28 septiembre 2008

Análisis - Singapur 2008

El desafío a la estadística que suponía la ausencia de lluvia presagiaba un atasco de millonarios en las calles de Singapur; por tanto el arranque se convirtió, a priori, en el único punto decisivo para decidir la victoria descontando sorpresas.

La salida era la gran prueba para los McLaren, que la afrontaron con una buena intervención pero distinto resultado: Hamilton aguantó con facilidad a Räikkönen y se pegó a Massa, mientras que Kovalainen consiguió remontar hasta alcanzar a Kubica; pero se rozó con el BMW al colocarse en paralelo, cayendo hasta la séptima posición, justo por delante de Heidfeld. En medio del ataque del McLaren Vettel llamaba la atención por una defensa tenaz de la trazada, que mandaba a sus rivales por el arcén.
El gran protagonista de la carrera comenzaba a asomar apoyado sobre unos reglajes muy ligeros: Nakajima quedó a expensas de Fernando Alonso, que aprovechaba el bloqueo de los Williams a manos de Trulli, que con un Toyota pesadísimo revelaba las intenciones del equipo de apostar por una sola parada.

En cabeza la situación pronto se hizo muy estable, al escaparse Hamilton y Massa de Iceman, manteniendo la distancia constante entre ambos. Hasta el repentino despertar de Kimi para empezar el duelo de vueltas rápidas entre los Ferrari, en el que se comía al McLaren, todo apuntaba a que el ganador se decidiría en el pit stop. Ni siquiera llevarse piezas perdidas por delante frenaba a Felipe, lanzado a una nueva victoria de piloto infalible.
El centro de atención, por tanto, se trasladaba al esfuerzo defensivo de Jarno, que mantuvo a raya a Rosberg aliado con el circuito, hasta que Nico dió con la clave: arriesgando en la Curva 6, por el exterior, obtuvo velocidad suficiente para afrontar el fin de recta por delante del Toyota, clavando los frenos
dentro de la peligrosa Curva 7. Una vez ejecutada la maniobra Nakajima y Alonso pasaron a Verdaderamente, en el caso del Renault calcando el movimiento, poniendo en peligro la estrategia de Toyota.

El Nano fue el primero en repostar, con la impresión de un cambio de planes con una parada bastante larga.

El final del primer stint se acercaba sin novedad, hasta que de repente llegó el punto de inflexión de la carrera, protagonizado como es habitual por Nelsinho Piquet.
El novato volvió a sorprender a propios y extraños con su curioso sentido de la oportunidad y su capacidad para tener accidentes en lugares inverosímiles: en esta ocasión el Renault se adelantó al peligroso giro bajo las gradas, cuya escapatoria tuvo que visitar Bourdais, eligiendo tomar la inofensiva Curva 17 a tanta velocidad que el coche giró sobre el eje delantero estrellándose contra el muro de la parte interna de la recta.

La salida del Safety Car provocó un drama en el pitwall - excepto en Renault, lógicamente, y Red Bull, repostando en ese momento - que se convirtió en tragedia para Ferrari.
Kubica y Rosberg no pudieron esperar más, garantizándose una sanción, aunque no fueron los peor parados del inoportuno cierre del pit lane: cuando mejor rendían los Rayos Rojos se vieron obligados a parar a la vez con la consiguiente espera y pérdida de tiempo de Iceman, totalmente inútil por un error en la rutina
de parada de Massa, que recibió la orden de salir con la manguera enganchada. Felipe arrastró la manguera hasta el final de la calle, dónde tuvo que detenerse y esperar a la llegada de sus mecánicos; resultado final: los dos monoplazas en las últimas posiciones, el regalo perfecto para McLaren.

La situación daba unos sorprendentes competidores por la victoria: Rosberg y Kubica, primero y cuarto pero pendientes de sanción, entre ellos Trulli y Fisichella, pendientes de su primera - y única - parada, y detrás Alonso, Webber y Coulthard. La presencia de Físico daba un colchón enorme a Nico y Jarno, suficiente como para que junto al retraso al anunciar su penalización de 10 segundos permitiera a Rosberg volver en cuarta posición con sus cuentas pagadas.
El incidente revitalizó a Hamilton y desmoralizó completamente a Felipe, que empezó a cometer errores peligrosos y, como las desgracias no vienen solas, fue castigado con un drive through por el desastre del equipo en su parada. A pesar de todo Massa fue el único capaz de adelantar - nada menos que a Kubica - cuando la carrera se centraba alrededor de tres bloqueos: Coulthard a Hamilton, Vettel a Heidfeld, después de perder la novena posición contra Glock, y Button a Kovalainen y Räikkönen.
Webber desapareció de la escena hacia su box con problemas en la transmisión después de haberse comido la primera chicane.

Poco a poco, cumpliendo con sus obligaciones, la cabeza iba variando, y en su nueva posición, octavo, Jarno Trulli se esforzaba en aguantar a Nakajima y Räikkönen; por primera vez el piloto de Williams sacó los dientes y atacó con éxito a Jarno, abriendo el camino a Iceman para preocupación de Toyota.

Con la reordenación casi completa la situación comenzaba a estar más clara: Alonso líder, Rosberg solo y El Superhéroe en tercera posición aguantando a Hamilton. El adelantamiento de la Flecha de Plata parecía imposible - no queda claro si por falta de capacidad o de intención - pero Lewis se vió obligado a una pasada esencial, que realizó calcando la del pionero Rosberg y aprovechando la reincorporación de El Nano por delante de ellos.
La entrada simultánea de Hamilton y Coulthard dejó clara la importancia de este adelantamiento, aunque pudo haber sido completamente innecesario porque en Red Bull estuvieron a punto de imitar el repostaje de Massa.

Alonso y Rosberg tenían las dos plazas de podio aseguradas por una gran ventaja - a pesar del acoso de Iceman, con una parada pendiente que le dejó quinto.
Más complicadas eran las cosas para Trulli, convertido en actor principal en principio por la presión de Vettel y Heidfeld a su sexto lugar. Cuando todo parecía cuestión de resistir, algo en lo que Verdaderamente es especialista, el Toyota sufrió un fallo hidraúlico que le dejó patrullando las estrechas calles.
Jarno desencadenó un accidente, cuando Massa se encontró con él antes de la Curva 18 y evitándole hizo un trompo contra el pilar que casi le deja fuera; y con esta situación, sin opciones de esquivar o frenar se encontró Sutil, que no tuvo más opción que el choque frontal.

Nueva salida del Safety Car, que al encontrarse con los deberes hechos de todos los equipos sólo causó la neutralización de las diferencias.

Las circunstancias indicaban que Rosberg se lanzaría a por su primera victoria, pero en la reanudación estuvo más pendiente de Hamilton que de Alonso, que consiguió abrir bien el hueco con el Williams. Sin embargo Lewis se conformó, y para acabar de voltear la situación, el único piloto al ataque fue Nakajima, que atacó sin parar a Coulthard por la octava posición.
A la carrera sólo le quedaba el absurdo accidente de Räikkönen en la Curva 10 cuando era quinto. Sin ninguna necesidad retomó su costumbre de apretar en las últimas vueltas, y apurando hizo saltar al Rayo Rojo sobre las pronunciadas chinchetas del segundo eje: sin tracción ni posibilidad de girar el Ferrari voló contra el muro como un misil; nuevo regalo para McLaren, constructor líder.

