El fin de fiesta tendría serias probabilidades de celebrarse como cada año en Interlagos, a pesar de las exóticas novedades en el calendario, por las diferencias de puntuación.
Y en otras circunstancias sería impensable no apostar por Button, pero aparte del triste arrastrar del líder, el Gran Premio de Brasil promete ofrecer a Vettel todo lo que necesita.
El nuevo Reinmeister se encuentra con la piscina que tantos años - sin ir más lejos la temporada pasada - ha impartido justicia. Y en esta ocasión la tormenta no ha esperado a asomarse al final del primer stint, invitando al pitwall en pleno a un infarto: los monoplazas han salido a clasificar surcando los ríos con destino a una navegación más intensa motivada por el empeoramiento de las condiciones y los legendariamente ineficaces desagües de la pista.
Caos, lo que mejor viene a Sebastian por poder dejar fuera a su rival, pista mojada, sobre la que es un especialista y, sobre todo, la promesa de un ritmo bajo de carrera para dar un respiro a su motor.
La lesión de Glock, suficientemente seria como para descartarle en Interlagos, ha dado la oportunidad a Toyota - equipo al que las desquiciadas condiciones del Gran Premio parecen saber a poco - de liberar completamente la locura sobre el circuito.
Sutituyendo a Timo lanzarán contra este muro a un novato de nombre tan evocador como Kamui Kobayashi, con todo lo que este tipo de apellido suele suponer en cuanto a incidencias espectaculares.
Si consigue abandonar sin llevarse a nadie por delante Toyota debería celebrarlo como un éxito, si se estrella en solitario cumpliría con el objetivo previsto.
La clasificación ha destruído las ideas preoncebidas a la vez que su propio ritmo, con una suspensión de más de una hora en medio de una de las sesiones, una de las banderas rojas más duraderas del Gran Circo.
La primera ronda ha visto un inteligente esfuerzo de Red Bull de tener una primera marca por lo que pudiera pasar; y de hecho ha sido muy efectivo puesto que tras colocar a Vettel primero, Fisichella ha provocado una bandera roja al quedar cruzado a la salida de S de Senna (el patinazo ha sido provocado por un terrible aquaplanning, el coche calado no tiene una explicación tan digna).
En la reanudación, aplazada por la lluvia, no por el obstáculo, Hamilton ha imitado a Sebastian, y efectivamente ambos han seguido el mismo camino hundiéndose desde las primeras plazas completamente incapaces de mejorar su tiempo.
La zona de las mejores marcas ha sido más interesante que la de eliminación, aunque era imposible fijar claramente quién estaba en cuál.
Rosberg y Barrichello se han aferrado a la cabeza, con una deslumbrante intervención de Nakajima quitándo temporalmente a su compañero de enmedio, seguidos de un desfile concurrido por la tercera plaza. La competitividad hacía a Heidfeld y Sutil ignorar el peligro y ambos ofrecieron una espectacular imagen corriendo en paralelo por Subida dos Boxes.
La visibilidad comprometía bastante más que la falta de agarre, que parecía afectar sólo a Sebastian - patinazo en Junçao - y Lewis - sin control por el barro de Laranja y paseo hasta el box. El último asalto de Vettel contra Alonso, decimoquinto, ha sido nuevamente insuficiente y camino del pit lane acompañaba a los McLaren y Heidfeld.
La segunda sesión ha seguido el proceso, pero más acelerado: Rosberg ha salido a lo suyo, pero incluso con su celeridad la bandera roja ha aparecido antes de que llegara a completar una vuelta.
El accidente de Liuzzi ha sido muy vistoso, puesto que se ha quedado sin control del Force India en la recta principal: un primer impacto contra el pitwall, una trayectoria de impacto muy cerca de Räikkönen y coche destrozado.
Tras una hora mirando al cielo, como si nada hubiera pasado, Rosberg consiguió la esperada cabeza; Räikkönen, muy fuerte en la ronda anterior, se la arrebató rápido, mientras que el novato reclamaba su momento con una salida sin consecuencias por las escapatorias - mejor de lo esperado.
Williams decidió probar suerte con intermedios, y en vez de mejorar el resultado de Nico, fue Webber el que se colocó líder. Unas vueltas después Rosberg superó al Red Bull y, más contra pronóstico, Nakajima quitó el tercer puesto a Räikkönen.
Fuera se situaban Button, Kobayashi, Grosjean y Alonso, y llamado Jenson a alcanzar Q3, sólo Kamui y Fernando cambiaron sus plazas con los Toro Rosso. Botón, incapaz de recuperar quizá por un planteamiento muy conservador de neumáticos, cayó, Barrichello se quedó al límite y únicamente Buemi fue capaz de devolver a Kobayashi a la zona de eliminación.
La ronda definitiva ha sido trepidante desde el momento en el que todos menos Sutil se han lanzado de golpe a la pista.
El primer y sorprendente líder fue Buemi, que se mantuvo fuerte contra Kubica; el BMW sólo alcanzó la cabeza cuando Barrichello se la quitó al Toro Rosso. Con mucha confianza Rosberg demostró sangre fría dejando espacio con gran resultado; la batalla se desplazaba entre él y Trulli, hasta que llegó el turno de Webber.
Todos se fueron quedando cortos, excepto Rubinho, que sector a sector recortó hasta hacerse con una pole que por la diferencia parecía inalcanzable. Después de toda la jornada destacado, Nico sólo pudo conseguir la séptima plaza - Sutil se quedó con la tercera.
La previsión, salvo que mucho cambien las cosas, es una carrera sin un resultado claro.
De hecho, incluso iniciándose con un Sol de justicia, Vettel tendría posibilidades de ganar en un eventual retorno de la tremenda tormenta. Las mayores probabilidades de victoria recaen por lógica en Barrichello, igualado técnicamente con Webber pero apoyado por una enorme motivación - y la impresión de que la suerte le sonríe.
El podio y los puntos se mueven también en el terreno de la incertidumbre. Sin embargo será interesante observar a Rosberg, preparado para pescar en el río revuelto, y a Alonso y Räikkönen, dos expertos en agua muy bien colocados, precedidos por pilotos que no son superiores en una carrera completa en mojado.
El espectáculo lo deberían poner los dos mejores conductores de tormenta: Hamilton y Vettel. Uno sin nada que perder y otro en una situación bastante desesperada deberían dedicarse a adelantar coches sin pausa en las primeras vueltas, sobre todo después de revelarse que su paupérrimo rendimiento se corresponde - en especial en el caso de Lewis - con errores en el set up.
Los McLaren, preparados con reglajes de seco no han tenido nada que hacer debido a la poca flexibilidad para adaptarse a las nuevas condiciones; el caso de Sebastian tuvo que ver en principio más con los neumáticos.
La sorpresa ha sido Kobayashi, superviviente del peor escenario de estreno posible, aunque aún pendiente de soportar una carrera completa.
No pierdas de vista la Curva do Sol, a Barrichello, S de Senna y a Vettel.
De un par de ideas para ganar en los Goya del 2018
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Mi querido amigo Luis Ramón sugiere, *for free*, unas cuantas ideas de
tramas para obras cinematográficas que, a buen seguro, coparán los primeros
puesto...
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