18 agosto 2006

Feria del Caballo de Piedrahíta 2006 (II)

Conocer la Feria del Caballo del Caballo de Piedrahíta, viviéndola desde su interior, a lo largo de los años, da otra mirada sobre ella.
Existe un trasfondo de la Feria, a veces interesante, a veces mezquino, que escapa al espíritu superficial y poco crítico.

La Feria del Caballo de Piedrahíta tiene varios aspectos negativos, perfectibles, algunos de los cuales concuerdan con el carácter piedrahitense.
Principalmente lo que se puede observar año a año como se ha ido dejando morir al evento.
En los primeros años, de inexperiencia, las cosas se hicieron bien y la Feria creció por la voluntad y el esfuerzo puestos en ella. Se buscó una nueva ubicación, traer espectáculos atractivos para conseguir hacerse un nombre; todo este trabajo desembocó en el apogeo de los noventa, con más de trescientas cabezas en un recinto ferial enorme, acompañadas por exhibiciones ecuestres prestigiosas.
El pueblo se llenaba con la Feria del Caballo.

Hoy día el emplazamiento varía cada temporada y, de alguna forma, Piedrahíta se revela de nuevo contra un atractivo turístico de forma absurda. Las instalaciones cada vez peores y la organización poco ambiciosa han herido esta fiesta de los caballos, que se degrada hasta el punto de este año, en el que apenas cien cabezas han supuesto un pobre atractivo, ya que no las ha respaldado la tradicional exhibición en la Plaza de Toros de Piedrahíta, que solía llenarse con los espectáculos, ya fuera rejoneo, con primeras figuras, o doma de alta escuela.
Pero el golpe de gracia ha sido externo, ajeno a la mentalidad a veces incomprensible de este pueblo.
Hace pocos años Ávila, a 60 kilómetros, decidió organizar su propia Feria del Caballo.
Para el que no conociera la Feria del Caballo de Piedrahíta, su trastienda, apenas habrá existido diferencia. Pero el número de ganaderías ha descendido drásticamente y los propios participantes se sorprenden:

"No hay ambiente de Feria".

A este ritmo, con esta lenta agonía, la Feria del Caballo de Piedrahíta está destinada a desaparecer en pocos años; y por la peor causa que se puede concebir: desinterés.
Este año ha habido problemas con el abastecimiento de agua, cortes de luz y una publicidad muy reducida, tanto que muchos de sus visitantes han descubierto el acontecimiento al hacer un alto en su viaje. Las protestas por los problemas lógicos que se derivan de su organización y el limitado apoyo popular dan idea de la posición de muchos de los habitantes del pueblo al respecto.
¿La solución? Entusiasmo, seguro. Exigir condiciones adecuadas a los responsables, facilitar el trabajo de las ganaderías y mejorar el trato con sus responsables e implicarse, aunque sea poco, en favor del acontecimiento ... o por lo menos no ser parte del problema.
Otro aspecto a mejorar viene por qué, no lo olvidemos, esto es una competición, y además dónde se juzgan bastantes criterios estéticos. Casi siempre los premios van a parar a las grandes yeguadas, y entre los participantes casi siempre se habla del trato con los jueces, humanos y, por tanto, susceptibles de fallo así como de ser influidos por las circunstancias.

Pero aparte de esta visión pesimista sobre el futuro, esta Feria tiene aspectos positivos, y algunas características que la distinguen de otras.
La principal es la proximidad: la trastienda está ahí, a la vista, sin una cortina entre el que pasa a mirar y el que es parte de la Feria.
Tener cerca a los expertos, a los ganaderos, es una ventaja enorme, que permite aprender preguntando; la cortesía se paga con cultura. Y tener tan próximos los caballos, al alcance de la mano, fija la sabiduría transmitida.
Además la Feria del Caballo lleva consigo todo lo relacionado con este mundo, como la guarnicionería, trabajada en cuero, con lo que simplemente acercándose a un puesto se puede observar con detalle los aperos que habitualmente se usan con los caballos: riendas, sillas, botas de montar, espuelas ... un suministro para las necesidades de los profesionales y para los recuerdos de los visitantes.
El ojo atento, además, aprende por si mismo. Uno puede perderse en los pequeños detalles, como la preparación de un caballo antes de salir a pista.