La bandera damero recibió, después de mucho tiempo, a Fernando Alonso, seguido por Rosberg, aunque el pequeño ganador del Gran Premio de Singapur fue el tercer clasificado, Hamilton, por demérito de sus rivales directos.
Y Vettel, con su quinto puesto, acumula casi más puntos que los dos pilotos del equipo oficial juntos.

La conclusión fundamental es que Ferrari ha tirado el Campeonato del Mundo.
La Scudería, desde la clasificación hasta la salida del Safety Car, parecía una máquina perfecta capaz de tumbar a Hamilton; sin embargo, una vez que ha tocado improvisar la organización ha caído como una fila de fichas de dominó.
Primero los mecánicos han vuelto a fallar con la orden de salida, y como consecuencia Massa ha exhibido uno de sus peores defectos: la concentración. Sin contratiempos Felipe es un piloto intachable que se apoya sobre su talento clasificador y se vuelve inalcanzable; pero en cuanto hay una sola incidencia se pierde y comienza a encadenar errores.
El problema de Räikkönen es más difícil de tratar. Su única motivación aparentemente es romper las marcas de vueltas rápidas, lo que le lleva a arriesgar a varios kilómetros de lo aceptable, así que alguna vez tenía que pasar algo como lo que hoy le ha costado la primera posición del Mundial de Constructores a los Rayos Rojos.
La palabra desastre está muy manida para referirse a Ferrari; su temporada es simplemente demencial, un despropósito completo y, por increíble que parezca, lo peor que podría pasarle a este equipo en el que hasta los auxiliares administrativos deben estar cometiendo errores sería ganar el Campeonato del Mundo.

Renault ha sido el claro protagonista del Gran Premio; pero no sólo por el éxito de Fernando Alonso, porque Piquet puede haber sido decisivo para victoria final.

Desde Q1 se vió claramente que la influencia de El Nano sobre el coche en un circuito tan técnico era enorme. No se puede ignorar que como en otras ocasiones parecidas esta temporada el ganador lo ha decidido la suerte, encontrándose con la victoria, pero también hay que tener en cuenta que hay que arriesgar para ayudar a la fortuna - y en Renault han estado acertados con el cambio de estrategia de última hora - y luego hay que mantenerse ahí.
Una vez delante era muy complicado que a un piloto habilidoso le quitaran el puesto en esta ratonera donde la potencia es intrascendente; pero Fernando ha ido un poco más allá y ha abierto diferencias notables con sus rivales, derribadas por el mismo Safety Car que le colocó en primera posición.
En lo relativo a Piquet es simplemente asombroso: no se espera que sea como los impresionantes novatos de la temporada pasada, pero su racha es impresentable. De estar haciéndolo adrede se podría decir que salirse en la Curva 17 es sencillamente una obra de arte.

El asunto de Rosberg es algo más complejo, aunque si hubiera superado a Alonso sería seguramente el hombre del día con su primera salida. Con el mismo guión se ha encontrado en una situación propicia, pero con una diferencia sutil respecto al ganador: el tiempo transcurrido hasta recibir su
rutinaria sanción le ha permitido mantenerse arriba, puesto que cada vuelta detrás de Fisichella era una piedra para sus rivales.
Puede que la actuación de la dirección de carrera sea discutible, pero también se necesita talento para aguantar a Hamilton en los retrovisores, por mucho que no le mereciera la pena atacar. Además tiene el mérito del pionero que descubre la forma de adelantar en los callejones de la metrópolis.

Si hay un ganador sin victoria del Gran Premio de Singapur ha sido precisamente Hamilton, que puede que simplemente haya mantenido la posición que tenía antes del cataclismo del Safety Car - un tercer puesto que no es un gran triunfo -, pero paralelamente a sus compañeros en el podio se ha topado con el auténtico éxito: la debacle de sus rivales.
Lewis por fin ha actuado con cabeza y ha bajado el ritmo cuando tocaba: con unos puntos de oro y Ferrari contra las cuerdas debía olvidarse de ganar a lo campeón y centrarse, en atención al esfuerzo del equipo. No ha sido brillante como en otras ocasiones pero ha sido efectivo, aunque algún destello ha dejado, como la pasada a Coulthard.

Existe otro punto de semejanza de Hamilton con Alonso y Rosberg: corre sin compañero.
Por mucho que se critique a Räikkönen por lo menos siempre está ahí, jugandosela para perder o ganar; Kovalainen es una decepción invisible porque no está a la altura. Con un coche líder del Campeonato del Mundo Heikki debería estar haciéndole la vida imposible a Massa, una intervención con la que seguramente Hamilton tendría ya el título; pero aquel chico que asombró con el Renault da la impresión de que aún cree conducir uno.
El único problema serio de las Flechas de Plata es Kovalainen y su aporte nulo al equipo, y en Singapur ha vuelto a quedar en evidencia por pilotos que parecen merecer mucho más el volante, como Vettel, de nuevo en los
puntos.

La decepción ha sido ver caer a Webber y Trulli, por la excelente situación de El Almirante y la incógnita del resultado final de la estrategia de Toyota.
Mark, en situación parecida a Fernando, podría haber dado una interesante lucha por el primer puesto entre dos especialistas en carreras serias. Por parte de Jarno, su buen trabajo deja planteado hasta qué punto hubiera sido efectiva la estrategia del equipo, porque finalmente las pasadas han sido inevitables; parecía más bien una apuesta por una carrera parada hacia el final del segundo stint de los demás, lo que parece bastante inteligente dada su posición de salida.

Una curiosidad es el pequeño rédito de tres puntos para Heidfeld, el rey de los oportunistas una vez caído Alex Wurz, en una carrera de las suyas. Teóricamente Theissen le tiene para estas situaciones, por lo que podría estar jugándose el puesto.

El circuito es interesante aunque limitado, y la nocturnidad ha perdido importancia frente a los peligrosos muros. La pista tiene bastante margen de mejora, sobre todo en cuanto al estado del firme y a los elementos propios de Fórmula 1 como los pianos; la luz artificial por sí sola ha sido suficiente y ha dado un aspecto muy atractivo a la atmósfera del Gran Premio, aunque hay un aspecto que con diferencia podría hacer crecer al circuito: un rediseño del trazado que, entre otras cosas, elimine la absurda Curva 10.

Felicidades a Fernando Alonso, de vuelta en lo más alto, por fin con algo de fortuna, y a Nico Rosberg, que se confirma como parte importante del futuro del Gran Circo.

Enésima condena a Ferrari por su derrota y su pobre imagen, más propia de equipos sin recursos. La Scudería falla de arriba a abajo y ha regalado el Campeonato a su rival.

Enhorabuena a McLaren y Hamilton por este éxito inesperado pero trabajado; Lewis ha aprendido a economizar esfuerzos.


