26 mayo 2008

Análisis - Mónaco 2008

La fuerte lluvia sobre las calles de Montecarlo era un prólogo terrible para los equipos, que veían como la dificultad elevadísima del Gran Premio alcanzaba niveles de exigencia titánicos.
La arrancada perdía protagonismo en una carrera dónde habitualmente determina inequívocamente el resultado, y se convertía en un trámite necesario de la lucha por la supervivencia hasta la bandera damero. En este previo intenso, en el que los pilotos se sumergían en oscuros presagios, llegaba el primer problema: el cuarto coche, de Kovalainen, se quedaba calado dando vía libre al héroe de la clasificación, Nico Rosberg.

La salida ha tenido dos maniobras fundamentales para el desarrrollo de la carrera.

En primer lugar Hamilton buscaba con decisión, en un ataque arriesgado pero evidentemente muy meditado y planificado, el interior de Santa Devota, pegado al guardarraíl; el exitoso resultado, colocarse detrás de Massa, dejaba la victoria muy abierta aumentando enormemente las posibilidades de Lewis.
Por su parte Alonso devoraba a Nico Rosberg, dejando en evidencia el fallo mecánico o humano al engranar la segunda marcha, convirtiéndose en un muro para sus perseguidores que se encontraban al Renault en
todos los huecos. De hecho el propio Rosberg, nervioso al sentirse más fuerte, se pegó demasiado en Loews al coste de su alerón delantero.
Pronto Button iba a hacer compañía al Williams en el pit lane para hacer la misma reparación, esta vez al tirarse a por Heidfeld, con síntomas de algo grave en el BMW, en la Piscina. El siguiente en romper el morro era el líder del trenecito de cola, Glock, tras un trompo en Anthony Noguès.
Absolutamente todas las zonas del circuito se habían probado letales.

Llegó el turno de que los mejores en la salida pagaran su osadía y el altísimo ritmo que les obligaba a tomar riesgos que les acercaban demasiado a las barreras.
Hamilto
n en Tabac y Alonso en Massenet reventaban las ruedas, aunque manteniendo el control y, en el caso de Lewis, la fortuna de encontrarse cerca del pit lane.
Con la formación Massa, Räikkönen, Kubica, Hamilton, Heidfeld y Webber se producía la primera intervención del Safety Car para permitir la retirada de los coches de Coulthar
d y Bourdais que, por separado, fueron víctimas de la falta de agarre en Massenet y acabaron estrellándose ambos contra los guardarrailes y entre sí.

El reinicio llegó con una importante noticia, el drive-through de penalización a Räikkönen, responsabilidad del equipo por no montar las ruedas a tiempo, que le mandaba al cuarto puesto.
La eliminación de las distancias ha dado probablemente la mejor maniobra del Gran Premio de Mónaco, el espectacular adelantamiento de Fernando Alonso a Webber en el Casino, con un fantástico interior que le colocaba detrás de Heidfeld, demasiado preocupado por evitar los derrapes en la subida.
Crecido, El Nano cometió a continuación uno de los errores más grandes de la carrera por exceso de confianza, intentando un adelantamiento completamente imposible en Loews; esta absurda maniobra tuvo como efecto el alcance del tren trasero de Heidfeld y como precio el alerón delantero del Renault.

El momento crucial de la carrera llegaba con el, temido por Ferrari y esperado por todos, error de Felipe Massa.
El escenario, Santa Devota, y la acción, una frenada comprometida, la maniobra fue solventada con bastante suerte al poder alcanzar la escapatoria con ángulo para volver a pista, cediendo el primer puesto Robert Kubica, e
l único piloto libre de errores, dispuesto a soportar la presión del Ferrari que le pisaba los talones.
En el otro polo, acumulando desgracias, su compañero Heidfeld se veía obligado a dejar pasar a sus
perseguidores camino del pit lane, dejando la sorprendente clasificación de Sutil séptimo y Nakajima octavo.

