22 junio 2008

Análisis - Magny-Cours 2008

El día amanecía nublado y con una fina lluvia, intentando animar uno de los Grandes Premios más previsibles de la temporada. Pero ni la amenaza de carrera en mojado ni el aporte de la FIA, una creativa sanción de cinco posiciones al McLaren de Kovalainen, han sido capaces de alterar la rutinaria lectura de guión.
La única inquietud de los Ferrari, aparte de un fallo mecánico, era evitar cualquier contacto con sus mansos perseguidores, más preocupados de sus duelos personales.

La salida ha sido la primera demostración de la fantástica carrera de Trulli, el héroe de Magny-Cours. Un error de Alonso le ha permitido pasar con facilidad, dejando bloqueado al Renault; Kubica ha aprovechado para seguirle, aunque la defensa de Verdaderamente, choque de neumáticos incluído, ha devuelto a El Nano como escudero del Toyota, al que ha intentado adelantar en una ocasión.
Una de las sorpresas ha sido Glock adelantando a Webber, aunque lo más llamativo ha sido la agresividad extrema de Hamilton: iniciando su remontada ha llegado a chocar con Kovalainen y se ha saltado una chicane, que como única repercusión ha tenido un imaginativo drive-trough de penalización destinado a aumentar la emoción.

Detrás de Piquet se ha formado un trenecito con muchos caballos: los McLaren y Coulthard.
Hamilton ha aprovechado qu
e Kovalainen se ha quedado dormido en la llegada a Adelaida para pasarle y lanzarse a por Nelsinho, que a pesar de cometer algunos errores forzados se ha defendido bien, centrando todo el interés de la carrera y permitiendo a Heikki acercarse al dúo.
Mientras tanto Button ha diseñado una nueva trazada de la recta principal, tan cerca del muro que ha perdido el alerón delantero aunque no ha abandonado inmediatamente.
Los Ferrari volaban en su propia carrera, un segundo más rápidos que los demás, con Räikkönen quitándose a sí mismo la vuelta rápida.

Después de ejecutarse la penalización de Lewis el espectáculo ha caído al mínimo, con los tímidos duelos entre Piquet y Kovalainen y entre Nakajima y Bourdais. El primer pit stop, de Alonso, ha devuelto un poco la emoción al trasladarle del cuarto puesto al decimotercero, entre Heidfeld y Kovalainen; la única batalla interesante ha culminado con otro despiste de El Nano en Estoril, que ha dejado vía libre al McLaren: un adelantamiento inútil porque ha entrado a repostar en la misma vuelta.

Los repostajes han aportado interés, quizá más por parte de los que se han quedado en pista: Trulli ha colocado entre él y Kubica a Vettel, y Räikkönen ha tenido la suerte de que en las vueltas extra Massa se ha encontrado con tráfico - Rosberg y el omnipresente Hamilton - que se ha sumado a sus cuatro segundos de ventaja.
Piquet ha reclamado su momento de protagonismo
cuando la única noticia era que rodaba tercero realizando una magnífica carrera: a la salida del pit lane, dónde había mantenido la posición frente a Kovalainen, ha sufrido uno de sus habituales apagones, dejando el Renault clavado para provecho de Feyd-Rautha. El error de Nelsinho ha permitido incluso a Glock emparejarse con él, rodando en paralelo hasta 180º, dónde el Renault ha recuperado la iniciativa.
Mark Webber, especialmente apagado, no iba a dejarle sólo: con un inexplicable trompo en la recta principal cedía la plaza a Alonso, marcando un hito en una jornada para olvidar. De nuevo Lewis, el hombre de la remontada, aportaba un poco de vida a la carrera adelantando por fin a Rosberg en Adelaida después de una lucha intensa.

La situación, llegando al momento crucial del Grand Prix, establecía una división pronunciada: los Ferrari se encontraban treinta segundos por delante de Trulli, acosado por Kubica.
Cuando la victoria parecía adjudicada a Räikkönen, Massa ha empezado a recortar de forma espectacular, en principio debido al tráfico. Sin embargo la caída en el ritmo de Iceman indicaba claramente un problema en el Rayo Rojo, que ha resultado ser un escape desprendido: ha sido únicamente el Ferrari de Kimi el que ha dado la victoria a Felipe, que le ha adelantado con facilidad en la chicane Nürburgring.

El final del segundo stint se acercaba con dos duelos intensos: Kubica con Trulli y Kovalainen con Webber, que precisamente ha dado la maniobra más brillante de la carrera. Heikki ha atacado por el exterior en Adelaida, forzando a Mark a extender la trazada y retrasar la frenada; el interior de la curva ha quedado libre y el McLaren se ha colado demostrando una maniobrabilidad envidiable.
Rosberg en su primer pit stop ha aportado otra anécdota, pillando a uno de sus mecánicos, justo antes de la ronda de paradas decisiva en la zona d
e puntos.

