29 marzo 2009

Análisis - Albert Park 2009

Los Brawn preparaban su cuenta atrás hacia la victoria en la conflictiva pista de Albert Park, en una carrera en la que su principal misión era evidente: resistir.
Las sanciones de última hora colocaban a Hamilton al fondo de la parrilla y a los Toyota calentando motores en el pit lane, penalizaciones que por otra parte alejaban al trío del peligroso arranque.

La salida ha permitido encontrar un punto débil a los líderes: Barrichello se ha quedado clavado en la zona sucia y Kubica ha conseguido pasarle ganando gran ventaja, aunque Vettel ha sido capaz de retener la segunda posición. Los Ferrari también intentaron aprovechar el error de Rubinho con distinta suerte: Kimi quedó bloqueado por Rosberg al intentar adelantarle por el exterior mientras que Felipe superó a Robert en White Ford, una maniobra por la que casi se los come Nico.

Antes de terminar la primera vuelta el Gran Premio de Australia justificaba su fama con el choque de Webber y Barrichello en la primera curva que dejó tocado al Brawn, envió al Red Bull al pit lane, al BMW de Heidfeld a cambiar un neumático y al McLaren de Kovalainen al box; todos estos sucesos permitían a Hamilton remontar a gran velocidad hasta el puesto décimo, que alcanzó tras pasar a Piquet, con el que estuvo a punto de impactar.

En cabeza, aunque Botón contaba con una ventaja suficiente, Vettel inició con él un duelo de vueltas rápidas que no le permitió escaparse en exceso pero que colocó a ambos a gran distancia - casi treinta segundos - de los perseguidores, entre los que destacaba negativamente Räikkönen. Antes de realizar la primera parada Rosberg, aprovechando el bajón de los neumáticos, y Barrichello, con toque incluído que le costó un trozo de alerón, consiguieron adelantar a Kimi con cierta facilidad - una situación parecida vivía Massa con Kubica, aparentemente por el mismo motivo, permitiendo a Nico acercarse a ambos.

Precisamente los Ferrari fueron los primeros en repostar junto a Hamilton, librándose en diez vueltas de las penalidades de los compuestos extrablandos.
La competición pasó a la zona media, a partir del sexto puesto, con Renault como protagonista: Piquet intentando defenderse del excepcional novato Buemi, y Alonso buscando el hueco a Fisichella manteniendo a raya a Glock; estabilizada la situación, el protagonismo absoluto pasó a los Williams. Rosberg hizo un repostaje tan largo que de marchar con un ritmo superior al de Rubens en tercera posición, pasó a estar detrás
de Räikkönen, que le adelantó con facilidad, mientras que Nakajima compensó de golpe la profesionalidad demostrada hasta el momento, pisando la escapatoria de cemento de la Curva 4 y lanzando su monoplaza contra el muro.

Durante la primera intervención del Safety Car marcharon en orden Button, Vettel, Massa, Kubica, Räikkönen, Rosberg Piquet y Trulli; y lo único destacable fue la cómica parada de Fisichella, que se saltó el box de Force India.
En la reanudación, cuando todos esperaban que el KERS del Ferrari diera buena cuenta de Vettel, Massa se quedó dormido y de nuevo Jenson y Sebastian volvieron a escapar a un ritmo inalcanzable.
Para no ser menos llegó el turno del heredero de Sato: Nelsinho Piquet, intentando adelantar a Rosberg por el centro de la recta principal, frenó en la peor de las situaciones, con el coche descuadrado en un punto de máxima velocidad; como resultado esperado el Renault acabó saltando por la puzzolana hasta quedarse clavado.

Al final del segundo stint el duelo de Buemi y Rosberg por el octavo puesto formaba un trenecito con Hamilton y Alonso, después de que ambos hicieran un adelantamiento sobre Glock que pudo costar caro a Lewis al pisar el exterior de Stewart.