Partimos al final de la gira asiática, próximo destino Monte Fuji.

22 septiembre 2008

Briefing - Singapur 2008

Con sólo un punto de ventaja y la impresión de que el F2008 en condiciones óptimas es mejor, McLaren se toma a broma la carrera nocturna en Singapur ... porque puede permitírselo.
Martin Whitmarsh tiene razones para estar relajado teniendo en cuenta el futuro inmediato, y tomarse el Gran Circo como lo que es: el mayor espectáculo del mundo. Atendiendo a la ordenación de Frank Williams - motor, neumáticos, piloto, chasis - las Flechas de Plata pueden perder en la primera categoría, pero ganan con claridad en la tercera en importancia e inclinan la balanza gracias al aporte ambiental sobre sus ruedas.
Atendiendo a su extraordinario rendimiento con bajas temperaturas el Otoño sobre lo
s tres próximos Grandes Premios será un aliado decisivo, complicando especialmente las carreras a Ferrari, que sólo se encontrará con el Verano Austral en su última oportunidad, pero sometido al inestable clima de o Paulo.

Descontando la manida superiori
dad de McLaren por aportes externos, Singapur se presenta como una oportunidad perfecta para los mejores pilotos, tanto en la lucha por el Campeonato del Mundo como en el logro individual - categoría en la que la victoria de Sebastian Vettel es difícilmente superable.
Si en un circuito desconocido, en el que el
trabajo de los ingenieros pasa más desapercibido a pesar de estar forzados a romperse la cabeza al límite, deja en manos del talento del conductor la parte fundamental del resultado, en las insólitas condiciones del Gran Premio de Singapur las distancias entre monoplazas serán mínimas por la falta de precedentes.

La ordalía a medianoche significa una oportunidad para los profesionales limitados por sus coches - Kubica,
Alonso y Webber - aunque especialmente será una prueba para Sebastian Vettel, que medirá su peso en el éxito de Toro Rosso. Ordenado ya entre los grandes, las rarísimas circunstancias le vuelven a colocar en cabeza, por encima de lo que en principio el STR3 puede ofrecer en un circuito urbano, es decir, con la aplicación de potencia limitada.
Pero ante lo desconocido cabe también el oportunismo, la mezcla entre astucia y suerte, lo que significa que la sorpresa la puede dar Heidfeld, venido a más.
Todos los pilotos estarán sometidos a una desaclimatación programada, conservando los horarios europeos,
aunque evidentemente Räikkönen y Kovalainen, criados bajo el Sol de medianoche, cuentan con ventaja y serán menos propensos a los errores que según se espera se multiplicarán.
Sin embargo los únicos que van a partir
realmente con un importante extra, la experiencia reciente, son Timo Glock y Sébastien Bourdais, participantes en la carrera nocturna en Las Vegas (ganada, por cierto, por el conductor de Toro Rosso en 2005).

El circuito se presenta más cercano a Mónaco que a Valencia en términos de set up. Para establecer los reglajes, aparte de usar sus modelos, los equipos han prestado mucha atención al desarrollo del Gran Premio de MotoGP.
El trazado de 5 kilómetros tiene 23 curvas, la mayoría de 1ª y 2ª velocidad, y apenas cuenta con un par de puntos de adelantamiento, sólo aprovechables si las condiciones son óptimas - se avecina un desfile - y a pesar de contar con anchura suficiente para probar distintas trazadas, la pista está completamente encajonada entre muros.

Consecuentemente los ingenieros han desarrollado una auténtica pared para el aire, cargando aerodinámicamente el coche más que en ninguna otra carrera, debido a la lentitud de la pista observada en los simuladores.
Por otra parte los frenos se han convertido en el otro punto importante, debido a la exigencia de algunas deceleraciones y al aire caliente y húmedo que no va ayudar a su refrigeración. La llegada a la Curva 7, tras la recta trasera, se present
a como el punto más complicado, con la fuerte deceleración y el peligro de impacto.

En cuanto a las condiciones ambientales, se aproximan bastante a las de Sepang, con un 50% de posibilidad de lluvia, aunque con una caída de temperaturas a lo largo de la jornada, según avanza la tarde, lo que obliga a montar neumáticos extrablandos para compensar la falta de grip, un aspecto que no se ha podido evaluar bien.
La suspensión también parece una incógnita a despejar sólo sobre la pista, aunque en principio debería ser bastante dura.
Los libres serán fundamentales para el set up, y la clasificación esencial para el resultado en esta ratonera.

En cuanto al hecho diferencial, correr de noche, toda la infraestructura ha debido adaptarse a pesar de que la oscuridad no influye en los reglajes, descontando el progresivo enfriamiento, contrario al desarrollo habitual en otros circuitos.
Desde los neumáticos marcados con pintura reflectante y pruebas de visores de diferentes colores hasta problemas realmente serios como la lluvia; la prometida iluminación casi más brillante que de día se puede volver contra los corredores. El efecto de las luces sobre las gotas en los visores puede alterar completamente la visión de los pilotos, así como la formación de charcos o simplemente la humedad sobre el asfalto que pueden convertirlo en un espejo, consiguiendo con la exagerada potencia lumínica prometida llegar al extremo de deslumbrar.

El Gran Premio de Singapur presenta retos muy interesantes, aunque a nivel de competición pura, de carrera, está por ver si puede ofrecer algo de espectáculo.

La clasificación ha permitido comprobar la validez de algunas claves del circuito, revelando cierta igualdad en los aspirantes a ganar la carrera.
La primera ronda parecía denotar cierta debilidad en Ferrari, que de la diferencia de más de un segundo de
Glock sobre Räikkönen pasó a tener un coche en zona de eliminación y el otro en el límite. El dominio McLaren, sólo roto con una gran última vuelta de los Rayos Rojos, dejo hueco a Vettel, muy por delante de su rival directo actual, BMW.
Fisichella estrenó la seguridad de las protecciones, al quedarse sin dirección en el Force India en la zona más lenta.
Por encima incluso de Sebastian brillaba Fernando Alonso, que desde su segunda posición, sin nada que jugarse - no como su compañero - hizo un trompo en la Curva 13 en el que se salvó por poco.
La eliminación más llamativa fue la de Bourdais, que arriesgando estuvo a punto de salirse en las Curvas 16-17, porque con Piquet la irregularidad es la norma.

La segunda sesión dejó la decepcionante imagen del R28 dejando tirado a Fernando Alonso cuando más evidente estaba siendo su previsible aporte sobre el coche en este circuito. Vettel, por tanto, se hacía con todo el protagonismo justificadamente, casi lijando el muro de la Curva 20.
En la guerra de McLaren y Ferrari se invertían los resultados: los Rayos Rojos arriba, Kovalainen abajo y Hamilton sin haber marcado tiempo con una ventana para un solo intento (en su primera vuelta se saltó una chicane). El resultado final no fue completamente análogo al de Q1, porque Heikki alcanzó la segunda posición, pero Lewis quedó en el borde de la eliminación por el tráfico y sus explosivas frenadas.
Nakajima cerró una jornada redonda para Williams acompañando a Rosberg y condenando a los Red Bull; en Toyota se torció el resultado, y Trulli perdió con Glock.

