28 septiembre 2008

Análisis - Singapur 2008

El desafío a la estadística que suponía la ausencia de lluvia presagiaba un atasco de millonarios en las calles de Singapur; por tanto el arranque se convirtió, a priori, en el único punto decisivo para decidir la victoria descontando sorpresas.

La salida era la gran prueba para los McLaren, que la afrontaron con una buena intervención pero distinto resultado: Hamilton aguantó con facilidad a Räikkönen y se pegó a Massa, mientras que Kovalainen consiguió remontar hasta alcanzar a Kubica; pero se rozó con el BMW al colocarse en paralelo, cayendo hasta la séptima posición, justo por delante de Heidfeld. En medio del ataque del McLaren Vettel llamaba la atención por una defensa tenaz de la trazada, que mandaba a sus rivales por el arcén.
El gran protagonista de la carrera comenzaba a asomar apoyado sobre unos reglajes muy ligeros: Nakajima quedó a expensas de Fernando Alonso, que aprovechaba el bloqueo de los Williams a manos de Trulli, que con un Toyota pesadísimo revelaba las intenciones del equipo de apostar por una sola parada.

En cabeza la situación pronto se hizo muy estable, al escaparse Hamilton y Massa de Iceman, manteniendo la distancia constante entre ambos. Hasta el repentino despertar de Kimi para empezar el duelo de vueltas rápidas entre los Ferrari, en el que se comía al McLaren, todo apuntaba a que el ganador se decidiría en el pit stop. Ni siquiera llevarse piezas perdidas por delante frenaba a Felipe, lanzado a una nueva victoria de piloto infalible.
El centro de atención, por tanto, se trasladaba al esfuerzo defensivo de Jarno, que mantuvo a raya a Rosberg aliado con el circuito, hasta que Nico dió con la clave: arriesgando en la Curva 6, por el exterior, obtuvo velocidad suficiente para afrontar el fin de recta por delante del Toyota, clavando los frenos
dentro de la peligrosa Curva 7. Una vez ejecutada la maniobra Nakajima y Alonso pasaron a Verdaderamente, en el caso del Renault calcando el movimiento, poniendo en peligro la estrategia de Toyota.

El Nano fue el primero en repostar, con la impresión de un cambio de planes con una parada bastante larga.

El final del primer stint se acercaba sin novedad, hasta que de repente llegó el punto de inflexión de la carrera, protagonizado como es habitual por Nelsinho Piquet.
El novato volvió a sorprender a propios y extraños con su curioso sentido de la oportunidad y su capacidad para tener accidentes en lugares inverosímiles: en esta ocasión el Renault se adelantó al peligroso giro bajo las gradas, cuya escapatoria tuvo que visitar Bourdais, eligiendo tomar la inofensiva Curva 17 a tanta velocidad que el coche giró sobre el eje delantero estrellándose contra el muro de la parte interna de la recta.

La salida del Safety Car provocó un drama en el pitwall - excepto en Renault, lógicamente, y Red Bull, repostando en ese momento - que se convirtió en tragedia para Ferrari.
Kubica y Rosberg no pudieron esperar más, garantizándose una sanción, aunque no fueron los peor parados del inoportuno cierre del pit lane: cuando mejor rendían los Rayos Rojos se vieron obligados a parar a la vez con la consiguiente espera y pérdida de tiempo de Iceman, totalmente inútil por un error en la rutina
de parada de Massa, que recibió la orden de salir con la manguera enganchada. Felipe arrastró la manguera hasta el final de la calle, dónde tuvo que detenerse y esperar a la llegada de sus mecánicos; resultado final: los dos monoplazas en las últimas posiciones, el regalo perfecto para McLaren.

