26 julio 2009

Análisis - Hungaroring 2009

En Hungaroring la temperatura era superior a la de la clasificación, pero la ratonera tiene costumbre de mantener en sus plazas a los pilotos. La diferencia de pesos entre Hamilton y Button revelaba la importancia del juego estratégico, y la aportación definitiva de la primera llegada a curva sobre el resultado final - la única oportunidad para resolver en pista.
Definitivamente Massa quedó descartado por la gravedad de sus lesiones, que parecían crecer en magnitud en proporción a los detalles al descubierto de su accidente.

La salida de los Red Bull ha sido lamentable, y Vettel la ha pagado realmente cara. Räikkönen y Hamilton han exprimido a fondo el KERS - aunque aún así Alonso ha conseguido escapar de ellos - y entre ambos han golpeado a Sebastian, atrapado en la caravana, dañando irremediablemente su coche, aunque no estallarían los problemas hasta el segundo stint. En el duelo particular Iceman ha estado francamente espectacular, y su agresividad ha propiciado una salida de pista de Lewis sin la que, quizá, hubiera pasado por meta delante de Webber.
Sebastian no ha sido el único que ha padecido la arrancada de McLaren y Ferrari: Button cayó a la novena posición y Barrichello, con problemas, a la decimosexta.

Los monoplazas se han reordenado con dos eventos inesperados en Hungaroring: Button ha adelantado a Nakajima y Hamilton a Webber, forzando con un hábil engaño al lentísimo Red Bull que, inmediatamente después, ha formado un trenecito con Räikkönen y Rosberg. La ligera Flecha de Plata, después de la inteligente proeza, se ha lanzado con vuelta rápida a recortar la diferencia de 2,5 segundos con Alonso.
Al final del stint, Kovalainen seguía sexto, reventando la carrera de Vettel, y Mark despertaba para ganar algo de aire a Iceman. La presión se derivaba a Vettel, frenando a la desesperada por el acoso de Nakajima.

La pronta parada de El Nano ha sido un desastre que ha allanado el camino de McLaren: en la vuelta
12 una tuerca mal apretada ha costado sucesivamente tapacubos, neumático, llanta y abandono.
El pit stop simultáneo de Webber y Räikkönen se ha saldado con un cambio de posiciones, que por precipitación de los mecánicos le ha podido costar la carrera a El Almirante o por contacto a ambos - de hecho el extraño comportamiento del Red Bull le ha hecho perder temporalmente su puesto con Glock.
Sin embargo las desgracias no se han quedado ahí y la accidentada salida por fin le ha pasado la factura a Vettel, que avisaba sobre la poca maniobrabilidad del coche después de su repostaje antes de regresar al box y abandonar - Trulli se colocaba delante de Button, pero la suerte parecía estar de parte de Jenson, por lo menos lo suficiente.

Las distancias entre Hamilton, Räikkönen y Webber eran lo suficientemente grandes, 7 y 13 segundos, aunque de nuevo el Red Bull volvía a acumular tráfico tras de sí - Kovalainen y Rosberg - mientras los Toyota retenían a su principal rival pasada la parada a media carrera de Barrichello.
Iceman, al límite de forma bastante expresiva, se cruzaba saliendo de las curvas pero era incapaz de acercarse a
Lewis; por su parte, Mark parecía tener algo guardado para abrir hueco al final del stint cuando el pitwall le ha pedido un poco más.

La última parte ha sido tediosa, por mucho que Ferrari haya intentado animarla con uno de sus incomprensibles problemas que casi obliga a Kimi a regalar la segunda plaza (un reset durante el repostaje). Nico se mantenía firmemente pegado a El Almirante, logrando adelantar a Kovalainen en el pit stop,y el novato, en este clima poco habitual en estas latitudes, se ha visto fuerte antes de repostar y ha buscado a Piquet, la sombra de Heidfeld. Aprovechando esta distracción Nelsinho se ha hecho con el BMW.
Aunque Trulli ha ido casi tan largo como Glock, que ha hecho su segunda parada en la vuelta 60, se ha visto incapaz de abrir el suficiente hueco con Button, lo que ha vendido bastante barata a Brawn la séptima posición por su falta de ritmo. Quedaba un trompo de Buemi que ha evitado que Alguersuari terminara último y una inexplicable vuelta rápida del ubicuo Webber, una de esas acciones arriesgadas sin premio difíciles de entender.

