06 abril 2008

Análisis - Sakhir 2008

Robert Kubica, desde la pole, podía ver claramente que las probabilidades de victoria en el Gran Premio de Bahrein iban a depender básicamente de la primera vuelta, de su capacidad para mantener la posición y hacer una carrera a su medida a pesar de las facilidades de la pista para adelantar. El arranque, para sus perseguidores, parecía menos importante por las posibilidades ofrecidas a los coches más potentes.
Compartiendo la misma situación se encontraba Jarno Trulli, en cabeza de la batalla por los puntos y aguantando la presión del semáforo.

La salida ha sido un pequeño resumen del ritmo en carrera.
El BMW ha estado perezoso, lo que ha permitido al fulgurante Massa colocarse líder; por su parte Trulli realizaba una arrancada perfecta, acorde con su estado de gracia, que colocaba al Toyota por delante de Heidfeld.
El suceso más importante ha sido el protagonizado por Hamilton: el McLaren se ha quedado
completamente clavado en su plaza, obligando a maniobrar a Kovalainen por el exterior para evitar un choque seguro, resultando en la caída de Lewis detrás de Alonso. Mientras que Feyd-Rautha, animado, ha llegado a adelantar a Räikkönen lanzándose por la zona sucia de la Curva 4, aunque finalmente ha pagado su temerario inicio de carrera con un paseo por la arena que hasta ahora había sido su aliada.
Antes de acabar la primera vuelta, la fiabilidad del Toro Rosso de Vettel ha quedado en evidencia de nuevo, y un reguero de aceite en más de la mitad del circuito ha convertido a Sebastian en el piloto que menos vueltas ha dado esta temporada (39 antes de romper en Malasia).

En las primeras vueltas se produjeron todos los sucesos que iban a definir el orden definitivo de la carrera.
En primer lugar Heidfeld, en su proceso habitual, comenzaba a aumentar su ritmo competitivo lentamente adelantando en primer lugar a Trulli y, algo más tarde, con su habilidad a pleno rendimiento, pasando a Kovalainen en una brillante maniobra por el interior de la rápida Curva 10.
Entretanto Hamilton daba pruebas de estar negado en la lamentable jornada para las Flechas de Plata; su acoso a Fernando Alonso ha culminado con un incomprensible choque contra el neumático trasero de Renault en plena aceleración. Con gran justicia El Nano apenas se ha visto afectado, mientras que Lewis se ha visto obligado a cambiar el alerón delantero, llevando el McLaren desde el noveno puesto a las últimas posiciones.

En cabeza Kubica y Räikkönen disputaban el segundo puesto. La ventaja del Ferrari, con más potencia y las condiciones de la pista a su favor, ha facilitado enormemente el trabajo a Kimi, que ha aprovechado la poca resistencia opuesta por el BMW. Iceman ha sorprendido a Kubica en la Curva 1, tirándose al exterior; el Rayo Rojo ha realizado la pasada por fuera, con un pequeño contacto en paralelo que ha arañado la carrocería de ambos monoplazas.

La situación en carrera era totalmente inesperada: los Ferrari primeros, seguidos muy de cerca por los BMW y Jenson Button,
marcando la vuelta rápida desde la vigésima posición.
Jarno Trulli, sexto, había empezado a bajar su ritmo, formando un trenecito con Rosberg y Webber al que más tarde se iban a unir Alonso y Glock, en pleno duelo. Pocos eventos llamativos, aparte de los adelantamientos de Piquet y Nakajima a Bourdais y Sato, ponían de relieve la excelente actuación de Fisichella, undécimo.
Cerca del final del primer stint Massa empezaba a perder la tranquilidad conseguida por una carrera impecable debido al repentino incremento de ritmo de Räikkönen y Kubica.

El primer pit stop, de Robert Kubica, facilitaba la carrera a los Rayos Rojos, puesto que el BMW, además de las vueltas de ventaja concedidas, perdía tiempo tras Alonso y Glock con una pequeña salida de pista.

Precisamente la sorpresa la daba Ferrari, al hacer entrar primero a Räikkönen disipando cualquier amenaza al liderato de Massa. El único cambio de orden sería el de Timo Glock, que alcanzó la octava posición aprovechando el repostaje de El Nano.
Otra batalla persistente, entre Coulthard y Button, finalizaba en pista con un choque debido a un intento de adelantamiento demasiado osado por parte de Botón que, como ocurriera anteriormente con Hamilton, sólo afectaba al responsable, que tuvo que dirigirse al box y retirarse. Cerca de ellos el desesperado Lewis mordía los límites de la arena en su precipitado intento por recuperar posiciones, totalmente descentrado e incapaz de extraer el potencial del McLaren.

