09 junio 2008

Análisis - Montreal 2008

El Gran Premio de Canadá amanecía nublado, aunque no fue necesaria ni una sola gota para repetir la clásica locura del Circuit Gilles Villeneuve.
Gracias al colchón de Alonso y Rosberg, Hamilton y Kubica tenían el horizon
te despejado para plantear un duelo personal, siempre que sus perseguidores fueran incapaces de superar la arrancada del Renault y el Williams, y el talento de a bordo.
Vettel y Button hacían cola en el pit lane de una pista implacable, que no penaliza especialmente la posición de partida.

En la salida hubo poco movimiento, en cabeza Kubica simplemente aguantó el despegue del Rayo Rojo, y
casi todo centrado alrededor de Fernando Alonso; Rosberg, ganando el interior y marchando en paralelo, consiguió pasarle, y el más oportunista que nunca Massa, aprovechando la ocasión, tuvo que contentarse con ponerse a la par con El Nano sin llegar a superarle. La reincorporación del Ferrari al grupo perjudicó al desconocido Barrichello, que a punto estuvo de adelantar a Kovalainen.

Webber y Heidfeld presionaban a Nakajima y
Barrichello, culminando únicamente la maniobra El Bueno en L'Epingle al segundo intento.
Por delante Hamilton, Kubica y Räikkönen ampliaban su diferencia gracias al pelotón que se formaba detrás de ellos, en el que algunos simplemente no tenían el día: Kovalainen, corriendo sin tráfico, era nada menos que dos segundos más lento que la cabeza de carrera. Parecía que el caso contrario al del segundo McLaren ocurría con Piquet, que inesperadamente reaccionaba y adelantaba a los dos Toyota; sin embargo los problemas al adelantar a Trulli a la deseperada, muy pasado e impactando lateralmente en la décima curva, recordaban bien quién es Nelsinho.

Con el trenecito formado por Barrichello, Nakajima, Webber y Coulthard, la lucha de Heidfeld con el perezoso Kovalainen y Kimi Räikkönen marcando impresionantes vueltas rápidas, llegaba el momento crucial de la carrera, desencadenado por el abandono de Sutil que dejaba tirado su Force India, con los frenos ardiendo, en el margen de la Curva 3.

La salida del Safety Car para retirar el monoplaza ocurría en el peor momento, al final del primer stint con los coches prácticamente secos; de hecho Button no pudo esperar, aegurándose una sanción. Al abrirse el pit lane los siete primeros se precipitaron al repostaje, una partida que ganó Kubica, y de qué manera.
Situado junto al BMW, a la espera de que el semáforo de salida se pusiera verde, se detenía Räikkönen sin imaginar lo que se le venía encima: derrotado en el pit stop, Hamilton se lanzaba irreflexivamente a intentar adelantar a sus antiguos perseguidores sin fijarse en la luz roja ni en los coches detenidos, empotrándose contra el tren trasero del Ferrari.
La misma situación se daba con Rosberg, que parecía despertar de golpe al ver el accidente,
aunque sin espacio suficiente para asumir el frenazo y evitar el choque con Lewis, tirando por la borda el cuarto puesto conseguido al tener que volver a entrar. El desastre de Ferrari era completo, pues un fallo con la manguera también obligaba a repetir el repostaje de Massa.

La situación en carrera dejaba un liderato insólito: Heidfeld, Barrichello y Nakajima, con Webber pisándole los talones. La clasificación teórica, teniendo en cuenta las paradas, la encabezaban Kubica, Alonso, Piquet y Kovalainen, que sin embargo se encontraban con el trenecito de los Toyota, que permitía ganar espacio suficiente a El Bueno para permanecer en primera posición.

