos pilotos expertos en agua, tanto que Fernando conseguía marcar la vuelta rápida.
Heikki empezaba a aflojar y sufría una derrapada que, sin embargo, consiguió controlar con habilidad dejando a Iceman sólo al acecho.
La situación más llamativa por el momento era la de Trulli, que con su escalada de siete puestos retenía a Robert Kubica en el único cuerpo a cuerpo interesante.

El espectáculo ha tenido nombre propio: Mark Webber.
Tras su enorme error del principio su remontada acuática ha dejado en evidencia a Massa, incapaz de superar a Rosberg y Fisichella hasta el final del primer stint. En ese tiempo El Almirante ascendía del decimoctavo al décimo
puesto, adelantando a sus rivales con autoridad y una facilidad increíble.
Los únicos capaces de superar el ritmo infernal de Mark eran los líderes, que alternaban la vuelta rápida con una pequeña ventaja para Räikkönen, insuficiente para recortar el espacio ganado por Hamilton.
Las decepciones eran Sutil, con un vuelo lateral de mucha plasticidad, y Kovalainen, dos segundos más lento que la cabeza en su lucha con la dirección del McLaren; excepcionalmente Piquet se salvaba de la lista colocado cómodamente en sexta posición.

Con la pista cada vez más seca la estrategia en el primer pit stop iba a resultar decisiva; desastrosa para los dos pilotos expuestos por sus equipos al riesgo de más lluvia del inestable clima de Silverstone: Alonso y Räikkönen mantuvieron los neumáticos - intermedios prácticamente lisos por el uso - mientras que los demás emplearon otro juego antes de que empezaran a caer las primeras gotas.
Como resultado de este nuevo error táctico, pero poco sorprendente, de Renault y Ferrari dos de los mejores conductores en mojado eran cazados por Piquet, en el caso de El Nano, y por Kovalainen y Heidfeld, en el caso de Iceman.

Uno de los mejores y más arriesgados adelantamientos de la temporada iba a producirse gracias a un nuevo despiste de Heikki; mucho más rápido que Kimi, esperó demasiado para intentar adelantarle, hasta la llegada a Luffield, lo que dejó tiempo suficiente a El Bueno para pensar. Cuando por fin Feyd-Rautha realizó la maniobra se confió una vez más, aunque nadie podía esperar el temerario ataque de Nick que le llevó a la segunda posición.
Cómodamente Hamilton se escapaba cada vez más, y el único que le ponía en peligro era Fisichella, que perdiendo el control en Maggots casi se le lleva por delante.

La catástrofe de Alonso y Räikkönen se hacía oficial con un precipitado pit stop, y suponía el inicio de un pequeño festival de despropósitos.
Massa, decimocuarto, era adelantado por Nakajima, y Kubica pasaba a Piquet, ventaja desperdiciada en el repostaje por el segundo fallo de los mecánicos de Robert; Kovalainen, que en ese momento contaba con una enorme ventaja, perdía cuatro segundos por vuelta frente al BMW, que le acabó adelantando con una maniobra magnífica en el interior de Stowe.
La lluvia torrencial llegó para potenciar las salidas de pista, mucho más vistosas y con protagonistas importantes: Hamilton, Kubica, Räikkönen y los reincidentes Massa y Webber; por supuesto era el turno de Piquet, demasiado discreto, que quedó clavado en la embarrada puzzolana de Abbey, el mismo lugar en el que también iba a abandonar Kubica.

Al cesar la lluvia llegó el momento de Barrichello, que con sus neumáticos hard rain había conseguido recortar a un ritmo inalcanzable para los demás hasta colocarse detrás de Alonso, del que se deshizo en Clubs colocándose cuarto. Momentáneamente iba a reclamar la atención Rosberg
perdiendo su alerón en un choque contra Glock, que aprovechaba para pasear con Button por la hierba; aunque muy pronto Rubinho recuperaba el foco del Gran Premio alcanzando y adelantando a Heidfeld.
A pesar del ritmo demencial del Honda, Hamilton se encontraba totalmente seguro, rodando mucho más deprisa y visiblemente más cómodo que los demás, intratable; y en cualquier caso, para su alivio, Barrichello sorprendía con un nuevo pit stop, tan inesperado como el segundo de Trulli, que le colocaba en tercera posición.

Previamente a la parada del Toyota, Alonso presionaba a Verdaderamente, dejando que Kovalainen y Räikkönen se acercaran. De nuevo Heikki prefería esperar, demorando el adelantamiento en Priory, que trasladaba todo el interés en la defensa de El Nano frente a Kimi; cuando esta batalla iba ganando intensidad un trompo de Feyd-Rautha, que lo tenía todo hecho, regalaba a ambos una posición situándose justo detrás.