La bandera damero ha saludado, por primera vez esta temporada, al McLaren de Hamilton, seguido contra pronóstico por Räikkönen, y de forma bastante más acostumbrada a Rosberg en cuarta posición. Button ha conseguido dos puntos que pueden ser vitales.

La conclusión del Gran Premio de Hungría es que se sigue disputando en el pit lane. Ni siquiera la lucha de tiempos ha sido capaz de divertir en una carrera de la que hay que descontar dos adelantamientos curiosos más que nada por sus protagonistas: el venido a menos Button y Hamilton sobre el teóricamente superior Red Bull de Webber.

En lo competitivo, parece que McLaren y Ferrari han encontrado el camino con sus segundas
especificaciones, aunque con una brecha entre ambos: Räikkönen parece haber sacado partido del bajo rendimiento de los Red Bull, aprovechando el bache, mientras que la superioridad de las Flechas de Plata parece genuina, o al menos así lo indican los trece segundos insalvables de liderato de Hamilton.
La imagen de ambos equipos ha sido esa, y no apunta a uno de esos toques de genio que de vez en cuando saca Lewis, porque Kovalainen, en quinta posición, ha marcado un ritmo alto y regular.

El esperado resurgir de los dinosaurios del Gran Circo es una mala noticia para Chris Horner, que verá mermadas las posibilidades de recortar puntos debido a sus nuevos rivales; pero lo que más debería preocuparle, en principio, es que en realidad la impresión es que Ferrari y McLaren aún no están a la altura de Red Bull - el lamentable arranque de Mark y Sebastian los ha hundido, y es una situación que con el KERS de por medio puede repetirse más a menudo.
Cuando se le ha exigido Webber ha sido capaz de apretar y mejorar su ritmo; sólo las bajas revoluciones de la pista aparecen como explicación.

Quién se ha quedado sin justificaciones es Ross Brawn, y la razón se la ha quitado la alta temperatura del
asfalto. Todo apunta a que sencillamente el desarrollo tecnológico se ha parado por el mismo motivo que ha explotado con gran éxito en McLaren y Ferrari: presupuesto.
En ese punto es en el que la irrupción de los grandes se vuelve una noticia aún peor para Button, dado que de recuperar el ritmo, Webber y Vettel pueden dedicarse a dejar cuatro coches - si no más - de por medio, comiéndose a Jenson a mayor velocidad, porque Barrichello puede haberse esfumado en la nube de sus quejas contra el equipo.
Si la explicación es que la ratonera tiene pocas curvas rápidas y no es un trazado muy propicio, entonces Button puede mirar el calendario e ir pensando en la fotografía que dejará para la historia como el Campeón del Mundo que nunca fue: dos soporíferos paseos por la ciudad y dos toboganes parecen pensados como el peor fin de fiesta de la historia para Brawn.

Alguersuari acabó la carrera, fue regular en un tiempo bastante malo y gracias a un trompo de su compañero terminó penúltimo; arrastrarse por los circuitos, en lugar de ganar en categorías inferiores mientras se dan vueltas y vueltas haciendo las pruebas al monoplaza, es la mejor manera de estropear su futuro.
De momento no es Lewis Hamilton, sino El Trueno Azul Gastón Mazzacane.

Una nota especial merecen los reyes de la regularidad, Williams y Rosberg, otra vez casi pisando el podio, haciendo su carrera y puntuando. Se consolidan detrás de Brawn y Red Bull y nadie, al parecer, sabe de dónde sale Nico en el tercer stint y cómo,
sin hacer ruido, acaba delante de los demás.

La carpa del Gran Circo presenta un aspecto completamente renovado.
Button mira los Grandes Premios como una angustiosa cuenta atrás en la que su insultantemente poderoso monoplaza antaño intenta arañar algún punto, Webber avanza con paso firme, a pesar de alguna pisada temblorosa y Vettel con su incidente, del que no ha sido culpable más que de quedarse atrás, ha vendido en principio sus opciones -más a su compañero que a Brawn - aunque están llamados a triunfar como equipo tras la misteriosa desaparición de Barrichello.
En las últimas tres carreras la puntuación aplasta con la contundencia que sólo tienen las Matemáticas: 9 puntos para Button y Barichello; Vettel 18 y Webber 24 para dejar la distancia en 23 y 18,5 puntos respectivamente.
Hamilton y Räikkönen aparecen dispuestos a desbaratar la situación intentando simplemente apuntar todas las victorias posibles en una temporada perdida, aunque faltando por ver a quién va a perjudicar más su explosión.
Y como una sombra Rosberg, progresando con Williams en la terna de Grandes Premios que han dado la vuelta al Campeonato del Mundo con el tercer mejor registro, 14 puntos.