El segundo repostaje suponía la gran oportunidad de Kubica, que había conseguido acercarse a Vettel antes de tener que parar; en su vuelta a pista quedó atrapado detrás de Hamilton, aunque al Toro Rosso le esperaba el calvario de los neumáticos blandos. El pit stop de Sebastian le dejó en su posición original aguantando a Barrichello, como Hamilton se defendía de Massa y Buemi tras reincorporarse en décima posición desde la quinta; precisamente Felipe fue el que se vió en mayor peligro, puesto que el Toro Rosso llegó a ponerse en paralelo con el Rayo Rojo en White Ford.

Llegó el momento de una nueva catástrofe de la Scudería, que como en la temporada pasada se desató de
forma simultánea cuando el buen resultado parecía definitivo: un trompo precipitaba a Räikkönen a marcar el muro, y de ahí al fondo del grupo - desde dónde se arrastraría hasta el final de carrera - y una avería mandaba a Massa al box (su encuentro con Button a la entrada del pit lane casi termina con lo que era el Gran Premio hasta el momento).

El final iba a ser trágico para los héroes que plantaron cara a Brawn.

Rosberg asombraba marcando vueltas rápidas para conseguir el cuarto puesto, hasta que después de su parada fue arrasado por Barrichello en la rapidísima Lauda en un alarde de velocidad por el exterior; con los neumáticos más desgastados Trulli, Hamilton y Alonso también le superaron.
A sólo cuatro vueltas Kubica cogió a Vettel con un ritmo muy superior; con medio BMW superándole a la entrada de White Ford Sebastian no aflojó, y dejó fuera de control el coche de Robert, al que acabó embistiendo dejando a ambos fuera de carrera.

La bandera damero a punto estuvo de recibir al Safety Car, que entró en la última curva; finalmente fue vista por los Brawn, seguidos de Trulli y de Hamilton, que como Alonso dió completamente la vuelta a una situación pésima gracias a la regularidad. Buemi, el brillante novato, llegó al borde de los puntos, noveno.

La conclusión fundamental es el nivel inalcanzable en el que se encuentran los Brawn. Button ha conseguido una victoria muy sencilla, casi sin esfuerzo, y Barrichello, con todos los problemas sufridos, ha sido capaz de recuperar la segunda posición.
En lo que se implanta o se prohíbe el difusor la ventaja es decisiva y salvo catástrofe los monoplazas tienen asegurada la victoria; no se puede decir nada en cuanto a su fiabilidad, de momento, pero el trabajo en el chasis es tan impresionante que el alerón delantero de Rubens ha aguantado varias embestidas.
Se podría pensar que algún responsable del sector deportivo de Honda debe estar solicitando asilo en algún lugar remoto, pero resulta evidente que este gran resultado se apoya en el poderoso motor Mercedes, una importante mejora respecto al corazón de las Tortugas Ninja de la temporada pasada.

A pesar de un rendimiento que no ha dejado una oportunidad a sus rivales, ha habido dos equipos que les han plantado cara, con una capacidad un peldaño por encima de los demás. BMW ha mantenido a Kubica en tiempo durante toda la carrera, en equilibrio hacia la última vuelta, mientras que Vettel ha sido el único capaz de acercarse realmente al líder a un ritmo similar; el trabajo de Toro Rosso es tan bueno que el novato Buemi fue capaz de lucirse y, gracias a la sanción a Trulli por adelantar con el segundo Safety Car, ha conseguido puntuar sin descontar su propio mérito y profesionalidad, cometiendo un solo error.

Los que han destacado por suplir las carencias de sus coches han sido Hamilton y Alonso, exhibiendo una conducción impecable en contraste con los pilotos que les precedían; se han librado del festival de fallos y de las consecuencias que han ido eliminando a otros competidores. El McLaren y el Renault han soportado ir visiblemente al límite con regularidad.
En la situación opuesta los dos hombres que pelean por ocupar el puesto de El Huracán: Nakajima ha arruinado una oportunidad única con uno de los mejores coches por culpa de un error en el que ha intervenido bastante la mala suerte; en el caso de Piquet ha sido un nuevo capítulo en su ignominioso historial, escrito gracias a su capacidad para accidentes incomprensibles en circunstancias óptimas.