Finalmente la amplia diferencia dejaba tras su única parada a Nick Heidfeld por delante de Kubica, y un trompo de Piquet reordenaba la cabeza mandándole a la última posición. El pesadísimo BMW no podía soportar el ritmo de Robert Kubica, que apostaba fuerte y se lanzaba con una trazada perfecta en la primera curva a por la victoria, obligando a Heidfeld a separse y quedar expuesto al animado Renault de Alonso, que empezó a atacar sin descanso en busca de un fallo.

Mientras Kubica intentaba abrir la ventana labrando un segundo por vuelta, la acción se trasladaba a la zona media.
El festival de los errores, con Fisichella marcando el muro, Massa pasado de frenada en L'Epingle al intentar adelantar a Webber - lo consiguió después en la recta trasera - y Nakajima saltándose la última chicane para convertirse en la nueva víctima de Barrichello (el Honda salió por delante de Feyd-Rautha en su parada), culminó con el desastre sincronizado de Renault.
El abandono de Piquet, con los frenos consumidos, era una despedida medianamente honrosa de un Gran Premio en el que tuvo las circunstancias más a favor que nunca y las desperdició como siempre; lo que sucedió con su compañero era igualmente previsible y no menos reprobable. Desesperado detrás de un BMW cargado hasta arriba, Fernando Alonso buscaba el hueco, aunque Heidfeld se vendía caro; el Renault logró
incluso en una ocasión pasar, pero sólo como resultado de un exceso de velocidad en L'Epingle; finalmente el exceso de ambición de Alonso, que tenía el podio al alcance de la mano, le hacía dar un trompo en uno de los puntos críticos de grip, la Curva 7, quedando fuera.

Los BMW quedaban completamente solos camino de su primera victoria.
Kubica mantenía 11 segundos de ventaja taponado por Glock, por lo que necesito bastante esfuerzo para alcanzar los 25 que le permitieron repostar y reincorporarse por delante de Heidfeld con comodidad, asegurándose la victoria; el tercer y cuarto puesto de Coulthard y Barrichello no inquietaba en absoluto al equipo de Mario Theissen.
Mucho más entretenida era la parada de Nakajima: tras topar con Button y dejar suelto su alerón delantero se dirigió al pit lane, donde se desprendió y lo atropelló, quedando sin dirección y dirigiendo, lenta e inexorablemente, el Williams contra el muro.

La única batalla la mantenían Kovalainen y Massa con Barrichello, que conseguía retenerlos tras él. Cuando por fin Heikki se sintió capaz de pasar a Rubinho, abandonando un poco la trazada de L'Epingle, Massa aprovechó la ocasión en una maniobra que fue más una exhibición de inteligencia que de habilidad, tomando el interior de la curva - sobre el piano - con una ejecución impecable para adelantar a ambos.
La torpeza o el despiste de Feyd-Rautha permitía al pícaro Massa colocarse quinto, aunque el final del segundo
stint le devolvía al séptimo puesto, esta vez detrás de los Toyota, que empezaban a dejar al descubierto los problemas de maniobrabilidad de los que habían dado síntomas.

Aún quedaba un duelo entre dos de los pilotos jóvenes con más talento del Campeonato del Mundo.
Vettel presionaba a Rosberg, pasándose y devolviéndose las pasadas, hasta que un error en la Curva 2 dejó el río revuelto para Kovalainen; situado tras Sebastian, el McLaren intentó pasar con un llamativo exterior en paralelo en la primera chicane, del que el Toro Rosso consiguió defenderse, demostrando el bajo estado de forma de Heikki frustrando otra tentativa.
En esta batalla se ha rodado al límite, más cerca que en ningún otro momento del Muro de los Campeones.

Los BMW marchaban tranquilos, paseandose hasta la victoria; un hecho relevante es que ninguno de los dos se acercó remotamente a la vuelta rápida de Räikkönen del principio de la carrera.
Más problemas tenían los otros pequeños ganadores: Coulthard y Trulli tenían serios problemas para mantener el coche por lo negro, con la complicación para Verdaderamente de tener encima a Massa. A pesar de todo Jarno consiguió defenderse del Rayo Rojo hasta que, al alcanzar a su compañero y encontrársele en la Curva 2, quedó bloqueado permitiendo una vez más aprovechar la oportunidad al Felipe Massa más atento de la temporada.