En el capítulo de sanciones creativas y legislación humorística, el fallo de Renault poniendo la rueda a Alonso, que podría haber estado incordiando a los de arriba hasta que la bomba de gasolina dijera basta, ha sido castigado con un Gran Premio de suspensión.
Brawn con una pieza desprendida que le ha podido costar la vida a Felipe Massa - de momento parece imposible que vuelva a correr esta temporada - competirá en Valencia.


Enhorabuena a Lewis Hamilton, extendida a McLaren y Ferrari por su vuelta a lo más alto.

Felicidades a Webber, que con una estrategia injusta pero competitiva debería quedar como primer piloto con el sacrificio de su compañero.

Ánimo a Felipe Massa, en recuperación de un gravísimo accidente imposible; por suerte los pilotos de F1 están hechos de otra materia.


Rumbo a Valencia.

25 julio 2009

Briefing - Hungaroring 2009

Si la decisión de Toro Rosso de colocar al novato Jaime Alguersuari, piloto probador durante sólo una carrera, en sustitución del campeón de la Champ Car, Sébastien Bourdais, obedece a otro motivo que no sea animar el soporífero Gran Premio de Hungría, se puede calificar de tremendo error.
A falta de conocer las causas de la salida fulminante - su rendimiento ha sido bajo, pero nada demasiado espectacular - es inexplicable dar su volante de forma tan precipitada a un completo inexperto. Si Alguersuari no es un debutante a la altura de Vettel o Hamilton, sus pocas vueltas con la superlicencia pueden convertirle en un peligro para sí mismo y para los demás - Sebastian y Lewis también tuvieron más tiempo de practicar.
Parece poco probable que Jaime pueda acabar esta carrera tan simple.

Los problemas en cabeza se acentúan
a priori para Brawn, más allá del hipotético doblaje al nuevo conductor de Toro Rosso.
El verano magiar cada vez es menos terrible y las temperaturas amenazan a los neumáticos de los chicos de Ross; la estabilidad/hastío del Gran Premio puede condenar a un puesto muy retrasado a Button en el carrusel de Hungaroring.
La única opción de esta carrera que invita más a mirar al cielo que a la pista, pasa por la tormenta en el horizonte, para animar el despliegue del Gran Circo como ocurrió en 2006, un épico divertimento sobre todo por el contraste.



La clasificación ha sido un caos, a la altura del marco dónde se desarrollaba; la gran noticia ha sido el tremendo accidente de Felipe Massa, impactante y fruto de una carambola impensable.
La primera ronda ha dado una buena medida del bajo grip en la pista, gracias sobre todo a Webber, al que se le ha visto contravolantear y rodar sobre los bordes de la segunda y última curva - lo que no le ha impedido terminar tercero. El esperado estreno de Alguersuari ha tenido el resultado esperado: a pesar de que Sutil apenas ha dado dos vueltas, ha conseguido dejar en la última plaza al novato; su compañero Buemi ha completado el bautizo con un notable decimosegundo puesto.
Hamilton no ha cumplido en principio con las espectativas y Räikkönen lideraba superando a todos en dos ocasiones, hasta la fantástica última vuelta de Rosberg que le ha colocado líder. Nakajima y Kovalainen meten a Piquet en la zona de eliminación, en la que finalmente caen los BMW por la huída al límite de Alonso.

La segunda ronda certificó el poder de Red Bull, dominando pese a las interferencias de Rosberg, sorprendente líder durante gran parte de la sesión, y Hamilton, que ha revelado sus cartas sin abandonar las primeras posiciones. Toyota intenta apretar como los Williams, sobre todo a través de Trulli, pero no llegan y, de hecho, no alcanzaron Q3.
Las complicaciones con el grip persisten, y aún así los Brawn hacen lo que pueden; con el discurrir de los minutos se fueron hundiendo hasta que Button despertó de golpe y alcanzó la sexta posición, lo que no pudo repetir su compañero Barrichello, eliminado como Piquet - lejos queda para él el rendimiento de Alonso, capaz de superar el mejor tiempo en dos ocasiones.
Los problemas de Brawn los ha pagado el Ferrari de Massa, que en su última vuelta ha quedado estrellado en la Curva 4, la cual ha tomado recta incrustándose contra las protecciones - las consecuencias llevaron, de entrada, a Felipe al hospital. La causa ha sido una pieza perdida por Barichello que ha impactado contra el casco del piloto con desafortunada puntería en una zona de frenada de 210 km/h.

La ronda definitiva ha supuesto la rúbrica del absurdo del Gran Premio soviético. De entrada retrasada por el accidente de Massa, ha discurrido con bastante tranquilidad hasta que Alonso se ha hecho con la pole
provisional después de superar al otro candidato a sorpresa, Rosberg, momento en el que la tecnología se ha venido abajo.
Previamente Nico y Hamilton competían con Webber, ya que a Vettel le tocaba volver al pit lane después de un paseo por el exterior - Iceman también fastidió su mejor vuelta pisando la tierra. Button parecía actuar como marioneta de alguna oscura estrategia de Brawn, metido en el box a tres minutos del final.
La imagen de Alonso intentando confirmar el resultado preguntando a sus rivales los tiempos ha quedado como símbolo de su primera pole en mucho tiempo; repuesta la informática los Red Bull han quedado como su escolta y Jenson apenas ha conseguido el octavo lugar.

La previsión es una victoria de Red Bull muy disputada entre Vettel y Webber - el primero mejor situado y el segundo más en forma - que recortará de un gran bocado la diferencia con Brawn, visto el desastre de Barrichello y la posición de Button (observada con cautela por la estrategia).
Alonso se jugará el podio con Hamilton y Rosberg, en una batalla en la que en principio el McLaren tiene algo de ventaja.

Será el duelo más interesante, el de la tercera posición, en la procesión de Hungaroring, aunque se disputará en el pit lane. Por ese motivo la atención se irá también hacia Jenson y sus cuentas hacia el Campeonato del Mundo: aunque durante la carrera se viva el día más caluroso del siglo en la región, su monoplaza está condenado en la ratonera y la competición, para él, será un control de daños en el que minimizar la pérdida de puntos.

A la espera de ver cómo se recupera Massa y el comportamiento de Räikkönen y Nakajima desde plazas decepcionantes - uno por rendimiento y otro por comparación con su compañero - la situación más compleja es la de Rubinho, emparedado entre los Toyota: si no da el gran golpe en la salida, su ambición y el rendimiento de su coche pueden ponerle en peligro. Sería el segundo evento conflictivo sobre ruedas, ya que Alguersuari se presenta como una chicane móvil no acostumbrada a verse ahí y dejarse adelantar.

Merece una mención el caos tras el Telón de Acero, y la consiguiente imagen vergonzosa que ha vuelto a ofrecer Hungaroring como parte del Gran Circo.
El Gran Premio, digno de una ex-república soviética, sobra del calendario; los motivos se siguen acumulando.

No pierdas de vista a Alonso, la Curva 2, a Button y a los McLaren.

12 julio 2009

Análisis - Nürburgring 2009

La parrilla se preparaba para el arranque en unas condiciones que obligaban a todos a replantear la carrera: en el Infierno Verde, en lugar de la lluvia o, por lo menos, tiempo inestable, había amanecido un día fresco y seco.
La lógica mandaba sobre las estrategias, rindiéndose en cuanto a la elección de neumáticos: los "tragaruedas" Brawn optaron por neumáticos duros mientras que Red Bull ganaba aún más ventaja con el otro compuesto.

En la salida el protagonismo se ha repartido entre Hamilton y Webber.
El McLaren se ha lanzado como una flecha por el exterior, llegando a rozar la cabeza hasta que un pinchazo ha echado a Lewis al fondo de la clasificación; el motivo de esta arrancada fulgurante ha sido el cuerpo a cuerpo entre Red Bull y Brawn: Barrichello ha intentado tomar ventaja hacia el vértice de la primera curva y Mark, casi sin verle, ha llegado a topar contra su rueda.

El Almirante ha cargado con la sanción y la culpa con cierta justicia, aunque Rubinho no ha exhibido reflejos precisamente; como resultado del choque, de hecho, Barrichello le ha arrebatado la primera posición.
Los dos Brawn conseguían sacar provecho de los problemas de los demás, puesto que Button fue capaz de mantener a Vettel detrás.
El orden dentro de los puntos dejaba en tercera posición a un deslumbrante Kovalainen que, en adelante, se aplicó a fondo arruinando la carrera de Jenson y del trenecito que formó con su ritmo. Sutil se mantenía en el borde con premio y su compañero Fisichella pasaba a Heidfeld con facilidad en NGK Schikane - el mismo punto en el que Vettel intentó pasar a Botón, encontrando un espacio demasiado corto - para hacerse a continuación con Alonso en Castrol S.

Los 15 segundos que Feyd-Rautha dió de ventaja a los líderes y el buen trabajo de Mark, que con sus vueltas rápidas no dejó despegarse a Rubens, compensaron el drive-through del Red Bull, que se puso por delante de los Brawn - su pronta parada y el maltrato a las gomas presagiaban tres paradas.
Libre de Kovalainen (que tras su repostaje se fue a fastidiar a Glock, abriendo la puerta a Nakajima), Button comenzó a apretar de verdad en el segundo stint, hasta quedar detrás de la estrella de la jornada: El Almirante.
Massa decidió hacer un favor a Red Bull conteniendo el ritmo de Barrichello, tanto que Sutil, en tercera posición, se acercaba al dúo recortando a buen ritmo - la gran sorpresa es que justo tras la parada de Felipe, Adrian consiguió sacar tiempo una vuelta más.

Cuando las estrellas parecía alineadas para Force India, con la inmejorable posición de Sutil, pendiente de una parada y delante de Webber, Button, Vettel, Massa, Räikkönen y Kovalainen, el Destino volvió a cruzar en su camino a Iceman: saliendo de su repostaje entre los Ferrari, con los neumáticos fríos, el monoplaza se abrió demasiado, metiéndose en el camino de Kimi, que desesperado o dormido le rompió el alerón sin intentar evitar el impacto.
Su lugar lo ocupo Rosberg, que silenciosamente realizaba una carrera estratégicamente perfecta.
El final del stint se acercaba y clamorosamente Webber se echaba sobre el Brawn sin neumáticos de Barrichello recortando casi un segundo por vuelta.

Por si fuera poco, en la segunda parada de Rubinho tuvieron un problema con la manguera, facilitando más las cosas a Red Bull. Se sumaron problemas en Ferrari: un nuevo desfallecimiento del motor que le costó la plaza a Räikkönen, que en dos acciones regaló la séptima posición a Alonso.
El Nano trabajó logrando dos vueltas rápidas y una pasada a Glock, pero por debajo de lo esperado.
El cambio de posición de los BMW, en el que Heidfeld barrió en la recta a Kubica, tampoco resultaba muy
interesante, así que el punto de interés se acercaba a Brawn y su planteamiento de paradas.

El tercer pit stop de Button y Barrichello
- un inevitable desastre táctico - los devolvió a la quinta y sexta posición, justo delante del renovado brío del Renault de Alonso. Rubens tenía ritmo para pasar a Jenson, al que se le atragantaron los neumáticos, y recuperar su puesto, pero se dedicó a contener bastante sobrado a Alonso, claramente por falta de atrevimiento.

La bandera damero recibió en primer lugar y por primera vez a Mark Webber, un merecidísimo ganador, colocó un Ferrari en el podio y vió aparecer en cuarta posición
a Rosberg como un ninja. Kovalainen, líder de un nuevo trenecito, consiguió la última plaza con puntos.

La conclusión es que el Campeonato del Mundo realmente no está cerrado.
El trabajo de Red Bull en esta temporada ha sido simplemente íncreíble, y en él destaca un nombre propio. Construir el mejor monoplaza sobre la revisión más estricta del reglamento tiene mucho mérito, pero conseguir cambiar la perspectiva, introducir el doble difusor y tener la mejor adaptación es sencillamente prodigioso; Adrian Newey ha dado una lección a los equipos con mayores presupuestos y sus pobres evoluciones y al Diffuser Gang y su estancamiento tecnológico.
Por otra parte Webber ha estado magistral - con cierta ayuda de Kovalainen - y ha contribuído tanto a dar la vuelta a la situación de los equipos que está a punto de darla en su propia escudería: contra la costumbre del Gran Circo, Button se ve cercado por dos coches iguales.

Sin embargo, la mayor contribución a revivir la temporada la tiene Brawn.
La evolución del coche no ha sido especialmente fuerte y no hay que ir muy lejos - sólo al año pasado - para ver a técnicos de un coche superior con un termómetro en la mano echándose a temblar, y no precisamente de frío, por una pequeña bajada en grados. El celebérrimo tren trasero se ha convertido en un devorador de goma, con un efecto colateral que no sólo reduce el rendimiento, sino que principalmente priva a Ross de su mejor arma: la estrategia.