La ronda definitiva demostraba que Sebastian Vettel no sólo está asentado entre los mejores: muchos de sus rivales deberían aprender de su voluntad, sin duda el principal motivo del cuarto puesto que mantuvo casi hasta el final.
El mejor tiempo de Räikkönen fue un logro bastante extraño; sus rivales se lo arrebataron con facilidad y casi le cuesta un choque en plena recta principal - acabó contravolanteando al cruzar la meta por la suciedad cogida en el arcén. Como de costumbre esta guerra parecía no ir con Kovalainen, en última posición.
Afrontaban la vuelta decisiva con Massa en la pole; Kimi era claramente incapaz de alcanzar la marca, y aunque Hamilton logró ponerse primero, fue derrotado una vez más por la discreta efectividad de Felipe, un especialista en este tipo de clasificaciones.
Los BMW por fin pudieron sobrepasar a Vettel, aunque dejando colarse entre ambos a Feyd-Rautha, quinto.

La previsión, visto circuito y clasificación, queda muy abierta, por la posibilidad de incidencias en el laberinto que influyan sobre el discurrir de la carrera.

Aunque en principio debería quedar entre Massa y Hamilton, y a pesar, sobre todo, del bajísimo nivel de Kimi en los últimos Grandes Premios, la lucha de Iceman por mantener el Ferrari en la pista es bastante sospechosa, y apunta más a estrategia que a un error en el set up.
Kubica jugará un papel muy importante, aunque queda completamente descartado para la victoria frente a equipos que pueden apostar por otras tácticas.

El podio sí queda al alcance de Sebastian Vettel, la pesadilla de Mario Theissen. Poco a poco Toro Rosso va alcanzando a BMW, y aunque en condiciones como las de Singapur se mantienen por encima y Heidfeld ha vuelto al orden, tienen a un rival implacable que no falla: si Vettel encuentra la ocasión puede ser imposible derrotarle.
Dentro de la batalla por los puntos, lo más interesante será ver hasta que punto los Williams conseguirán mantenerse en competición - especialmente en Nakajima, un poco perdido tan arriba - presionados por Toyota.

El espectáculo puede localizarse en la parte posterior, dónde Renault y Red Bull quedan frente a frente sin nada que perder, destacando la situación antinatural de Fernando Alonso, que visto su ritmo en Q1 podría haber entrado sin complicaciones entre los diez primeros.

La posibilidad de lluvia amplía más la variedad de resultados finales, siendo lo único que queda por ver en un circuito que ya ha puesto sobre la mesa sus claves más importantes.
La Curva 7 es con diferencia la más peligrosa e interesante, pero cuenta con una escapatoria más que suficiente; los baches del circuito, especialmente en este tramo, son bastante más pronunciados de lo anunciado - hay zonas en las que el asfalto tiene un apreciable color amarillo - y hacen saltar chispas que son presagio de daños en los monoplazas más susceptibles.

Singapur cuenta con la curva más absurda del Campeonato del Mundo - la décima, con tres ejes pero una trazada en línea recta - y un aspecto impactante tanto externamente como a pie de pista, realmente aparentando ser un laberinto dentro de unos muros y pilares agobiantes.
La iluminación, lejos de ser un problema, deja
la carrera prácticamente en las mismas condiciones que una diurna, ofreciendo una visión increíble de los monoplazas sobre una senda de luz perdida en la oscuridad.
La panorámica aérea del circuito-metrópolis es bellísima, única, más cerca de Akira que del Gran Circo.

No pierdas de vista a los Ferrari,
al Safety Car, a Alonso y la Curva 7.

14 septiembre 2008

Análisis - Monza 2008

Monza, lluvia y los primeros espadas en las últimas posiciones; sólo ver a Felipe Massa a punto de hacer un trompo en la vuelta de calentamiento era mejor premonición de la agitada locura que se avecinaba.
El Toro Rosso calado de Bourdais traía los peores presagios al equipo, los fallos evitables que podían tirar por tierra su mejor resultado de la temporada.

Los charcos de la pista han forzado una salida lanzada perfectamente justificada p
or el spray que hacía completamente imposible ver nada.
Vettel ha empezado con un alarde de profesionalidad, jugando con Kovalainen mientras calentaba los neumáticos en la Parabólica para neutralizar completamente el peligro.
En general se han mantenido las posiciones, a excepción del duelo de ida y vuelta de Alonso y Glock: después de que El Nano le devolviera la pasada en la primera chicane, Timo ha apretado tanto en la Variante della Roggia que se la ha comido, declarando inaugurado este punto como el más importante del Gran Premio, centro de impor
tantes maniobras y errores - Hamilton se la saltó inmediatamente intentando pasar a Räikkönen.
La situación, una vez estabilizada, tenía un resumen sencillo: Vettel escapando, competitivo bocadillo de los Toyota a Alonso - con trompo de Glock en la pelea por la séptima posición - y Fisichella humillando a Räikkönen y facilitando el trabajo a Hamilton.


Al llegar la décima vuelta el camino seco era muy
evidente para beneficio de los fuertes, especialmente para Ferrari, con una mejora sustancial de los tiempos medios. A pesar de la clase magistral de Físico sobre tapar huecos, Iceman pudo imponer la superioridad del Rayo Rojo en la recta tras fallar en el resto de puntos de pasada; a Lewis le llevó una vuelta, pero Giancarlo casi da el golpe al aprovechar el rebufo del McLaren para intentar devolvérsela en la Variante del Rettifilio.
Frente a frente, la autoridad y facilidad con la que Hamilton ha adelantado al confiado Kimi en Lesmo 1 ha sido asombrosa; seguramente el lugar elegido era completamente inesperado, pero el Ferrari ha dejado toda la trazada libre a un piloto agresivo que no suele desaprovechar las oportunidades. La remontada de Lewis superaba su escollo más complejo y cedió la atención al combate de Massa contra Rosberg.
Felipe ganaba y perdía contra Nico, que recuperó su posición por inteligencia obligando a Massa a esforzarse al máximo: después de una gran pasada del Rayo Rojo en la Variante della Roggia y la discutible orden de dejar pasar al Williams, el cambio de puestos se culminó por velocidad en la recta principal.

Reclamando su cuota de atención, Coulthard impactó con el Force India de Fisichella, que salió derecho en Lesmo en el único incidente con eliminación en Monza.
Hamilton proseguía imparable, con una colección de adelantamientos impresionantes hasta el final del stint: cayó Heidfeld, apretó a Glock hasta que se encontraron con Kubica y pasó a Timo en la primera chicane - arriesgándose a chocar con el BMW y obligando al Toyota de manera bastante sucia a pisar la hierba para mantener la posición -, engañó a Robert moviéndose de fuera a dentro en la Variante della Roggia, adelantó por pura potencia al Renault de Alonso, superó a Trulli con tanta velocidad que tuvo que repetir en la siguiente vuelta al saltarse la Variante del Rettifilio y finalmente pasó a Nico Rosberg en la recta principal colocándose segundo.