Hamilton irrumpía en busca de mayor gloria con una absurda exhibición, doblando a los dos y en busca de Barrichello, el tercer clasificado.
Pasada la Flecha de Plata, Fernando conseguía contener a Räikkönen en paralelo en Luffield, pero el Ferrari era incontenible en Stowe; el turno de pelear con el Renault volvía a ser de Kovalainen, enfrentamiento que permitía acercarse a Nakajima. En dos ocasiones El Nano evitó que culminaran sus arriesgados intentos, aunque por fin Heikki brilló en Brooklands al conseguir la quinta posición sorprendiendo por el exterior, por un hueco mínimo.

Hasta la épica llegada de Lewis Hamilton bajo la bandera damero, a 68 segundos de Heidfeld sólo hubo ataques discretos de Nakajima a Alonso.
Rubens Barrichello cruzaba en tercera posición, otorgando a Honda su mejor resultado desde 2006.

La conclusión es que Felipe Massa es fuertemente soluble.
El pánico ha tomado Ferrari cuando ha aparecido el agua, no sólo por la alergia de su segundo piloto: la
responsabilidad de adaptar la estrategia es un peso demasiado grande desde que se fue Jean Todt.
Pero a pesar de todo lo que se pueda criticar al pitwall de la Scudería, un enemigo en casa a pesar del cual Räikkönen ha conseguido puntuar, la actuación de Massa ha sido vergonzosa. Más allá de la odiosa comparación con Iceman, la remontada de Mark Webber, en la misma situación, ha revelado la incapacidad de Felipe; el brillo de El Almirante en la primera parte de la carrera - fundido en la segunda - le ha permitido hacer media docena de adelantamientos con el RB4, mientras que el Rayo Rojo era incapaz de pasar a Rosberg y Fisichella.

La actuación de Renault ha sido muy parecida a la de Ferrari. Tomando una decisión tan equivocada como la de Domenicalli, el equipo ha condenado al otro regenmeister, Alonso, a desperdiciar su habilidad como ha ocurrido con Räikkönen; últimamente ambos equipos cuentan sus decisiones arriesgadas por fracasos, por lo que quizá sea el momento preciso para plantear cambios estructurales.
Además, en este discurrir paralelo, Nelsinho Piquet no ha decepcionado y ha vuelto a pifiar cuando lo tenía todo a favor; con unos cuantos caballos, pintura y una vida disoluta para Domenicalli apenas se podría distinguir ambas escuderías.

El paseo de Hamilton, por otra parte, ha sido tan insultantemente épico que pone más en relieve las carencias de sus rivales.
Lewis ha hecho una carrera perfecta, incluso por su capacidad de recuperarse de una salida de pista, en el Gran Premio más complicado en mucho tiempo. El McLaren ha sido un cometa que los demás sólo han podido limitarse a mirar en la distancia, tan fuerte y seguro que lo único que se puede echar en cara al nuevo líder del Campeonato del Mundo es el exceso de confianza por conseguir una victoria histórica, a las puertas de doblar a los otros ocupantes del podio.
El control de Hamilton en agua esta temporada le está empezando a definir como uno de los expertos, más aún comparando con los resultados de su compañero. Kovalainen tiene un serio problema: se queda corto para las exigencias de McLaren. No importa la reincidencia en desaprovechar una oportunidad única, dada la dificultad de la carrera, o la falta de concentración que se está convirtiendo en una seña de identidad; lo realmente preocupante es volver a caer en la trampa de un adelantamiento doble ejecutado por un piloto pícaro ... ser engañado por segunda vez en tres Grandes Premios debería costarle cuatro puntos de la superlicencia.

Nick Heidfeld ha sido el infalible y brillante, en el mismo fin de semana que se ha demostrado que BMW está formado por humanos.
Segundo puesto y éxito rotundo, sin cometer un sólo fallo, son las pruebas de una carrera extraordinaria en la que El Bueno ha justificado su puesto en el equipo. La situación habitual se ha invertido, aunque la salida de pista de Kubica no es una decepción: los errores de los mecánicos de BMW se han acumulando en perjuicio de Robert, que a pesar de la excelente recuperación por su cuenta topaba con el equipo; así que en este Gran Premio fatídico el único fallo que ha cometido le ha costado el abandono a pesar del que sigue a dos
puntos del líder del Campeonato del Mundo.