Alonso y Kubica iniciaban los segundos repostajes, permitiendo escapar cómodamente a Trulli que, por su parte, parecía capaz de recortar los veinte segundos que le separaban del malherido Ferrari de Iceman. Cuando se detuvieron Verdaderamente y Webber, que regresó por delante de El Nano, llegó la oportunidad de Kovalainen, ajustando la ventana para ganar la posición a Jarno.
Finalmente, después de sus vueltas extra, Heikki se reincorporó en cuarta posición por delante, pero muy
cerca, de Kubica. Sin mucho interés su compañero adelantaba a Alonso, Webber, Vettel y Glock; mientras Massa superaba sin problemas el último momento crítico, camino de la victoria.

Empezaba a llover levemente sobre el duelo de dos
grandes pilotos poco inspirados, Mark y Fernando, basado más en los errores que en las maniobras brillantes, y Kovalainen cazaba a Trulli, centrando todo el interés hasta el final del Gran Premio en la lucha mano a mano por la tercera plaza.
En las diez vueltas que restaban, sólo iba a plantear Feyd-Rautha dos intentos con peligro: el primero en Chateau D'Eau, culpa de Verdaderamente y una frenada temprana, que permitió a la Flecha de Plata colocarse en paralelo, y el segundo en la llegada a la chicane Imola, en la que el Toyota bloqueó de forma discutible a Heikki, ajustando la trazada para obligarle a saltarse la contracurva.
La atención de este duelo la distrajo por un momento Fernando Alonso, alcanzado por su compañero Piquet: incomprensiblemente distraído una vez más, en este caso siguiendo a Sutil en el camino que permitía doblarle, dejó la puerta abierta al sorprendido Nelsinho, que se encontró con el séptimo puesto para asombro del equipo.

La bandera damero recibió a Massa después de su paseo y a Räikkönen, que consiguió aguantar hasta el final manteniendo la segunda posición con un coche más que tocado.
Jarno Trulli, gracias a su resistencia inquebrantable frente a Kovalainen y Kubica, alcanzó la gloria con su tercera posición.

La conclusión, bastante sorprendente a pesar de la
marcha triunfal, es que Ferrari pasa grandes dificultades.
Felipe Massa ha ganado conduciendo de forma impecable, con facilidad, pero sin poder ocultar el hecho de que el mérito es de un fallo estructural en el monoplaza de su compañero: que en un Gran Premio sencillo por sus características y regalado por el tropiezo de BMW y las sanciones a McLaren aparezca un problema como este es sencillamente inaceptable.
Existe una diferencia enorme en la medida de la fiabilidad entre una avería en la caja de cambios y nada menos que perder un escape. Räikkönen ha tenido mucha suerte, no sólo por poder acabar, sino porque en cualquier otra ocasión Kubica o Hamilton le hubieran dado caza; Domenicalli debería ir más allá del buen resultado y analizar seriamente qué está ocurriendo en el equipo, porque pocas carreras como esta va a encontrarse.

La decepción de McLaren ha sido relativa. Hamilton estaba completamente descartado y, por lo menos, ha ofrecido buena parte del poco espectáculo visto en Magny-Cours.
En principio Kovalainen parecía encaminado a volver a frustrar al equipo, muy flojo al inicio, hundido por la
penalización de cinco puestos. Sin embargo, aprovechándose evidentemente de la debilidad de sus rivales, ha ido escalando sobre una buena estrategia de las Flechas de Plata hasta echarse encima de Trulli; la única falta reprochable a la gran carrera de Heikki ha sido precisamente no ser capaz de rematar la faena adelantando al fantástico Jarno.
Replanteando las posiciones de salida, a pesar de la abismal diferencia de ritmo con Ferrari, no sería exagerado asegurar que la segunda posición estaba a su alcance como único monoplaza capaz de aprovechar los problemas de Räikkönen.

Mark Webber y Fernando Alonso, a pesar de los puntos conseguidos, han decepcionado.
Por primera vez se ha visto a dos de los pilotos más hábiles y serios acumular errores, muy llamativos en el caso de El Nano; la actuación de ambos ha sido difícilmente justificable, y su sexto y octavo puesto son atribuíbles a simple incomparecencia de rivales.
Los resultados de Piquet a lo largo de la temporada y su hábito de meter la pata le salvan de caer en la parte
más negativa del Gran Premio junto a su compañero: el regalo a Kovalainen, único borrón en una buena carrera, se puede interpretar como una reducción de sus fallos por circuito.
Nelsinho ha estado atento y ha aprovechado sus oportunidades, por lo que sin su pequeño cortocirtuito se podría considerar que ha dado por fin lo que se esperaba
de él.

