30 septiembre 2007

Análisis - Monte Fuji 2007

La lluvia ha hecho perder validez a todos los planteamientos, especialmente cuando la dirección de carrera ha optado por una salida lanzada debido al enorme peligro de los crecientes charcos y en especial por la llegada a la primera curva, que podría haberse convertido en una zona catastrófica.
Las revelaciones de la clasificación eran claramente los más beneficiados por este formato, que facilitaba su defensa frente a los coches más potentes. El terreno estaba sembrado, y regado, para un Gran Premio impredecible que a pesar de no haber sido brillante si ha resultado muy entretenido por los incidentes y algunos resultados.

Durante 19 vueltas se ha mantenido el Safety Car en pista, durante las que los Rayos Rojos han podido rectificar una elección de neumáticos inadecuada tal como han podido comprobar con sucesivas salidas de pista provocadas por los intermedios. Las consecuencias de este error han sido los cambios de estrategia que han llevado a realizar dos pit stops a los Ferrari antes de la retirada del coche de seguridad, llevándolos a las últimas posiciones pero devolviendo ciertas oportunidades en previsión de más sucesos.

El inicio real, con la retirada del Safety Car, ha dado algo de emoción en cabeza aunque la zona más animada ha sido la de batalla por puntos.
Fernando Alonso ha valorado su mejor oportunidad y a pesar de que Hamilton parecía controlar la situación ha intentado adelantarle a final de recta, sin éxito; una vez superado este reto Lewis ha comenzado a escapar de El Nano sin sobresaltos. Un poco más atrás Button sacaba de la pista a Heidfeld a costa de su alerón, regalando como consecuencia dos posiciones a Kubica, que rebasaba a su compañero en reincorporación.
Una de las primeras sorpresas, además de la situación retrasada de los Ferrari, se producía por un error de frenada al final de recta de Alex Wurz, que destrozaba el Williams contra Felipe Massa, quedando eliminado en una clásica carrera de las que suele sacar provecho. Las desgracias se acumulaban para el Rayo Rojo, ya que tras sobrevivir entero al impacto de Wurz fue penalizado con un drive through por adelantar con el Safety Car.

El lío era una gran noticia para Sebastian Vettel y Mark Webber, situados tranquilamente entre los
McLaren y los demás, peleando sólo contra el aquaplaning. Button había facilitado su escape con la rotura de su alerón delantero aunque el protagonismo, como de costumbre, era para Takuma Sato a pesar de tener exactamente el mismo problema: el pit stop forzoso de El Huracán ha terminado con un pequeño incendio que no ha retrasado su salida, y que afortunadamente la lluvia ha extinguido.
Räikkönen peleaba con Schumacher por ascender y aunque El Hermanísimo se ha mostrado muy competitivo y ha devuelto cada pasada (muy llamativa la solvencia del Toyota en Panasonic), finalmente la desesperación de Iceman le ha llevado a realizar un brillante adelantamiento en Dunlop.

El primer stint terminaba para McLaren con una situación muy favorable, pero su vuelta hacía evidente una caída en el ritmo de los dos coches, que incluso llevaba fuera de la calzada a Alonso tras un trompo que lo situaba octavo.
Kubica era retenido por Kovalainen dentro del grupo que lideraba Fisichella y cerraba Coulthard, y se vió obligado a pasarle claramente en dos ocasiones para ganar la posición; una situación similar se producía entre Massa y Sutil, que a pesar de decantarse por la lógica de la potencia del Ferrari no acababa de ser rematada por Felipe, incapaz de escapar.
Takuma Sato, muy serio, adelantaba a Heidfeld dejándole frente a frente con Alonso, con un ritmo parecido; y a pesar de los problemas del McLaren El Nano se lanzaba con seguridad al interior de la primera curva para pasar al BMW. Bastante peor lo pasaba Hamilton con Kubica, que abriéndose de dentro a fuera en una curva rápida sacaba de la pista a Lewis, que perdió el control del coche, ganándose un drive through bastante justo.
Más complicado resulta juzgar a Sebastian Vettel, que rebasado por Alonso tomaba el interior de la primera curva sin contar un giro quizá demasiado excesivo de El Nano; el resultado fue un contacto que rompió parte de los deflectores sobre el eje trasero del McLaren, sin aparentes consecuencias para mecánica y suspensión, pero que además significó la pérdida de la posición de la Flecha de Plata en favor de Räikkönen. Paradójicamente el golpe pareció entonar al McLaren porque muy pronto Fernando cogió el ritmo al Ferrari, dispuesto a cazar a Iceman, llegando a estar tan encima que sólo el repostaje de Kimi evitó la pasada en pista.

El sorprendente bajón de rendimiento de McLaren a mitad del Gran Premio estaba certificado con los sencillos adelantamientos de Fisichella y Coulthard a Hamilton, obligado a abrirse demasiado en las curvas rápidas. Jenson Button firmaba una gran pasada, mucho más compleja que la de Físico y El Superhéroe, sobre Jarno Trulli en el final de recta, con el valor depositado sobre la acción posterior, para mantener la posición ganada, cuando lo más sencillo era que Verdaderamente se la devolviera.
Tras estos breves momentos de mucha emoción la carrera se dormía incluso con la entrada del líder provisional, Heikki Kovalainen, hasta que un trompo de Yamamoto ha servido de recordatorio de las duras condiciones del Gran Premio de Japón. Ha sido el paso previo a uno de los puntos de ruptura de la carrera, el accidente de Fernando Alonso, que perdía el control del McLaren en 100R, víctima del aquaplaning, sufriendo un golpe fortísimo que le ha mandado de un lado a otro de la pista, impactando con ambos muros.
La consecuente salida del Safety Car con Hamilton en cabeza prácticamente convertía su camino hasta la victoria en un paseo.


Es poco habitual pero el hecho más desafortunado de cara al espectáculo se ha producido con el coche de seguridad activo.
Mark Webber, que rodaba en una segunda posición que dificilmente nadie podría arrebatarle era impactado
por detrás por el Toro Rosso de Vettel: un imperdonable error que pagaba con su plaza de podio y arruinaba un fin de semana fantástico de forma incomprensible.

Kovalainen se colocaba segundo y aunque en el reinicio Massa intentara pasarlo por velocidad en la recta, conseguía inquietar un poco a Hamilton, aunque las diferencias entre los tres primeros han ido ampliándose y sólo había lucha entre Coulthard y Räikkönen, culminada con un arriegadísimo adelantamiento en 100R de Iceman, totalmente cubierto por la estela del Red Bull.
La situación de los Ferrari, frente a frente y con Massa sin opciones para el Campeonato del Mundo obligaba a prestar atención a las posibles órdenes de equipo, que han llegado antes del encuentro en forma de último pit stop para Felipe, que dejaba vía libre a Kimi.
Por atrás algunos movimientos sin mucha importancia devolvían el pulso del fin de carrera a la pelea por el podio: Rosberg, patinando por las escapatorias, Schumacher, marchando al box, y Rubens Barrichello, alcanzando el octavo puesto en el río revuelto. También Heidfeld, por un fallo técnico, dejaría el coche aparcado en la salida del pit lane.

