27 septiembre 2009

Análisis - Singapur 2009

Relámpagos lejanos contra el skyline de Singapur completaban la imagen que podría representar cualquier distopía futurista; y a un nivel más terrenal desbordaban a los responsables de estrategia de los equipos.
Estos ingenieros ya tenían planteamientos bastante locos de por sí, puesto que nadie podía imaginar que Hamilton iba bastante más cargado que sus perseguidores y que Force India montaba una táctica ideal para un nuevo caso Nelsinho: Sutil hasta arriba y Liuzzi, en la última posición, de los más descargados.
Por si fuera poco Heidfeld, corto en el pesaje, optó por cambiarlo todo y salir desde el pit lane.

La salida ha sido dominada por Alonso, que se colocó cuarto aún con Webber lanzándose inmediatamente sobre él. Mark necesitó llegar a la Curva 7 para ganar suficiente ventaja aprovechando la escapatoria y sacar al exterior a Fernando en la siguiente; la inteligente maniobra abrió también la puerta a Glock, ya que El Nano no podía hacer nada para volver a una trazada llena, pero por prudencia Red Bull ordenó a Webber dejar pasar a ambos unas vueltas más tarde.
En cabeza se sucedía el proceso previsto: al apagarse el semáforo Lewis apretó el botón del KERS y se perdió dejando a Vettel contra Rosberg, un duelo en el que el Williams se alzó ganador. También según lo esperado - por desgracia para McLaren - Kovalainen fue adelantado entre otros por Barrichello y Nakajima, consiguiendo detener la sangría en Button.

El inicio del desfile con la vuelta rápida de Hamilton sacó a la luz la excelente salida de Alguersuari, decimocuarto, ya que su batalla por defender la posición frente a Sutil era la única en acción, y en ella el novato empezó a demostrar por qué ha ganado un asiento en la máxima categoría.
Tras Jaime se formó un trenecito, el de los problemas: Adrian fue avisado de un recalentamiento y la cercanía de Fisichella a Liuzzi provocó un intento de adelantamiento que terminó en un contacto lateral que a punto estuvo de aprovechar Trulli.

Por delante otro tren, el de Alonso liderando a Webber, Barrichello y Kubica, más peligrosos pero con espacios suficientes entre ellos.
Fuera del foco Räikkönen sí fue capaz de passar, sacando partido de un error de Buemi, que por poco esquivó el muro. Justo después una pieza que salió volando del Toyota de Glock hizo sacar las banderas amarillas y quedó claro que por acumulación el momento del accidente se acercaba. De hecho parecía el deseo de dirección de carrera, que por evitar hacer salir al Safety Car mandó a un comisario kamikaze a limpiar la pista.

El primer pit stop fue de Vettel, cumpliendo con el guión, seguido de cerca por Rosberg; ambos se dejaron adelantar por Barrichello para evitar problemas, pero Nico ya los tenía y bastante graves: en la reincorporación confundió la línea blanca con un piano y fue sancionado con un drive-through. Glock, temporalmente segundo, no se libró de un repostaje conflictivo, por las ruedas en su caso.
Al contrario el sobradísimo Hamilton pudo regresar conservando su posición, y en el momento exacto puesto que la carrera estaba a punto de romperse.

Incidiendo en su presión sobre Alguersuari, Sutil intentó pasarle y sufrió un trompo por el que apenas rozó al Toro Rosso; sin embargo, cegado por la frustración, no tuvo ninguna precaución en acelerar para volver a la carrera, justo en el momento en el que Heidfeld pasaba por delante de él, así que se llevó por delante al BMW.
Dos coches más fuera (Grosjean abandonó en las primeras vueltas) y el Safety Car a pista.
La neutralización lanzó a todos al pit lane; algunos entraron maldiciendo su mala suerte como Alonso, y otros superaron su nivel de tensión, como Alguersuari, que desobedeció al lollipop man para hacer un homenaje a Massa y arrancar la manguera.
Los coches se apretaban en orden en las primeras posiciones: Hamilton, Rosberg - pendiente aún de cumplir su sanción -, Vettel, Glock, Alonso, Barrichello, Kovalainen y Button.

En la reanudación El Nano volvió a sacar la agresividad para este Gran Premio a su medida, aunque el que más cerca estuvo de llevarse premio fue Barrichello; Sebastian, menos fuerte, tanteaba en espera de la penalización de Nico - recolocado en la decimocuarta posición fue a Trulli a quién tocó sufrirle.
Con campo libre Vettel recortaba casi medio segundo por vuelta a Hamilton, sometido en unos cuantos giros a una presión máxima por parte del Red Bull, que volaba muy cerca de los muros. Las cosas estaban mucho más relajadas al fondo de la zona de puntos, dónde el trenecito de Rubinho se iba alargando.

La segunda ronda de paradas la inició Rosberg, apostando evidentemente por un nuevo Safety Car que casi hace salir él mismo, dejando levemente sobre el hormigón la huella de sus neumáticos fríos. Algo parecido le sucedió a Vettel que además coincidió como víctima de la reglamentación del pit lane - aliada con Button - al ser penalizado con un drive-through por exceso de velocidad, arruinando el tremendo esfuerzo en el que perdió un retrovisor.
Nico quedó detrás de Alguersuari, que se defendió con brutalidad del adelantamiento en la Curva 10 - le costó una reprimenda cuando el Williams completó la pasada - y Sebastian finalmente quedó colocado en novena posición, detrás de los Brawn.

El festival de problemas de Red Bull alcanzaba su punto álgido con origen, una vez más, en el pit lane: a pesar de la revisión de sus frenos durante la parada - y su correspondiente coste en segundos - Mark Webber se estrelló en una de las escapatorias con la rueda envuelta en humo negro. El lugar inusual del choque evitó de nuevo la salida del Safety Car, aunque por si acaso Hamilton se lanzó al pit lane, seguramente animado por un concierto de gritos histéricos de la radio.
En esta ocasión la apuesta le salió bien a Alonso, aunque sus vueltas extras no fueran suficientes para adelantar a Glock por el segundo puesto.
Tan rara como el incidente de El Almirante, pero relacionada con el motivo, sus frenos, fue la retirada simultánea de los Toro Rosso, a los que parecía faltar tiempo para entrar al box.

El pit stop de Brawn devolvió a Button por delante de Barrichello, catapultando al cada vez más afortunado Jenson detrás de Vettel, que se comía la chicane neutralizando parte de su ventaja.
Con Glock bastante lejos Alonso marcó la vuelta rápida; al contrario, sobre Kubica, Nakajima y Räikkönen carecían de ritmo para pasar al BMW y llegar a los puntos.
La apuesta más seria, y centro de atención del Gran Premio, era el mano a mano de Red Bull y Brawn, en el que las cosas se ponían como siempre de cara para Button; sin embargo, el foco no le abandonó pero por otro motivo: cuando se suponían problemas de frenos para Sebastian, fue el monoplaza de Botón el que empezó a soltar carbono por la refrigeración, viviendo las últimas vueltas con la única idea de llegar y haciendo a Barrichello arrepentirse por haber tirado la toalla demasiado pronto.

La bandera damero recibió con tranquilidad y amplio margen a Hamilton, con compañeros de podio tan poco habituales como Glock y Alonso. Los rivales por el Campeonato del Mundo, llegaron manteniendo el orden a partir de la cuarta posición y Kubica volvió a puntuar.

La conclusión es que a Jenson Button la suerte del campeón no le abandona, y una mezcla de Safety Car oportuno, la aplicación de las normas de seguridad del pit lane y un problema de frenos han minimizado los daños de Singapur: Barrichello por detrás, Vettel con una victoria pírrica y un rival menos por el título.
El monoplaza de Mark Webber ha padecido exactamente de lo mismo que el Brawn, e incluso en la misma rueda; el Red Bull ha terminado estrellado y el coche del líder ha aguantado, con la decepcionante sensación de cómo hubiera sido de emocionante la realidad alternativa.

