Alias, creada por J. J. Abrams, es una serie de espías que impactó al público desde su primer episodio, con una trama mística, un enfoque cotidiano de los personajes e impresionantes secuencias de acción; un tratamiento insólito de un tema muy atractivo para la creación de historias. Sin duda lo más llamativo de Alias, lo que la convirtió en un proyecto rompedor, es su protagonista, Jennifer Garner, una mujer de rasgos duros y físico impactante, tan amedrentadora como atractiva; Sydney Bristow es la revisión más revolucionaria de James Bond: una eficaz espía enviada a las misiones más arriesgadas, de la que se conoce su faceta más casera dentro de su doble vida, y que es movida únicamente por la venganza.
Desgraciadamente, por motivos desconocidos, el propósito de la serie se vió pronto corrompido y antes de acabar la primera temporada iniciaba se declive, sumergiéndose en una trama sin sentido y perdiendo totalmente la frescura. Los agentes dobles se paseaban por la CIA como si fuera su barrio, los secundarios, al más puro estilo de las series españolas, montan un bar y los protagonistas acaban rompiendo la tensión sexual no resuelta, como si Cybill Sheperd y Bruce Willis nunca hubieran existido. A pesar de todo Alias guarda momentos que forman parte de la historia de la televisión. Quentin Tarantino, seguidor de la serie, dirigió y protagonizó dos capitulos, La Caja, que sin duda son los más brillantes; un cierto homenaje a La Jungla de Cristal, desde el primer guiño, con el equipo de terroristas saliendo de una furgoneta de Aires Acondicionados McTiernan.
La cadena ABC, responsable de su retransmisión, para celebrar sus cincuenta años de actividad se valió de Alias, uno de sus símbolos actuales, y de una serie histórica, Colombo, mezclándolas en un divertido entremés. La CIA tiene un nuevo agente.
Por cierto, una cosa antes de irme ...
Como tantas veces hizo Peter Falk en el umbral de la puerta, aún hay que añadir algo. Dado que no todo el mundo se desenvuelve con soltura en el idioma de Shakespeare, Poe y Ben Affleck, parece adecuado hacer un resumen del gag.
Sydney Bristow y Michael Vaughn reciben la noticia de la llegada de un nuevo compañero, nada menos que el teniente Colombo, que confunde a Sydney con su padre, por el apellido, y a Vaughn con Luke Perry, por su aspecto. Una vez iniciado el briefing de la misión, Colombo se muestra bastante perdido ante los tecnicismos habituales, asegurando que nadie podría comprender ese diálogo. El teniente deja fuera de combate, por accidente, a Vaughn con el arma del operativo, una pistola de dardos oculta en un bolígrafo, e intenta asumir el protagonismo de la misión tomando el alias, que exige llevar bikini, preparado para Sydney. Finalmente Colombo revela que no lo ha enviado la CIA desde su base en Langley, sino Michael Eisner, presidente de la cadena, incapaz de comprender Alias, con el objetivo de hacer la serie más fácil de seguir y más divertida. Se marcha con la satisfacción del deber cumplido, aunque Jack Bristow no lo considere divertido en absoluto.
El hecho histórico real al que se refiere 300, con mucha fidelidad, ocurrió del 7 al 11 de Agosto del año 480 antes de nuestra era; en una zona de Grecia dificilmente reconocible hoy día debido a la erosión.
Localización de las Termópilas en Google Earth Aunque la referencia original es Herodoto, historiador de la antigüedad, los expertos han revisado exhautivamente su relato, atribuyéndole ciertas exageraciones, propias de los ganadores, aunque sin restar valor a la épica batalla, que presenta unos datos y circunstancias que la hacen legendaria.