Dos hechos destacan entre los sucesos del Gran Premio de Australia.
En primer lugar ha sido el primer cortocircuito de Vettel; el joven genio carga con toda la culpa de sacar a Kubica y a sí mismo del podio. Puede que Robert, como pequeña descarga, haya cerrado demasiado la trazada de la curva, pero la maniobra de Sebastian es absolutamente injustificable, sobre todo porque no se sabe muy bien qué pretendía al encontrarse totalmente fuera de combate; no sólo ha perjudicado a BMW con su tozuda e inútil defensa: ha tirado por la borda un excelente resultado para su equipo, que hubiera celebrado el tercer puesto.
Vettel carga con una justa sanción de diez posiciones para el próximo Gran Premio.

En segundo lugar los Ferrari, aún encontrándose en promedio por vuelta por delante de las Flechas de Plata, han vuelto a las andadas para asombro del Gran Circo; el conjunto coche-piloto-equipo ha vuelto a fallar puntualmente de una forma tremenda durante una actuación decente.
No se sabe muy bien con qué parte de culpa para cada uno, Räikkönen y su coche han quedado fuera después de un trompo cerca del muro - el Brawn de Barrichello ha soportado dos choques -; Massa simplemente se ha quedado tirado sin explicación, algo que no ha sucedido con ningún otro monoplaza.
La Scudería tiene una preocupación más grande que el diseño de un difusor.

Enhorabuena a Ross Brawn y a todo su equipo, que hace sólo un mes estaba en el paro y completamente desahuciados. Victoria, patrocinador y un coche ganador; lo merecen.

Primer toque de atención para Ferrari, a tiempo de escapar de la debacle de la temporada pasada. Más fácil tiene Briatore solucionar el principal problema de Renault, con nombre y apellido ilustre.

Felicidades para Sébastien Buemi un novato que ha conseguido un punto, más que por el registro por la imagen ofrecida para lograrlo.


Rumbo a Sepang.

26 marzo 2009

Briefing - Albert Park 2009

El Gran Premio de Australia, el fin de las especulaciones, llega tras una pretemporada especialmente intensa, debido a los profundos cambios tecnológicos y a las limitaciones a las pruebas durante la competición.
Los campeones se presentan en Albert Park con un sospechoso bajo estado de forma, tan poco creíble como el infernal ritmo de los Brawn; antes de ponerse a rodar, las antiguas Tortugas Ninja parecen dispuestas a devolver a McLaren el irónico golpe sufrido por ellas con Super Aguri.

Los dos grandes equipos ponen con manos inexpertas - Whitmarsh y Domenicali - sus monoplazas en la carretera de Albert Park, mientras que los perros viejos de este negocio - Frank Williams y Ross Brawn - se han propuesto dar alguna vuelta al reglamento para partir con ventaja.
Con el objetivo de desvelar el auténtico nivel de cada escudería, casi más que establecer un orden, la clasificación será observada con gran atención, por ver quién se ha adaptado mejor en el regreso al pasado.

Los resultados previos indican que, por fin, Theissen ha conseguido colar sus monoplazas por delante de Ferrari y McLaren, hecho que de comprobarse en Albert Park puede ser el inicio de una era, con tres competidores. Otros tantos como Toyota o Renault parecen haber saltado algunos puestos, pero como tantas otras, se trata de especulaciones sobre datos discutibles, lejos de la realidad de la competición.

El calor de los antípodas aguarda a los alerones altos y el asfalto a los redivivos slicks, como el Gran Premio acecha a los misterios del Gran Circo para poner fin a una larga espera.
Pase lo que pase, Albert Park es sólo el principio, pero marcará el camino de toda la temporada.


La clasificación ha sido revolucionaria, aunque muy lejos del Apocalipsis anunciado; Brawn ha dominado de manera insultante, pero el resto del Diffuser Gang ha sido superado por otros habituales de la Q3 - el resto de la sorpresa es por tanto la anunciadísima baja competitividad de McLaren y Ferrari.