El estreno de Bob Bell ha sido magnífico, teniendo en cuenta que el resultado viene glorificado por la lucha contra las adversidades del fin de semana.
Grosjean ha sido el primero en retirarse - por los frenos, mal endémico - y Alonso ha tenido lo suyo. Fernando ha tenido una actuación habitual, es decir, una carrera muy trabajada con gran concentración dinamitada por las circunstancias en un alarde inoportunidad.
Sin embargo El Nano se ha recuperado bien de la intervención del Safety Car, pero en esta ocasión lo que le ha faltado es ritmo; en condiciones normales las vueltas sobre Glock deberían haber sido suficientes para colocarse segundo, pero en vista de los últimos resultados y el discurrir de la temporada para Renault, acabar en el podio supone un tremendo éxito.
Timo Glock merece también felicitación por su resistencia, si bien el segundo puesto ha sido conseguido a lo Alex Wurz, mediante una concatenación de desgracias de los predecesores; pero el pillaje requiere mucha atención y, sobre todo, estar ahí.

El caso de Rosberg - por trascendente que haya sido el de Vettel - ha sido terrible. Tras una clasificación excelente, la confusión en la salida del pit lane ha llegado en el peor momento posible. El retraso en cumplir la sanción, buscando recuperar el segundo puesto ganado limpiamente en pista, le ha costado la carrera. El drive-through con los coches agrupados ha sido un castigo demasiado grande para un piloto que merecía el podio y que parece la víctima mayor de la iluminación.

Alguersuari merece comentario aparte porque por primera vez se ha comportado como un novato y como un profesional, todo en el mismo Gran Premio.
Su recordatorio a Massa mediante el sentido homenaje a los siete enanitos mecánicos de Singapur 2008, ignorando completamente al lollipop man, ha sido el contrapeso de su aguerrida y profesional defensa frente a Sutil, al que ha desquiciado hasta el punto de provocar su eliminación.
Tantas vueltas viendo al Toro Rosso han roto la concentración de Adrian después del trompo hasta el punto que, sin poder saber qué podía estar pasando por su cabeza, ha embestido a Heidfeld.

El lastre de McLaren, Kovalainen, sigue puntuando, pero ofreciendo actuaciones verdaderamente lamentables. La salida de Heikki, en un coche con KERS, se ha convertido en la verbena de los adelantamientos - y el hecho que todos hayan terminado por delante de él no habla de un buen ritmo de carrera.
Kovalainen se ha encontrado dos puntos por eliminación, y eso no es digno del monoplaza que ha ganado la carrera sobrado.
Hamilton ha hecho sencillamente la carrera perfecta: más cargado y a la vez más rápido, sólo Vettel le ha puesto temporalmente en aprietos, aunque el momento - último stint - y la alianza con la ratonera hacían casi imposible la pasada.
El único fallo en la carrera de Lewis ha sido el retraso de su última entrada, con ventaja suficiente sobre el segundo una vez eliminado Sebastian, porque el accidente de Webber en otra curva - o más bien sus consecuencias - le hubiera costado la carrera.



Enhorabuena a McLaren y Hamilton por una carrera dominada con una autoridad aplastante.

Ánimo a Rosberg frente a un resultado inmerecido para un arranque vibrante.

E impulso para los decaídos Barrichello y Vettel: aún es posible.


Levamos anclas, rumbo a Suzuka.

3 comentarios:

David dijo...

Desde luego el trabajo de Whitmarsh con Hamilton es excelente. Eres Campeón del Mundo, tu novia es Nicole Scherzinger y Beyoncé viene a verte fardar de Mercedes: ¿cómo te motivo?.

Mejor fue el encuentro de Vettel: ¡conoció a ZZ Top!.

Il Venturetto dijo...

A mí me ha sorprendido que le dijeran a Barrichello que se parara.
Vale que estaba a 10 segundos de Button, pero si tenía problemas de frenos tenía que haber ido a por él. Pasarle o no, eso ya es otra historia, pero en la última vuelta acabó pegado, y si las 3 ó 4 vueltas que anduvo más despacio (o se supone que anduvo más despacio, porque se lo dijo su ingeniero) hubiera ido a cogerle... pues no sé.
Las memorias de Rubens se van a titular "Rubinho: Nunca me dejaron". Pobre chaval.

J. ARCE dijo...

Lo de Barrichello tiene una explicación: le rogué a Ross que acabase por detrás de Button. La pena de la carrera fue el error de Rosberg ya que era el único que podía ponerle las cosas un poco difíciles a Hamilton.