La situación daba unos sorprendentes competidores por la victoria: Rosberg y Kubica, primero y cuarto pero pendientes de sanción, entre ellos Trulli y Fisichella, pendientes de su primera - y única - parada, y detrás Alonso, Webber y Coulthard. La presencia de Físico daba un colchón enorme a Nico y Jarno, suficiente como para que junto al retraso al anunciar su penalización de 10 segundos permitiera a Rosberg volver en cuarta posición con sus cuentas pagadas.
El incidente revitalizó a Hamilton y desmoralizó completamente a Felipe, que empezó a cometer errores peligrosos y, como las desgracias no vienen solas, fue castigado con un drive through por el desastre del equipo en su parada. A pesar de todo Massa fue el único capaz de adelantar - nada menos que a Kubica - cuando la carrera se centraba alrededor de tres bloqueos: Coulthard a Hamilton, Vettel a Heidfeld, después de perder la novena posición contra Glock, y Button a Kovalainen y Räikkönen.
Webber desapareció de la escena hacia su box con problemas en la transmisión después de haberse comido la primera chicane.

Poco a poco, cumpliendo con sus obligaciones, la cabeza iba variando, y en su nueva posición, octavo, Jarno Trulli se esforzaba en aguantar a Nakajima y Räikkönen; por primera vez el piloto de Williams sacó los dientes y atacó con éxito a Jarno, abriendo el camino a Iceman para preocupación de Toyota.

Con la reordenación casi completa la situación comenzaba a estar más clara: Alonso líder, Rosberg solo y El Superhéroe en tercera posición aguantando a Hamilton. El adelantamiento de la Flecha de Plata parecía imposible - no queda claro si por falta de capacidad o de intención - pero Lewis se vió obligado a una pasada esencial, que realizó calcando la del pionero Rosberg y aprovechando la reincorporación de El Nano por delante de ellos.
La entrada simultánea de Hamilton y Coulthard dejó clara la importancia de este adelantamiento, aunque pudo haber sido completamente innecesario porque en Red Bull estuvieron a punto de imitar el repostaje de Massa.

Alonso y Rosberg tenían las dos plazas de podio aseguradas por una gran ventaja - a pesar del acoso de Iceman, con una parada pendiente que le dejó quinto.
Más complicadas eran las cosas para Trulli, convertido en actor principal en principio por la presión de Vettel y Heidfeld a su sexto lugar. Cuando todo parecía cuestión de resistir, algo en lo que Verdaderamente es especialista, el Toyota sufrió un fallo hidraúlico que le dejó patrullando las estrechas calles.
Jarno desencadenó un accidente, cuando Massa se encontró con él antes de la Curva 18 y evitándole hizo un trompo contra el pilar que casi le deja fuera; y con esta situación, sin opciones de esquivar o frenar se encontró Sutil, que no tuvo más opción que el choque frontal.

Nueva salida del Safety Car, que al encontrarse con los deberes hechos de todos los equipos sólo causó la neutralización de las diferencias.

Las circunstancias indicaban que Rosberg se lanzaría a por su primera victoria, pero en la reanudación estuvo más pendiente de Hamilton que de Alonso, que consiguió abrir bien el hueco con el Williams. Sin embargo Lewis se conformó, y para acabar de voltear la situación, el único piloto al ataque fue Nakajima, que atacó sin parar a Coulthard por la octava posición.
A la carrera sólo le quedaba el absurdo accidente de Räikkönen en la Curva 10 cuando era quinto. Sin ninguna necesidad retomó su costumbre de apretar en las últimas vueltas, y apurando hizo saltar al Rayo Rojo sobre las pronunciadas chinchetas del segundo eje: sin tracción ni posibilidad de girar el Ferrari voló contra el muro como un misil; nuevo regalo para McLaren, constructor líder.

La bandera damero recibió, después de mucho tiempo, a Fernando Alonso, seguido por Rosberg, aunque el pequeño ganador del Gran Premio de Singapur fue el tercer clasificado, Hamilton, por demérito de sus rivales directos.
Y Vettel, con su quinto puesto, acumula casi más puntos que los dos pilotos del equipo oficial juntos.