Hamilton ha comenzado a volar y Iceman ha sacado todo el poder de Ferrari para alcanzar a Kovalainen y ponerle en serio peligro, mejorando vuelta a vuelta y corriendo sobre los límites. El riesgo asumido le ha dado buenas oportunidades pero el fin de carrera de Feyd-Rautha ha sido magistral, quizá acostumbrado a un Renault deslizante, aunque por otros motivos; Räikkönen, uno de los grandes especialistas en agua, lo ha intentado en 100R, en Dunlop, con maniobras difíciles y espectaculares, pero que transmitían la impresión de que la presión sobre Heikki era cada vez mayor y que un sólo despiste le costaría el segundo puesto. Kovalainen, sin embargo, ha aguantado de forma titánica, mereciendo en cada acción su gran resultado.
La batalla se ha prolongado hasta el paso final bajo la bandera damero, ocultando un poco la lucha aún más feroz entre Kubica y Massa, en los límites de la deportividad. Ambos pilotos han brindado una última vuelta apasionante, marchando en paralelo, adelantándose mutuamente hasta una resolución sorprendente: Robert ha intentado mantener su posición de forma dudosa apretando al Rayo Rojo hacia el exterior, hasta conseguir sacarlo de la pista; Felipe ha mantenido la velocidad al alcanzar una escapatoria de asfalto, en la que ha podido acelerar y volver a la calzada por delante del BMW, incapaz de conseguir una buena pasada aunque manteniendo la competitividad al máximo.
Dos carreras discretas terminaban con un gran resultado, el noveno puesto de Adrian Sutil, cada vez más serio y concentrado, y el quinto de Fisichella, al fin, aunque se ha visto totalmente eclipsado por el podio de su compañero.

Tras el Gran Premio se han impuesto dos importantes sanciones: el castigo a la inexperiencia o nervios de Sebastian Vettel con la pérdida de diez puestos en la próxima clasificación, que él achaca al inusual comportamiento de Hamilton con el Safety Car, y los 25 segundos sumados a Vitantonio Liuzzi (un drive through aproximadamente), octavo, que otorgan como consecuencia su primer punto a Spyker alzando a Sutil.

La principal conclusión tras la locura de Monte Fuji es que el Campeonato del Mundo está decidido y puede quedar sentenciado en el próximo Gran Premio.

A pesar de la incertidumbre tras el cambio de neumáticos los fiables motores Mercedes han dominado de principio a fin. Lewis Hamilton se ha confirmado como un piloto completo tras su exhibición con lluvia, dónde se ha mostrado intratable, a la altura de Alonso y Räikkönen, y se ha hecho un justo merecedor del Campeonato del Mundo que ha certificado de forma épica sobre mojado en una carrera desquiciada. El abandono de Fernando Alonso como consecuencia de un choque con el monoplaza tocado, el primero de la temporada, habla claro de la solidez de estos coches.
El dominio lo ha completado Bernd Mayländer que, gracias a la cuestionable decisión de Charlie Whiting de mantener 19 vueltas el Safety Car, ha conseguido que la mayor parte de la carrera el líder fuera el CLK.

A pesar de la sentencia de Hamilton el hombre más feliz sobre el asfalto de Monte Fuji ha sido Heikki Kovalainen, al que las circunstancias han llevado hasta el podio y sólo su talento le ha mantenido sobre él, aguantando a uno de los maestros del agua. Su defensa sobre un Räikkönen genial y atrevido, que hubiera acabado con cualquier otro, resta importancia al primer buen resultado de Fisichella.
El oportunista, con la temprana eliminación de Wurz, ha sido David Coulthard que sin brillar demasiado ha conseguido un quinto puesto muy importante para Red Bull, a pesar de que casi todo se lo debe a la suerte que tantas veces le ha traicionado.
El rendimiento de Ferrari, insuficiente, no puede ocultar la gran carrera de sus pilotos con una demostración, por fin, de Felipe Massa en mojado, salvando su imagen con una última vuelta memorable, dando junto a Robert Kubica un fenomenal espectáculo, emocionante hasta el último metro. La recuperación de ambos desde una elección equivocada de neumáticos da más valor a sus resultados, que mantienen a Räikkönen matemáticamente con posibilidades.

El gran perdedor, aún teniendo en cuenta el accidente de Fernando Alonso, ha sido Mark Webber.

Solvente y muy seguro a lo largo del fin de semana, el justo premio a su profesionalidad estaba al alcance de su mano a veinte vueltas del final, manteniendo el rendimiento máximo del Red Bull y separado de los coches más potentes por Sebastian Vettel, su verdugo.
Seguramente Vettel sea el que más se arrepienta de su fallo de concentración, que ha costado a ambos la carrera después de conseguir lo más difícil obteniendo el mejor ritmo que sus coches son capaces de entregar. De haber evitado el choque el desarrollo del Gran Premio hubiera sido completamente distinto y los Red Bull/Toro Rosso hubieran sido los héroes de la jornada, incluso llegando a decidir el Campeonato del Mundo.
La sanción a Vettel es justa, aunque en el pecado lleva la penitencia, y sólo Mark Webber puede sentir más el error que ha arrebatado a ambos una oportunidad irrepetible.

Merece una mención aparte el punto para Spyker de Adrian Sutil, resultado de una sanción pero forjado por una genial carrera de este piloto que comienza a alzarse a final de temporada reclamando un puesto entre las escuderías más fuertes.

Enhorabuena a Lewis Hamilton: cuarta victoria en su primer año y el Campeonato del Mundo prácticamente ganado. En el Gran Premio de Japón ha demostrado finalmente su solvencia en todos los aspectos de la conducción, haciéndose merecedor del título.

Ánimo para Webber y Vettel, que ilusionaron con un alto rendimiento y tendrán más oportunidades de probar su valía.

Felicidades en especial para Adrian Sutil, el pequeño ganador, y por supuesto para Heikki Kovalainen y Renault, por su podio tan inesperado como merecido.
Feyd-Rautha ha encontrado el camino.

Proa hacia Shanghai.

26 septiembre 2007

Briefing - Monte Fuji 2007

A falta de tan sólo tres Grandes Premios parece increíble que los principales aspirantes al Campeonato del Mundo mantengan sus aspiraciones.
La superioridad demostrada por Ferrari en las últimas carreras sólo contribuye a alimentar más la igualdad que domina aplastantemente la temporada al contrarrestar la ventaja de McLaren. El hecho diferencial en el Gran Premio de Japón, asumiendo que salvo catástrofe el título se decidirá en Interlagos, es la posible caída de Felipe Massa de entre los candidatos, un suceso que paradójicamente podría potenciar las opciones de Ferrari.
A pesar de que las Flechas de Plata sólo dependen de si mismas, están obligadas a mantener el compromiso de igualdad con sus pilotos en previsión de incidentes individuales; el eventual descarte de Felipe multiplicaría el apoyo a Räikkönen, convertido en el centro del equipo y único beneficiario de la estrategia.
A pesar de las especulaciones si McLaren mantiene su fiabilidad en el Monte Fuji estará mucho más cerca
de la lucha cainita en el último Gran Premio.

La escudería más presionada será Toyota, más que por sus malos resultados por encontrarse en un circuito de su propiedad en el que podría ser especialmente importante para la estructura del equipo una nueva humillación por parte del Williams de Nico Rosberg. Aunque el duelo importante, también entre equipo oficial y privado, será el que enfrente a Mark Webber, que demostró su habilidad gracias al ténico Spa-Francorchamps, y Heikki Kovalainen, aliviado de los problemas de estabilidad del Renault; la lucha tecnológica con Red Bull a lo largo del fin de semana se preveé apasionante.
Tras su exhibición ante Button el relanzado Takuma Sato destaca entre los focos más interesantes del Gran Premio de Japón, dónde estará especialmente motivado, así como Adrian Sutil, que ha empezado a brillar con intensidad en la zona baja.

Fuji Speedway es el gran desconocido de la temporada, a pesar de no ser nuevo en el Gran Circo.
El Gran Premio de Japón fue albergado en dos ocasiones en el Monte Fuji, 1976 y 1977, año en el que un accidente de Gilles Villeneuve causó dos muertos; este hecho provocó la migración a Suzuka, una pista, por increíble que parezca, considerada más segura. Es evidente que los datos, aún existiendo, son inútiles para los ingenieros ya que los monoplazas tienen poco que ver con los de James Hunt y Niki Lauda, sin contar los cambios en el circuito, entre los que destacan las últimas reformas de Hermann Tilke.
Originalmente se planteó como un óvalo similar a Indianápolis, aunque problemas de presupuesto terminaron dando el trazado actual, en el que reside la herencia de la idea original convertida en la seña de identidad del circuito.
La principal característica de Monte Fuji es su recta principal, de 1,5 kilómetros, con una aguja al final que puede ser el escenario de un gran espectáculo.

El set up va a medir la capacidad real de los ingenieros, que contarán sólo con información de simuladores sin un sólo dato de una carrera completa en treinta años. Las diferencias de rendimiento pueden ser espectaculares e incluso dar la vuelta al orden habitual entre los equipos: el ritmo puede llegar a ser más determinante para los resultados finales que la fiabilidad. La única ventaja que se usará como punto de partida es la autoría de la reforma definitiva, que implica que Monte Fuji cuente con algunas características del clásico diseño Tilke.
La ausencia de curvas rápidas y la necesidad de aprovechar al máximo la recta principal permiten algunas conclusiones sobre la configuración: la carga aerodinámica será intermedia tendiendo a baja y los neumáticos, previsiblemente, no sufrirán especialmente.
En cuanto a suspensiones, repartos de peso, maniobrabillidad es imposible establecer los datos sin pruebas, y el agarre se convertirá en un factor importante dado que no se conocen las cualidades del asfalto.
El punto crítico, la primera curva y su terrible frenada no sólo brindará las mejores oportunidades de adelantamiento, sino que será con seguridad la zona más peligrosa como el reto más importante para la maniobrabilidad de los coches.

Observar se ha convertido en la palabra clave en Monte Fuji.

La niebla ha ocultado la pista mojada antes de la clasificación, augurando dos posibles vías poco frecuentes para su resolución: un lioso movimiento de horas y oportunidades para su disputa en las mejores condiciones o la potenciación de las extrañas circunstacias que rodean a este circuito, dando una sesión llena de sorpresas.
Sebastian Vettel ha marcado el camino de esta bifurcación como el héroe de la jornada.

La primera ronda ha estado dominada por la precaución; bien pronto todos los coches se han echado a la pista a tantear los misterios del circuito con la complicación del agua, rodando diez segundos más lentos que la media.
Vettel ha inaugurado su intervención estelar llamando la atención con un trompo, que no le ha impedido conseguir el tiempo de paso con facilidad. Webber intentaba robarle protagonismo con un adelantamiento innecesario
a Sato en la chicane Dunlop; vueltas más tarde Ralf Schumacher intentó repetir la imprudente acción con Sakon Yamamoto con el resultado lógico: el Toyota destrozado, subido sobre la rueda del Spyker, a pesar de haber pasado el corte.
Los problemas de los Renault cada vez eran más evidentes y mantenían a ambos pilotos en la zona de eliminación a pocos minutos del final acompañados de Heidfeld. La recuperación de los tres, algo apurada en el caso de Kovalainen, ha supuesto la caída de Wurz.

La segunda sesión ha confirmado el poder de McLaren, con un dominio que estaba previsto y que se ha visto beneficiado por las capacidades de sus pilotos en mojado. El ritmo de Button ha sido bastante más inesperado, en contraste con eliminación de Barrichello en la tanda previa: el Honda ha alcanzado la sexta posición con una solvencia incontestable, que sólo provoca dudas sobre quién perdería su pase.
En el límite se asentaba Vettel, que parecía esperar que uno de los coches más potentes, habituales en Q3, sacase su Toro Rosso de la ronda final.
Para Renault la exigencia ha sido excesiva y han caído ambos con un especialmente reprobable mal
tiempo de Kovalainen; la otra debacle, la de Toyota, la confirmaba la eliminación de Jarno Trulli.
Estos hechos han desembocado en un reparto insólito en la lucha por la pole.

La locura se ha desatado en Monte Fuji durante la última ronda.
Fernando Alonso se lanzaba a por todas desde el primer instante con uno de esos injustificados adelantamientos sobre Vettel, que ha evitado en todo momento el décimo puesto al que parecía abocado. La pelea de Button con Rosberg y Webber, que en otras circunstancias lo hubiera convertido en el hombre a seguir, perdía algo de interés por la sorpresa del Toro Rosso y la emoción en cabeza. Kubica se desplomaba hasta la décima posición, y Rosberg ocupaba su lugar seguido de cerca por la Tortuga Ninja de Botón.
Los Ferrari parecían haber recortado distancias con McLaren y se colocaban tras el líder provisional, Alonso. Por eso ha sido un golpe especialmente duro la última vuelta, la última oportunidad de Hamilton, que muy osado se ha lanzado a por todas, sobre los bordes de la calzada y con el tiempo cumplido y por la mínima ha conseguido la pole ascendiendo desde el cuarto puesto y mandando, en consecuencia, a los
Rayos Rojos a la segunda línea.

La previsión, con las altas probabilidades de una carrera sobre mojado, es una victoria para McLaren
que se decidirá entre el control magistral en agua de Fernando Alonso y la suerte del campeón que acompaña a Lewis Hamilton en las carreras más desquiciadas. La eliminación de Massa se da por hecho si se mantienen estas condiciones, y a no ser por una improbable estrategia, este circuito con necesidades aerodinámicas pobres es un regalo para las Flechas de Plata.
En cuanto al espectáculo es probable que exista en todas las líneas porque se espera una carrera loca sin necesidad de lluvia: sin las distancias bien medidas la primera curva se puede convertir en un desguace y la chicane Dunlop puede acabar con muchos pilotos confiados inventando nuevas trazadas.
Robert Kubica puede plantar bastante guerra teniendo por delante a Vettel, que seguramente tenga que exhibir su talento a la defensiva, mientras que el cambio de motor obliga a Rosberg a remontar (un problema que ha evitado que algún responsable de Toyota lo mande matar).

En general, a partir del sexto puesto de Mark Webber todo es posible e impredecible, desde una recuperación milagrosa de Feyd-Rautha hasta un lento desinflar de Botón.
Aunque sin duda gran parte de la atención recaerá sobre Sebastian Vettel, junto a Button y el sancionado Rosberg, las circunstancias desquiciadas de este Gran Premio son de las que el oportunista Alex Wurz suele sacar el máximo provecho.

No pierdas de vista a Fernando Alonso, el final de recta, a Nico Rosberg y la lluvia.

21 septiembre 2007

Aviso - Tercera temporada de Prison Break


Teddy ha vuelto

El 17 de Septiembre de 2007 empezó la tercera temporada de una de las mejores creaciones en televisión: Prison Break.
La huída de la penitenciaría de Fox River se ha revelado como una historia original y poco convencional que ha vencido el orden natural de decadencia. El fin de la atmósfera opresiva de la prisión parecía sentenciar el interés de la serie, que sin embargo creció en emoción tras saltar el muro; la resolución de las historias paralelas y el aflojar de la presa por el progresivo éxito de la fuga a Panamá invitaba a pensar en un final definitivo eludido por el giro final: Sona.

El éxito de Prison Break se apoya además sobre sus personajes, lejos de arquetipos, y sus complejas relaciones lejos de la simpleza de héroes y villanos.
Michael Scofield, el protagonista, apoya sus acciones sobre una cualidad tan poco habitual como la planificación, representada en su impresionante tatuaje; por otro lado, su compañero de huída y enemigo, Theodore Bagwell, es un asesino y agresor sexual salido de la América profunda que, sin embargo, destila encanto y cierta inocencia que acaba provocando simpatía por este monstruo, un genuino superviviente.
Una de las mejores muestras de la calidad de la serie es la introducción de nuevos personajes más atractivos incluso que los originales. La asombrosa meticulosidad de Scofield es eclipsada por la inteligencia del agente Alexander Mahone, el responsable del FBI para la captura de los ocho de Fox River, un antagonista que con su oscura personalidad ha acabado siendo uno de los más populares e interesantes.

Algún día saldré de aquí, y cuando lo haga, te aseguro que no olvidaré la luz que lleva directamente a tu ventana
T-Bag
Promoción de la tercera temporada de Prison Break en Sky One.

El primer capítulo, Orientación, no defrauda, es tremendamente entretenido y marca el inicio esperado para una gran temporada.

Now I feel allright at home

16 septiembre 2007

Análisis - Spa-Francorchamps 2007

El inicio se presentaba duro para el dúo de la temporada, Rosberg y Kovalainen, concentrados en una carrera que se presentaba larga y en la que las primeras vueltas serían vitales en el caso de Nico; la parte más dura para Kovalainen parecía situarse en la mitad, aunque no podía descuidar el ritmo inicial ni permitir demasiada ventaja a coches aparentemente más ligeros.
Un nuevo Gran Premio aciago para Fisichella, que cambiaba el motor Renault con la consiguiente penalización: la decisión final del equipo de facilitar las cosas saliendo desde el pit lane descartaba totalmente a Físico para puntuar.

La salida de los Ferrari ha sido fulgurante y una vez más se han vuelto inalcanzables gracias al sistema de arranque; la lucha, pues, se ha establecido entre los McLaren: Fernando Alonso ha comenzado a empujar al exterior a Hamilton hasta que finalmente lo ha sacado de la pista en La Source. La reentrada, sin embargo, ha puesto en paralelo a las Flechas de Plata en Eau Rouge, donde definitivamente El Nano se ha colocado por delante en una maniobra impresionante.
Bastante peor le ha resultado el paseo por La Source a Nick Heidfeld, que por mér
itos propios ha hecho recta la frenada, perdiendo posiciones frente a Webber y Kovalainen, que tras una gran salida se colocaba sexto, haciendo tope, permitiendo escapar a Rosberg con tranquilidad.
El ritmo de carrera no se acababa de asentar y Físico rodaba hacia el box, retirándose por problemas en la suspensión.


Tras muchos intentos Webber conseguía finalmente pasar a Kovalainen con una maniobra muy inteligente en Kemmel. El Red Bull ganaba metros en la recta hasta conseguir una buena posición para que El Almirante iniciara su movimiento: dejar la trazada, obligando a Feyd-Rautha a tomar el interior de Les Combes y, consecuentemente, a frenar antes; Mark volvía a la línea, a la caza de Rosberg, dejando a Heidfeld a la espectativa, sin posibilidad de aprovechar el duelo. El
Bueno necesitó algo de paciencia hasta poder lanzarse en el Bus Stop y pasar a Kovalainen del que, sin embargo, no consiguió despegarse facilmente por velocidad.

La sorpresa del Gran Premio de Bélgica despuntaba en uno de los grupos: Adrian Sutil, decimotercero, presionaba tan agresiva como inesperadamente a Jarno Trulli. Contra todo pronóstico, una vez más, el Spyker conseguía culminar su acoso, dando cuenta de Verdaderamente para atacar inmediatamente al líder del grupo, David Coulthard.
La remontada de Kubica hasta este momento quedaba en segundo plano, pero tras su adelantamiento a Schumacher tomando el exterior del Bus Stop con mucha seguridad en la frenada, su novena posición cobraba importancia. Era el inicio de la pelea del BMW con Kovalainen, un duelo muy duro que iba a llevar a Robert a intentos bastante desesperados, provocados por el desaprovechamiento de su alto rendimiento; el acoso intensificaba especialmente en el primer sector alcanzando su punto álgido en una frenada en La Source que forzaba al máximo al BMW. Kubica tuvo que echar mano de toda su decisión para lanzarse al interior del Bus Stop para adelantar, por fin, a Feyd-Rautha.

La monotonía en cabeza, ampliándose levemente las diferencias entre los cuatro primeros, contrastaba con la inesperada carrera de Adrian Sutil, que conseguía en dos ocasiones meter el monoplaza en La Source casi lo suficiente como para pasar a Coulthard, que para su sorpresa se veía empleándose a fondo cerrando las puertas a un Spyker.
Antes de terminar el primer stint Spa-Francorchamps se cobraba su segunda víctima: Vettel, retirado con problemas de dirección.

Los primeros en parar eran Rosberg y Webber, vigilándose mutuamente pero dando muchas vueltas libres a Heidfeld, su inmediato perseguidor. Tras ellos, paralelamente Räikkönen-Alonso y Massa-Hamilton hacían sus pit stops manteniendo el orden, aunque intercalando entre ambas escuderías al BMW de El Bueno.
El repostaje de Sutil, parte de una estrategia de dos paradas poco habitual en Spyker, acabó con el ritmo del piloto que recién salido hacía saltar su monoplaza sobre la tierra; Hamilton imitaba a Adrian animando un poco la monótona marcha impecable en cabeza, atravesando de lado a lado el Bus Stop. Fernando Alonso ganaba un poco de ventaja sobre su compañero, pero ambos quedaban descolgados de los Ferrari.
La nueva batalla de Kubica, condenado a tragar humo durante todo el Gran Premio de Bélgica, se establecía con Coulthard, un experto en retener coches más rápidos; la desesperación de Robert crecía como probaba su pasada de frenada en La Source, calcada a la efectuada con Kovalainen. Su compañero vivía la situación opuesta, dado que tras su parada Nick Heidfeld lograba volver a la pista por delante de Rosberg gracias al provecho sacado a sus vueltas de ventaja.

La carrera de los caídos mostraba episodios lamentables,como la lucha entre Trulli y Wurz, a punto de hacer su parada, en el Bus Stop, que casi provoca que el Williams se saltara la entrada al pit lane.
Mientras la diferencia McLaren-Ferrari seguía aumentando hasta el final del segundo stint, Kovalainen proclamaba la desafortunada estrategia de Renault de un solo repostaje, un intento de hacer algo distinto pero poco apropiado para Spa-Francorchamps; a su salida el Renault se unía al grupo de Coulthard y Kubica, que poco después se rompería con el repostaje de El Superhéroe, y aunque en principio pudo mantenerse pegado a ellos en un tiempo reducido caía hasta quedar frente a Button. Los esfuerzos de Coulthard una vez más quedaban en nada, con un fallo hidráulico que le obligaba a retirarse tras su reincorporación.