La primera ronda la ha inaugurado Fisichella, y el primer tiempo serio lo ha marcado Rosberg, iniciando la
confirmación de los resultados de pretemporada: ni Massa ni Kovalainen conseguían superar a los Williams, en cabeza hasta el segundo intento de Räikkönen. Pronto los Brawn han salido para empezar su duelo privado por la pole, y aunque Hamilton se acercó en principio a Rubens y Jenson, pronto se precipitó hacia el fondo.
Con tiempos para todos los coches, los BMW estaban en zona de eliminación acompañados de Massa; su recuperación obligó a emplearse a fondo a Trulli y los McLaren - de hecho Lewis quedó en el límite. Finalmente Force India, Toro Rosso y, como no, Piquet, quedaron en Q1.

La segunda sesión daba una nueva sorpresa incluso antes de empezar: Hamilton abandonó por desajustes mecánicos que invitan a la suspicacia, en vista de la incapacidad demostrada por ambos McLaren. La pelea por el primer puesto se reanudó entre Button y Barrichello, con nueva victoria para Jenson, después de que Vettel volviera a plantar cara al Williams de Rosberg, uno de los monoplazas bajo sospecha.
Los BMW tenían en principio tantos problemas como Kovalainen e incluso Ferrari, bordeando la eliminación de la que Kubica consiguió escapar; Heidfeld por su parte fue a hacer compañía a los McLaren, Alonso y, sorpresa sobre las previsiones, Nakajima, el primer miembro del Diffuser Gang en caer.

La ronda definitiva confirmó el buen estado de Red Bull, libre de acusaciones, aunque la pole seguía siendo cosa de Brawn a pesar de la intervención de Rosberg y el brillo efímero de Ferrari, que ocupó las dos primeras posiciones para caer lentamente hasta la mitad de la tabla - Felipe terminó en séptima posición y Kimi noveno.
La auténtica batalla se libraba por la segunda línea, en principio ocupada por los Red Bull en disputa con Nico; el impactante final corrió por cuenta de Kubica, descartado durante toda la jornada, que logró colarse entre Vettel y Rosberg, resultando en la colocación tras la pole de Button y su compañero de dos coches "limpios".

La previsión, observando el primer resultado oficial de la temporada, no asegura en absoluto la victoria de Brawn, sobre todo en vista de una conclusión muy clara de la clasificación: la disparidad de resultados del Difusser Gang frente al ritmo endiablado de los chicos de Ross dejan muy claro que hay gato encerrado en el coche de Rubens y Jenson, hecho que no suele ser especialmente positivo.
Estará a prueba la fiabilidad del monoplaza y la capacidad de los pilotos para mantener el logro, sobre todo en la salida que probará la eficacia del KERS, ya que las dotes estratégicas de Brawn están fuera de cuestión; Vettel, Kubica y Rosberg pueden arrasar en series largas por su regularidad, e incluso Frank Williams podría haber vendido barata una pole que estaba anunciada semanas atrás a cambio de una buena oportunidad táctica para Nico.

En la lucha por los puntos parten los Ferrari, sin descartar un final de Gran Premio incluso mejor, porque si hay algo que tiene la Scudería es una estabilidad de la que pocos de los equipos que les preceden pueden presumir. Difícil, pese al mal comportamiento de los coches, es descartar a Fernando Alonso y a McLaren, que tienen como rivales a los Toyota y a dos conductores tan irregulares como Nakajima y Heidfeld, que ya han demostrado lo que son capaces de hacer con monoplazas que sus compañeros han colocado en cabeza.

Los slicks han demostrado su eficacia en zonas críticas como las curvas decimotercera y decimocuarta, aunque como sucede con el KERS aún debe verse la influencia en maniobras de carrera, en la que las pequeñas salidas de pista de la jornada pueden acabar en la habitual actividad frenética de los desguaces de Melbourne.

No pierdas de vista White Ford, a Brawn, el KERS, Ascari y a Nico Rosberg.

11 marzo 2009

Revs Up - 2009

La temporada se plantea revolucionaria en el loco mundo de la Fórmula 1.
El Campeonato del Mundo compensa la inmovilidad en las plantillas con una ruptura tecnológica: la nueva reglamentación sobre aerodinámica y el regreso de los slicks significan una genuina vuelta al pasado.