La conclusión fundamental es que Ferrari ha tirado el Campeonato del Mundo.
La Scudería, desde la clasificación hasta la salida del Safety Car, parecía una máquina perfecta capaz de tumbar a Hamilton; sin embargo, una vez que ha tocado improvisar la organización ha caído como una fila de fichas de dominó.
Primero los mecánicos han vuelto a fallar con la orden de salida, y como consecuencia Massa ha exhibido uno de sus peores defectos: la concentración. Sin contratiempos Felipe es un piloto intachable que se apoya sobre su talento clasificador y se vuelve inalcanzable; pero en cuanto hay una sola incidencia se pierde y comienza a encadenar errores.
El problema de Räikkönen es más difícil de tratar. Su única motivación aparentemente es romper las marcas de vueltas rápidas, lo que le lleva a arriesgar a varios kilómetros de lo aceptable, así que alguna vez tenía que pasar algo como lo que hoy le ha costado la primera posición del Mundial de Constructores a los Rayos Rojos.
La palabra desastre está muy manida para referirse a Ferrari; su temporada es simplemente demencial, un despropósito completo y, por increíble que parezca, lo peor que podría pasarle a este equipo en el que hasta los auxiliares administrativos deben estar cometiendo errores sería ganar el Campeonato del Mundo.

Renault ha sido el claro protagonista del Gran Premio; pero no sólo por el éxito de Fernando Alonso, porque Piquet puede haber sido decisivo para victoria final.

Desde Q1 se vió claramente que la influencia de El Nano sobre el coche en un circuito tan técnico era enorme. No se puede ignorar que como en otras ocasiones parecidas esta temporada el ganador lo ha decidido la suerte, encontrándose con la victoria, pero también hay que tener en cuenta que hay que arriesgar para ayudar a la fortuna - y en Renault han estado acertados con el cambio de estrategia de última hora - y luego hay que mantenerse ahí.
Una vez delante era muy complicado que a un piloto habilidoso le quitaran el puesto en esta ratonera donde la potencia es intrascendente; pero Fernando ha ido un poco más allá y ha abierto diferencias notables con sus rivales, derribadas por el mismo Safety Car que le colocó en primera posición.
En lo relativo a Piquet es simplemente asombroso: no se espera que sea como los impresionantes novatos de la temporada pasada, pero su racha es impresentable. De estar haciéndolo adrede se podría decir que salirse en la Curva 17 es sencillamente una obra de arte.

El asunto de Rosberg es algo más complejo, aunque si hubiera superado a Alonso sería seguramente el hombre del día con su primera salida. Con el mismo guión se ha encontrado en una situación propicia, pero con una diferencia sutil respecto al ganador: el tiempo transcurrido hasta recibir su
rutinaria sanción le ha permitido mantenerse arriba, puesto que cada vuelta detrás de Fisichella era una piedra para sus rivales.
Puede que la actuación de la dirección de carrera sea discutible, pero también se necesita talento para aguantar a Hamilton en los retrovisores, por mucho que no le mereciera la pena atacar. Además tiene el mérito del pionero que descubre la forma de adelantar en los callejones de la metrópolis.

Si hay un ganador sin victoria del Gran Premio de Singapur ha sido precisamente Hamilton, que puede que simplemente haya mantenido la posición que tenía antes del cataclismo del Safety Car - un tercer puesto que no es un gran triunfo -, pero paralelamente a sus compañeros en el podio se ha topado con el auténtico éxito: la debacle de sus rivales.
Lewis por fin ha actuado con cabeza y ha bajado el ritmo cuando tocaba: con unos puntos de oro y Ferrari contra las cuerdas debía olvidarse de ganar a lo campeón y centrarse, en atención al esfuerzo del equipo. No ha sido brillante como en otras ocasiones pero ha sido efectivo, aunque algún destello ha dejado, como la pasada a Coulthard.