Todo el interés se ha mantenido en la batalla entre los Ferrari, descontando el adelantamiento de Hamilton a Fisichella, inútil por la parada de la Flecha de Plata, y los intentos temerarios de Alonso de aprovechar un error de Glock.
La distancia entre Massa y Räikkönen descendía vuelta a vuelta, con ambos pilotos alternándose la mejor marca y alejándose de los BMW. Cuando Iceman había reducido la diferencia a tres segundos, Nakajima irrumpía en ayuda de Felipe convertido en un obstáculo móvil entre ellos.
Reducidas las posibilidades de Kimi al mínimo, el único punto de interés se centraba en la genial carrera de Jarno Trulli, con un ritmo endiablado que intentaba reducir los tres segundos de diferencia con el deslucido McLaren de Kovalainen, nada menos que medio segundo más lento que los BMW.

A partir de la segunda parada la guerra civil de Ferrari se ha trasladado a BMW: el temprano de pit
stop de Kubica ha espoleado a Nick Heidfeld, que ha apretado hasta el límite en el tramo en el que se encuentra más a gusto, el final de carrera.
A pesar de los esfuerzos de El Bueno, todos han mantenido la posición, con diferencias cómodas para afrontar las últimas vueltas en espera únicamente de resolver la caza del Toyota:Verdaderamente ha conseguido reducir la diferencia con Kovalainen hasta apenas dos segundos, aunque Feyd-Rautha ha retrasado al máximo su parada evitando el enfrentamiento directo para conservar su plaza.
En las vueltas restantes sólo quedaban las tradicionales acciones incomprensibles de final de Gran Premio: en esta ocasión los deshonrosos protagonistas han sido Kubica, que ha aumentado su ritmo a pesar de estar prácticamente aislado, y Kovalainen, que después de su pit stop ha marcado la vuelta rápida para sorpresa y preocupación de McLaren.

La bandera damero ha recibido a Felipe Massa, serio ganador de una carrera poco trepidante, acompañado de nuevo en el podio por un BMW. El sexto puesto de Jarno Trulli, seguido de Mark Webber, ha sido el justo premio a una carrera impecable, mientras que la gran sorpresa ha sido el paso de Hamilton en decimotercera posición.

La conclusión es más una confirmación de la evolución de dos equipos.
Por un lado BMW ha superado contundentemente a McLaren, y a pesar de la distancia con Ferrari se ha demostrado que el equipo no falla y los pilotos están a la altura. Kubica se ha mantenido en el ritmo de los Rayos Rojos hasta su renuncia en el tercer stint, mientras que Heidfeld como es habitual se ha ido creciendo con el desarrollo de la carrera. En Europa, teórico territorio McLaren, Mario Theissen estará mucho más cerca de lo que se podía prever de su objetivo, especialmente si El Bueno consigue corregir su falta de concentración crónica cuando no hay competición directa.
Obviando estos resultados, la revelación de la temporada es Jarno Trulli y Toyota, que ha colocado su segundo monoplaza en la novena posición. Verdaderamente está viviendo una segunda juventud ocupando el escalón entre los equipos punteros y todos los demás, ocupado en el pasado por BMW.
El rendimiento mejorado de Toyota es aprovechado al máximo por el estado de gracia de Trulli, inalcanzable para Red Bull, Williams y Renault, y con un techo claramente definido: el podio.

Los grandes perdedores de la jornada han sido los McLaren.

Kovalainen ha hecho una carrera básicamente gris, sin ningún alarde y muy lejos del ritmo esperado; aunque su quinto puesto apenas admite reproches, no ha tenido gran competencia, limitándose a defenderse de un Toyota. Su compañero, sin embargo, sí que ha tenido una actuación difícilmente asumible: Lewis Hamilton, partiendo de su mala salida, ha quedado totalmente descentrado. No sólo ha perdido el pulso de la carrera, sino que además ha comenzado a cometer errores, algunos de ellos intolerables como el choque con Fernando Alonso, propio de una frenada brusca e inexplicable en plena aceleración.
En un circuito con tantas posibilidades de adelantamiento, sus problemas para remontar sólo pueden entenderse por una profunda desmotivación al verse precipitado a las últimas posiciones, con la consiguiente perdida de liderato en el Campeonato del Mundo.
Los jóvenes pilotos de las Flechas de Plata parecen incapaces de adaptarse cuando hay problemas, de combatir cuando las circunstacias no les favorecen, despejando enormemente el camino de Räikkönen.