La incertidumbre introducida por la normativa de construcción es enorme, al restar valor al trabajo en años previos en favor de un diseño específico de los monoplazas, y abre las opciones a resultados imprevisibles; el nuevo aspecto de los monoplazas es tan impactante que se convertirá en el símbolo del Gran Circo en 2009.

Equipos

En pocas ocasiones se ha producido una continuidad tan grande en los pilotos, sin un sólo cambio más allá de los estrictamente inevitables. La despedida de David Coulthard supone la dudosa "promoción" de Sebastian Vettel a Red Bull, dejando libre la plaza al novato Sébastien Buemi - el tercer tocayo en el poco imaginativo Toro Rosso.

Las escuderías presentan también pocas variaciones, pero resultan bastante impactantes. La más importante es la reincorporación a última hora del antiguo equipo Honda como Brawn GP F1 Team, equipo privado propiedad de Ross Brawn, último mánager de las Tortugas Ninja, que para acabar de redondear una información sorprendente ha contratado como suministrador de motores a McLaren, sus viejos archienemigos.
Las Flechas de Plata pasan a proveer también a Force India, realmente convertido en una sucursal/banco de pruebas de Mercedes al recibir
del fabricante la práctica totalidad de la mecánica, desde el sistema hidraúlico a las cajas de cambios.
Casi todas las novedades tocan a la estrella de tres puntas, que precisamente sufrirá un importante relevo directivo: Martin Whitmarsh sustituirá a Ron Dennis como jefe del equipo tras 18 años.

1. Lewis Hamilton McLaren - Mercedes
2. Heikki Kovalainen

3. Kimi Räikkönen Ferrari
4. Felipe Massa

5. Robert Kubica BMW
6. Nick Heidfeld

7. Fernando Alonso Renault
8. Nelsinho Piquet

9. Jarno Trulli Toyota
10. Timo Glock

11. Sébastien Bourdais Toro Rosso - Ferrari
12. Sébastien Buemi

14. Mark Webber Red Bull - Renault
15. Sebastian Vettel

16. Nico Rosberg Williams - Toyota
17. Kazuki Nakajima

18. Jenson Button Brawn - Mercedes
19. Rubens Barrichello

20. Adrian Sutil Force India - Mercedes
21. Giancarlo Fisichella


Circuitos

Yas Marina Circuit cubre la habitual incorporación exótica al calendario cumpliendo con todas las tradiciones: diseñado por Hermann Tilke en un emplazamiento artificial - una isla - alberga el Gran Premio de Abu Dhabi, en una zona de nula tradición automovilística como es Oriente Próximo.

Por otra parte dos noticias vienen a compensarse recíprocamente. La mala, conocida desde hace tiempo, es la eliminación del Gran Premio de Canadá, uno de los grandes eventos del Campeonato del Mundo, contra todo pronóstico a pesar de los problemas de financiación anunciados regularmente; de la misma forma inesperada el tedioso scalextrix de Magny-Cours, dando una grata sorpresa a los aficionados, ha caído de un calendario consecuentemente más digestible.

La alternancia se ejecuta un año más en los Grandes Premios de Alemania y Japón, en los que el turno corresponde a Nürburgring y Suzuka, respectivamente - esta temporada toca 130R.