Epi III, de Yeguada Curty, un pura raza española era preparado una hora antes de competir en la final del concurso de morfología con una ducha que exigió bastante esfuerzo por parte de su cuidador.



Es importante secar bien al animal antes de proceder al cepillado de su cola y sus crines, que merecen una atención especial en una competición en la que se juzga las características físicas, de manera que el aspecto tiene gran influencia.



Algunos caballos son cuidados con mucho mimo y preparados al detalle, y se untan sus cascos con grasa, habitualmente usada para evitar que se agrienten y que, en esta situación, le da lustre al suelo. Entre los trucos que algunos usan, menos frecuentes que éste, está el uso de ungüentos balsámicos que provocan la dilatación de los ollares (fosas nasales), lo que mejora el aspecto del animal.



Es un ejemplo de lo que la Feria ofrece al que sabe mirar.

Ahora me gustaría aportar mi experiencia personal respecto a la Feria del Caballo de Piedrahíta.
Al trabajar como camarero cerca del recinto ferial, conozco personalmente a muchos de los ganaderos, con los que trato a diario.
Reconozco que en la Feria del Caballo soy un V.I.P., y cuando me acerco por los boxes o las casetas casi siempre estoy saludando a la gente como si perteneciera a este mundo equino. La sabiduría castellana me ayuda:
"Nunca muerdas la mano que te da de comer".

Son muchos los conocidos que llevan viniendo a la Feria desde su inicio, que hablan con confianza de sus entresijos, y que acaban siendo como de
casa.
Un ejemplo bastante carismático son los miembros de la Yeguada Alberta Ceñera, cuatro asturianos que se hacen notar con su acento y que, tradicionalmente, celebran una pequeña fiesta su última noche en Piedrahíta, a la que está invitado todo el que se acerque a sus boxes, y que sobre todo está concurrida por los profesionales y ganaderos.
Este año, aprovechando un hueco, pude acercarme y disfrutar de su hospitalidad, siendo acogido calurosamente por anfitriones e invitados a los que, habitualmente, yo sirvo la comida.
Tan insistentes con el jamón y la sidra que no pude negarme a beber a su salud un culín, servido por un asturiano de pura cepa, con la camiseta y gorra de Fernando Alonso, con arte, algo que pocos pueden decir sin haber estado en el Principado.

Se acabó una Feria del Caballo muy bonita, aunque un poco más apagada; con el triunfo indiscutible de la Yeguada El Reguero y Chaparral, con diecisiete premios conseguidos por once animales, aunque el Premio a la Mejor Ganadería lo ganó la Yeguada Algaida.
Espero con ganas estos días, para poder con el trabajo duro, para recibir a los personajes que dan personalidad a esta fiesta y deseando ver ascender la exhibición de Piedrahíta al nivel que merece.

El mismo entusiasmo con el que celebran su victoria los campeones del concurso de raza, dos sementales de P.R.E., Tulipo de Yeguada Algaida y Epi III de Yeguada Curty, al que hemos visto engalanarse para conseguir un brillante segundo puesto.



Dedicado al que me enseñó a montar a caballo, a mirar a estos nobles animales; gran experto, y excelente primo.

Para Rubén
.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya con el V.I.P., primero la pones por las nubes, después le dices los peros, para luego finalmente volver a vitorear a la Feria.
No hay quien te entienda :)
Saludos desde el Inframundo.

Anónimo dijo...

arriba la feria de piedrahita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
qu el nuevo ayuntamiento no se la carge qu en su primer año la han exo desaparecer casi

Anónimo dijo...

arriba la feria de piedrahita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
qu el nuevo ayuntamiento no se la carge qu en su primer año la han exo desaparecer casi

Anónimo dijo...

Hello,

which of the horses in the pictures is EPI III from Yeguada Curti?

Is he the white horse in the first picture?

brgds
Sara