El actor principal, con permiso de Hamilton, se llama Rubens Barrichello. Una mezcla de estrategia,
oportunismo, habilidad y suerte le ha dado un podio después de 55 Grandes Premios.
En primer lugar, y más importante, Rubinho no ha cometido un solo fallo mientras que todos sus rivales se dedicaban al rally, ganando posiciones simplemente por resistencia. En el momento que la tormenta se acercaba el equipo ha aportado una táctica arriesgada, montando ruedas de lluvia extrema con gran éxito: el ritmo de Barrichello ha sido tan bueno que ha alcanzado la segunda posición con ventaja suficiente para cubrir un cambio de neumáticos adicional, que al final ha sido necesario.
Puede que la fortuna haya sido determinante, pero el equipo ha actuado con inteligencia cuando, a diferencia de lo que ocurría con Räikkönen y Alonso, no tenían nada que hacer.

El Gran Premio de Gran Bretaña ha sido muy difícil para los pilotos y, consecuentemente, divertido y espectacular.
Las constantes salidas de pista de algunos de los mejores pilotos dan valor a todos, y a pesar de los incidentes siempre ha habido sensación de seguridad. El spray que ha escondido a los coches al inicio y el aquaplanning no han evitado que por otra parte se hayan visto algunas de las mejores maniobras de la temporada: los adelantamientos de los BMW y Kovalainen han sido memorables; increíbles teniendo en cuenta las circunstancias.
En una época con carreras nocturnas, ¿por qué no instalar aspersores en Silverstone?.

Enhorabuena a Hamilton y Heidfeld por una carrera perfecta que ha dado buena medida de su habilidad y, en el caso de Lewis, su integración perfecta con el equipo. McLaren simplemente ha estado brillante.

Ánimo para Räikkönen y Alonso, que han visto lastrado su talento bajo la lluvia por sus escuderías; los errores de Ferrari se acumulan y sirven de excusa para Massa, el piloto de secano.

Felicidades para Honda y Barrichello, que quizá vean cubierta su gran actuación por la importancia del factor suerte. Rubinho se ha encontrado parcialmente con el resultado, pero el éxito ha necesitado que suerte e inteligencia se aliasen.

Zarpamos hacia Hockenheim.

04 julio 2008

Briefing - Silverstone 2008

Las pistas de despegue del aeródromo son un escenario mejorable del primer duelo directo Ferrari - McLaren en mucho tiempo.
Desde la locura de Mónaco ha habido muchos elementos que han alterado la competición - lluvias, sanciones, accidentes y averías incomprensibles - que han dado carreras imprevisibles, incluso en lugares tan anodinos como Magny-Cours.

La llegada a Silverstone, a priori, deja en igualdad de condiciones a los dos equipos punteros: la ventaja de pista de McLaren en un circuito construído a base de curvas rápidas parece recortar la superioridad tecnológica de Ferr
ari, dejando a ambas escuderías en el mano a mano más claro de la temporada.
Como buen trazado europeo el set up tiene una gran influencia en la clasificación, que suele ser definitiva para el resultado final; a pesar de esta realidad y del extraordinario trabajo de los ingenieros de los Rayos Rojos, una vez más la diferencia con sus rivales se hace mínima por el discutible gobierno desde el pitwall, que precisamente el año pasado dió la victoria a la Scudería.

Muy interesante será comprobar el estado de BMW, cuya caída de rendimiento es tan extraña que podría responder a la planificación táctica del Doctor Theissen, una vez cubiertos los objetivos de la temporada. Es un auténtico misterio lo que puede ofrecer Kubica en Silverstone; la única certeza es que lo hará mejor que su compañero Heidfeld, definitivamente desaparecido en combate.

La estrella esperada en el Gran Premio de Gran Bretaña es Toyota, que a pesar de su irregular progresión ha creado por fin un coche realmente competitivo que ha caído en manos del veterano Jarno Trulli, en un estado de iluminación en el que pocas veces se ha encon
trado. Verdaderamente está aportando al TF108 mucha competitividad, sobre todo a la hora de mantener a monoplazas más rápidos detrás; Trulli aprovecha los buenos resultados de la clasificación, por fin, y se convierte en un muro durante la carrera.
Red Bull, Renault y Williams tienen mucho trabajo por hacer, tanto como el piloto de equipo puntero que quede rezagado y se encuentre con el alerón de Jarno.
La influencia del viento dará buena medida de la capacidad de adaptación de todos.