E
l primer pit stop en plazo lo realizó Kubica, tras su batalla de vueltas rápidas con Massa, en la que en algunos momentos intervino Rosberg, desde la decimoséptima posición.
Con bastante suerte la siguiente parada era la de Räikkönen, justo cuando había roto su alerón, lo que no le hizo perder mucho tiempo; de hecho más perdía su compañero, que en las vueltas de ventaja se encontraba con tráfico.
Cuando finalmente Massa realizaba su pit stop, mucho más tarde que todos los de cabeza, entró por detrás de Hamilton y por delante de Kubica, con bastante ventaja para el McLaren, obligado a apretar con la ayuda de Piquet y Button, dos serios y peligrosos obstáculos a doblar por sus perseguidores.

La intensidad de la carrera empezaba a decaer hasta el nivel de un Gran Premio sólo muy interesante.
Vettel apretaba a Piquet, que ya había tenido un paseo imprevisto por el borde del Casino, y Rosberg a Alonso, al que conseguía pasar en Santa Devota.
Desde su quinta posición Adrián Sutil marcaba la vuelta rápida y ya nada fue como parecía.
Los pilotos empezaron a montar neumáticos de seco, primero los Renault, con el resultado esperado en el caso de Nelsinho: impacto y eliminación, aunque precedido por un bochornoso adelantamiento de Rosberg en la entrada al túnel.
Trompo de Glock, avería de Fisichella y el acecho de Kubica a Massa.

La segunda parada de Kubica y Hamilton permitía al McLaren conservar el primer puesto gracias a la ventaja conseguida, dejando la victoria en manos de Lewis si no era derrotado por él mismo.
Kovalainen reclamaba la atención sobre la Nouvelle Chicane, más tarde cúmulo de la infamia que aún le quedaba al Gran Premio, llevándose por delante a Jenson Button, que lógicamente cedía su plaza.

El Safety Car volvía a salir después de un accidente terrible de Rosberg, que por poco no acabó con el cockpit contra el muro de la Piscina, permitiendo a Massa reponerse de los problemas con los recién instalados neumáticos lisos, que le situaron tercero por la necesidad de colocarlos cuando no se esperaban más paradas y casi le dejan eliminado al patinar en la salida del pit lane.

Adrian Sutil era cuarto y Räikkönen, que antes bastante tenía con aguantar a Webber, veía clara su oportunidad.
Sin embargo Iceman, incapaz de hacerse con el Force India en Santa Devota, esperó a Nouvelle Chicane, dónde sufrió un cortocircuito similar al de Alonso.
Desde la salida del túnel se veía venir la velocidad excesiva del Ferrari, y el abandono de la trazada, habitual
para adelantar, dejaba los neumáticos derechos fuera de la línea seca. Aparentemente Kimi pasó por alto este detalle fundamental y cuando frenó, el Rayo Rojo se convirtió en un proyectil que chocó contra el Force India.
Su proverbial mala suerte, que aparece en sus momentos más brillantes, se volteó en su beneficio como injusto premio de este error imperdonable; Adrian Sutil tuvo que abandonar una carrera perfecta y el Ferrari fue perfectamente capaz de seguir, aunque cediendo varios puestos.

Las dos horas se cumplieron y la bandera damero otorgó a una de las mayores glorias del automovilismo a Lewis Hamilton, vencedor del gran Premio de Mónaco en 2008, el más intenso de los últimos años.
El quinto puesto de Sebastian Vettel
, premio a un piloto que es puro talento, es el logro increíble de la carrera, pero queda parcialmente ensombrecido por lo que pudo ser y no fue, la cuarta posición de Adrian Sutil con un Force India.

La conclusión es que por Grandes Premios como estos, imprevisibles, llenos de emoción y de exhibiciones de maestría, Mónaco merece más que la mayoría de los circuitos permanecer en el Gran Circo. Pocas carreras han sido tan vibrantes como la vivida esta temporada en Montecarlo, en la que se ha comprobado como ha aumentado la dureza de los monoplazas.

Decir que ha ganado el que menos ha fallado no sería exacto, porque entonces la victoria debería haber sido para Kubica.
Sin embargo la suerte de Hamilton que ha minimizado la importancia de su reventón, no puede tapar el derroche de talento sobre la Flecha de Plata. Lewis, muy concentrado, ha conseguido una victoria épica reponiéndose de un error, aportando una carrera impecable y apoyado por la capacidad del equipo para variar la estrategia tomando las decisiones óptimas.

