18 octubre 2009

Análisis - Interlagos 2009

El Destino parecía haber decidido de antemano que en Interlagos llegaría el final, así que el guión que debería haber subido la presión y la emoción hasta el límite se dió la vuelta entre clasificación y carrera, que se presentaba fresca pero seca.
Cargado hasta arriba Vettel se sometía a reparaciones de última hora; los arreglos de Button en la parrilla tenían que ver más con su actitud, con la intención de ser un Campeón con aspecto de Campeón.

La salida ha sido enmarañada gracias a la primera curva más conflictiva de todo el Gran Circo, S de Senna.
Sutil ha salido al ataque, sorprendiendo a Räikkönen - que vaciando el KERS tuvo incluso un pequeño contacto en el que teóricamente era un adelantamiento fácil - previamente al encontronazo del Ferrari con Webber.
Kimi arrancó uno de los peores inicios de Ferrari al perder su alerón delantero contra la rueda del Red Bull; por otro lado Fisichella fue víctima indirecta de un empujón a Kovalainen, que se le llevó por delante aunque sin que ninguno resultara eliminado.

Con la bandera amarilla de los segundones de por medio, Trulli pisó la hierba empujado - según su versión - por Sutil: el barro dejó al Toyota sin control, devolvió la presión del Force India con un choque y, de paso, arrastró a Fernando Alonso al grupo de eliminados.

El Gran Premio de Brasil era tan trepidante que ni durante la intervención del
Safety Car ha habido tiempo de descanso.
La impresionante imagen de Iceman incendiando la gasolina de la manguera arrancada por Kovalainen, atravesando las llamas, competía con la violenta bronca de Verdaderamente a Adrian.

Rubinho se dedicaba en el reinicio a jugar con el ritmo en la Subida dos Boxes de forma efectiva, manteniendo la concentración; no como Rosberg, dormido y adelantado en la misma línea de meta por el inspirado Kubica - que ni mucho menos iba a ser el único.

Esta salida lanzada significó un atracón para los fuertes, Button, Vettel y Hamilton, si bien casi todos pudieron pasar a Grosjean - Jenson moviéndose de dentro a fuera en Curva do Sol y Sebastian en una tremenda maniobra en la Subida dos Boxes - incluso Kovalainen.
La situación se estabilizó de forma completamente inesperada, ya que el freno para el ímpetu de Botón fue Kobayashi, en sexta posición.

La teóricamente débil víctima desesperó al líder del Campeonato del Mundo que sin abandonar la trazada acumuló más pilotos: Nakajima, Vettel (en situación parecida a su rival), Heidfeld y Hamilton.
En la cabeza, casi olvidada, Barrichello no conseguía separarse más allá de dos segundos de Webber, mucho más pesado y preocupado por Kubica, pegado al Red Bull, en una guerra de vueltas rápidas. La parada de Rubens fue la oportunidad de que Sebastian se luciera de nuevo adelantándole muy ajustado para dejarle frente a Lewis, deseoso de repetir la maniobra.

La atención se mantenía sobre la asombrosa actuación de Kamui, sólo interrumpida por el abandono de Heidfeld.

Jenson por fin consiguió pasarle, aunque a costa de tomar el interior de S de Senna tan fuerte que el Toyota recuperó la posición; culminó la acción al siguiente intento, que comenzó más lejos. En ese momento Nakajima quedaba frente a Kobayashi, que lejos de venirse abajo rodó en paralelo con el Williams e incluso con Vettel, que intentaba aprovechar la batalla.

Los primeros pit stops dejaban a Webber y
también a Kubica por delante de Barrichello - despejándose aún más el camino de Button al dirigirse Rosberg al box.
Vettel se libró de sufrir a Kobayashi gracias a su carga, y Nakajima pagó el frío de sus neumáticos y volver a encontrarse con Kamui con un fuerte choque al final de la Reta Oposta, sobre la que se deslizó sin control. Quizá en esta ocasión el novato de Toyota pudo haber contribuído con un dudoso cambio de dirección.
Button recordó que seguía por allí adelantando a Buemi para agarrarse a la zona de puntos.

Hamilton y Räikkönen perdieron la quinta y sexta posición por su parada adicional de las primeras vueltas, en una ronda de repostajes en la que Webber se aseguraba una carrera que parecía acabada para tod
os.
El interés estaba en la lucha de Button y Button por la tercera posición, y en la ajustada pasada de Kovalainen a Jenson en su vuelta del pit lane, que seguro hizo contener la respiración al muro de Brawn.

Decididas la primera y segunda posició
n, Hamilton se coló de repente en el podio gracias a una increíble pasada a Barrichello en la entrada de la recta principal, cerrándose definitivamente el destino de Rubinho con un pinchazo como final de un Campeonato del Mundo perdido.

La última sorpresa la dió el protagonista del Gran Premio, el impresionante Kobayashi, un novato capaz de adelantar a un Ferrari - aunque conducido por Fisichella - nada menos que en S de Senna, imitando la maniobra propia de expertos.

La bandera damero recibió a Webber, un ganador seguro de sí mismo, seguido por el serio Kubica. En quinta posición apareció Button, el hombre más feliz sobre la Tierra y, séptimo, Buemi volvía por tercera vez a figurar en la zona de puntos.

La conclusión es que el Campeón del Mundo se ha cansado de la pobre imagen con la que iba a proyectarse a la historia del Gran Circo.