El bache de BMW, bastante llamativo, parece atribuíble únicamente a la pista y sólo habla a favor de Kubica, que ha sido capaz de lidiar con las dificultades, minimizando el impacto del arrollador ritmo Ferrari para mantener su aspiración a ganar el Campeonato del Mundo. Heidfeld, desaparecido, da testimonio de hasta qué punto Robert aportó lo que le faltaba al coche.

En Magny-Cours, ha pesar de los -pocos- sucesos que han tenido otros equipos y pilotos, sólo ha habido un protagonista: el extraordinario Jarno Trulli.
Toyota ha vuelto al ritmo con el que había asombrado al principio de temporada, y Jarno se dedica a cumplir su trabajo a la perfección, colocándose aparentemente de forma definitiva, en la vacante dejada por BMW.
Verdaderamente ha empezado fuerte, colocándose tras los Ferrari; y la imposibilidad de mantener su ritmo le ha dejado líder de su propia carrera. Ha ido mejorando con el desarrollo del Gran Premio, evitando a Alonso y al peligrosísimo Kubica, por el que cualquiera hubiera apostado, manteniendo un nivel muy alto sin un sólo error.
La épica ha llegado al final de la carrera, con su defensa frente al Kovalainen más inspirado de la temporada, que durante diez vueltas ha visto frustradas sus tentativas por el decidido Trulli, que ha mantenido una solvencia y seriedad incontestables, reduciendo la influencia de los errores forzados.
Jarno está teniendo su revivir a la gloria, y si se mantiene puede alcanzar una plaza de mérito en el Campeonato del Mundo; con su podio en Magny-Cours es séptimo, sólo por detrás de los equipos punteros.

Enhorabuena tibia a Ferrari, equipo salvado del desastre por la suerte, en especial a Räikkönen, capaz de soportar un problema que debería haberle dejado fuera.

Un aviso para Fernando Alonso, que parece haberse perdido completamente, un paso más cerca de compartir biografía con Jacques Villeneuve.

Felicidades a Jarno Trulli, inconmensurable, fantástico; y a los renacidos Toyota, que han vuelto al camino de evolución marcado en la primeras carreras.

Zarpamos hacia Silverstone.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas compañero, carrera rara pero al final sin los incidentes que la posible lluvia presagiaba... Solo una pregunta-reflexión: ¿Alguien puede decirme el ciclo de motor de Kimi, y si tener un motor sin escapes y pudiendo recalentarse la zona en cuestión durante tanto tiempo le pasará factura al motor si hay que utilizarlo en GB?

Ya me contareis, un saludo

David dijo...

Teniendo en cuenta que se tuvo que retirar en Canadá, a ese motor le queda una carrera, pero no lo tengo muy seguro.

Si de verdad cambio el mapa de inyección no creo que tenga ningún problema, aunque no es descartable que prefieran asegurar y cambien el motor.

Il Venturetto dijo...

Por lo visto el primer cambio de motor de la temporada puede hacerse sin penalizar. Esto es, si Kimi cambia el motor para Silverstone no será sancionado.

Por cierto, cuando juntas a Villeneuve y a Alonso en la misma frase me echo a temblar.

J. ARCE dijo...

¿Cómo le puedes sacar tanta chicha a esta "carrera"? La foto de Toyota festejando el podio me parece de un equipo que no aspira a ganar. ¿Qué han dicho los jugadores españoles de furgol? Que no hay nada que festejar porque no han conseguido nada. Toyota debería pensárselo.

David dijo...

Presto mucha atención a los detalles y luego intento interpretarlos: en un Gran Premio siempre hay algo interesante ... a veces lo que no sucede.

J,supongo que estás siendo irónico con Toyota, porque es evidente - y si hay algo en la F1 es realismo - que no pueden ganar carreras, como mínimo en dos años.
Por eso un podio, y más si es de un tipo como Trulli, hay que festejarlo.

Anónimo dijo...

A mí me gusta mucho el circuito. No esto de acuerdo con sus detractores.

Respecto del rendimiento de los BMW, creo que se ha visto claramente que lo de Canadá fue un ligero espejismo. Están lejos de los Ferrar, incluso, los Mclaren.

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Por variar, ahora podrías hablar de fútbolo no? q ayer España se proclamó campeona de la Eurocopa.
Además, estaba Fernando Alonso en el palco, por si quieres enlazarlo con la F1 jajajaja.
Saludos.