Existe otro punto de semejanza de Hamilton con Alonso y Rosberg: corre sin compañero.
Por mucho que se critique a Räikkönen por lo menos siempre está ahí, jugandosela para perder o ganar; Kovalainen es una decepción invisible porque no está a la altura. Con un coche líder del Campeonato del Mundo Heikki debería estar haciéndole la vida imposible a Massa, una intervención con la que seguramente Hamilton tendría ya el título; pero aquel chico que asombró con el Renault da la impresión de que aún cree conducir uno.
El único problema serio de las Flechas de Plata es Kovalainen y su aporte nulo al equipo, y en Singapur ha vuelto a quedar en evidencia por pilotos que parecen merecer mucho más el volante, como Vettel, de nuevo en los
puntos.

La decepción ha sido ver caer a Webber y Trulli, por la excelente situación de El Almirante y la incógnita del resultado final de la estrategia de Toyota.
Mark, en situación parecida a Fernando, podría haber dado una interesante lucha por el primer puesto entre dos especialistas en carreras serias. Por parte de Jarno, su buen trabajo deja planteado hasta qué punto hubiera sido efectiva la estrategia del equipo, porque finalmente las pasadas han sido inevitables; parecía más bien una apuesta por una carrera parada hacia el final del segundo stint de los demás, lo que parece bastante inteligente dada su posición de salida.

Una curiosidad es el pequeño rédito de tres puntos para Heidfeld, el rey de los oportunistas una vez caído Alex Wurz, en una carrera de las suyas. Teóricamente Theissen le tiene para estas situaciones, por lo que podría estar jugándose el puesto.

El circuito es interesante aunque limitado, y la nocturnidad ha perdido importancia frente a los peligrosos muros. La pista tiene bastante margen de mejora, sobre todo en cuanto al estado del firme y a los elementos propios de Fórmula 1 como los pianos; la luz artificial por sí sola ha sido suficiente y ha dado un aspecto muy atractivo a la atmósfera del Gran Premio, aunque hay un aspecto que con diferencia podría hacer crecer al circuito: un rediseño del trazado que, entre otras cosas, elimine la absurda Curva 10.

Felicidades a Fernando Alonso, de vuelta en lo más alto, por fin con algo de fortuna, y a Nico Rosberg, que se confirma como parte importante del futuro del Gran Circo.

Enésima condena a Ferrari por su derrota y su pobre imagen, más propia de equipos sin recursos. La Scudería falla de arriba a abajo y ha regalado el Campeonato a su rival.

Enhorabuena a McLaren y Hamilton por este éxito inesperado pero trabajado; Lewis ha aprendido a economizar esfuerzos.


Partimos al final de la gira asiática, próximo destino Monte Fuji.

14 comentarios:

J. ARCE dijo...

La foto de Kimi lo dice todo. En cuanto se le vio botar estaba claro que no pasaría la siguiente curva. Lo de Ferrari ha sido de traca, y si tienen alguna esperanza debe ser mínima viendo cómo Hamilton se conformó con una tercera posición por primera vez en dos años. Y de Alonso qué decir. Recuerda al piloto de 2005-2006, cogiendo una oportunidad y no soltándola. Compara su actuación con la de Kovalainen en Monza.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón del mundo: ésto es para hablar de F1.

Creo que no habría que dar tantos méritos a Alonso. No hay que olvidar que el Renault iba bien en este circutio, un circuito en el que la mecánica no es el elemento principal. Además, el coche de seguridad destrozó la carrera por completo. Ni siquiera los ingenieros de pista sabían cómo iba la cosa, como demuestra el comentario que le hace Prew a Hamilton "empuja lo que puedas porque no sabemos cómo está la situación". No lo saben ellos..., lo vamos a saber nosotros. Yo, desde luego, iba perdido en mitad del gran premio y así no resulta fácil ver un Gran Premio.

Estoy de acuerdo con David en que lo de Kimi era por la vuelta rápida, aunque pensándolo bien, el aficionado puro a la F1 tendría que ser amante de pilotos que gusten del riesgo, no de los de conservar posición y mecánica. En cualquier caso, al final la vuelta rápida fue suya, dós décimas menos que la de Alonso y con el tanque bastante más lleno en la vuelta 14 que a tres del final.