¡Qué momento y qué escenario los elegidos para revivir por Jenson Button, y renacer como un piloto ambicioso y temible!.
Brawn lo ha hecho, los dos títulos son suyos, aunque en la práctica las tres primeras carreras hacían imposible evitar este resultado. Precisamente el éxito de Botón en Brasil se debe a la vuelta de aquel monoplaza asombroso y su conductor lleno de talento y ganas.
El festín de Jenson después de la entrada del Safety Car ha sido un derroche espectacular que no sólo le ha dado los puntos necesarios, sino que también ha destrozado la moral de sus rivales y le ha permitido sacar la cara que debe tener un Campeón del Mundo.

Jenson también ha visto caer, bañado una vez más por la suerte, a muchos de los que le precedían, ha exhibido al completo todas sus ventajas de la temporada en un monoplaza tan eficaz como fiable.
Barrichello, al otro lado, puede agradecer al pinchazo de última hora liberarle del peso de haber fracasado en su mejor - y quizá última - oportunidad de conseguir el título. Su ritmo no ha sido especialmente bueno y la estrategia sencillamente se puede calificar como desastrosa, y así lo prueba que Kubica, quizá el autor de la carrera más sólida, le quitara en la primera parada la segunda posición.

Como Button, Sebastian Vettel también ha ofrecido espectáculo, pero claramente quedándose más corto que su enemigo. Puede haberle superado en el resultado, pero la impresión al principio ha sido muy distinta. Al igual que Hamilton, el otro competidor por el adelantamiento más impresionante, ha sido superado en voracidad por Botón, que se ha relajado en el último stint.

Ha habido muchos y muy brillantes momento en un Gran Premio emocionante, y no especialmente por la tensión del título en juego. Con Rosberg fuera de escena, el único que ha hecho una carrera efectiva y discreta ha sido Kubica, y todos han tenido su momento para lucirse, tanto en lo bueno como en lo malo - como el torpe accidente de Räikkönen en la salida - con bronca y coches atravesando muros de fuego incluidos.
Pero obviando la brillante victoria de Webber, el festival de pasadas y los resultados relativos al Campeonato del Mundo, el Gran Premio de Brasil ha tenido un protagonista indiscutible.

Es justo reconocer una equivocación, y más si se comete con la estrella de la jornada.
Kamui Kobayashi presentaba todas las características para convertirse en un fugaz desastre, en formar parte de las breves apariciones comerciales por lesión del piloto oficial. Sin embargo, no sólo capaz de sobrevivir a la clasificación más dura de la temporada, ha asombrado en una carrera completa.
De entrada ha sido el único capaz de detener a Button; y vendió tan cara su posición que obligó al Campeón del Mundo a esforzarse al extremo y desesperó a Nakajima hasta el extremo de provocar su accidente.
Por si fuera poco con acabar marcando un ritmo mejor que el de los otros novatos, cerró su actuación con nada menos que un adelantamiento nada circunstancial a un Ferrari: aprendiendo de los grandes calcó la pasada sufrida y el perplejo Fisichella se encontró con el Toyota deslizándose por el vértice de S de Senna con una habilidad y agresividad difíciles de encontrar en Trulli o Glock.
Kobayashi ha tenido un estreno que le hace llamado al grupo de Hamilton y Vettel, de las nuevas y deslumbrantes estrellas, al revés que sus contemporáneos, faltos de rodaje para su nivel de talento, y más cerca de Kovalainen y su arrastrar por las pistas.

Se acabó el Campeonato del Mundo, se terminó el sueño para Red Bull y para Barrichello, como se terminan otras ilusiones.
La esperanza de ver al gran Andrés Montes como animador del Gran Circo se ha esfumado para siempre. La idea del espectáculo, la diversión por encima de la gravedad en una actividad puramente lúdica siempre ha sido la orientación que ha inspirado El Anaconda, en deuda también con la costumbre de emplear apodos, herencia directa de Montes y sus noches de All-Star.
Adiós a un gigante de Chamberí.



Felicidades a Webber por una victoria incontestable y a Kubica por su eficiente segunda posición.

Apoyo para Kobayashi, para que Toyota contemple sin complejos a un digno piloto oficial.

Enhorabuena a Jenson Button y Brawn, echarle ganas y volver a ser los de antes era todo lo que necesitaban.



Levamos anclas hacia el desconocido Yas Marina.

4 comentarios:

J. ARCE dijo...

Sin duda el protagonista ha sido Kobayashi, pero sus tácticas a lo Schumacher le pueden costar caro. Yas Marina me temo que será lo mismo que Valencia, es decir, una soberana mierda.

Il Venturetto dijo...

Un adelantamiento nada circunstancial a Fisichella, pero es que encima venía desde atrás volando por la pista. Vamos, que ni siquiera ha tenido tiempo de "prepararse" el adelantamiento con los típicos "ay, que te saco el morro".
Kobayashi llegó, vio y venció. Fantástico.

Por cierto, qué buena la foto del fuego de Raikkonen. No sé dónde he leído que Kimi era como una salchicha a la parrilla.

David dijo...

Creo que lo mejor que hago es poner fotos; de hecho a veces me lleva más tiempo que escribir la crónica.

Hiarbas dijo...

A veces la felicidad esta en la busqueda (o le espera) de ese algo mas que el algo en si.

Muchas veces, no se sabe si la foto es la disculpa para el texto, o el texto es la disculpa para poner la foto y otras la foto nos dice mucho mas que el texto.

A mi la que mas me gusta es la del paredo nipon. Los has congelado justo en el momento de maxima igualdad, con la incertidumbre de quien cedera, y que obligan a nuestros ojos a imaginar la trazada de cada uno, para saber quien se llevara el gato al agua.

Dicho sea de paso, J.Arce tambien escoge unas fotos muy apropiadas y Ventu....muy jachondas.

Me sabe mal que lleguemos a Yas Marina, porque eso significa que tus cronicas se acaban.

Un saludo.