El inicio de los segundos repostajes corría por parte de Rosberg, aunque todo el interés se centraba en Ferrari puesto que sólo un fallo en la rutina del pit stop parecía lo único capaz de frenar a los Rayos Rojos. Los tiempos suficientes entre Ferrari y McLaren, y entre los compañeros de cada equipo, mantuvieron el orden tras unas paradas rutinarias, en las que el único que tuvo un poco de ventaja fue Hamilton con unas cuantas vueltas más, aunque según avanzaban le hacían perder tiempo con Alonso.
Ante el tedioso orden de carrera, se hacía necesaria la intervención de El Huracán para animar el
Gran Premio. Takuma Sato se pegaba a Button, tomándole la medida en unas cuantas vueltas con una fuerte presión, hasta decidir apretar al máximo en Kemmel, mantener la trazada y realizar un limpio adelantamiento sobre Botón en Les Combes.
Poco después el Honda de Button iba a hacer compañía al Williams de Wurz en los boxes, convertidos en las últimas víctimas de Spa-Francorchamps.

El pit stop de BMW devolvía a ambos coches a su estado habitual durante el Gran Premio: Heidfeld a la zona tranquila y Kubica a la persecución de Kovalainen, el último centro de interés de la carrera.
El duelo entre Robert y Heikki era tan duro para el Renault como desesperante para el BMW, mucho más rápido; tras varios intentos por velocidad, el mejor de ellos con medio coche sobre Feyd-Rautha, Kubica parecía resignarse a quedar fuera de los puntos, limitándose a presionar buscando el fallo de Kovalainen, que resistió hasta el final. Con todo decidido el comportamiento inexplicable aparecía en McLaren y Ferrari al final de la carrera, el momento elegido por Hamilton y Massa para intentar recortar a sus intratables compañeros, arriesgando para nada y forzando la mecánica. Mientras Lewis sufría una salida de pista bastante lógica que le obligaba a bajar las revoluciones, Felipe conseguía alcanzar a Kimi en la última vuelta, aunque sin opciones reales de adelantarle.
La bandera damero certificó la incontestable victoria de los Rayos Rojos y el pequeño triunfo de Nico Rosberg, capaz de mantener su sexta posición.

Los Ferrari han mostrado su autoridad sobre McLaren tal y como los veteranos Räikkönen y Alonso se han impuesto sobre sus compañeros: las necesidades de una pista de chasis y, especialmente, la importancia de la habilidad y talento en el resultado han sido determinantes.
Sin embargo la reacción, más tras el tropiezo de Monza, llega demasiado tarde: existen posibilidades que tras el próximo Gran Premio Felipe Massa caiga del grupo en lucha por el Campeonato del Mundo, lo que explica su desesperación en las últimas vueltas de la carrera.
La posición de McLaren es inmejorable en la recta final, luchando contra sí mismos mientras que Ferrari, a pesar de poder ejercer de nuevo dominios como el del Gran Premio de Bélgica, dependen de los fallos de las Flechas de Plata, destacados líderes de fiabilidad.

La ascensión de BMW ha sido una exhibición de poder que demuestra la distancia existente con las escuderías inmediatamente tras ellos, especialmente en lo referente al ritmo en carrera: partiendo de una clasificación discreta y una salida desastrosa de Heidfeld y de la penalización de Kubica, el equipo de Mario Theissen ha demostrado ser imparable.
A pesar de que la mayor parte del espectáculo en Spa-Francorchamps se ha basado en las dificultades de Robert Kubica en su remontada, el gran protagonista, por inesperado, ha sido Sutil. El comportamiento de Spyker en los entrenamientos no podía hacer presagiar el excelente ritmo de competición que durante el primer stint ha dejado atónito a todo el Gran Circo; aunque buena parte se correspondía a una estrategia más propia de los líderes, que tras el pit stop terminaba con las opciones de un resultado llamativo, la excelente competitividad de Adrian Sutil ha hecho aumentar su valor cómo piloto poniendo de relieve, gracias a Spa-Francorchamps, su talento.

La decepción ha sido una vez más Honda, y se ha visto representada en el apuntillamiento por parte de su filial, Super Aguri, que ha sido el adelantamiento de Takuma Sato. El otro pequeño fracaso ha venido por la mala estrategia de Renault, que ha complicado increíblemente la carrera de Kovalainen hasta el punto que el equipo oficial se ha visto batido por la profesionalidad de Mark Webber, autor de la maniobra más inteligente, brillante cuando la resistencia del Red Bull se lo permite.
Sin embargo es de agradecer el intento de Flavio Briatore de probar algo arriesgado cuando las condiciones inciden en los puntos débiles del coche: en eso consiste la competitividad.

Enhorabuena a Adrian Sutil por su gran carrera, y gracias a Robert Kubica por el espectáculo.

A McLaren y Ferrari les toca seguir luchando hasta que el rival caiga.
La incertidumbre sigue creciendo.

Nos vemos en Monte Fuji.

15 septiembre 2007

Briefing - Spa-Francorchamps 2007


Sin apenas margen de tiempo para hacer pruebas, el Gran Premio de Bélgica se echa encima tras la paliza de Monza: dos de los circuitos más duros consecutivamente serán el mayor enemigo de la fiabilidad en toda la temporada. Tradicionalmente Spa-Francorchamps ha machacado a los monoplazas acumulando abandonos por lo que este año, con el castigo acumulado, a pesar de la creciente dureza de las mecánicas, acabar la carrera puede tener premio.

La semana entre ambas citas ha sido aún más frenética de lo habitual.
El rendimiento en Spa-Francorchamps dependerá directamente del trabajo de preparación durante la pretemporada, de las simulaciones y pruebas privadas, con casi la totalidad del tiempo consumido en logística y ensamblaje; por si fuera poco para los líderes del Campeonato del Mundo los pocos días han sido ajetreados por cuestiones extradeportivas.
La decisión de la FIA, eliminar a McLaren del Mundial de Constructores, además de una fuerte multa, puede afectar a los miembros del equipo de forma imprevisible, con desilusión o rabia; e incluso llegar a Ferrari, por la decepción que siempre supone acudir a los despachos.
A priori la sanción parece tan desproporcionada como corta resulta a la luz de las pruebas.

El caso del espionaje, que desgraciadamente desluce el Gran Premio de Bélgica, sin embargo no es, ni mucho menos, una adulteración de la competición ni quita valor al Campeonato del Mundo.
Trampas, multas, espías, abogados, protestas,despachos, sabotajes... esto es Fórmula 1, y es una parte importante de lo que convierte al Gran Circo en el mayor espectáculo del mundo.
Como dijo Juan Pablo Montoya:

That's competition

En cuanto al resto de equipos BMW afronta con tranquilidad
un circuito exigente que permitirá mantener mucho mejor la distancia con sus perseguidores. La mejora de Honda estará a prueba por las características de Spa-Francorchamps, que requiere un desarrollo de chasis importante y probablemente convertirá éxitos recientes en excepcionales. Seguramente Williams será el gran beneficiado por la pista, aparte de por la previsible caída de las Tortugas Ninja, por los padecimientos de Renault; a pesar de que los neumáticos pierden importancia, la problemática suspensión incide en uno de los puntos débiles del equipo, que tendrá serios problemas para ofrecer el mejor coche a Kovalainen.

La clasificación ha sido previsible, confirmando la principales conclusiones de la temporada sobre el rendimiento de los pilotos.
La primera sesión ha empezado con Vettel pisando la tierra, asegurando su previsible eliminación batido de nuevo por Liuzzi, y los síntomas de debilidad de Fisichella, que se desmorona con el paso de los Grandes Premios. La sorpresa ha estado en manos de Adrian Sutil, que ha salvado su Spyker con un impresionante decimosegundo puesto a pocos minutos del final, aunque finalmente ha ido cayendo hacia las últimas posiciones.

El decepcionante Alex Wurz ha quedado cerca del límite.