1

Australia

Albert Park

29 de Marzo – 8:00

2

Malasia

Sepang

5 de Abril – 11:00

3

China

Shanghai

19 de Abril – 9:00

4

Bahrein

Sakhir

26 de Abril – 14:00

5

España

Montmeló

10 de Mayo – 14:00

6

Mónaco

Mónaco

24 de Mayo – 14:00

7

Turquía

Istanbul Park

7 de Junio – 14:00

8

Gran Bretaña

Silverstone

21 de Junio – 14:00

9

Alemania

Nürburgring

12 de Julio – 14:00

10

Hungría

Hungaroring

26 de Julio – 14:00

11

Europa

Valencia

23 de Agosto – 14:00

12

Bélgica

Spa-Francorchamps

30 de Agosto – 14:00

13

Italia

Monza

13 de Septiembre – 14:00

14

Singapur

Singapur

27 de Septiembre – 14:00

15

Japón

Suzuka

4 de Octubre – 7:00

16

Brasil

Interlagos

18 de Octubre – 18:00

17

Abu Dhabi

Yas Marina

1 de Noviembre – 13:00



Reglamento

La normativa apenas toca los aspectos competitivos, para centrarse en una profunda transformación tecnológica que va a marcar desde la aportación de los distintos componentes hasta el estilo de conducción en una forma desconocida. El protagonismo de los pilotos crece con la orientación de la técnica para aumentar los adelantamientos, aunque el auténtico reto es para los ingenieros, que trabajando en terreno inexplorado pueden pagar caro no estar a la altura.
Los fuertes recortes de presupuesto - auspiciados por la limitación de uso de túneles de viento o la reducción de las pruebas - son aparentemente transparentes al aficionado, pero ponen el listón aún más alto en la preparación de los equipos de cara a esta extraña temporada.

  • Motor - Limitado a 18.000 revoluciones, se amplían sus exigencias de fiabilidad: deberá soportar tres carreras, se penalizará desde el primer cambio y se usarán, como máximo, ocho por piloto en toda la temporada.
  • Aerodinámica - El alerón delantero será más ancho y bajo, y el trasero más alto y estrecho. Junto con el realineamiento del difusor con el eje trasero y la eliminación de aditamentos exóticos se consigue reducir el cono de turbulencias que perjudicaba al coche atacante en lugar de proporcionarle rebufo.El ángulo de ataque del alerón podrá ser ajustado por el piloto en carrera, con la restricción de dos cambios por vuelta y una variación de seis grados.
  • Neumáticos - La vuelta de los slicks intenta compensar la pérdida de agarre provocada por el nuevo diseño del chasis, y podrá medirse fácilmente en las críticas curvas rápidas, el sector más afectado por la nueva aerodinámica.
  • KERS - Kinetic Energy Recovery System, un sistema que por medios eléctricos o mecánicos debe almacenar la energía generada en las frenadas. La punta adicional de potencia, que puede alcanzar los 80 caballos, tiene limitado su uso a menos de siete segundos por vuelta.
  • Safety Car - Queda levantada la prohibición de acceso al pit lane a discreción de la dirección de carrera durante la intervención del coche de seguridad.

Con los nuevos viejos coches, que sacrifican el paso por curva al espectáculo, la vuelta de los lisos y la intervención de un botón de impulso, el Gran Circo renace sobre las que, por fin, parecen unas normas inteligentes. Queda por ver quién se ha adaptado mejor a la revolución.

El gran reto de la inescrutable temporada lo tiene el equipo capitaneado por dos "novatos", el Campeón del Mundo más jóven y el sustituto, nada menos, de Ron Dennis; Hamilton y Whitmarsh cargan con la tarea titánica de conseguir una década después el Mundial de Constructores, o por lo menos evitar el desastre del cambio en la organización sufrido por Ferrari.
Tras el desastre de 2008, la Scudería tiene la obligación de redimirse con una actuación brillante y, sobre todo, libre de errores: Domenicali, Räikkönen y Massa parecen competir por las críticas más feroces, y no les resulta especialmente beneficiosa una temporada imprevisible.

Los dos únicos pilotos capaces de conseguir una victoria fuera de las grandes escuderías, Alonso y Vettel, se presentan en dos situaciones opuestas respecto a la posibilidad de que su equipo echara el resto en la recta final del año pasado, lo que significa trabajo perdido. Fernando se enfrenta a las estimadas cortas evoluciones del Renault - único equipo al que se ha permitido retocar el motor - mientras que Sebastian se encuentra con un coche fresco, en un equipo nuevo que no tenía nada que ganar en las últimas carreras, aunque no le resultará positivo aterrizar como líder.

El Meisterplan de Mario Theissen agota su plazo, así que llega la hora de BMW, de ganar carreras con regularidad, codearse con los dos equipos punteros y prepararse para el asalto al Campeonato del Mundo.

¿Será este Gran Circo semidesconocido el lugar donde se presenten grandes oportunidades?


El Anaconda se prepara para este emocionante espectáculo.

Bienvenidos a bordo.