03 septiembre 2006

Los asnos de la prensa española (II)


"Tengo buenas sensaciones para esta carrera"


Fernando Alonso, declaraciones en prensa deportiva antes de un Gran Premio.

El primer problema del periodismo español respecto a la Fórmula 1 quiero asociarlo a la prensa escrita. Esta dificultad es otro deporte-espectáculo: el fútbol.

Los periódicos, tanto de información general cómo deportiva, sufren una complicación que no tienen los otros medios: la necesidad de convencer al consumidor de que los compre, aparte de elegirlos entre otros.
La táctica de los diarios de información general ha sido polarizarse, ser partidistas, centrando su contenido en la opinión y minimizando los contenidos menos interesantes, sacrificando la objetividad y la información variada. Los periódicos deportivos han imitado esta estrategia y básicamente informan sobre fútbol y, más concretamente, acerca de uno de los dos equipos principales.
El problema empieza cuando todos los días, haya o no noticias, tienen que rellenar treinta páginas sobre fútbol, de las cuales quince tratan de un único equipo, y crear una portada atractiva que invite a llevarse el periódico. Esto hace que la mayor parte de las noticias sean intrascendentes, sobre conjeturas y eventos extradeportivos; y una buena forma de rellenar son las entrevistas y las declaraciones, infladas y sacadas de contexto.
Esto ha llevado a despreciar, en cualquier tipo de prensa escrita, otros deportes, lo cual es poco comprensible en los periódicos deportivos.

Un buen día, gracias a Fernando Alonso, problema que se tratará más adelante, la Fórmula 1 se hizo importante en este país y tuvo que saltar a las páginas principales y ganar espacio.
Los periódicos de información general solventaron la situación de forma efectiva: el recuadro de la portada sobre deportes se otorga al automovilismo, si es trascendente, y se contrata a un experto, que suele ser bastante imparcial, para tratar la noticia de forma aséptica y dar información técnica complementaria. Al fin y al cabo los lectores no compran estos diarios por esos contenidos exclusivamente.
Pero para los periódicos deportivos la adaptación no fue tan sencilla, y extender la breve reseña cargó con los hábitos heredados del tratamiento del fútbol, como ha ocurrido con otros deportes que puntualmente han ganado relevancia.

Los periodistas deportivos que escriben los diarios en realidad sólo saben de fútbol (y poco), lo que implica que toda la información quieran llevarla a este terreno; de modo que habitualmente cualquier deportista entrevistado acaba siendo preguntado por sus preferencias en cuanto a equipos, por el partido que toque o cualquier otro asunto tan relacionado con su disciplina como éstos.
Desde ese punto de partida los titulares, las declaraciones y los artículos se orientan a comentarios y comparaciones futbolísticas ("...al igual que el equipo de sus amores...") cuando, precisamente, la Fórmula 1 es un deporte de equipo, técnologico e intensivo que tiene poco que ver con el deporte rey.
Aparte de que cada página de automovilismo esté plagada de referencias al fútbol, y de que se usen sus claves para interpretar las informaciones, el auténtico error nace de la orientación del contenido.

En un deporte lleno de detalles técnicos, dónde cada uno cuenta, que se presta a un análisis tan exhaustivo como inagotable, los diarios de futbol deportivos se dedican a recoger las opiniones de los pilotos (generalmente solo de uno).
Las mismas preguntas, un Gran Premio tras otro, provocan que poco más o menos todos acaben resultando iguales.
¿Un pack aerodinámico nuevo, el grip irregular del asfalto, la estrategia óptima? Eso importa poco: es mejor escribir sobre lo que opina el personal, las sensaciones, la perspectiva....
En otro deporte más simple es perfectamente lógico; extrapolado a la F1 es ridículo.
Los teóricos expertos en motor, que son los que se dedican a recopilar estas opiniones, aportan poco en lo que debería complementar a las entrevistas y declaraciones, el aspecto técnico (aunque en realidad el reparto debería ser al contrario). Apenas nombran las dos o tres curva más famosas, señalan las nuevas evoluciones, únicamente indicando el número, y comentan que neumáticos se verán favorecidos, según hayan les hayan contado.
La información de Fórmula 1 se centra demasiado en los pilotos, despreciando el trabajo en equipo; parece que los conductores corren contra sus escuderías y proveedores de neúmaticos. Por este motivo nunca serán capaces de analizar la actuación individual de un monoplaza en un Gran Premio: porque precisamente no es individual.

Pero la forma de tratar la información no es la peor herencia que ha dejado el fútbol, y que tan bien queda reflejada en los periódicos deportivos.
Los artículos de opinión son de otro mundo.
En primer lugar porque los comedidos futbolistas españoles, como otros deportistas, suelen medir sus declaraciones, siendo los periodistas los que tienen que inflarlas para buscar ese concepto que aman: polémica. Cuando aterrizó la Fórmula 1, con las habituales bravuconadas de los pilotos, que son la salsa de este deporte, los redactores y lectores quedaron sorprendidos, habituados a las soserías poco competitivas que rellenaban páginas y páginas.
La opinión en los diarios, tan partidista cómo el fútbol les ha enseñado a hacerla, tiene carnaza suficiente para cargar contra cualquier piloto según lo que interese.
¿Acaso no es más divertida la F1 gracias a Juan Pablo Montoya, Niki Lauda o Eddie Irvine y sus comentarios explosivos?.

"¿De la Rosa? No tenían a nadie más ¿A quién iban a coger?"

"Hoy en día un mono podría pilotar un Fórmula 1"

"No he llamado
segundón a David Coulthard, he dicho que debería dejar de ser un segundón y de preocuparse por lo que yo diga"


Por suerte los insultos y descalificaciones de los periódicos resultan inofensivas, y éste es uno de los aspectos divertidos.
La prensa deportiva, en cuanto al fútbol, tiene peso, formando parte del llamado entorno; a traves de sus artículos de opinión guían a los aficionados y poseen poder. Son capaces de influir en contrataciones, despidos, estilo de juego y otros aspectos gracias a su ascendencia sobre los lectores ... inocentemente creen que su poder se extiende a otros mundos, como es el del Gran Circo, formado por escuderías independientes económicamente.
Sus denuncias y peticiones no van a ningún sitio, y resultan tan infantiles que en sí mismas son graciosas, como cuando indican la presión de la opinión pública de otros países a través de sus diarios deportivos, tan inofensivos como los suyos, aunque seguramente estén mejor documentados y una información más completa sobre Fórmula 1.

Como conclusión ejemplar me gustaría citar un artículo memorable del diario As, periódico de información sobre el Real Madrid, que cuenta con un experto, Carlos Miquel, que trata de rellenar cada día dos páginas de Fórmula 1 (usando de forma efectiva una fotografía que ocupa más de media página), escribiendo unos artículos que dan risa, por su vacuidad y temática tendenciosa. Durante el fin de semana del Gran Premio de Hungría otro experto, Alejandro Elortegui, lo ayudó a completar hojas con una columna que resultaba cómica e imposible de tomar en serio, y que era acompañada por otros artículos parecidos
El periodista denunciaba un complot contra Fernando Alonso por parte de Ferrari, más que competición. Dejaba entrever que la F.I.A. estaba de acuerdo con los Rayos Rojos para evitar que el piloto de Renault conquistase el título, y que le pondría todas las trabas posibles a la escudería, beneficiando a Ferrari. Por su parte Bernie Ecclestone veía esta alianza con buenos ojos, después de declarar que Alonso no atiende a la promoción del Gran Circo.
Por otro lado, dentro de Renault El Nano tiene enemigos como el propio Flavio Briatore, al haber anunciado su marcha, y su compañero Giancarlo Fisichella, que poco le va a ayudar, quizá por ser italianos. Michelín no está libre de sospecha en este complot.
El momento culminante llegó cuando este analista denunciaba las posibles maniobras sucias de los Red Bull, auspiciadas por Luca Cordero de Montezemolo, que los tiene bajo su control por llevar motores Ferrari.
Aprovecha además para menospreciar a Robert Doornbos y disculparse por no ser suficientemente partidista: no tiene desperdicio.

Excepcional Fernando Alonso: gana teniendo una conspiración de todo el Gran Circo en su contra.

Vaya manera más absurda de jugarse el título Alonso y Schumacher. El español calentándose con un tal Doornbos, que es piloto de pruebas de Red Bull-Ferrari (mira que caer en una italianada como ésta), y el alemán picándose hasta con la bandera roja de por medio. Objetivamente, sin ser menos alonsista por ello y dejando de lado agravios comparativos, los dos están bien castigados. Correr a 300 km/h bajo los efectos de la testosterona también te resta puntos, en este caso dos segundos por barba.

Cuidado con los Red Bull de Klien y Coulthard (al servicio de su majestad Montezemolo) pero sobre todo con el tarado de Ralf, quizá el piloto más descerebrado que he visto. También con el listo de la familia, Michael, con los Michelin (se nota que abandonan la competición), con un Fisichella que será tan invisible como hasta ahora, con Briatore, al que le deseo lo mejor pero que no entiendo su repentino afán de protagonismo, y con las malas vibraciones que me transmite Ecclestone con lo de que Alonso no es mediático y Schumacher sí (una declaración de intenciones a favor del alemán, aunque tampoco ha dudado en descalificar a ambos tras sus penalizaciones). Muchos poquitines que pueden restar mucho cuando lleguemos a Brasil.

Por último, un diez para Pedro de la Rosa. Un dato: tres carreras como titular de McLaren y dos poles para Raikkonen. El Mercedes de repente funciona y la mano de Pedro tiene mucho que ver. Por cierto, si es verdad como dice el diario finlandés 'Ita Sanomat' que Kimi ya es piloto de Ferrari, ¿será el suyo el quinto monoplaza con intereses a favor de los italianos (más little Ralf)? Esperemos que los comisarios de la FIA estén tan atentos como durante los entrenamientos. Alonso corre hoy la carrera más difícil de su vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2006/09/06/motor/1157531207.html