La segunda tanda ha sentenciado de nuevo a Schumacher, al mencionado Wurz y avFisichella, casi medio segundo más lento que su compañero. Jenson Button ha llegado con su Honda hasta dónde ha podido mientras se proclamaba Mark Webber el pequeño triunfador, colocando el Red Bull en Q3. La ronda definitiva era el lugar dónde se tenía que establecer el orden que se esperaba con curiosidad tras una semana trepidante. El Almirante, ajeno a los líderes se mantuvo casi toda la sesión en quinta posición; a la vez Kovalainen no conseguía mejorar el peor tiempo. El chasis de Ferrari demostraba su efectividad y era Fernando Alonso el que sufría en Rivage y padecía el bloqueo de Rosberg; las actitudes absurdas no se quedaban ahí, tal como probaba Massa con su adelantamiento a Hamilton en La Source. Los Rayos Rojos se afinaban y, tras los cambios, conquistaban definitivamente la primera línea; sobre el tiempo Hamilton se mantenía tercero aunque Alonso conseguía arrebatarle la plaza en la última oportunidad. Rosberg exhibía el genial estado de forma de Williams colándose entre los BMW, seguido de cerca por Webber en octava posición, por delante ambos de sus equipos oficiales.

La victoria de Ferrari en Spa-Francorchamps está tan clara como el primer puesto de
Räikkönen; la buena respuesta los hace inalcanzables al resto, y la calidad de Iceman, un experto en el trazado, le coloca por delante de su compañero. Los McLaren se han acercado bastante, lo que descarta cualquier posible estrategia loca, una prueba, quizá, de la necesidad de ir asegurando el Campeonato del Mundo, agotando las últimas opciones de sus perseguidores.
Los desmotivados BMW quizá sean los responsables del espectáculo: Heidfeld puede quedar sometido a Rosberg por el sistema de arranque, y la posición de salida de Kubica, penalizado por el cambio de motor, le hace el presumible protagonista de una remontada que en este circuito puede convertirse en leyenda. En el otro extremo Mark Webber tendrá que luchar con su Red Bull a la defensiva para proteger su gran resultado de la clasificación.
La gran incógnita es Heikki Kovalainen, con un tiempo desconcertantemente malo que quizá sea el indicativo de una apuesta arriesgada de Briatore: el ritmo de los Renault al final del primer stint será determinante para juzgar sus posibilidades.

No pierdas de vista a Rosberg, el Rivage, a los Renault y Eau Rouge.

11 septiembre 2007

Briefing - Spa-Francorchamps

Una pista creada en los albores del automovilismo, en medio de un bosque de relieve abrupto pero con el objetivo de albergar las mayores velocidades puntas, a medio camino de sus contemporáneos Nordschleife e Indianápolis; ¿puede ser apta para la Fórmula 1 contemporánea?.
Spa-Francorchamps es la sorprendente respuesta: la gran cita de la temporada, el circuito favorito de pilotos y aficionados, con una historia de espectáculo brillante que se extiende hasta la actualidad, como escenario de las maniobras más memorables de los últimos tiempos. El Grand Prix de Belgiqu
e discurre por lugares legendarios, que a lo largo del tiempo han ganado entidad en el Gran Circo y son esperados porque sus nombres siempre son sinónimo de competición y maniobras míticas.
Por si resultara insuficiente con el trazado, el especial clima de la región es tan cambiante y tan localizado que repentinamente puede cambiar en un sólo sector, dando la vuelta de forma imprevista a cualquier carrera.
Puro espectáculo.


Cuando en 1920 los habitantes de las boscosas y montañosas Ardenas decidieron aumentar su atractivo turístico facilitando un lugar para que los primeros automóviles pudieran disputar carreras no eran conscientes de estar creando uno de los mejores circuitos de la historia.

El aprovechamiento de las carreteras públicas entre Stavelot, Francorchamps, Malmedy y Spa, famosa por sus aguas medicinales, formó el Triángulo: un rapidísmo trazado de 15 kilómetros en el que destaca la larguisma recta de Masta, tan peligrosa como emocionante por su calzada estrecha y las curvas en S en la mitad del recorrido.
Los duros comienzos, con un sólo corredor, enfocaron las sucesivas reformas de trazado hacia aumentar la velocidad máxima para alimentar la fama del circuito, conservando las prestigiosas zonas críticas como la aguja de La Source, sobre una pequeña cima, y curvas rápidas como Blanchimont, un auténtico imán para los accidentes.

La reducción del circuito original, por cuestiones de seguridad, se produjo en 1979 precipitada por el accidente de Jackie Stewart, empotrado boca abajo en el tejado de una granja a la orilla de Masta, que
nueve años antes había desembocado en el cambio de sede del Gran Premio de Bélgica.
La transformación fue ejemplar, conservando los puntos más interesantes del trazado largo y sacrificando únicamente Masta junto a las zonas de alta velocidad; el retorno definitivo del Campeonato del Mundo a Spa-Francorchamps en 1983 fue auspiciado por lo propios pilotos:
"Una vez que vayas a Spa, nunca podrás regresar".
El mantenimiento del circuito hasta la actualidad se ha centrado en mejorar los problemáticos 7 kilómetros de firme y reformar mínimamente algunas de sus curvas características, aunque el mayor enemigo del Gran Premio de Bélgica ha sido la publicidad, el único motivo que, para desolación de conductores y aficionados, ha retirado en dos ocasiones la carrera del calendario.
Hasta 2000 el caracter de carretera pública se mantuvo, lo que dió lugar a una curiosidad como la chicane Bus Stop, una genuina parada de autobús dentro uno de los trazados más importantes de F1.

Las cualidades distintivas de Spa-Francorchamps, los cambios de nivel y la altísima velocidad que
hacen de la pista la montaña rusa más divertida y exclusiva del mundo, son un desafío para la capacidad de adaptación de los ingenieros, que no sólo tienen que cuidar la resistencia del coche para un reto duro: las cargas verticales, mucho mayores que en cualquier otro lugar, y la altura del fondo obligan a establecer una preparación de los monoplazas única, que complica aún más un proceso de reglaje complejo debido a la variedad de curvas.
Por otra parte las pruebas se centran sobre uno de los
aspectos más incontrolables del Gran Premio de Bélgica, el tiempo inestable de las Ardenas, que lleva a ensayar las transiciones seco-mojado e incluso optimizar un set up intermedio para afrontar un microclima capaz de hacer variar simultáneamente las condiciones en distintos tramos del extenso circuito.

El motor, como ocurre en toda pista de velocidad, será uno de los principales objetivos del set up. Los largos periodos a fondo pondrán a prueba la fiabilidad de la mecánica, aunque son los cambios de rasante y las consiguientes presiones verticales las que torturarán a pistones y válvulas, trabajando en condiciones extraordinarias, así como en el sistema de lubricación, lo que resulta en una carrera de resistencia para la maquinaria.
La otra gran protagonista será la suspensión, la encargada de aliviar las fuerzas provocadas por la montaña rusa que afectarán tambien a los neumáticos, sometidos a una fuerte compresión en las subidas, aunque éstos van a plantear grandes problemas incluso contando con las curvas rápidas. El objetivo es conseguir un comportamiento suave sin descuidar la rigidez necesaria para afrontar las curvas más lentas, montando el sistema sobre una altura mayor que en ningún otro circuito para evitar contactos del fondo en los puntos más abruptos.
La aerodinámica, para contribuir a la vital estabilidad, debería producir una carga muy alta; sin embargo, a Spa-Francorchamps se va a correr y disfrutar, por lo que una fuerza intermedia se considera suficiente para mantener el agarre.
A pesar del desafío para los ingenieros la pista se considera fundamendalmente técnica, una medida del talento de los pilotos.