Lo de conservar es un concepto de hace unos pocos años pues nunca este deporte ha premiado a los que se agazapaban atrás, ni en la clasificación ni frente a la afición. En cualquier caso, y bajo condiciones climáticas normales, las tres pistas que quedan son territorio Ferrari total. Como dice Stefano, "Brasil desde luego". Y qué decir de China y Fuji. Si no llueve, tenemos el título en el bolsillo, así de claro.

Gracias una vez más por el análisis.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Leonov, te contradices.

Creo que no habría que dar tantos méritos a Alonso. No hay que olvidar que el Renault iba bien en este circutio, un circuito en el que la mecánica no es el elemento principal .

Ti puta idea, menos que yo me parece.

J. ARCE dijo...

Anónimo, yo iba a decir lo mismo pero no tan crudamente. Si hubiese sido Vettel(por poner un ejemplo) estaríamos alabándolo como el próximo mesías. Ha sido Alonso y hay que darle el gran mérito que tiene, te caiga mal , bien o ni fu ni fa.

Unknown dijo...

Excelente análisis, como siempre.

Anónimo dijo...

Yo creo que Raikkonen iba lanzado a por Glock.y de hecho estaba ya casi encima de él cuando pasó lo del accidente. Está claro ue fué error suyo pero si iba a por Glock estaba yendo al límite... Al menos palmó peleando, remontando desde la cola en donde estaba.aunque se estrelle tres veces más, prefiero que pelee hasta el final y a muerte, como en singapur o como en Spa.

Anónimo dijo...

Por cierto,David, has dado la mejor definición de massa como piloto.Clavao.

Anónimo dijo...

Confirmado. Kimi reconoce que iba a por Glock. También que fué cagada suya al pisar el bollo del piano.En fin.Ahí queda eso.

Anónimo dijo...

Con lo de que la mecánica no era el elemento principal he querido decir que no hacía falta tener un coche potente para estar arriba, por lo que un coche de segunda categoría como el Renault podía perfectamente ir bien en este circuito y, en efecto, al final fue bien.

Esto es que el Renault, siendo un coche inferior a los demás, pudo adaptarse al circuito y convertirse en competitivo en contraposición con el resto de circuitos del calendario. Y por eso Alonso pudo estar arriba. Además, él mismo así lo dijo.

Méritos los justos, ¿o se le olvida a la gente que hubo un coche de seguridad que rompió por completo la carrera?; a ver si va a resultar que Renault sabía que iba a haber uno. Mejor, que Alonso sabía que iba a haber uno.

Alonso es buen piloto y nada más, uno más de los cuatro o cinco pilotos punteros que hay hoy en día en la F1. Lo de Singapur fue una linda lotería y le tocó a Renault. Punto final.

J. ARCE dijo...

Leonov: estoy de acuerdo en tu último párrafo pero diría tres o cuatro pilotos punteros. Decir cinco es un poco optimista.

Anónimo dijo...

Hola Leonov. Yo pienso que nadie ha dudado que lo que le pasó a Alonso fue cuestión de suerte. Pero tampoco eso le quita méritos a Alonso. En toda victoria hay algo de suerte, aunque en esta hubiera bastante ciertamente. Saludos.

David dijo...

Gracias por los comentarios, especialmente a Zorro y El Hechicero, que parecen interesados en el contenido del análisis.

Viendo lo que se cuece últimamente por aquí me dan ganas de publicar una foto y dejaros discutir.

Anónimo dijo...

No enojarse, por favor.

Hiarbas dijo...

Gran analisis David, como siempre.

Yo me decanto por la ironía. Piquet consigue hacer realidad la mejor estrategia de Pat Symonds. Hacer salir al safety car justo despues de que Alonso haga su parada, pillandolos a todos en bragas es como dices una obra de arte. Brillante estrategia y brillante ejecución, lastima que no se dieran cuenta hace unas cuantas carreras, al menos el fichaje de Piquet quedaría justificado.
Cualquiera que lo sustituya la proxima temporada lo hara mejor.

Saludos.