La Batalla de las Termópilas
Tras la derrota de Darío I de Persia en su intento de conquistar la Hélade, finalizado de forma humillante en laBatalla de Maratón (490 a.E.), cuando los persas tuvieron que huir asustados a sus naves nada más desembarcar, su hijo Jerjes I se propuso reemprender el proyecto de su padre. El imperio persa, bajo el mando de los dos gobernantes, reunía más de cien naciones conformando el ejército más grande jamás visto, que "secaba los ríos, agotaba las cosechas y hacía temblar el suelo a su paso".
Jerjes envió a sus emisarios a Grecia buscando la sumisión del mayor número posible de ciudades, usando la fórmula tradicional de exigir tierra y agua, con lo que consiguió muchos hombres conocedores de la zona que incorporar a la tropa invasora, reduciendo a su vez el poder defensivo de la Hélade. A pesar del miedo que inspiraban los persas las ciudades más importantes, como Atenas, se negaron a someterse a aquellos a los que años atrás habían derrotado. Los más explícitos fueron los espartanos que, tras escuchar la exigencia de tierra y agua, arrojaron a los mensajeros a un pozo.
Ahí tenéis toda la tierra y agua que queráis.
Después de cuatro años de preparación, en 481 antes de nuestra Era se inició la Segunda Guerra Médica. El plan del emperador era movilizar a su populosa infantería por tierra, atravesando el Helesponto con un puente hecho de barcos, y aprovechar la fuerza naval para la logística y aprovisionamiento de un contigente tan enorme, estimado hoy día entre 250.000 y 400.000 hombres. Los griegos se reunieron en Corinto para decidir cómo actuar ante la amenaza, enviando al encuentro de los persas un gran contigente al Valle de Tempe, a los que Jerjes evitó gracias a sus exploradores. Fue el momento en el que los helenos pensaron en las Termópilas.
El paso de lasPuertas Calientes consistía en tres estrechos desfiladeros, con el mar al este y una montaña al oeste, tales que por el más ancho, estimado en 14 metros, apenas podían pasar dos carros. La historia antigua justifica que se enviara una pequeña fuerza para contener a los persas debido a fiestas religiosas, la Carneia, aunque en realidad un contigente reducido se ajustaba a la estrategia de defender un paso tan estrecho, dónde la superioridad numérica era algo inútil. Sin embargo el riesgo era elevado, y se daba por hecho que sólo sería cuestión de tiempo que Jerjes lo atravesara; la mejor opción era pedir a Esparta que se encargase de las Termópilas y confiar en que la presencia del imponente Leónidas derrumbara la moral del ejército persa. Pero un guerrero como Leónidas sabía que se dirigía a la muerte, por lo que eligió a hombres de los que no dependiera una familia y se despidió de su mujer como un digno espartano:
Cásate con un buen hombre y ten muchos hijos.
Trescientos hoplitas espartanos, infantería pesada armada con lanzas, a la cabeza de siete mil griegos, construyeron defensas rudimentarias en el paso y se prepararon para recibir a una fuerza que los sobrepasaba ampliamente en número, con guerreros legendarios, los temidos Inmortales, y expertosarqueros, a los que los espartanos consideraban cobardes que evitaban enfrentarse a su enemigo. De hecho la moral de los hoplitas estaba muy alta, y cuando escucharon que las flechas de los persas, poco efectivas contra su armadura, cubrirían el Sol y no dejarían ver el cielo, un soldado llamado Dienekes exclamó:
Mucho mejor, lucharemos a la sombra.
Cuando Jerjes estuvo frente a las Termópilas, en Agosto de 480 a.E., sus exploradores le informaron de la fuerza que lo esperaba, y del comportamiento extraño de algunos de ellos, que se peinaban y perfumaban; cuando acudió a sus consejeros quedó asombrado con la explicación: esos hombres eran espartanos, tan dispuestos a luchar hasta el final que se preparaban para dejar un hermoso cadaver. El emperador persa, impresionado, ofreció a Leónidas el trono de Grecia si se unía a él en su campaña; cuando el rey de Esparta mostró su rechazo Jerjes exigió en tono amenazador que entregaran sus armas y la contestación de Leónidas, histórica, significó el inicio de la batalla: