24 agosto 2009

Análisis - Valencia 2009

Uno de los mayores fraudes del Gran Circo, y el calor que éste soportaba, invitaban más a una siesta que a desperdiciar 5700 segundos contemplando una carrera que para el segundo stint debería estar bastante más que muerta.
El KERS y los blandos de McLaren y Kimi eran la señal de que en el único momento intenso del Gran Premio llevaban todas las de ganar.

La salida fue demasiado limpia, y estuvo protagonizada por Vettel: presionando al interior a Button, buscando un error o que simplemente cediera, abrió la puerta por el exterior a Räikkönen, que no tuvo que sudar para adelantarle y colocarse cuarto; conseguido el objetivo de Sebastian, Jenson perdió posiciones hasta quedar justo delante de Webber - Rosberg y Alonso no desperdiciaron el bloqueo, y precisamente un fallo de Botón intentando pasar a Alonso le dejó aún más a merced de Mark.
Los incidentes vinieron por el estrenado Grosjean, con algunos daños que le obligaron a entrar al pit lane, aunque poco que ver con el cortocircuito de Buemi estampándose con Glock; el beneficiado de estas desgracias era Luca Badoer, que evitaba la última posición a pesar de sus méritos haciendo trompos.

Hamilton empezó a abrir distancia con Kovalainen, que a su vez se separaba de Barrichello, cabeza de un trenecito a esas alturas de la carrera gracias en especial al fortísimo ritmo de Räikkönen.
Heidfeld consiguió el único milagro del Gran Premio de Europa, adelantando a Sutil, aunque virtualmente sin importancia por la situación de ambos; en pista, mucho más trascendente, también se produjo el cambio de posición de Button y Webber, supuestamente una cesión de Jenson al cortar una chicane.
Las distancias se ampliaron, excepto en la presión de Kubica a Button y de Alguersuari a Trulli - ambas con pocas posibilidad de éxito gracias a las excelencias del circuito - y Kovalainen o bien empezó con la labor de equipo o bien comenzó a flojear, porque Rubinho se le fue echando encima.
Al final del stint Grosjean intentó animar un poco la carrera con un derrape lateral sin consecuencias, demostrando que por lo menos, a diferencia de Piquet, tiene suerte y no destroza coches.

Hamilton fue el primero en entrar a repostar, cayendo en el hueco entre Alonso y Webber, a la vez que Vettel, con la fortuna de espaldas: tuvo que acompañar al pit lane al otro McLaren puesto que en su primera parada se estropeó la bomba de repostaje. En ese pit stop Kovalainen perdió la segunda posición, el único cambio de lugar durante este esperado momento de reordenación de la caravana.
Poco después de su incidente Vettel rompió el motor, coronando un fin de semana para olvidar.

Las distancias, de nuevo amplias, de cuatro segundos en cabeza, empezaron a variar con la vueltas - aparentemente Brawn sigue necesitando bastante para calentar los neumáticos - al ver Barrichello que se escapaba su oportunidad.
Los tardíos del pit stop iban a dejar una imagen de las que cuestan una carrera profesional: Badoer fue adelantado en la calle de salida por el novato Grosjean - estableciendo la diferencia entre quedarse dormido y estar muerto - y remató la jugada pisando la línea blanca, quizá sorprendido por sí mismo. En el "tarro de las esencias" le quedaba otro trompo, con el que disfrutaba de sus últimos minutos en competición oficial.

El desastre visitó McLaren en el segundo pit stop de Hamilton, con un despiste en el cambio de ruedas que, por si fuera poco, se vió completado con la vuelta a pista justo detrás de Webber, que no llevaba precisamente un ritmo ganador.
Barrichello apretó al máximo y tuvo recompensa, afrontando el último stint en primera posición.
Kovalainen, más por méritos propios que del equipo, también perdió su plaza con Räikkönen - un podio duramente trabajado por Ferrari - y con los mismos argumentos Button devolvió el cambio de posiciones inicial a Webber.

Un reventón de Nakajima y un problema de frenos de Buemi, envuelto en una nube de carbono, alzaron a Badoer hasta la decimoséptima posición - esto es, justo delante de los tres eliminados y detrás de los novatos.

La bandera damero recibió, cinco años después, a Barrichello en primera posición seguido, en alternancia, de decepcionados - Hamilton y Kovalainen - y satisfechos - Räikkönen, Rosberg y Button.
Alonso y Kubica, sexto y octavo, completaron las plazas de puntos.

La conclusión es que Red Bull se esfuerza en tirar el Campeonato del Mundo y Brawn empieza a demostrar que quiere ganarlos.
La gran remontada parecía posible hace un par de carreras, pero el coche se ha venido abajo frente al repunte de McLaren y Ferrari, Webber ha tenido poca concentración, sobre todo en clasificación y Vettel ha protagonizado un fin de semana que le descarta completamente para la victoria final, abandonado por la legendaria suerte del campeón.
El Almirante puede recuperarse a lo grande, y en un escenario tan impresionante como es Spa-Francorchamps, pero Sebastian carga con un impedimento insuperable: los dos motores averiados en el Gran Premio de Europa le dejan con dos propulsores para terminar la temporada, de los que sólo uno es nuevo.