La zona más peligrosa del circuito es Blanchimont, una curva que se afronta a 300 km/h presente en el trazado original, con unas escapatorías mínimas, que es sucedida por Bus Stop, una complicadísima chicane que requiere una fuerte deceleración. La frenada consiguiente constituye una buena oportunidad de adelantamiento, aunque el punto óptimo es la llegada a Les Combes tras la recta Kemmel, donde se alcanza la punta de 330 km/h.

Eau Rouge

En pocas ocasiones una curva se ha convertido en un icono tan grande como Eau Rouge.

El arroyo de Agua Roja atraviesa el circuito de Spa-Francorchamps, que tan perfectamente se adapta al
terreno, por un pequeño valle entre la cuesta de La Source y un considerable talud. El discurrir natural del camino para frontar el fuerte desnivel era similar a una carretera de montaña: una amplia curva en U, llamada Ancienne Douanne, era la única forma de escalar lentamente hacia el nivel superior.
La necesidad de aumentar la velocidad media en el circuito condenó a la Ancianne Douanne a transformarse aplicando, de nuevo, una acertada solución. La combinación de ascenso fue recortada uniendo con una curva a derechas los tramos superior e inferior de la vieja senda, convirtiendo un suave ascenso en un vertiginoso despegue completamente ciego.
Técnicamente Eau Rouge ha existido desde siempre puesto que en realidad la denominación se aplica únicamente a la curva de izquierdas en bajada, cerca del arroyo al que debe su nombre; la nueva creación fue bautizada Raidillon, si bien popularmente el conjunto es conocido en su totalidad como Eau Rouge.

Las simulaciones aseguran que la mítica curva puede tomarse a fondo y que, de hecho, es un determinante básico para conseguir el mejor tiempo, pero en este lugar las sensaciones son muy importantes y por eso lo hacen tan atractivo para los pilotos.
La bajada de La Source conduce a la pequeña curva con un brusco escalón por donde discurre el Agua Roja; inmediatamente se inicia la subida en el rapidísimo viraje de izquierdas que cambia completamente el paisaje, convirtiendo un horizonte de asfalto y hierba en cielo y árboles. La visión del asfalto desde el cockpit es imposible, y mientras la subida y la aceleración aplastan al conductor contra el asiento la impresión es que el coche va a salir volando de esta curva ciega. Las referencias son la única guía por la trazada que conduce, a traves del Raidillon, al resto del circuito.

Este es el motivo por el que son sólo los grandes los que no levantan en algún momento el pie en Eau Rouge.
Un místico como Ayrton Senna, al enfrentar su talento al cielo de las Ardenas, decía "hablar con Dios".

Spa-Francorchamps es un circuito mágico, coronado por la curva que provoca dudas acerca de cuál es la segunda mejor.
La historia del Gran Premio de Bélgica está llena de momentos legendarios que llegan hasta la actualidad: desde la desgraciada salida de 1998 con trece coches eliminados en la primera curva hasta la creativa e imposible pasada de Juan Pablo Montoya a Michael Schumacher en Bus Stop.
La fascinación por Eau Rouge queda retratada por el terrible accidente de Jacques Villeneuve, que tras su salida en el Raidillon afirmó que había sido su mejor accidente.

Era inevitable que la pista más espectacular del Gran Circo fuera el escenario del mejor adelantamiento de la historia.
En 2000 Mika Häkkinen perseguía implacablemente a Michael Schumacher, que intentaba defender su posición al límite de la legalidad. Tras subir pegados Eau Rouge el encuentro con Ricardo Zonta, con vuelta perdida, en Kemmel fue la oportunidad perfecta para que, tras un pequeño engaño, El Hombre que Vino del Frío adelantase a ambos simultáneamente ganando el interior de Les Combes.
Sólo Spa-Francorchamps podía tener el honor de albergar el impresionante duelo entre dos Campeones del Mundo de Fórmula 1 culminado con una maniobra legendaria.

Por muchos motivos el mejor circuito, el mejor Gran Premio; todos los esfuerzos de la F1 deberían orientarse para mantener Spa-Francorchamps para siempre y que sirviera de ejemplo para el futuro.
Sobran las palabras para elogiar a Spa. Las emociones de Eau Rouge esperan.

10 septiembre 2007

Análisis - Monza 2007


¡Esto es Fórmula 1!

Autoridad ha sido la palabra que ha definido a McLaren durante todo el Gran Premio de Italia y la carrera, desde la primera vuelta, ha sido la reafirmación del poder de las Flechas de Plata.
Con el rendimiento demostrado, las posibilidades de Ferrari pasaban por un adelantamiento inicial o una estrategia arriesgada, apoyada sobre su simbiosis con Bridgestone; en la segunda posición Hamilton se preparaba para frenar en lo posible el efectivo arranque de los Rayos Rojos dirigiendo el morro de su monoplaza hacia Alonso.
Más atrás Jarno Trulli, confiado, con la mejor trazada y los inofensivos Honda detrás parecía el más tranquilo en el inicio de la carrera, un fallo de preparación que pagaría caro.

La salida ha supuesto el aprovechamiento del efectivo sistema de arranque de los Ferrari: a pesar de la táctica defensiva de Lewis Hamilton, que ha empujado a Massa hacia el muro, ha perdido la posición por Felipe y ha estado cerca de ser superado por Kimi, que se ha desecho de Heidfeld con facilidad gracias a su transmisión afinada, tras superarle poco a poco en paralelo. Sin embargo la llegada a la Prima Variante ha puesto de manifiesto el talento de Lewis, que ha metido el McLaren por la trazada y se ha visto obligado a atajar la chicane tras contactar con Massa, lo que le ha permitido mantener la posición humillando a Ferrari.
La llegada a la primera curva ha sido una de las menos accidentadas de la historia del Gran Premio, aunque ha decantado el orden inicial: a pesar de su buena salida Kovalainen era superado por Kubica y Trulli era adelantado por Button, Webber y Barrichello, en la gran resurrección de Honda. A pesar de la limpiezade la salida, el destino es inevitable y Fisichella tocaba a Coulthard, provocando su salida en la Curva Grande en un accidente muy fuerte que destrozaba completamente el Red Bull.

La violencia del choque obligaba a salir el Safety Car, para satisfacción de El Mago del Suspense.

El mejor intento de Hamilton para acercarse al intratable Alonso llegaba con el reinicio de la marcha, acercándose al máximo en el final de recta, aunque sin llegar a suponer ningún problema para El Nano. Algo más de inquietud había en la batalla de Fisichella con Davidson, de quién se defendía como podía, con trazadas creativas en las chicanes; aunque la auténtica sorpresa era Botón, capaz de conseguir que su Tortuga Ninja adelantase a Rosberg.

Una vez más lo inevitable: la siniestra figura de Michael Schumacher en el pitwall era testigo de la parada imprevista de Felipe Massa tras la retirada del Safety Car; la suspensión del Ferrari obligaba a atravesar en línea recta la Variante della Roggia, y en la vuelta siguiente la retirada era definitiva. Para mayor desgracia las Flechas de Plata se afinaban más, ampliando vuelta a vuelta su ventaja sobre sus rivales, juntos sobre la mejor trayectoria mostrando el excelente trabajo de los ingenieros; Alonso lideraba la carrera con una efectividad máxima, como una sombra, consiguiendo la vuelta rápida tomando con la suave respuesta del coche sobre los pianos.

