08 octubre 2006

Análisis - Suzuka 2006

Imprevisible. El Gran Premio de Japón no ha sido una carrera divertida, ni emocionante, al menos en su desarrollo, pero si lo sorprendente es aquello que rompe lo pronosticado esta ha sido una de las colecciones de sorpresas más grandes de la temporada.

Desde antes del inicio, con un sol de justicia en el cielo en lugar del tifón esperado, quedaba claro que ; aunque después de cada entrenamiento se asumía un resultado futuro. De la misma manera se ha desbaratado la ventaja de Michael Schumacher, la superioridad de los Bridgestone, la fiabilidad de Ferrari.
El guión era sencillo: Zapatero pasa a Massa, los Ferrari escapan, el resto de los monoplazas se ajustan al ritmo de Toyota y Michelín aguanta como puede. El objetivo estaba definido ante esta perspectiva: Felipe Massa debía acompañar a Michael Schumacher y los Renault adelantar a los Toyota y perder la menor diferencia posible.
Pero cuando todo dejar de funcionar para bien o para mal, adaptarse es la estrategia de los fuertes.

La salida ha obedecido a lo planeado con Fernando Alonso arrancando de forma excepcional, pasando a Jarno Trulli por el interior de la primera curva y asentándose en la cuarta plaza. El otro Renault ha protagonizado la peor salida, cediendo ante los Honda; todo indicaba que tocaba ver al Giancarlo Fisichella mediocre.
El mejor ritmo lo marcaban Felipe Massa y El Hermanísimo durante la primera vuelta, mientras que Rubinho se veía obligado a entrar al pit lane en la segunda para cambiar el alerón delantero.
En el inicio, después de los adelantamientos de la salida, se establecía la pelea entre Mark Webber y Robert Kubica, dos pilotos duros que partían desde atrás. Cuando la mayor parte de los monoplazas rodaban en caravana, en la recta de tribunas Kubica se abría para adelantar a coches más lentos, momento que aprovechaba El Almirante para coger su rebufo, ponerse en paralelo aprovechando la anchura de la pista y pasar al BMW.
Por delante Zapatero pasaba a Massa con pocas dificultades en la recta principal, muy distinta maniobra del derroche de fuerza del Midland de Tiago Monteiro adelantando a Vitantonio Liuzzi, un cambo de orden poco habitual.

Finalmente, tras muchas vueltas, Fernando Alonso, cada vez más seguro por el rendimiento sorprendentemente bueno de los Michelín, cazaba a Ralf Schumacher; y paralelamente Giancarlo Fisichella apretaba al otro Toyota, pilotado por Jarno Trulli.
Se mantendrían esta posiciones, a pesar de los intentos de los Renault, hasta la primera parada.
Verdaderamente realizó el primer pit stop, bastante más tarde de lo previsto, dejando el camino libre a Físico.
En pista Iceman se pegaba a El Bueno, mientras El Nano, por fin, conseguía pasar a El Hermanísimo por el interior de la primera curva como hiciera con su compañero.
Inmediatamente paraban los Ferrari, hecho que aprovechó Fernando Alonso para recortar la distancia con Michael Schumacher gracias a la diferencia de peso, en una carrera que cada vez le resultaba más favorable; de hecho a su salida Massa se encontraba con Heidfeld, que se iba a convertir en un bloqueo para el Rayo Rojo.
El pit stop de los Renault colocaba, gracias a la presencia de El Bueno, a El Nano en la segunda posición, a pesar de los esfuerzos de Felipe Massa por pasar al BMW.
La serie más larga en cabeza fue la de Michael Schumacher, aunque se queda corta ante las veinte vueltas de las Flechas de Plata antes de pasar por el pit lane, evidentemente aprovechando su ventaja en la carga de carburante.
Por detrás comenzaban los incidentes, cuando el alerón trasero del Midland de Christijan Albers se desprendía, cayendo sobre la rueda y destrozando el tren posterior. El neumático salió despedido del monoplaza, desgarrando las sujecciones y partiendo el eje, que quedó sobre la pista, en la Curva S aunque, afortunadamente, fuera de la trazada.