La clasificación ha tenido una irrupción tormentosa tan chocante como algunos resultados; a pesar de desarrollarse normalmente el final de Q3 ha sido una auténtica sorpresa.
La primera tanda ha tenido un inicio distinto al habitual, al lanzarse los McLaren bien pronto a su pista. Webber y Alonso se han colocado cerca de los líderes, aunque el protagonista iba a ser Sebastian Vettel, que ha tenido una jornada memorable al colocarse tercero.
Rosberg ha demostrado que el coche menos conducible, con diferencia, es el Williams, tanto que prácticamente se podría descartar que aguante durante todo el Gran Premio. Con Nico en zona de eliminación una precipitación puntual ha enviado a todos los monoplazas al box, haciéndole renunciar.
Sólo se han atrevido
a probar la pista Bourdais, ya clasificado, y Button y Fisichella, en un intento infructuoso por conseguir la salvación, con trompo del Force India.

La segunda sesión se ha desarrollado con la pista completamente seca, y de nuevo a sido la oportunidad de Mark y Fernando de demostrar su fuerza, aunque no tan contudentemente como McLaren, que ha advertido de su poder en el sector rápido con las dos primeras posiciones.
Las cosas estaban algo confusas en BMW, equipo que ha esperado para rodar solo y sorprender con el tercer y cuarto puesto. Coulthard y Trulli se preparaban para intentar superar la marca de clasificación, mientras Sebastian volvía a brillar con una vuelta rapidísima que le aseguraba el pase a Q3; al final Piquet, décimo, ha dejado fuera a los dos Toyota y a El Superhéroe.

La ronda definitiva ha dado una muestra del comportamiento discutible de los equipos, que más tarde daría lugar a una parrilla de salida inédita: a pesar del riesgo de una nueva lluvia, todos los coches han permanecido un tercio de la sesión esperando para saltar a la pista.
Hamilton comenzaba su duelo con Räikkönen con ritmo suficiente para conseguir la pole, pero al salirse recto en Brooklands evidenció claros problemas de subviraje del McLaren, bastante mal reglado para esa carga de combustible a la vista de la tendencia a escapar de la trazada en el resto de la sesión. Kovalainen se colocó primero al tiempo que comenzaban los problemas más organizativos que mecánicos de dos de sus rivales.
Uno de sus neumáticos impedía a Felipe Massa dar su vuelta óptima y teniendo en cuenta la pobreza de la primera le dejaba sólo por delante de Kubica, que por un fallo indeterminado en el chasis o el tren
trasero ni siquiera pudo salir; ambos, por tanto, regalaban a Sebastian Vettel la octava posición, más allá de lo que podía aspirar.

En la batalla por la pole quedaban envueltos los McLaren y Kimi, que en el primer asalto superaba el tiempo de Feyd-Rautha. Hamilton se subía por los pianos, rebasando tanto el límite sin éxito que con su cuarta posición sólo contribuyó a aumentar la sorpresa que daba Mark Webber al colocarse primero cuando nadie prestaba atención.
Kovalainen era el único con opción de superar al Red Bull, si aprovechaba la gran oportunidad de conseguir su primera pole contra un rival teóricamente asequible pero con un tiempo impresionante; en esta ocasión Heikki, decidido, consiguió sin cometer un fallo llevar a la ligera Flecha de Plata a la pole, superando en medio segundo a Mark.

La previsión es una victoria bastante probable de Räikkönen, aún teniendo en cuenta el excelente ritmo de los McLaren.
Entre las Flechas de Plata existe una clara diferencia de carga, a pesar de la cual el objetivo de Hamilton era la segunda posición, claramente a su alcance. El fallo de Lewis deja a Kovalainen desprotegido, pendiente de que Mark Webber sepa defender su posición, aunque parece que simplemente a Iceman le basta con mantenerse regular y dejar actuar la estrategia del equipo.
Además la irregularidad de Heikki no juega a su favor, aunque nunca se ha visto en otra como esta y una tormenta como la de la clasificación podría beneficiarle al alterar la planificación.

El espectáculo lo tienen que aportar Massa, que ha vuelto a sufrir una recaída de su alergia al agua, y Kubica, retrasados por problemas injustificables. Ambos quedan por detrás de Vettel y los Renault, que venderán muy cara la posición y los dejarán luchando entre ellos.
El Gran Premio queda, para BMW, en manos de Heidfeld, que ha realizado una estupenda clasificación como lo mejor del equipo, que ha cometido su primer gran error de la temporada.
La gran incógnita, que acaparará parte de la atención, será la actuación de Jarno Trulli. El Toyota no ha dado la talla y saldrá decimocuarto, por lo que una de las opciones del equipo podría ser apostar por reducir el peso y buscar los adelantamientos en pista, aunque lo más seguro será que decidan mantener un ritmo constante que, no obstante, será interesante.

No pierdas de vista a los Renault, las estrategias, Stowe y a Mark Webber.