Robert Kubica es el que ha tenido una actuación perfecta, seguramente el mayor merecedor de la victoria, aunque no queda claro si se ha visto perjudicado o beneficiado por la entrada del primer Safety Car.
Los otros protagonistas brillantes del Gran Premio han sido Webber, cuarto con adelantamiento incluído, y Vettel, quinto, que han demostrado una habilidad sobresaliente; eran las apuestas seguras, puesto que cuando las características del coche pierden importancia siempre destacan, que además han sabido esquivar los numerosos problemas.
Perfecta, increíble, mágica ha sido la carrera de Adrian Sutil, la mejor de su corta trayectoria, que ha vuelto a sacar esos apuntes geniales que dió con este mismo coche la pasada temporada -memorable en Spa-Francorchamps- mostrándose especialmente inspirado en pistas legendarias.
Barrichello y Nakajima, en la mejor tradición de Alex Wurz, parecen más bien haberse encontrado con el séptimo y octavo puesto, lo que no resta ni mucho menos valor a este gran resultado dado que acabar sin haber tocado un guardarraíl ha sido extremadamente complicado.

A pesar del cruce de cables de Fernando Alonso, que ha borrado el excelente adelantamiento en el Casino con su absurda maniobra en Loews, que le coloca por una vez a la altura de su decepcionante compañero, y del tercer puesto de Massa, el Gran Premio aciago y reprobable tiene nombre propio: Ferrari.

Los Rayos Rojos han ido acumulando despropósitos desde antes de salir.
En una carrera ideal para Räikkönen, el equipo se ha encargado de dinamitar sus opciones por tardar demasiado en la elección de neumáticos; la sanción de Iceman dejaba todo en manos de Felipe Massa, alérgico a la lluvia y con dificultades, a pesar de sus últimos resultados, para soportar la presión; su trompo en Santa Devota era cuestión de tiempo, y a pesar de conseguir mantener el coche en pista, todo quedaba en manos de la suerte, territorio Hamilton.
Cuando parecía que el único con autoridad para entrar al box con la cabeza alta era Kimi, rodando sin cometer ningún fallo, perjudicado por su equipo y dejando en evidencia a su compañero, se encontró con una situación que fue demasiado para él. Estar pegado a un Force India fue demasiado para Iceman, que ignoró el límite entre la competitividad y la temeridad injustificada; su infame acción se ve agravada por el perjuicio a un piloto que estaba haciendo la mejor carrera de su vida, a punto de lograr un resultado memorable.

En adelante sólo queda por ver qué más le puede pasar a Kovalainen, cúmulo de problemas imprevistos, y qué le pasa a Nick Heidfeld, completamente desconocido y sometido al brutal peso de su genial compañero de equipo. Puede que esté facilitando el regreso a casa de Vettel, que obtiene tres puntos en la segunda carrera que termina.

Enhorabuena a Hamilton, honrado con uno de los mayores triunfos que un piloto puede conseguir, y felicidades a Kubica, más cerca que nunca de la victoria y a Vettel, que cuando es respetado por su Toro Rosso deslumbra.

Fuerte reprimenda para Ferrari, que han desperdiciado una carrera que tenían en el bolsillo, con un especial reproche a Räikkönen y Alonso, indebidamente imprudentes para perjuicio de otros pilotos.

Mucho ánimo para Adrian Sutil, que a pesar de todo es el héroe de la jornada. Llevar ese coche como lo ha conducido y alcanzar el cuarto puesto cuando sólo quedaba rutina puede que sea a veces más importante que ganar en Mónaco.

La hazaña lo es todo, la gloria no es nada.

Con permiso, quiero mencionar y dar las gracias a mi compañía durante este fantástico Gran Premio, añadiendole emoción y diversión: Patricia, Juan y, especialmente, Carlos, al que va dedicado este análisis, por hacer un esfuerzo, por ser un gran tipo y por aguantar este chaparrón con una camiseta de Ferrari.

Salimos del puerto base de El Anaconda, rumbo a Montreal, después de este Agosto para los fabricantes de alerones delanteros.

10 comentarios:

Il Venturetto dijo...

Otra crónica exquisita.

Aunque creo que te has quedado corto con la carrera que se marcó Hamilton. La sucesión de vueltas rápidas que se marcó para distanciarse de Massa antes de la segunda parada fue ANTOLÓGICA, y todo mientras todavía estaba el asfalto húmedo.

Y los de T5 sin enterarse (o sin quererse enterar).

Sigo esperando a que De la Rosa le calce una hostia en directo al gordo.

David dijo...

A mí la vuelta rápida que me impresionó fue la de Sutil.
Me sorprendía verle tan flojo después del final de temporada que se pegó.

J. ARCE dijo...

Pues según nuestros amigos de T5 Kubica le estaba haciendo un tapón a Alonso y estaba arruinando su carrera. Dos vueltas después estaba a 2 segundos, pero claro no iban a rectificar.
Respecto a hamilton, carrerón,sin duda. Alonso se la jugó y le salió todo mal. Es lo que tiene correr para un equipo mediocre. El intento de adelantamiento a Heidfeld fue fruto de la desesperación. No tenía nada que perder y sí mucho que ganar, pero perdió.
Muy bueno lo del "temido por Ferrai y esperado por todos error de Massa". La mala noticia para Ferrari es que parece que Kimi se ha contagiado y el vodka no parece la vacuna apropiada.

Anónimo dijo...

Gracias compañero por dedicarme el analisis... ya repetiremos la velada y aguantar el chaparrón era lo menos que podía hacer. Por cierto, cada vez tengo más ganas que pase el año y quiten al gordo y al calvo de una vez. Salinas... donde están las ruedas intermedias debe seguir pensando FAlo (claro que para los de T5 sigue siendo un valiente, por usar unas ruedas que ni un niño de 5 años hubiera puesto y por adelantar en un sitio donde no cabe un triciclo en paralelo). En fin, voy a seguir estudiando que va siendo hora.

Un abrazo y eso

Carlos

David dijo...

¿Y lo que nos reímos, compañero?

¡Que manos! = ¡Que manazas!

Il Venturetto dijo...

¡Hola don Carlos!

Me alegra saber que ya no soy el único por estos lares que ve las carreras con el polo de Ferrari :)

Reciba un cordial saludo y pásese usted por aquí más a menudo, que su amigo (que también lo es nuestro) seguro que se lo agradecerá.

Anónimo dijo...

Excelente análisis, discrepando en algunos puntos.

El toque de Kimi a Sutil, a mi modo de ver, viene ocasionado porque Sutil se pasa de frenada y, como punto de referencia para cualquier piloto, el que va detrás también lo hace. Kimi frena en exceso y pierde el control del su "carro".

No supone ninguna excusa porque el error de Kimi es error suyo pero la pasada de frenada de Sutil no le ayudó mucho.

En el segundo 48 de este video de Youtube se aprecia perfectamente cómo el coche de Sutil se pasa antes de la chicane, sobrevirando el tren trasero.

Por cierto, os recomiendo que echéis un vistazo a la que creo ha sido la rueda de prensa más interesante de los últimos tiempos, con los periodistas golpenado a Kimi por todas partes y Kimi contra las cuerdas, casi hablando más de la cuenta.

Raro en él.

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=jmonWD-ajUg&feature=related

Se me había olvidado poner el video.

Il Venturetto dijo...

Leonov, ¡cuánto tiempo! ¡Dichosos los ojos!

Viendo este otro vídeo (http://es.youtube.com/watch?v=c1CnPz9n4Eg) sí parece evidente que Sutil pierde el vértice izquierdo de la chicane, pero me parece que si Sutil es capaz de corregir la frenada y controlar un Force India, Raikkonen debería haber frenado en su sitio para adelantarle y, si se cuela, al menos no despendolar el Ferrari como se despendoló.

PD: ¿A qué rueda de prensa te refieres? ¿a la del jueves en Canadá?

Anónimo dijo...

Hola, "artista". Llevo un par de meses sin tiempo ni para tomarme un buen tercio de cerveza, je, je.. Eso sí, os leo habitualmente y disfruto de los excelentes análisis de David, tal vez un tanto injustos a veces con el mejor piloto que hay hoy en día en la F1 que, como ya sabéis, es el Gran Räikkö, je je...

Sí, a la rueda de prensa de Canadá, le apretaron las clavijas como nunca había visto, con el tema de su edad y su posible retirada tras su contrato con Ferrari.