Brawn vive una situación extraña: aparentemente venidos abajo, en realidad el único que está en su peor momento es Button, que vive de los errores del rival.
Barrichello ha resucitado en parte por demérito de McLaren, pero sobre todo por una carrera magnífica, en la que ha cumplido con su obligación cuando debía y lo ha dado todo: su ritmo en el final del segundo stint ha sido una mezcla de esfuerzo e inteligencia, consiguiendo al marcar la vuelta rápida depender sólo de sí mismo.
Si la racha de Jenson no mejora, puede que tenga al enemigo en casa - de momento Rubens ya está segundo.

Paradójicamente el éxito ha estado en Ferrari y la decepción en McLaren, aunque el rendimiento de los coches sea justo al revés.
Las expectativas no se han cumplido, quizá porque Whitmarsh no ha tenido el valor para hacer una estrategia de equipo y ha confiado en Kovalainen. Dejando a Heikki hacer lo que ha querido, ha hecho lo de siempre: ir cayendo desde un buen ritmo inicial, justo al contrario de lo que hubiera venido bien al equipo.
Vendiendo a Feyd-Rautha y la ambición de dos plazas de podio, Barrichello debería haber acabado la carrera pidiendo un claxon para,
por lo menos, protestar después de haber pasado el primer stint como si hubiera ido por las calles de Valencia detrás de un taxi de la compañía Mercedes.
Räikkönen se ha hecho con él con facilidad, aunque para ello ha tenido que esforzarse en la primera parte para mantenerse ahí y tener la oportunidad de ganar al segundo McLaren en el último repostaje.

Si Kimi ha tenido una carrera seria y efectiva, ¿qué decir de Rosberg?.
Quinto, Nico Rosberg quinto, siete carreras puntuando y quinta posición en el Campeonato del Mundo; y una vez más, como un ninja, hay que mirar las actas con los resultados para saber que ha estado allí.

Luca Badoer merece un tratamiento aparte, porque diez años sin competir no son excusa con dos novatos enfrente - Grosjean ha tenido momentos brillantes el fin de semana.
La mala clasificación puede tener una excusa (incluso inventada por el equipo, no sería la primera vez), y el ritmo de carrera bajísimo ser criticable. Lo que hace que Badoer pase la raya y se adentre en el territorio de lo lamentable hasta que apenas puede verla es el adelantamiento sufrido en la salida del pit, los trompos y la más básica de las trampas para despistados, la raya de reincorporación, especialmente teniendo en cuenta que estos hecho se han producido en momentos de extrema tensión, con el coche al límite y con la presión de estar disputando la victoria final en el Campeonato del Mundo.
Si Badoer no es cuñado de Montezemolo va a pasar mucho tiempo barriendo el hospitality de la Scuderia.

Pero los grandes perdedores del Gran Premio de Europa han sido los aficionados, que han vuelto a sufrir una carrera soporífera en un trazado bochornoso, en el que ni siquiera existe la excusa de Hungaroring: que se llena.
El circuito de Valencia es lamentable, estaba claro que iba a serlo antes de la primera competición, y merece compasión el que esté obligado a defenderlo por motivos profesionales. Su aportación a la Fórmula 1 es tan nula que casi no es digno ni de crítica.
Personalmente deseo que alguien se lo esté llevando muerto por la organización, porque al menos una persona disfrutará de la carrera.


Enhorabuena a Barrichello por una victoria que ha tardado en llegar, y a Brawn por seguir ahí cuando los rivales caen.

Felicidades a Räikkönen y Rosberg, por continuar progresando y puntuando.

Ánimo a los aficionados, que quizá vean caer algún día Grandes Premios como éste.




Nos alejamos a toda velocidad, camino del espectacular Spa.

2 comentarios:

Il Venturetto dijo...

Parece que a Badoer le dio por detrás Grosjean después de la primera vuelta. Pero vamos, que dándole o no dándole hubiera acabado el último.

De todas maneras yo no creo que Grosjean adelantara a Badoer en la línea de boxes. Más bien me parece que Badoer pensó que no había pagado el ticket del parking y se apartó buscando la caseta para echar las monedas, y le hizo gestos a Grosjean para que pasara.
A lo de pisar la raya no le veo explicación.

Rosberg, el ninja. Genial.

Lo de que me dediques la foto de las jamelgas me ha llegado al alma. ¡Ay, quién fuera toro!

J. ARCE dijo...

Yo creo que Badoer se quedó tan sorprendido que lo único que se le ocurrió fue dar un volantazo y a partir de ahí perdió los papeles. Debió pensar que estaba en la salida del supermercado con su mujer en su Fiat Marea.
Lo de ayer de Barrichello parece uno de esos fines de semana que tiene en que lo hace todo perfecto, fines de semana que se repiten cada...uhmmm, cinco años. No voy a meter la pata como el año pasado con Massa pero no veo a Rubens como campeón. La verdad es que Button está haciendo grandes esfuerzos para no merecerlo y Webber tres cuartos de lo mismo, pero ¿Barrichello Campeón del Mundo? No lo veo.