Mientras, llegó el primer pit stop de Vettel, que mantuvo los neumáticos de lluvia extrema confiando más en las predicciones que en el estado de la pista, con la confianza de los once segundos sobre Kovalainen.
Las víctimas de la Flecha de Plata se recuperaban del shock compitiendo: Glock adelantó a Kubica y Alonso, ambos con un ritmo notablemente bajo, dejando formado un trenecito al que se unieron Heidfeld y Räikkönen y en el que quedaron bloquedos Webber y Massa tras su parada.
La ronda de repostajes apenas supuso cambios, excepto en el caso de Rosberg que quedó con la manguera enganchada. Coulthard fue el primero en probar con neumáticos intermedios, estrenados con poco éxito en la antigua trazada de la recta principal.

Con la pasada de Räikkönen a Trulli, que le colocó octavo, las primeras posiciones quedaban casi definidas: Vettel con doce segundos de ventaja sobre Kovalainen, ambos separados de Kubica, Webber, Massa y Hamilton - con el BMW pendiente del primer pit stop, que se junto con el segundo de la mayoría en busca de neumáticos mixtos.

La segunda parada de Hamilton - contra su voluntad como les ocurrió a unos cuantos - le dejó delante de Webber, que había dejado escapara a Räikkönen víctima de un trompo. En principio el Red Bull tomó la delantera con autoridad, haciendo inútil un ataque en Biassono, pero el McLaren parecía imbatible y una vez más ganó un puesto en la Variante della Roggia, colocándose a ocho segundos de Massa marcando vueltas rápidas.
El osado Alonso vió premiado el inteligente movimiento - calzar los mixtos - con la cuarta posición, protegido en esta ocasión por el otro BMW; Massa apretaba deseperadamente, rodando en paralelo con Heidfeld, intentando escapar de lo que ya tenía encima: el McLaren de Lewis.

En tierra de nadie Räikkönen adelantó a Nakajima, y Button peleaba con Coulthard detrás de Piquet, que se dedicaba a hacer off road viendo en peligro su novena posición. La apuesta loca de
los Honda y El Almirante, entrando a por ruedas de seco, dejó a Nelsinho sólo ante Iceman; sobrepasado por la situación el Renault ni siquiera trazó la primera curva cuando fue superado.
La misma presión era la que sentía Massa, la que le llevaba a saltarse la Variante della Roggia, con la Flecha de Plata en los retrovisores; pero cuando parecía que se iba a vivir un final épico el ritmo de Hamilton cayó abruptamente y se vió defendiéndse de Webber, echando otra vez mano de tácticas prácticamente antideportivas para defender la posición.

A la carrera sólo le quedaba un choque entre Nakajima y Coulthard en la Parabólica, que quedó sembrada de restos que Massa llegó a pisar sin consecuencias.
La bandera damero coronó a un nuevo príncipe del Gran Circo, Sebastian Vettel, con una seguridad impresionante, acompañado por Alonso repitiendo el mejor resutado de la temporada, y Massa arañanado un punto para la victoria final del Campeonato del Mundo.

La conclusión es que los principales equipos han pagado caro sus errores.
Toro Rosso ha conseguido una victoria impecable basada en la efectividad de Vettel, que sólo ha salido puntualmente de la regularidad para tomar un poco alto algún piano, pero se ha visto cimentada fundamentalmente en las circunstancias: la salida lanzada ha anulado el posible ataque de Kovalainen, el pronóstico metereológico ha dejado a todos los monoplazas sobre los poco efectivos neumáticos de lluvia y la mejora no planificada de la pista al final de la carrera ha mandado al pit lane a todos los que apostaron por una sola parada. Aunque el mérito se desplaza a la clasificación, estas condiciones han supuesto un Gran Premio complejo en el que Sebastian ha cumplido y ha ganado con justicia y autoridad: hay que estar ahí.

Un análisis parecido se puede hacer del resultado de Kubica y Alonso, con sus monoplazas a un ritmo notablemente menor que los demás - principal diferencia con el STR3 - que hasta cierto punto se han encontrado con el resultado. En su caso el aporte fundamental lo ha puesto su talento para defenderse de coches más potentes - beneficiados por luchas entre los perseguidores - y una apuesta arriesgada con los neumáticos.
Fernando ha estado impecable, obteniendo el máximo del Renault asumiendo una estrategia diferente cuando contaba con resultado suficiente; más llamativo ha sido el caso de BMW, en tercera y quinta posición pero con un rendimiento bastante bajo que ha dejado a sus pilotos a la defensiva.

Los grandes perdedores han sido los competidores por el Campeonato del Mundo. Ferrari y McLaren han sido castigados por sus fallos en clasificación, aunque con distinta interpretación de su actuación en carrera.
En Ferrari hay dos culpables del golpe de Monza: los pilotos. Decir que Massa ha estado bien es preocupante, porque el motivo de esta conclusión es que se esperaba mucho menos de él en agua; ha sido uno de los principales perjudicados por la última parada forzosa, pero su capacidad nula en mojado y la tensión observada con la Flecha de Plata en el retrovisor deben preocupar en Ferrari, porque éste es su aspirante al título.
Por otra parte el regalo de Räikkönen, un antiguo Reinmeister, a Hamilton ha sido casi el remate para la Scudería: si Iceman hubiera hecho bien su trabajo, aún saliendo sin puntuar hubiera dejado a Felipe como líder del Campeonato del Mundo; pero Kimi trazó Lesmo, con el McLaren pegado, tan abierto y lento que se puede decir que tuvo suerte de no tener detrás a Piquet y Nakajima.

Los resultados de Heikki y Lewis dejan una impresión totalmente distinta de éxito y fracaso.

El segundo puesto de Kovalainen sería un gran resultado, si no hubiera ganado una carrera libre de incidentes un Toro Rosso sin ningún problema; doce segundos de diferencia en los momentos críticos deberían avergonzar a Feyd-Rautha, que parece haberse dedicado a pasear cuando no tiene ningún compromiso más allá de ganar Grandes Premios, y más viendo lo que su compañero es capaz de hacer.
Con sólo una parada seguramente el protagonista único sería Lewis Hamilton, que ha brillado con intensidad durante toda la jornada: la serie de adelantamientos a pilotos muy complicados, que Kimi ha sido incapaz de superar, que le ha dejado detrás de Massa habla claro sobre su superioridad, por la que Felipe parece más una víctima que un rival.
Su adaptación al McLaren es perfecta, y con el error estrátegico bien asumido por parte del equipo, si hay más carreras que beneficien a la Flecha de Plata tiene el Campeonato del Mundo en la mano.
Siete posiciones detrás de Felipe neutralizadas y un sólo punto perdido cuando las cosas se dan mal: la presión está completamente justificada.

Monza deja la duda sobre lo que Bourdais podría haber hecho si el Toro Rosso no se hubiera negado a arrancar, y el listón muy alto para el próximo circuito a estrenar.
Valencia y Singapur se presuponían de bajo nivel, pero además van a sufrir el error de planificación que los ha dejado adosados a dos circuitos de verdad, marcando unas diferencias escandalosas.



Felicidades a Kubica y Alonso por su gran resultado
, recompensa de correr riesgos, y ánimo a Bourdais por la decepción en el que podría haber sido su Gran Premio.

Gracias de nuevo a Hamilton, por entregarlo todo sobre la pista y dar un espectáculo maravilloso, convertido en el pilar central del Gran Circo.

Enhorabuena a Vettel, el joven prodigio que asombraba marcando los mejores tiempos como piloto de pruebas de BMW con 19 años, augurando esta victoria que a su vez es un presagio de un posible Campeón del Mundo. Apenas hay forma de describir el éxito aplastante del más precoz en conseguir pole y victoria.


Partimos hacia el noctámbulo Singapur.

10 septiembre 2008

Briefing - Monza 2008

El Gran Premio de Italia se viene encima casi por sorpresa, cuando el ruido de la enorme carrera vista en Spa-Francorchamps - y sus consecuencias - aún truena. Puede que Monza sea sencillo, pero es uno de los poquísimos circuitos clásicos que, con rivales inspirados, puede ofrecer un buen espectáculo como sucedió en 2007 con el duelo Räikkönen-Hamilton. El Templo de la Velocidad es un destructor de motores, lo que en esta temporada con altísima fiabilidad puede suponer una característica especialmente peligrosa para los anfitriones. McLaren llega a una pista de potencia, en la que se prevee la aparición de la baja temperatura que tan bien le sienta a sus monoplazas, con un aporte de motivación importante: el deseo de dar un golpe vengativo en el hogar de Ferrari.

La posibilidad de tormentas deja apartado a Massa, aunque es descartable incluso sin ellas por las cuentas pendientes.
Lewis Hamilton es el encargado de ejecutar la vendetta
en la que también tiene parte y Kimi Räikkönen, sin absolutamente nada que perder, la baza de Ferrari; con los sucesos del Gran Premio de Bélgica muy frescos, da la impresión de que en esta carrera poco importa el Campeonato del Mundo: Iceman se lanzará a la desesperada a por la victoria que tanto necesita y que, según las circunstancias, podría salvar su temporada, y Hamilton luchará en el duelo asumiendo todos los riesgos necesarios quizá con la visión, más allá de la rabia, de provocar una situación insostenible en la Scudería.

Ganar este Gran Premio supone algo más que 10 puntos.

Dejando aparte la pelea de gallos, el equipo que será atentamente observado es Toro Rosso que, crecido por los resultados y, sobre todo, el ritmo exhibido, llega a un circuito que cuenta con unas cualidades óptimas para el STR3.
Aún por detrás de BMW, podrían dar la sorpresa si Kubica y sus ingenieros viven otra jornada aciaga - cada vez más frecuente - y Heidfeld vuelve a la senda irregular de malas clasificaciones. En cualquier caso, en Monza, Vettel y Bourdais son los rivales directos del equipo de Theissen, con más facilidad para defender la posición y sectores de alta velocidad para exprimir al máximo el motor Ferrari.
¿Evitará Mark Webber que Red Bull se vea reviviendo la situación de Honda?.

Poco más interesante se espera: comprobar si Fernando Alonso es capaz de mantener el notable rendimiento de la última carrera y si los Toyota han tenido un pequeño bache - justificable en parte por el incidente de Trulli en la salida del último Gran Premio.
En cualquier caso, con las exigencias de Monza en cuanto a alta velocidad, no se esperan diferencias apreciables en los resultados, que variarán en función del piloto más que del monoplaza, por lo que El Nano y Verdaderamente, renacido con extraordinaria habilidad, cuentan con cierta ventaja en la lucha por los puntos.


La clasificación sobre mojado ha reincidido en algunos tópicos como los torpes errores de algunos equipos
punteros y la alergia de Massa al agua; pero más que nada ha servido para recordar que, en algunas ocasiones, el Gran Circo es un lugar maravilloso.

La primera ronda se ha disputado con neumáticos de lluvia extrema en una pista encharcada que poco a poco ha ido mejorando, viendo un salto importante de los tiempos hacia el final, lo que ha sentado un precedente terrible para Q2.
Heidfeld ha inaugurado la escapatoria a la salida de la variante Ascari, uno de los lugares más visitados de Monza; los Renault han sido pioneros en dos trazadas imaginativas de la Variante del Rettifilio bastante imitadas en adelante: Alonso saltándose la chicane con un estilo clásico y Piquet haciendo la prolongación natural de la recta principal, esquivando las vallas que intentan reducir la ventaja de este camino.
Glock empezó a destacar pronto, recuperando la primera plaza cada vez que los McLaren se la quitaban, hasta la extraordinaria vuelta de Kovalainen que obligó a Hamilton a volar sobre los pianos de la Variante della Roggia sólo para ser segundo.
A media sesión Sutil había llegado a alcanzar el tercer puesto y Massa era penúltimo.

La parte final se desarrolló sin lluvia para alivio de Ferrari, haciendo la clasificación bastante inestable
exceptuando el dominio de Feyd-Rautha. Con Felipe salvado de golpe - segundo mejor tiempo - la situación de Renault se hacía complicada, con los pilotos probando el exterior de la pista y excluyéndose mutuamente.
Con el tiempo cumplido, y Nakajima y Piquet eliminados, llegó la intervención decisiva de Fisichella, que alcanzó la Q2 a costa de hundir a Honda.

La segunda sesión volvió a suponer un golpe de autoridad de Kovalainen, el mejor desde el primer intento, pero sobre todo dejó en evidencia un fallo de planificación de los tres equipos punteros, que a
punto estuvo de ser una completa calamidad para los Rayos Rojos: Räikkönen, Massa, Kubica y Hamilton esperaron demasiado para salir - en el caso de McLaren con dudas sobre el tipo de neumático - sin contar con el empeoramiento de las condiciones ambientales.
El lamentable resultado fue la caída de Kimi y Lewis sin escapatoria, contando sendos trompos en Ascari por ir al límite completamente desesperados, y la competición de Kubi
ca y Massa por el décimo puesto, contra todo pronóstico robado por Felipe cuando todo parecía perdido, a pesar de sus momentos off road.
Robert probó el camino de Iceman y Hamilton en la décima curva inutilmente, quedando eliminado como ellos mientras Vettel asombraba con el mejor tiempo.

En la ronda definitiva se pudo ver lo rápido que se aprenden algunas lecciones: el Ferrari superviviente peleaba por colocarse lo más cerca posible del semáforo del pit lane. A pesar de que la lluvia aflojaba un poco Heikki parecía condenado a la pole con todos sus rivales fuera del combate: superando a Massa por más de un segundo, Bourdais y Webber se colocaban entre el Ferari y la Flecha de Plata.

La sorpresa la puso Sebastian Vettel superando a Kovalainen, imbatible hasta ese momento, en unas condiciones muy dificiles. Alonso, Glock y Heidfeld no levantaban cabeza - con salidas de pista incluídas de Fernando y Timo - y descontando posibles estrategias eran los únicos incapaces de conseguir mejor tiempo que Felipe.
El piloto que se vió más apurado por el estado de la pista fue Bourdais, que en su afán de imitar a su compañero fue víctima de Ascari superando todas las salidas precedentes: el Toro Rosso alcanzó la escapatoria de asfalto a tanta velocidad que sus trompos se extendieron hasta el otro extremo, cerca del muro interior, con el que estuvo muy cerca de chocar; una vuelta más tarde se recuperó logrando el tercer puesto, que finalmente cedió ante Webber.
La emoción se acentuaba en los últimos instantes, por la posibilidad de que Vettel conservara la primera posición frente a Heikki, descartados Rosberg, quinto, y Massa, sexto: en su última oportunidad Kovalainen se quedó corto y Sebastian se convertía en el poleman más joven de la historia.

La previsión, a pesar del extrordinario éxito de Toro Rosso, debe ser una victoria sencilla de Heikki,
especialmente si se mantiene la humedad y temperatura y Felipe queda atrás; sin embargo un error singular de Feyd-Rautha, de los que tiene costumbre, podría convertir la carrera en un duelo apasionante si Vettel consigue mantenerse delante.
Si las condiciones empeoran, más allá de disolver a Massa seguramente convertirán la carrera en un sorteo en el que Räikkönen y Hamilton podrían tener mucho que decir si los incidentes encajan con su estrategia - sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias que han eliminado al efectivo McLaren. En cualquier caso, con Kubica delante, su duelo-remontada debe convertirse en el mayor espectáculo del Gran Premio d'Italia.

El resultado de Rosberg es bastante llamativo, y podría ser el más beneficiado en la zona de puntos, puesto que parece haber reservado más que Webber y los Toro Rosso, con una impresión del Williams por encima de la de Renault y Toyota, que a una sola parada con un rendimiento no muy alto pueden llevarse una sorpresa.
En la misma línea están los BMW, que sencillamente han estado poco brillantes, pagando en parte el error del equipo que ha condenado a Kubica.

Monza promete un enorme espectáculo, con un joven talento cerca de ganar su primera carrera e iniciar una leyenda, y un grupo de pilotos habilidosos y agresivos forzados a luchar contra la pista, contra monoplazas menos potentes y entre ellos. En cualquier caso, independientemente de que llueva o no haya ni un sólo cambio de posición, la emoción está asegurada ... casi tanto como la intervención del Safety Car y el correspondiente sorteo de resultados.

No pierdas de vista a Hamilton, los repostajes, a los Toro Rosso y la Variante Ascari.

07 septiembre 2008

Análisis - Spa-Francorchamps 2008

El desquiciado clima de Las Ardenas trajo lluvia en las horas previas al Gran Premio, amenazando con convertir Spa-Francorchamps en una pista de exhibición para los McLaren.
A pesar de reducirse la posibilidad de precipitaciones hasta localizarse en las últimas vueltas, el cielo cubierto y la baja temperatura daban ventaja a largo plazo a las Flechas de Plata, así como la menor
humedad de la trazada suponía una ayuda inmediata para el arranque.

La salida, sin embargo, ha dado la vuelta a todas las previsiones por la falta de agarre de los McLaren: aunque Hamilton ha mantenido el puesto con facilidad ha tenido inmediatamente a sus rivales encima, pero mucho más desastroso ha sido el caso de Kovalainen, que sin grip ha sido superado por ocho coches mientras quedaba casi clavado en su plaza.

Los mejores han sido Trulli y Bourdais, imparables por el interior, aunque su posición cerrada en La Source destrozó su gran arrancada: superado, el Toro Rosso impactó con el Toyota, mandándole hacia atrás a costa de parte de su alerón delantero, lo que sorprendentemente no impidió a Sébastien mantenerse en cabeza.

Alonso y Räikkönen cogieron desprevenido al grupo
tras verse obligados a rodar por el exterior de La Source empujados por Trulli con una recuperación impresionante: El Nano se colocó cuarto y Iceman se lanzó a por su compañero, con el que compitió en paralelo durante toda la recta de Kemmel.
No fue el último momento de protagonismo de Verdaderamente en la primera vuelta, puesto que con un trompo en la entrada de Bus Stop obligó a la mitad del grupo a echar mano de su imaginación para crear un camino.

Kimi ponía la emoción pegado a Hamilton en Eau Rouge, culminando un incontestable adelantamiento por velocidad en Kemmel que dejaba a Lewis contra las cuerdas: Iceman hacía valer su autoridad y experiencia de forma humillante para los McLaren, aunque sin conseguir escapar definitivamente.
Estabilizada la situación el foco pasó a Kovalainen, que se colocó octavo
con tres adelantamientos seguidos: a Glock, Heidfeld y Piquet, haciendo en el último una exhibición de potencia en el tercer sector. De hecho Nelsinho volvió a ser superado por El Bueno de forma bastante previsible en Kemmel y contra todo pronóstico por el pesado Toro Rosso de Vettel, que llegó primero a Bus Stop.
La situación confirmaba el gran éxito de Räikkönen, a la vista del ritmo de Hamilton, con el hubiera estado volando solo en cabeza; y el excelente trabajo de Alonso, que rodaba con comodidad más cerca de Massa que de su perseguidor Bourdais, el otro piloto que asombraba por su profesionalidad manteniéndose competitivo con la aerodinámica dañada.
Feyd-Rautha proseguía con una actuación que empezaba a ganar la categoría de memorable al adelantar a Kubica en Kemmel; pero Kovalainen cometió un error asumiendo demasiados riesgos para pasar a Webber y lograr el sexto puesto debido a un exceso de velocidad en Bus Stop sin tener el espacio ganado. Resultado: impacto con El Almirante, trompo del Red Bull, Robert recuperando la posición y drive through para Heikki.

El primer pit stop supuso un golpe de suerte para Iceman, puesto que su parada y la de Hamilton dejaron a ambos por delante y por detrás, respectivamente del grupo de Bourdais, Kubica y Kovalainen.
La intensidad de la carrera empezaba a bajar, trasladándose a batallas más intrascendentes: Heikki se unió al duelo de Coulthard con Barrichello, que tras varias pasadas mutuas terminó con el Honda en el box por culpa del cambio. Poco antes Piquet había abandonado al chocar en la Curva 12 de una forma un poco incomprensible.
Por delante, sobre la zona de puntos, los Toro Rosso y BMW establecían un duelo doble después de que Nick pasara a Glock en Les Combes: Bourdais, Kubica, Vettel y Heidfeld, del quinto al octavo. El final del
segundo stint llegó con Räikkönen cada vez más seguro - 6 segundos sobre Hamilton -, casi tanto como Alonso, que parecía correr solo, a treinta segundos de Massa y diez por delante de sus perseguidores.

Kimi y Lewis realizaron la segunda parada simultáneamente, en una maniobra muy inteligente de
McLaren que neutralizó la diferencia.
Kovalainen consiguió pasar a Webber en pista, mientras Vettel
ganaba al posición a Kubica en el pit lane, aprovechando un desastroso repostaje de BMW del que también sacó partido Heidfeld, pegándose a Sebastian.