Ferrari ha sorprendido con su estrategia, depositando una confianza en Felipe Massa inexplicable. Cuando el ritmo de asfixiante Kimi parecía sentenciarle como víctima de un clásico movimiento de la famiglia para evitar males mayores, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de carga deducible de la clasificación, ha llegado el inesperado pit stop de Räikkönen. En esta ocasión también ha asombrado Felipe, que
por fin ha satisfecho una apuesta del equipo ganando de forma impecable aunque con la sensación de que con la estrategia de paradas habitual Iceman hubiera conseguido la victoria.
Aparte de la merecida victoria de Massa y del gran resultado de Trulli, merece una mención Giancarlo Fisichella, que con una conducción muy seria, brillando especialmente en su defensa frente a Hamilton, ha conseguido colocar su Force India en la decimosegunda posición, marcando grandes diferencias con su compañero.

Felicidades, por fin, a Felipe Massa y Ferrari, quedando ambos pendientes de que Sakhir no sea un oasis en medio del desierto; y a BMW por su imparable trayectoria.

Ánimo a Sebastian Vettel, pendiente de mostrar su potencial esta temporada, y a Piquet, al que tampoco parece respetar la fiabilidad de su coche. Y una llamada de atención para McLaren, que poco a poco pierde su regularidad.

Enhorabuena a Jarno Trulli por su milagrosa resurrección, sintonizado perfectamente con los renovados Toyota, que por fin parecen haber encontrado el camino.

Levamos anclas hacia Montmeló.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de tantas aburridas carreras a las que la F1 de hoy en día nos tiene acostumbrado.

Por mi parte, nada interesante que destacar, a excepción de la salida y las dos vueltas posteriores.

Eso sí, no termino de entender el mal rendimiento de Kimi, dado que se trata de un circuito completo en el que sí tendría que haber sobresalido.

En cualquier caso, mi interés por este deporte está decreciendo considerablemente, habida cuenta de que viaja en la dirección opuesta al espectáculo y la lucha "cuerpo a cuerpo" en pista. Es triste estar una hora y media viendo un Gran Premio y tener como único aliciente algún error en los repostajes.

Saludos...

David dijo...

No creo que el rendimiento de Kimi haya sido precisamente malo: hasta el último stint ha estado recortando a Massa, y sin las órdenes de equipo y el tráfico hubiera acabado mucho más cerca.

J. ARCE dijo...

Kimi ha tenido un día Kimi: soso y relajado. Ni siquiera ha cometido la imperdonable imprudencia de marcar la vuelta rápida al final.
McLaren debe por lógica adelantar a BMW de aquí a final de temporada. La experiencia pesa.

Anónimo dijo...

¿"Imperdonable imprudencia"?

La F1 se creó para saber cual era el conjunto piloto-coche más rápido no para saber qué piloto sabe abrir la boca más veces, negocio exclusivo de uno que yo me sé.

David dijo...

Interesante debate.

Por motivos evidentes suelo ponerme de parte de los ingenieros, así que auqnue evidenetemente aplaudo el espectáculo, no me gustan maniobras injustificadas.

Soy de los que ve a los pilotos como un mal necesario, más que como los protagonistas.

J. ARCE dijo...

Lo de imperdonable imprudencia era en tono irónico. Es penoso ver a los pilotos reservando el motor.

Xavier Ribera dijo...

Hola David,

Perdona que me aparte del tema central, pero creo recordar que en un anterior escrito, comentabas que tienes un audímetro. ¿Es así? Me interesaría ponerme en contacto contigo. Gracias xriberal@gmail.com

David dijo...

La verdad es que tenía un audímetro, porque hace unos meses me lo retiraron.
Así que en aquel tiempo sí había audímetro en mi casa, pero cumplidos los cinco años te lo retiran.

Si quieres comentar alguna otra cosa, sabiendo esto, estaré encantado de responderte.

Anónimo dijo...

¡Cierto!, Arce. Es penoso ver a pilotos reservar el motor.

No había interpretado bien tu ironía.

Es una lástima el rumbo que está tomando la F1.

Discrepo con David en que el piloto está en un segundo plano. Precisamente, pienso que debería ser lo primero. Ya tenemos la experiencia de lo que sucedió hace trece años con los cambios automáticos en busca de sangrar más a los patrocinadores.

Saludos...