El Campeonato del Mundo, con extrema igualdad de los líderes, celebra este fin de semana el Gran Premio de China, desde 上海國際賽車場, también conocido como Circuito Internacional de Shanghai.
A falta de tres carreras, que se celebrarán en 21 días, no existe posibilidad para cometer errores subsanables, por parte de los pilotos; mientras que los técnicos sólo tienen tiempo para ver el fruto de su trabajo mientras preparan la temporada que viene.
El Circuito Internacional de Shanghai, de reciente construcción, fue creado, una vez más, por el arquitecto Hermann Tilke. En este autódromo, por supuesto, se pueden encontrar las claves habituales de los diseños de Tilke: rectas largas terminadas en fuertes frenadas, que propician adelantamientos, y una parte de curvas rápidas, que hace crecer el espectáculo.
Aunque apenas es la segunda vez que se disputa el Gran Premio de China, el parecido del circuito con otros de reciente incorporación hace sencillo establecer el set up óptimo.
Uno de los puntos principales es establecer el compromiso de la carga aerodinámica entre la velocidad punta en las dos enormes rectas y el apoyo en las curvas: asegurar un buen paso por el sector más virado puede significar un adelantamiento a final de recta.
Los datos manejados por los ingenieros, bastante sorprendentes, indican que una mayor carga reduce el tiempo medio, de manera que naturalmente esta será la tendencia, salvo en los que tengan la necesidad de ganar muchas posiciones, que apostarán por la ventaja de la punta de velocidad antes de las frenadas.
Los otros factores no resultan críticos en Shanghai, donde la suspensión delantera será algo más rígida que la trasera, buscando buena tracción y estabilidad. El motor no será sometido a uan fuerte exigencia y, en general, la mecánica se verá favorecida en cuanto a refrigeración por las condiciones previstas.
Serán los neumáticos, concretamente el delantero izquierdo, el centro de atención durante la carrera; debido a los intensos giros a derechas, especialmente en la Curva 1 y la Curva 13, el problema está localizado dentro del juego.
Las curvas son prolongadas, sobre todo las más pronunciadas, hecho que obliga a los fabricantes a garantizar la fiabilidad de forma exhaustiva: la pérdida de grip puede resultar muy cara en China, desde la pérdida de posiciones hasta una salida de pista. Los compuestos van a sufrir especialmente y se verán sometidos a graining.
Un último dato sobre su diseño es el hecho de que este circuito tan extremadamente técnico fue creado basándose en el ideograma chino shang, 上, que significa ascendente.
La primera sesión de clasificación ha dejado algunas cosas muy claras de cara al fin de semana.
La lluvia esperada ha caído finalmente, y el rendimiento de los Bridgestone se ha desplomado igualmente. La pista mojada ha provocado algunas salidas sin importancia, gracias a la seguridad que garantiza el trazado de Shanghai, aunque Tiago Monteiro ha provocado una bandera roja al dejar su Midland pegado a la pista, a falta de tres minutos para el final, con ambos Toyota fuera de clasificación. A pesar de los esfuerzos de Verdaderamente y El Hermanísimo, lanzados a la desesperada con el tiempo ajustado, el otro equipo Bridgestone ha quedado eliminado en el primer corte.
La segunda ronda ha aumentado la exigencia y con ella los riesgos. Además ha confirmado el rendimiento bajísimo de los Bridgestone, que únicamente han colocado un piloto, Zapatero, entre los clasificados. Han empezado patinando los Toro Rosso, tanto que Scott Speed ha acabado impactando lateralmente con las protecciones, aunque no le ha impedido continuar; más tarde le tocaba el turno a Michelin, con las largas salidas de pista de los Renault y de Rubinho, que ha detenido su Honda a menos de un metro del muro, tras atravesar un tramo enorme de puzzolana.
Los BMW y, sobre todo, los Ferrari han demostrado su falta de adaptación con un ritmo bajísimo, logrando el paso de forma muy ajustada, con el tiempo cumplido, Michael Schumacher y Robert Kubica. Entre los eliminados la mayor sorpresa es el decimotercer puesto de Felipe Massa, absolutamente perdido en Shanghai después de su cambio de motor, mientras que el resultado negativo de los Williams cada vez es más habitual. El triunfador ha sido Robert Doornbos, que se ha colado en la última manga en su regreso a la competición sustituyendo a Christian Klien, superando a su compañero en Red Bull, David Coulthard.
La última sesión de clasificación ha sido poco emocionante y se ha decidido con claridad.
En un principio parecía que iba a empezar una batalla de estrategias en cuanto a tipo de neumático al empezar a secarse la pista, aunque los charcos han terminado con cualquier posibilidad de hacer una apuesta diferente.
Durante las vueltas de consumo Iceman ha perdido un retrovisor que ha quedado en medio de la pista, y a pesar de este riesgo evidente la dirección de carrera ha decidido que la ronda continuara. ¿El resultado? Jenson Button ha dañado su alerón delantero y Giancarlo Fisichella ha pasado por encima de la pieza, haciéndola volar.
Fernando Alonso se ha colocado en la primera posición al inicio de las vueltas definitivas, lugar que no ha abandonado hasta conseguir la pole. Michael Schumacher no ha inquietado en ningún momento a los más rápidos, aunque a pesar de su ritmo bajo ha alcanzado la sexta plaza.
Han decepcionado los BMW, por debajo de los resultados excelentes a los que están habituados y, en menor medida, los McLaren, con un trompo de Pedro Martínez de la Rosa en su mejor vuelta que le ha costado la tercera línea de la parrilla. Se esperaba más de las Flechas de Plata en Shanghai.
El resultado final ha sido excelente para El Nano, con su compañero Físico junto a él y los dos Honda por delante del primer Rayo Rojo. Fantástica clasificación de Rubens Barrichello, una tercera posición que hacía mucho tiempo que no ocupaba Rubinho.
La carrera se presenta muy favorable para Renault, que puede ganar una ventaja importante, suficiente para asegurar el título antes de la última carrera. Shanghai es la cara oscura de Monza y el resultado de Ferrari se preveía malo antes de poner el pie en China, de forma que se sigue el guión previsto.
El resto de escuderías están aquí para asumir riesgos, mayores según termina el Campeonato del Mundo y hay menos que perder.
El agua será la protagonista del Gran Premio de China con total seguridad, y dar un posible resultado en esas condiciones es muy difícil, aunque apostar por una victoria Renault es lo más evidente. A pesar de esta previsión se puede esperar un ataque feroz de Honda por la victoria, con alguna estrategia arriesgada.
Aunque queden prácticamente descartados en la lucha por la victoria no hay que subestimar a los McLaren, contando el factor carga de combustible, ni a Michael Schumacher, un experto en pista mojada, a pesar de sus ruedas.
No pierdas de vista a la lluvia, a Jenson Button, la Curva 1, a Michael Schumacher y la Curva 13.
De un par de ideas para ganar en los Goya del 2018
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Mi querido amigo Luis Ramón sugiere, *for free*, unas cuantas ideas de
tramas para obras cinematográficas que, a buen seguro, coparán los primeros
puesto...
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