Se acabó el dominio.
La dictadura de la nueva reglamentación tiene que ceder ante la joya de la corona del Gran Circo: el difusor, el KERS y la nueva aerodinámica se quedan en casa porque en las calles de Montecarlo es la habilidad de los pilotos la característica más importante.
Arañanado la valla en La Rascasse los ingenieros quedan a merced de sus empleados.
Es clave el detalle de la eliminación de distancias tecnológicas, dominantes esta temporada, puesto que los equipos más importantes verán pasar la mejor oportunidad del año, una victoria más cercana que nunca que, intoxicada de glamour, puede resarcir a lo grande los malos resultados que tienen y tendrán.
Por este motivo la tensión es máxima, y la exigencia sobre los pilotos en un circuito que es implacable con los errores puede establecer una marca histórica de accidentes en una Costa Azul sin lluvia.
De entrada los candidatos más claros a agarrarse a la salvación, que se lanzarán a por todas sopesando ganar la carrera o estrellarse en Santa Devota, son Ferrari, McLaren y BMW, que al ver arder el coche de Kubica en los entrenamientos tiene pocas opciones a la remisión de Mónaco.
El nefasto historial de Räikkönen, que suele terminar en el puerto, deposita toda la responsabilidad de los equipos más grandes en Massa y Hamilton.
Evidentemente competirán con los líderes de la temporada, entre los que por primera vez se decantan las probabilidades hacia Red Bull a pesar de sus problemas de motor en entrenamientos, por la difícil comparación de Vettel con Button o Barrichello, que podrían relajar el ritmo para seguir sumando - detalle al alcance de Brawn.
Pero entre los aventajados del Diffuser Gang también aparecen los que han visto cómo su momento va pasando, Toyota y Williams, que seguro se unirán a la carrera de máximo riesgo de Ferrari y McLaren.
Para Rosberg es ahora o nunca.
Descontando a los dos equipos que esta temporada son candidatos perennes, que extenderán su duelo a las calles de Montecarlo, ocho coches - uno de ellos pilotado por Nakajima - se lanzarán a la desesperada, sin medir riesgos, a competir sobre el límite y capturar un victoria que en teoría está más al alcance de la mano que nunca, en la pista en la que todo suele darse la vuelta.
El Gran Premio de Mónaco, en el que una pérdida de trazada supone cómo mínimo el inusual empleo de la marcha atrás, la pista central del Gran Circo puede convertirse en este extrañísimo año en un desguace.
La clasificación ha tenido un número mínimo de incidentes, aunque con sorprendentes protagonistas, sobre todo cuando el asfalto ha vuelto a recuperar la adherencia y el orden de competición ha recolocado a los de siempre.
La primera ronda anunciaba problemas relativos a la peligrosa mezcla de falta de concentración y grip.
Massa, tercero en salir, lijaba el morro del Ferrari contra el muro de la Piscina - sin mayor daño - después de patinar en la entrada durante su vuelta de calentamiento. Un incidente tan extraño como el resultado parcial: los Force India en cabeza cuando diez coches ya habían marcado tiempo.
Kovalainen entró con ganas en la lucha de Vettel y Button, casi permanentemente en pista, aunque el primer puesto se lo llevó Barrichello apoyándose en el muro exterior de La Rascasse. Pero el único accidente con consecuencias lo sufrió Hamilton, que tras un patinazo fue incapaz de recuperar el control del McLaren y destrozó el lateral del tren trasero en Mirabeau, provocando la aparición de la bandera roja.
En el reinicio empezaron los empujones sucesivos por pasar a Q2: Glock a Alonso, y sobre él Heidfeld, a su vez precipitado por su compañero. Finalmente a Hamilton le acompañaron BMW y Toyota, lo que ha supuesto el paso de Force India.
La segunda sesión ha devuelto al Kovalainen más competitivo de la temporada, aunque Vettel era el que se colocaba en primera posición.
Poco después de salir Alonso, a media tanda, su compañero perdía el control en Anthony Noguès, patinando hasta dejar el tren trasero pegado a las vallas, sin llegar al impacto, pero bloqueando completamente la pista desde su lugar de aparcamiento. Sin contar con este incidente, Piquet fue directo a la zona de eliminación, de la que Fisichella tenía difícil escapatoria al ser sancionado por saltarse la chicane.
Kovalainen y Webber renunciaban a salir, desde las dos primeras posiciones, y Räikkönen era el único buscando - y capturando - el mejor tiempo, disipando la imagen de los Ferrari menos fuertes; Nelsinho quedaba fuera junto a Toro Rosso y Force India.
La ronda definitiva fue el momento elegido por Rosberg para meterse en la lucha por la pole, consiguiendo la mejor marca hasta que Vettel barrió en el segundo sector.
Con los Brawn detrás, Webber y los Ferrari parecían incapaces de acercarse, hasta que de repente Räikkönen repuntó hasta el segundo puesto, seguido por Massa. En un nuevo intento Kimi se colocó líder, con todos sus rivales incapaces de superarle a excepción de Button, que en su última oportunidad se hizo con la pole.
Al final Sebastian fue superado por los Brawn y Nico cayó al sexto puesto, detrás de Massa.
La previsión, si Santa Devota lo permite, es una victoria de Button dependiente sólo de sus propios errores.
El único peligro real está en Räikkönen y su actitud en la primera vuelta: la posición en la que crucen la meta será casi con una certeza total la que repetirán 76 vueltas más tarde.
Parece que la aerodinámica de Brawn mantiene su influencia en Mónaco - o quizá sea el estratega el que pese -, puesto que Barrichello ha superado a los Red Bull, un trío que se tomará con más calma la carrera que sus perseguidores y discutibles tácticas.
Después de una jornada brillante Kovalainen ha conseguido un puesto mediocre, sin nada que perder, por lo que quizá pueda ser el foco de los incidentes.
La montonera inicial es segura, y sólo falta conocer a los participantes.
Esperando algún error a media carrera y observando la inutilidad de apostar por las paradas como forma de ganar la carrera, el carrusel del Gran Premio de Mónaco aguarda con un reparto equitativo de probabilidades un discurrir anodino o trepidante.
El protagonista es Montecarlo.
No pierdas de vista Mirabeau, a Räikkönen, los pit stops y Anthony Noguès.
De un par de ideas para ganar en los Goya del 2018
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Mi querido amigo Luis Ramón sugiere, *for free*, unas cuantas ideas de
tramas para obras cinematográficas que, a buen seguro, coparán los primeros
puesto...
8 comentarios:
Hamilton es el tapado pero apuesto por Webber. Me extraña que los Red Bull se hayan presentedo con el difusor ilegal de Lobato.
Para Rosberg es nunca o nunca. No veo yo a los Williams ganando nada este año... (*)
(*) y me tragaré mis palabras.
Y a lo mejor antes de lo que te imaginas.
¿Cambio de cromos?
Mika Hakinen and his grilfriend
Esto es indignante.
Si cae un símbolo como Erja ahora sí que creo en el final de la F1.
Esta es la primera señal.
¿Se acabó el dominio? ¿Aquí no vale el difusor? ¿Caos? ¿Accidentes? ¿Montonera?
¡Madre mía! ¡Ni una!
Un saludo!
Si acertara estaría trabajando para martin Whitmarsh.
Se agradecen las críticas con humor.
Bueno, como bien has reconocido en mi comentario, iba con humor. Sólo se equivoca quien se atreve a jugársela, no te preocupes...y sigue intentándolo!
Un saludo!
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