El adelantamiento de Sato a Yamamoto en Lesmo 1 distrajo por un momento la atención del duelo de Button y Rosberg, a los que se aproximaba discretamente Mark Webber; Nico alternaba pasadas imposibles con las recuperaciones de Botón, creando ambos un tapón que permitía a Kovalainen escapar.
La otra guerra, entre Davidson y Fisichella, concluía aparentemente con el adelantamiento final de Físico, aunque el Super Aguri no se iba a despegar del Renault y se lanzaba junto a él a la caza de Alexander Wurz.

El final del primer stint llegaba para los McLaren, y Hamilton apuraba con una frenada fortísima a la entrada del pit lane unas décimas vitales para pasar a Alonso, auténtico dueño del Gran Premio. Los siguientes serían Kovalainen y los BMW, con problemas para Kubica que veía, durante su pit stop, cómo volaba su ventaja debido a los problemas de sus mecánicos para levantar el coche y caía desde la sexta posición, repostaje mediante, a la undécima.
La lógica mecánica se imponía en la interminable pelea de Rosberg y Button, y tras un brillante paralelo de ambos en la primera chicane el Williams conseguía enganchar al Honda y pasarlo en la Variante della Roggia; en la pelea de Fisichella y Davidson el Renault se veía obligado a pasar de nuevo al Super Aguri, esta vez cogiendo el rebufo en la recta principal para conseguir por fin, tras el adelantamiento antes de la frenada, despegarse para coger a Wurz.

La tardía entrada de Räikkönen confirmaba la táctica a una sola parada de Ferrari, que producía una pequeña preocupación en McLaren, pendientes del rendimiento de los Rayos Rojos y de la posible intervención del Safety Car: las Flechas de Plata se veían obligadas a volar para conseguir la suficiente ventaja, lo que en un principio, con el desarrollo de las primeras vueltas, parecía sencillo aunque más tarde resultaría ajustado, al menos para Hamilton. El ritmo de Fernando Alonso pulverizaba las espectativas de Iceman y de su compañero, ampliando su distancia en cada giro.
El resto de entradas intermedias permitían a Kubica recuperar la posición sobre Kovalainen, pendiente además de una segunda parada, y mantenían definitivamente el orden de Button, Webber y Barrichello. El último en hacer su pit stop, Wurz, a quince vueltas del final, sufría la ineficacia de la táctica al ser adelantado por su perseguidor, Fisichella, en la reincorporación.

En este punto la carrera se había convertido en un cálculo de tiempos por ver si los McLaren conseguirían parar y mantener sus posiciones frente a Räikkönen.
Hamilton entraba a repostar sin haber conseguido la suficiente distancia, y era rebasado por Iceman en su reingreso a la pista por muy poco; los bólidos rojo y gris rodaban emparejados y el Rayo Rojo, a pesar de su ligereza, no conseguía escapar.
La incapacidad precedente de Lewis para conseguir los tiempos de Fernando había sido decepcionante, y cuando este pequeño fracaso parecía definitivo para McLaren surgió el genio del novato. Muy pegado a Räikkönen, la Flecha de Plata cogía el rebufo del Ferrari en la recta principal; antes de la Prima Variante, a una velocidad aparentemente excesiva, Lewis cambiaba de trayectoria y se dirigía directamente al vértice, obligando a Iceman a frenar y abrirse al llegar al giro. Cuando parecía que Hamilton tomaría recta la chicane como resultado de un intento desesperado, conseguía mantener sobre la zona de grip el McLaren, frenando lo suficiente para tomar la segunda parte de la curva y lo justo para conservar el control, con una maniobra genial: un derrapaje propio de rally, cuyo gran mérito era recompensado con la segunda posición.

Con el podio decidido, para desolación de la Scudería, aún quedaba un movimiento brillante por ver en Monza.
El segundo pit stop de Kubica hacía volver al BMW entre
Rosberg y Kovalainen; obligado a por la potencia del monoplaza a pasar al Williams, el punto elegido era la recta principal, el lugar perfecto para sacar el máximo partido al motor. La defensa de Nico era bastante efectiva, por lo que Robert afinó su astucia para conseguir el adelantamiento: llegando a la frenada Kubica amagó tirarse al interior, como antes hiciera Hamilton, engañando a Rosberg, que lo siguió; la posibilidad de frenar más tarde fuera de la trazada óptima permitió tomar la delantera al BMW y conseguir el sexto puesto.

La bandera damero vió pasar en primer lugar al invencible Fernando Alonso, inalcanzable para la táctica de Ferrari, y en el último lugar de puntos a Button, el pequeño triunfador de la jornada, doblando su tanteo personal y el de su escudería.

La victoria y el rendimiento de McLaren en Monza han sido tan impresionantes y aplastantes que parecen increíbles.
Definitivamente el Campeonato del Mundo parece decidido como una disputa directa entre las Flechas de Plata, en la que el estado de forma de Fernando Alonso inclina el título hacia El Nano. Si el monoplaza responde a la perfección, con un motor potentísimo acompañado de un comportamiento suave, puesto de relieve especialmente de relieve en las irregularidades de Monza, los pilotos no se quedan atrás.
Alonso ha sido la profesionalidad, con un trabajo serio, muy centrado, ha corrido su propia carrera, totalmente inalcanzable, mientras que Hamilton, a pesar de un rendimiento menor frente a la perfección de su compañero, ha puesto la genialidad con el
abrumador adelantamiento a Räikkönen, muy afectado por su choque en los libres, que ha humillado completamente a Ferrari en su casa.
Sin embargo es obligatorio reconocer el brillante intento táctico de Todt, que podría haber resultado de encontrarse Kimi en perfectas condiciones y no tener en pista a Fernando Alonso, más inspirado y eficaz que nunca.
La batalla está planteada entre Alonso y Hamilton, por ver si el empuje adicional a final de temporada de El
Nano puede acabar con la ventaja ganada por Lewis a lo largo de la temporada.
Ataque y defensa: puro espectáculo.

La gran noticia en Monza es el punto de Honda, que parece localizar sus flaquezas en la aerodinámica: el punto de Button es extraordinario, pero sin perder de vista la décima posición de Barrichello, lo que confirma este éxito puntual del equipo. Igualmente Rosberg ha conseguido un hito personal al superar a Kovalainen, una vez más por demérito de la estrategia de Renault (obligados a dos paradas por los problemas con Bridgestone); su sexto puesto es una ayuda para recuperar el orden lógico en la relación talento-puntos en Williams, aunque Wurz aún se mantiene por delante.

La decepción han sido Trulli y Toyota, y en menor medida BMW, que han desaprovechado una gran oportunidad para la que habían dado un paso de gigante en la clasificación. Kubica ha hecho una gran carrera perjudicado por su repostaje, pero el discreto cuarto puesto de Heidfeld merece un toque de atención.
La peor parte se la ha llevado Felipe Massa, un fallo de fiabilidad que llama una vez más la atención sobre la aparición de Michael Schumacher por el circuito y su efecto funesto en su ex-compañero. No comments.

Enhorabuena absoluta a McLaren y Ron Dennis, por el fantástico trabajo que está consiguiendo el merecido resultado, y gracias en especial a Fernando Alonso por permitirnos vislumbrar la perfección al volante, y a Lewis Hamilto, por la genialidad demostrada en el mejor adelantamiento de la temporada.
Un punto para Honda: ¡ánimo!.

Rumbo al gran destino: Spa-Francorchamps.