A cinco vueltas, con todo decidido, Spa-Francorchamps demostró lo que un circuito de verdad es capaz de aportar, aumentando el nivel del espectáculo hasta lo que su merecida fama marca.
Hamilton no había aflojado en absoluto, a dos segundos de Räikkönen, cuando empezó a llover en algunas zonas del circuito: estimulado por las circunstancias el McLaren cazó al Ferrari en un fin de carrera que prometía ser antológico.

El primer intento se produjo en Bus Stop, punto en el que una vuelta antes había perdido gran parte de la ventaja peleando por mantener la trazada, donde Lewis tuvo que saltarse la contracurva de la chicane a consecuencia de un ligero choque con el Rayo Rojo. El McLaren cedió la posición lo justo para volver al
ataque inmediatamente, en La Source, punto al que Räikkönen llegó tapando a la desesperada los huecos en la recta principal: Hamilton tomó el exterior en una emocionante maniobra sobre la pista deslizante que también tuvo contacto entre ambos monoplazas sin consecuencias.

La tensión del momento y la lluvia cada vez más intensa llevó a ambos a rodar por las escapatorias
evitando a Rosberg; de hecho Lewis hizo un trompo en Pouhon que contra pronóstico fue imitado por Räikkönen, regresando a la situación inicial.
Vendiendo cara la victoria Iceman apretó sin tener en cuenta las condiciones cada vez más complicadas de la pista, estrellando lamentablemente el Ferrari contra el muro.
Para asombro del pitwall, Renault hizo entrar a Alonso tomando una decisión muy discutible al contar con una enorme ventaja; la situación contraria a la que se encontraba Heidfeld, que sin mucho que perder montó neumáticos de lluvia aumentando su rendimiento lo suficiente para recortar en una vuelta el espacio perdido con los Toro Rosso, a los que pasó casi simultáneamente en una única maniobra en la zona de Stavelot.

Superando serios problemas para mantener al McLaren en pista, la bandera damero recibió a Lewis Hamilton como ganador de una carrera histórica, con uno de los finales más emocionantes de las últimas temporadas, casi de otro tiempo.
Heidfeld fue tercero con la arriesgada apuesta de BMW y Alonso, sobre la línea de meta, consiguió rebasar a Vettel por el cuarto puesto, en una llegada igualmente trepidante.

Una de las tres conclusiones principales del Gran Premio de Bélgica es la confirmación de que el STR3 es el mayor salto tecnológico de la temporada.
En un circuito tan duro ha quedado claro que los ingenieros han sido capaces de obtener el máximo rendimiento del motor Ferrari, dominando en las zonas de potencia, con el equipo a su altura sorprendiendo con las estrategias - con algo de suerte. Sobre la pista los pilotos brillan demostrando un talento asombroso que se está transformando en una serie de resultados impensables al principio de la temporada: Bourdais compite estrechamente con Glock como revelación del año - rivalidad en la que
evidentemente queda fuera Piquet, que ha vuelto a la senda de la decepción en un accidente sin explicación.

En BMW la regularidad es una seña de identidad, y sigue funcionando el principio de que una parte del equipo responda cuando la otra falla.
El pit stop desastroso de Kubica, por otra parte con un ritmo bajo durante todo el Gran Premio, fue el golpe de suerte que necesitaba Vettel y el contraste con Heidfeld, muy por encima de su compañero durante el fin de semana. Nick fue el único capaz de plantar cara a los imparables Toro Rosso, una actuación destacable antes de que la lluvia hiciera crecer al rey del oportunismo. El clima, y una decisión equivocada, provocaron el desperdicio de la gran carrera de Fernando Alonso, que aprovechó la guerra de Bourdais para rendir con un ritmo impecable en una situación muy cómoda; por ese motivo realizar una parada a dos vueltas del final cuando le bastaba con aguantar resulta incomprensible. Debido a ese error, la extraordinaria última vuelta de El Bueno le sacó del podio, por lo que tuvo que dar un fuerte golpe de habilidad y, sobre todo, agresividad para adelantar a Vettel en una llegada a meta increíblemente emocionante.

La segunda observación básica es el nivel de Hamilton-McLaren en comparación con los rivales.

El apasionante fin de carrera ha coronado definitivamente a Lewis, ofreciendo junto a Kimi un espectáculo de otra época: nunca se dió por vencido a pesar de que el resultado era suficiente, y la complicación de las condiciones del circuito fue el estímulo para lanzarse a por la victoria a cualquier precio.
A pesar del riesgo que implica para el equipo este comportamiento, la Flecha de Plata merece un reconocimiento unánime por la histórica secuencia; como Iceman, que debería haber tenido recompensa.

Con los dos Campeones del Mundo
bajos de forma y casi desaparecidos, un compañero que no alcanza su nivel de habilidad y BMW aún lejos del ritmo de victoria, el único rival de Hamilton es Felipe Massa.
La evidente diferencia de talento deja al piloto de Ferrari apoyado únicamente sobre su regularidad, lejos de los momentos brillantes que sólo aporta Kimi como los observados en Spa-Francorchamps, lo que deja el camino de Lewis muy despejado por los baches que atraviesa la Scudería y la alta solubilidad de Massa - demostrada de nuevo en este Gran Premio.

La conclusión más importante es que el increíble escenario de Las Ardenas establece una comparación odiosa con el resto de las pistas.

Con la exhibición de Hamilton, ofrecida en gran parte gracias a las características de Spa-Francorchamps, el Gran Circo ha alcanzado un nivel perdido con las últimas incorporaciones al calendario; el increíble final certifica la merecida fama de esta pista mágica y hace aún más injustificables algunas decisiones.
FIA y FOM, enemigos declarados del espectáculo, han quedado en evidencia.

La discutible sanción a Hamilton ha enturbiado el gran nivel de las últimas vueltas, volviendo a los mejores tiempos del Kaiserreich, cuando el reglamento se aplicaba de forma tan estricta como arbitraria; con los mismos o distintos protagonistas, pero cambiando el orden de los equipos, resulta impensable una intervención así por parte de la dirección de carrera, que aprieta el Campeonato del Mundo ... pero a qué precio.
Por otra parte las dos semanas de Valencia a Spa han sido un enorme viaje que deja a Ecclestone sin excusas: la diferencia entre las pistas es tan abismal que las decisiones del FOM a la hora de incorporar circuitos deberían replantearse.

Con la diversión ofrecida por Spa-Francorchamps, si hay que incluir un Gran Premio de Europa: ¿por qué no repetir Eau Rouge?.

Enhorabuena a Toro Rosso por el nivel alcanzado, y a Alonso y Heidfeld por la épica culminación de la carrera.

Un reproche a la FIA por su vuelta a unos tiempos que se creían extintos, arruinando la competición. Adulterando los resultados hubiera sido infinitamente más justo devolver a Iceman la victoria arrebatada.

Muchísimas gracias a Lewis Hamilton y Kimi Räikkönen por un momento histórico, un increíble duelo que hace afición; los dos pilotos han demostrado un altísimo nivel, inalcanzable para los demás, en un espectáculo difícil de olvidar.


Levamos anclas hacia el Templo de la Velocidad, Monza.