Las pistas de despegue del aeródromo son un escenario mejorable del primer duelo directo Ferrari - McLaren en mucho tiempo.
Desde la locura de Mónaco ha habido muchos elementos que han alterado la competición - lluvias, sanciones, accidentes y averías incomprensibles - que han dado carreras imprevisibles, incluso en lugares tan anodinos como Magny-Cours.
La llegada a Silverstone, a priori, deja en igualdad de condiciones a los dos equipos punteros: la ventaja de pista de McLaren en un circuito construído a base de curvas rápidas parece recortar la superioridad tecnológica de Ferrari, dejando a ambas escuderías en el mano a mano más claro de la temporada.
Como buen trazado europeo el set up tiene una gran influencia en la clasificación, que suele ser definitiva para el resultado final; a pesar de esta realidad y del extraordinario trabajo de los ingenieros de los Rayos Rojos, una vez más la diferencia con sus rivales se hace mínima por el discutible gobierno desde el pitwall, que precisamente el año pasado dió la victoria a la Scudería.
Muy interesante será comprobar el estado de BMW, cuya caída de rendimiento es tan extraña que podría responder a la planificación táctica del Doctor Theissen, una vez cubiertos los objetivos de la temporada. Es un auténtico misterio lo que puede ofrecer Kubica en Silverstone; la única certeza es que lo hará mejor que su compañero Heidfeld, definitivamente desaparecido en combate.
La estrella esperada en el Gran Premio de Gran Bretaña es Toyota, que a pesar de su irregular progresión ha creado por fin un coche realmente competitivo que ha caído en manos del veterano Jarno Trulli, en un estado de iluminación en el que pocas veces se ha encontrado. Verdaderamente está aportando al TF108 mucha competitividad, sobre todo a la hora de mantener a monoplazas más rápidos detrás; Trulli aprovecha los buenos resultados de la clasificación, por fin, y se convierte en un muro durante la carrera.
Red Bull, Renault y Williams tienen mucho trabajo por hacer, tanto como el piloto de equipo puntero que quede rezagado y se encuentre con el alerón de Jarno.
La influencia del viento dará buena medida de la capacidad de adaptación de todos.
La clasificación ha tenido una irrupción tormentosa tan chocante como algunos resultados; a pesar de desarrollarse normalmente el final de Q3 ha sido una auténtica sorpresa.
La primera tanda ha tenido un inicio distinto al habitual, al lanzarse los McLaren bien pronto a su pista. Webber y Alonso se han colocado cerca de los líderes, aunque el protagonista iba a ser Sebastian Vettel, que ha tenido una jornada memorable al colocarse tercero.
Rosberg ha demostrado que el coche menos conducible, con diferencia, es el Williams, tanto que prácticamente se podría descartar que aguante durante todo el Gran Premio. Con Nico en zona de eliminación una precipitación puntual ha enviado a todos los monoplazas al box, haciéndole renunciar.
Sólo se han atrevido a probar la pista Bourdais, ya clasificado, y Button y Fisichella, en un intento infructuoso por conseguir la salvación, con trompo del Force India.
La segunda sesión se ha desarrollado con la pista completamente seca, y de nuevo a sido la oportunidad de Mark y Fernando de demostrar su fuerza, aunque no tan contudentemente como McLaren, que ha advertido de su poder en el sector rápido con las dos primeras posiciones.
Las cosas estaban algo confusas en BMW, equipo que ha esperado para rodar solo y sorprender con el tercer y cuarto puesto. Coulthard y Trulli se preparaban para intentar superar la marca de clasificación, mientras Sebastian volvía a brillar con una vuelta rapidísima que le aseguraba el pase a Q3; al final Piquet, décimo, ha dejado fuera a los dos Toyota y a El Superhéroe.
La ronda definitiva ha dado una muestra del comportamiento discutible de los equipos, que más tarde daría lugar a una parrilla de salida inédita: a pesar del riesgo de una nueva lluvia, todos los coches han permanecido un tercio de la sesión esperando para saltar a la pista.
Hamilton comenzaba su duelo con Räikkönen con ritmo suficiente para conseguir la pole, pero al salirse recto en Brooklands evidenció claros problemas de subviraje del McLaren, bastante mal reglado para esa carga de combustible a la vista de la tendencia a escapar de la trazada en el resto de la sesión. Kovalainen se colocó primero al tiempo que comenzaban los problemas más organizativos que mecánicos de dos de sus rivales.
Uno de sus neumáticos impedía a Felipe Massa dar su vuelta óptima y teniendo en cuenta la pobreza de la primera le dejaba sólo por delante de Kubica, que por un fallo indeterminado en el chasis o el tren trasero ni siquiera pudo salir; ambos, por tanto, regalaban a Sebastian Vettel la octava posición, más allá de lo que podía aspirar.
En la batalla por la pole quedaban envueltos los McLaren y Kimi, que en el primer asalto superaba el tiempo de Feyd-Rautha. Hamilton se subía por los pianos, rebasando tanto el límite sin éxito que con su cuarta posición sólo contribuyó a aumentar la sorpresa que daba Mark Webber al colocarse primero cuando nadie prestaba atención.
Kovalainen era el único con opción de superar al Red Bull, si aprovechaba la gran oportunidad de conseguir su primera pole contra un rival teóricamente asequible pero con un tiempo impresionante; en esta ocasión Heikki, decidido, consiguió sin cometer un fallo llevar a la ligera Flecha de Plata a la pole, superando en medio segundo a Mark.
La previsión es una victoria bastante probable de Räikkönen, aún teniendo en cuenta el excelente ritmo de los McLaren.
Entre las Flechas de Plata existe una clara diferencia de carga, a pesar de la cual el objetivo de Hamilton era la segunda posición, claramente a su alcance. El fallo de Lewis deja a Kovalainen desprotegido, pendiente de que Mark Webber sepa defender su posición, aunque parece que simplemente a Iceman le basta con mantenerse regular y dejar actuar la estrategia del equipo.
Además la irregularidad de Heikki no juega a su favor, aunque nunca se ha visto en otra como esta y una tormenta como la de la clasificación podría beneficiarle al alterar la planificación.
El espectáculo lo tienen que aportar Massa, que ha vuelto a sufrir una recaída de su alergia al agua, y Kubica, retrasados por problemas injustificables. Ambos quedan por detrás de Vettel y los Renault, que venderán muy cara la posición y los dejarán luchando entre ellos.
El Gran Premio queda, para BMW, en manos de Heidfeld, que ha realizado una estupenda clasificación como lo mejor del equipo, que ha cometido su primer gran error de la temporada.
La gran incógnita, que acaparará parte de la atención, será la actuación de Jarno Trulli. El Toyota no ha dado la talla y saldrá decimocuarto, por lo que una de las opciones del equipo podría ser apostar por reducir el peso y buscar los adelantamientos en pista, aunque lo más seguro será que decidan mantener un ritmo constante que, no obstante, será interesante.
No pierdas de vista a los Renault, las estrategias, Stowe y a Mark Webber.
De un par de ideas para ganar en los Goya del 2018
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Mi querido amigo Luis Ramón sugiere, *for free*, unas cuantas ideas de
tramas para obras cinematográficas que, a buen seguro, coparán los primeros
puesto...
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