24 mayo 2008

Briefing - Mónaco 2008

El Gran Premio de España fue una suave preparación para la carrera más especial del Campeonato del Mundo: la infernal ratonera de Montecarlo.
Entre los detalles que habitualmente adornan la joya del Gran Circo, donde brillan las exclusivas preparaciones de los monoplazas, destaca especialmente la marca histórica de uno de los padres de la patria de Fórmula 1, los seiscientos Grandes Premios de Frank Williams.
Es una fantástica casualidad que que este centenario, hito de un camino iniciado en 1969, coincida con el evento de Mónaco, el lugar más propicio para que Sir Francis Orben Garbatt Williams reciba el homenaje que merece.

Respecto a lo puramente competitivo, existe un aspecto que alterará completamente esta temporada una carrera desquiciada: la lluvia, casi totalmente asegurada, que la convertirá en una completa locura. Desde 1997 no se ha vivido un Gran Premio de Mónaco con lluvia, un precedente en el que 12 coches quedaron eliminados.

Heikki Kovalainen tiene la gran oportunidad de demostrar su habilidad y certificar su puesto en cabeza tras su exhibición en Montmeló, punto de partida de un crecimiento explosivo. Si Feyd-Rautha aprovecha la anulación virtual de la ventaja de Ferrari, puede estar más cerca que nunca de su primera victoria si sobrevive al paseo por Montecarlo.
Los otros beneficiados por las características del Gran Premio de Mónaco son, evidentemente, los pilotos con más talento fuera de las escuderías punteras, que normalmente se ven lastrados por su coche: no es descabellado que Webber, Alonso e incluso Rosberg opten al podio, y Vettel a los puntos. Especialmente porque las dificultades propias del circuito se ven potenciadas por las limitaciones al control de tracción.

Aunque la lluvia hace que, mucho más que en otras ocasiones, la suerte sea fundamental; lo que necesitarían pilotos en la cuerda floja como Nelsinho Piquet.
Es un tópico, pero con más validez que nunca: en Mónaco puede pasar cualquier cosa.


La clasificación ha sido la culminación de una decadencia evidente, esperada desde el inicio de temporada: la del desmotivado Nick Heidfeld.

La primera ronda ha comenzado con Vettel y Rosberg destacados, aunque pronto han empezado a diferenciarse las tendencias, que han mantenido a Nico en cabeza, el único en marcar un tiempo por debajo de 1:16 junto a McLaren, Ferrari y Robert Kubica.
Inevitablemente, el primer piloto con problemas de maniobrabilidad ha sido Piquet, que ha patinado en Santa Devota, deteniéndose en una de las pocas escapatorias; un poco más tarde sufría el mismo problema en Portier, aunque manteniendo mucho mejor el control con una maniobra notable, evitando las protecciones.
En contraste con su compañero, una vez más, Nakajima se salvaba por la mínima, como Heidfeld; un mal presagio para BMW. Finalmente los Force India y Toro Rosso han quedado eliminados, como Piquet.

La segunda sesión ha sido tan tediosa como de costumbre, aunque cerca del término Mónaco se ha cobrado su primera víctima.
Massa ha vuelto a ser primero, y Hamilton ha intentado conseguir el mejor tiempo rodando claramente al
límite, como dejaba en evidencia una derrapada extrema en Loews.
Aunque el inspirado Rosberg se colocaba segundo a un minuto del final, la noticia era Nick Heidfeld, incapaz de abandonar la zona de eliminación.
Con el tiempo cumplido, y su pase a Q3 asegurado,
Coulthard ha perdido el control a la salida del tunel. Al Red Bull se le ha indigestado la frenada y el tren trasero ha chocado contra el guardarraíl, desprendiéndose la rueda trasera; la suerte de El Superhéroe le ha hecho esquivar el muro que separa pista y escapatoria, y le ha mandado al interior del paseo marítimo, como leve resultado de un accidente muy peligroso.
La bandera amarilla, y su habilidad, ha permitido a Trulli y Alonso asegurar y conseguir, respectivamente, un puesto entre los diez primeros.

La ronda definitiva ha mantenido la emoción hasta su mitad, cuando el dominio de Ferrari se ha hecho evidente.
Al principio Hamilton, totalmente entregado, se ha lanzado a por el mejor tiempo rodando otra vez al límite, lo que casi le cuesta un choque en Anthony Noguès que al final se ha convertido en un espectacular contravolante, con el que se ha colocado primero.
El mejor tiempo enseguida pasaba a Räikkönen, seguido de cerca por Robert Kubica, que casi se sube encima de Hamilton en el intento, apurando una fuerte frenada antes de La Rascasse. Heikki y Lewis se han quitado sucesivamente esa segunda plaza, que finalmente se ha convertido en tercera con la vuelta rapidísima de Felipe Massa, convertido oficialmente con esta pole en el piloto más solvente en clasificación.
La estrella de la jornada, Rosberg, ha quedado en un esperado sexto puesto.

La previsión, en condiciones normales, es una victoria de Masa, vista la imposibilidad de adelantar y la ventaja esencial de la pole. Sólo el talento del actualmente mejor piloto, Kimi Räikkönen, puede reducir poco a poco la distancia inicial culminando en una victoria trabajada, mantenida en el aire hasta el último pit stop.
Sin embargo lo extraordinario en otras pistas es lo rutinario en Mónaco: los pequeños errores propios y ajenos, las protecciones y el Safety Car son tan protagonistas como los monoplazas.
Por supuesto el seguro ataque de máximo riesgo de los McLaren, que tienen su única oportunidad en el primer paso por Santa Devota, puede marcar la carrera en cualquier sentido; Hamilton sale inmediatamente detrás de Massa y si uno de los dos no mide las distancias ambos pueden quedar fuera.

En cuanto a los puntos, la calidad ha marcado las diferencias, lo que hace más fácil que queden inalterables.
Lo más interesante será ver el comportamiento en carrera de Heidfeld en una carrera en la que estará encajonado en una posición muy conflictiva, imposibilitando sus clásicas remontadas y desperdiciando el potencial del BMW.

La estrella debe ser Nico Rosberg, que ha dejado claro de nuevo que su sitio está en los equipos punteros. Rosberg sólo lucha contra sí mismo, y si el Williams aguanta hasta el final puede dar una gran sorpresa, especialmente si finalmente llueve.

No pierdas de vista Santa Devota, a los McLaren, la lluvia y a Nico Rosberg.

1 comentario:

Il Venturetto dijo...

Sin duda, un podio de Rosberg sería el regalo soñado por Frank Williams. Qué tiempos aquellos en los que Montoya y Ralf aún estaban en un equipo puntero...

Por cierto, la carrera de GP2 de ayer fue una auténtica chusta.