Las tres paradas han matado a Button y Barrichello, abriendo la puerta a Ferrari y Williams, y el comportamiento de los blandos puestos a Jenson no le dejaba escapar del Renault de Alonso. En ese último stint se ha visto lo peor que representa Ross Brawn: el inocente cambio de posición de los coches y el alma de segundón de Rubinho, que tenía ritmo para hacerse con Botón pero - órdenes de equipo mandan - no se ha atrevido ni a intentarlo.

Detrás de la carrera perfecta de Webber, Massa (como Vettel) parece haber encontrado su puesto un poco por casualidad, aunque a precio de una conducción impecable. Mucho más llamativo es el resultado de Nico Rosberg, que ha aparecido de repente tras todas las rondas de repostaje cerca del podio, aprovechando el desastre sobre ruedas que ha sido Kimi. La regularidad de Williams es notable y, visto el incomprensible retroceso de Toyota, bastará un sólo Gran Premio para que supere a Trulli por resultados.
A diferencia del trabajo constante de ambos, Alonso ha realizado una carrera mediocre con un punto brillante marcando dos vueltas rápidas, si bien la sensación es que tras el fracaso en clasificación se ha visto séptimo sin querer.

El gran culpable, Räikkönen, se ha librado de una sanción por KO técnico del motor - la imagen de Ferrari está seriamente comprometida este año.
Si Kimi hubiera estado lo suficientemente despierto hubiera aflojado al ver volver a Sutil, dejarle abrir la curva con sus neumáticos fríos, y pasarle tranquilamente por el vértice. Pero no, Iceman ha decidido ser la pesadilla de Force India, estropeando una carrera perfecta - y de paso la suya al romper en el choque parte de la refrigeración - en la que por fin iban a puntuar y de forma muy merecida, no por circunstancias extrañas.
En McLaren prefieren malograr sus resultados personalmente. El reventón de Hamilton ha sido un incidente por echarle ganas, demasiadas, pero el octavo puesto de Kovalainen es muy discutible: después de una primera parte en la que ha entretenido con la publicidad de su alerón a Button, una mezcla de poco rendimiento y apatía ha mandado a la locomotora gris a encabezar un grupo mucho más atrás. La proporción de las culpas está por descubrir, así como el auténtico comportamiento del nuevo paquete de mejoras con el que, da la impresión, Heikki hubiera podido sacar petróleo - felicitado por otra parte por haber contribuído a animar el Campeonato del Mundo: seguro que Vettel le dió un beso en el casco.

Mucha atención a Force India, que Sutil y Fisichella apuntan por encima de varios equipos.


Enhorabuena a Mark Webber por su primera victoria, merecidísima, y por extensión a Red Bull, que ha cambiado completamente el horizonte.

Ánimo a Adrian Sutil, que ha visto rota una carrera perfecta que iba a ser debidamente premiada.

Felicidades a Massa por su primer podio de la temporada y a Rosberg, el rey de la regularidad y discreción.


Rumbo a Hungaroring, el Mónaco soviético.

11 julio 2009

Briefing - Nürburgring 2009

El viejo Infierno Verde ya no es lo que era, pero la posibilidad de que la lluvia se haga con el bosque resucita el espíritu de los Ringmeister que hoy encarna, más que nadie, Sebastian Vettel.
El trazado no podría ser menos parecido, pero el entorno que vio convertirse en leyenda a Juan Manuel Fangio domina de forma opresiva la atmósfera del Gran Premio.

Los Red Bull llegan lanzados, con confianza, puesto que la posibilidad de que la carrera sea en mojado desplaza el valor a los pilotos, dónde el equipo es fundamentalmente más poderoso que su rival; la diferencia fundamental es que por fin la distancia tecnológica se ha recortado con el gran trabajo de Newey, así que Ross Brawn volverá a contar, seguro, con su gran baza para administrar la ventaja: la estrategia/malas artes que le hicieron campeón.
McLaren ha renovado completamente uno de sus monoplazas, el de Lewis Hamilton, lo que convierte la carrera en una prueba que, de salir tan bien como esperan, puede terminar con premio. Los libres hablan claro sobre la diferencia de rendimiento de esta especificación b.


La clasificación ha sido controlada por el clima: un ambiente fresco transformado en unas gotas de pronta ida y vuelta que ha alterado el paso a Q2.