El segundo pit stop invirtió las posiciones de los Toyota, los primeros en entrar, de manera que Verdaderamente tomó la delantera a su compañero, aunque éste no se separaría de él, buscando el error. Tras la parada de los Renault Físico se colocó entre ellos y rodó en paralelo con Jarno Trulli en una gran exhibición para adelantarlos.
Hasta ahora los pit stops habían dado la vuelta a las previsiones, y el rendimiento de los neumáticos era el contrario del esperado; los Toyota caían muchos puestos, Botón alcanzaba una buena posición y Físico protagonizaba una remontada espectacular, sin contar con la magistral carrera de Fernando Alonso.
Quedaba el último repostaje de Michael Schumacher para ver la culminación de los imprevistos.

El pit stop de Zapatero fue rápido y eficiente, de forma que dejaba la carrera sentenciada, aunque bastó una vuelta para romper el orden. El Ferrari número tres comenzó a arder en la aceleración, dejando como marca una nube blanca que certificaba el abandono del campeón del mundo; Michael Schumacher se dirigía al box, con una retirada en su penúltima carrera cuando prácticamente estaba ganada, saludando al público, dispuesto a consolar a sus mecánicos.
Era el adiós al Campeonato del Mundo de una de las leyendas de la Fórmula 1.
Inmediatamente las cosas se relajaban en cabeza y cada piloto asumió su puesto. Una vez que Iceman realizó su segunda parada se mantuvieron las posiciones hasta el final.
El único suceso reseñable fue el accidente de Mark Webber, que llegó muy pasado a la última curva, salió de la pista y destrozó su monoplaza por la cercanía del muro.
Robert Kubica apretó a Nick Heidfeld por la última plaza de puntos, aunque no consiguió pasarlo.
Bajo la bandera damero pasó Fernando Alonso, pletórico, en primera posición después de una carrera memorable, sorprendente para todos, que ha certificado casi totalmente el Campeonato del Mundo. De la misma forma el tercer puesto de Jarno Trulli casi ha sentenciado el Mundial de Constructores.

Acabado el Gran Premio de Japón, la conclusión es definitiva.
Ha sido una carrera fantástica de Fernando Alonso, dónde ha contado tanto su habilidad, como el rendimiento tecnológico y la suerte. Resultará histórica porque ha sido el golpe definitivo al Campeonato del Mundo, convirtiendo Interlagos en un trámite.
Es el ganador de este Gran Premio, lo que seguro le convertirá en el campeón del Mundial de Pilotos; y gracias a su registro y el resultado de su compañero también hará a Renault campeón de constructores. Es el hombre del día y merece la gloria ganada, aunque la imagen de Suzuka no es la suya.
Michael Schumacher ha vivido su último Gran Premio al máximo nivel de competitividad, a la espera del trámite de Brasil. Quedará para la historia el abandono del mítico piloto de Ferrari, que prácticamente ha abandonado la pequeña oportunidad que se presenta complicadísima.
Otra de las conclusiones es el fantástico rendimiento de Michelín, que ha visto ascender a sus pilotos según avanzaba la carrera, mientras que los Toyota, de Bridgestone, apenas han arañado puntos a sus rivales directos, BMW.
También hay que destacar la extraordinaria carrera de Kimi Räikkönen, quinto tras remontar seis posiciones; lo que hace que la tercera plaza del Campeonato del Mundo no esté decidida.

Enhorabuena, por tanto, a Fernando Alonso; sorprendente ganador del Gran Premio de Japón y prácticamente doble campeón del mundo.
Tanto él cómo Renault han sido merecedores de estos títulos y lo vivido en Suzuka es un justo premio a su esfuerzo; además de ser un buen resumen de la trayectoria de piloto y escudería desde su irrupción en el Gran Circo.

Felicidades también a Michael Schumacher por una carrera perfecta truncada por las circunstancias. Esperemos que compita al máximo por la pequeña opción al Mundial de Pilotos y remate su trayectoria legendaria con una carrera emocionante, como él y Alonso merecen.

Zarpamos rumbo a Brasil.

2 comentarios:

kronosXXI dijo...

Ya me parecía raro a mi que Alonso este año no estaba teniendo la suerte que suele ostentar.

Anónimo dijo...

como siempre en estos casos, la fórmula 1 no es lo mío.
Saludos.