La primera ronda ha estado marcada por la amenaza de lluvia, que ha llenado la pista en el primer minuto, con Red Bull y Williams esperando en cola al semáforo.

Vettel ha sido el primero en patinar, aunque Glock ha exhibido en profundidad sus problemas de agarre. Como anunciaban los libres Hamilton y Alonso se han colocado por delante de Button, que no ha guardado mucho precisamente (se ha lanzado a la pista con ruedas blandas directamente). En la pelea ha intentado entrar Massa, aunque Red Bull y Brawn han espabilado: Jenson delante de Fernando y Sebastian de Lewis.
Peleando por salir de la zona de eliminación, Timo ha frenado a Alonso, que en su mejor vuelta ha quedado a muy cerca del nuevo líder: Webber.
La aparición de la lluvia ha sentenciado a Kubica, Fisichella y los Toro Rosso, para alivio de Piquet, en el borde.

La segunda tanda ordenaba, según la estrategia más lógica, marcar tiempo antes de que las condiciones empeorasen. Sin embargo la caravana ha descubierto que ya era tarde - salidas de pista de Nakajima y Massa - y excepto Webber han vuelto corriendo a por los intermedios.
La lluvia se ha intensificado, con intención de continuar, y mientras Hamilton parecía asegurarse la primera plaza un segundo más rápido que los demás, Kovalainen se salía hasta llegar a tocar el muro, pero no lo suficiente para quedar eliminado.

Sin embargo ha amainado y la locura ha llegado al pitwall: a falta de cinco minutos, Barrichello sin marca y Heikki con una malísima, han vuelto con lisos y se han salvado, aún encontrándose, en el caso de Rubinho, con Kazuki; la prueba de lo imprevisible era el segundo y tercer puesto de Piquet y Sutil.
El patinazo de Alonso en NGK Schikane le ha hundido - Räikkönen se ha repuesto mejor del suyo -, al
conseguir salvarse al límite Hamilton y Button. Con El Nano han caído los Williams, Heidfeld y Trulli, aunque la novedad es quién se ha salvado: Adrian Sutil.

La ronda definitiva ha tenido dos minutos de espera, hasta que los Brawn se han decidido a probar las condiciones y secar la poca humedad de la pista.

Con vuelta marcada por los líderes, Barrichello era mucho más rápido que Vettel y Webber, aunque la sorpresa era el cuarto puesto de Sutil. Después de marcar en dos ocasiones el mejor tiempo en el primer sector, Button se ha quedado corto, primero superado por Hamilton y luego por su compañero. En los minutos finales los Red Bull han tomado el impulso decisivo y, cuando se preveía que Vettel, con mejor marca en S1, se hiciera con la pole, Mark Webber ha impresionado a todos al colocarse primero recuperando en los sectores finales. El último esfuerzo de los Brawn los ha dejado segundo y tercero, separando a los conductores de Christian Horner y conformado el grupo por delante del revivido Hamilton.

La previsión es que el Gran Premio de Alemania sea la hora de Webber. Los Brawn no han funcionado en un circuito con baches, así que los cambios de rasante pueden afectar a su rendimiento a lo largo de la carrera; además el hecho de que Barrichello, célebre últimamente por sus desastrosas salidas, reparte las posibilidades de perjuicio entre Vettel y su propio compañero.
El gran momento será, por tanto, la llegada a NGK Schikane, en la que los supervivientes de la primera curva pondrán a prueba su concentración y el agarre de unos neumáticos fríos - los que se agarren a la escapatoria pueden estar vendiendo su orden de carrera.

La otra curiosidad será observar el rendimiento del McLaren de Lewis, su respuesta en una competición completa, aunque mucho más lo será ver a Sutil delante de dos Ferrari; los dos conductores son, en el caso de lluvia, dos de los más dotados.
El espectáculo debería correr por parte de Fernando Alonso, undécimo en un Renault que ha mostrado una buena respuesta; de momento su mala clasificación y su error se pueden achacar a las inmanejables condiciones. De ser completamente cierto, El Nano podría dar un segundo stint muy vistoso, después de aprovechar su ventaja de repostaje. También para Alonso la lluvia puede ser una aliada, aunque si de alguien se espera un comportamiento asombroso si se produce un Gran Premio sobre mojado es Sebastian Vettel, de momento el Reinmeister hasta que consiga una victoria en el Infierno Verde.

No pierdas de vista a los Red Bull, NGK Schikane, la lluvia y a Alonso.

03 julio 2009

El Anaconda, Año Tres

Llegados a este punto, en el que El Anaconda se encuentra más cerca de su final que de su principio, llega el momento de hacer un poco de historia.

Hace unos cuantos años, los pocos que seguíamos esta locura de cuatro ruedas, tema principal de El Anaconda, vivíamos situaciones realmente peculiares, persiguiendo - eran otros tiempos - por parabólicas cedidas como favores poder ver a los héroes de antaño. Hacer comunidad en torno a la Fórmula 1 era algo natural.
Estas penurias en alemán venían precedidas por el maltrato de los asnos de la prensa española al Gran Circo, en el punto álgido del duelo Häkkinen-Schumacher.

Finalizadas aquellas circunstancias, cuando empezaba una etapa mejor (aunque menos de lo que podría llegar a ser), surgió
el blog, un nuevo método de comunicación y, con él, una idea.
En principio la propuesta era que fuera cosa de dos, los que nos convertimos en comentaristas obligados por la RTL y su tozuda negativa a dar la carrera en castellano, pero la respuesta inmediata para crear un equivalente escrito al dúo Fraile-Flores convirtió en un monólogo este proyecto.
La carga de trabajo se duplicaba, independientemente de las dimensiones, mientras que el ingenio esperado - la posibilidad de reproducir las risas que se dan durante un Gran Premio - se reducía a la mitad.

El blog naciente se iba a convertir, por tanto, en algo muy personal, así que era importante no perder el espíritu lúdico, divertido, por lo que en uno de los momentos más importantes surgió la oportunidad de sentar esta base: poner el nombre.
Los más viejos del lugar recordarán el Gran Premio de Mónaco en La 2, con los clásicos comentarios tan manidos de año en año que, durante la carrera ya que en aquellos tiempos no existían previos, se esperaba su aparición para ser recitados antes de que el televisor pudiera acabarlos: las dos mil pesetas que costaba un refresco en el Café París, el deslumbramiento al final del túnel, el hotel de Coulthard y, especialmente, los detalles acerca del último gran hombre de la F1, del más rebelde y pendenciero que jamás pisó la renovada Scudería, del Playboy en Paro.

El símbolo de toda la grandeza prepotente de la Fórmula 1 era Eddie Irvine, y la sola mención de su yate atracado durante el fin de semana invitaba a dejar volar la imaginación, la envidia y las ganas de criticar.
El conocimiento legado por Jesús Fraile acerca de este maravilloso barco fue el que derivó en una broma que muy pocos comprendieron a la primera: intentando compartir el glamour y ambiente festivo de esa embarcación llena de supermodelos, con grifos de los que sólo brota champagne, este blog fue bautizado El Anaconda.
Sólo Eddie podía tener la provocadora ocurrencia de doble sentido de llamar así a su barco, que hoy en día ofrece en alquiler como la mejor forma de visitar Mónaco.

The Quintessence of Corporate Hospitality

Todo acaba, y como terminó la leyenda de The Anaconda, del que puede disponer algún potentado aburrido y así ser ocupado por los seres más opuestos al espíritu del mítico Irvine, este cuarto año que empieza huele a despedida. La posibilidad de un campeonato alternativo a la Fórmula 1 clásica (prácticamente ha desaparecido de aquí nada que no tenga que ver con automovilismo) se presentaba como la excusa perfecta.
Esta opción ha cambiado - al menos de momento - pero es complicado que El Anaconda sobreviva después del fin de temporada.

La mecánica de comentar lo que pueda ocurrir - con la mayoría de los briefings de los circuitos ya escritos excepto Shanghai, para el que nunca tuve tiempo por la configuración de la gira asiática - y de analizar la carrera se han vuelto repetitivas pero, paradójicamente, más pesadas.
Escribir El Anaconda sigue siendo satisfactorio, pero ha dejado de ser divertido.

Con este presagio, no olvido que lo que queda por delante siempre es, como lo llamó Shakespeare por boca de Hamlet the undiscovered country, por lo que nunca se sabe qué puede pasar.
Sólo me queda agradecer la atención de los que me leen, sus felicitaciones, y muy especialmente a Il Venturetto y J.Arce, que siempre tienen una mención para estas larguísimas entradas.

Desde la proa gracias, espero que os divirtais y, como dice la sabiduría urbana: disfrutad mientras dure.