La bandera damero estaba de estreno para los BMW y Robert Kubica; el aplastante doblete reduce la importancia del brillante resultado de David Coulthard y otras llamativas sorpresas en la zona de puntos, como Toyota, Barrichello y Vettel, que en otras circunstancias habrían sido el titular del Gran Premio.

La conclusión más importante es que una vez más Mario Theissen se ha revelado como el hombre más capaz de este negocio.
BMW necesitaba un pequeño golpe de suerte para cubrir la pequeña distancia que le separa de McLaren y Ferrari, que se mantiene mínima gracias al trabajo y genialidad de Robert Kubica, un excelente piloto cuya primera victoria era simplemente cuestión de tiempo.
Todo ha funcionado a la perfección, algo que no es nuevo en BMW, e incluso sin la pequeña ayuda de Hamilton, Kubica podría haber ganado; su regularidad en carrera es asombrosa y el coche es fiable como pocos, el fruto de un duro trabajo a largo plazo: Theissen pronosticó la primera victoria en esta temporada, y que estarían disputando el Campeonato del Mundo en un año o dos ... Domenicalli y Dennis pueden echarse a temblar porque de momento Mario es imparable.

Ferrari salva la carrera gracias a la chispa de Felipe Massa, lo único bueno de la Scudería tras una
clasificación desastrosa. Las cosas funcionan mal últimamente en el equipo, pero es preocupante cuando no está a la altura de sus pilotos, especialmente si se trata de Massa; si el muro y el box siguen perdiendo carreras, la desmotivación puede convertirse en un serio problema.

En la situación opuesta está McLaren, que proporcionó un coche ganador a Kovalainen, un piloto que parece estar buscándose a sí mismo y que se ha quedado sin excusas para justificar el paupérrimo ritmo en Montreal - ser superado en dos segundos por vuelta por un coche con las mismas características debería ser una infamia para cualquiera - y su demostrable falta de concentración, que ha dejado en evidencia el doble adelantamiento de Massa, brillante por su parte pero atribuíble en gran medida a la ofuscación de Heikki.
Por otro lado, ya tocaba el cortocircuito de Hamilton, difícil de describir: inocente de no ver una luz roja, culpable de no darse cuenta del BMW y el Ferrari aparcados delante de él. Las ganas han nublado su juicio, como le ha ocurrido a Fernando Alonso, y la sanción de diez posiciones compartida con Rosberg es entre justa y corta, dada la importancia de los implicados en la vergonzosa maniobra.
Puede que hubiera perdido parte de sus opciones de victoria por el irregular pit stop, pero cometer un error tan clamoroso con todo a favor y, como mínimo, el podio en el bolsillo, es simplemente inaceptable.

Un detalle muy curioso se ha dado tras el momento clave, cuando Coulthard y Barrichello se han colocado líderes, seguidos de cerca por Jarno Trulli.
En lugar de un Mercedes CLK63 AMG, daba la impresión de que el Safety Car era un De Lorean.

Aunque en cierto modo Coulthard y Trulli se hayan encontrado con podio y puntos, respectivamente, el Gran Premio de Canadá había que acabarlo, nada fácil en un Red Bull y un Toyota que se estaban quedando sin frenos. Han aguantado perfectamente, y de hecho si no fuera por Glock, seguramente Jarno hubiera contenido a Massa. El equipo Toyota aún no parece estar perfectamente recuperado, al nivel de principio de temporada, pero este resultado es muy importante, más tratándose de un circuito tan duro, aunque este año no haya sido ni de lejos un desguace.
Los otros dos supervivientes merecen su reconocimiento: Vettel lo ha vuelto a conseguir, el muchacho es increíble y en el Gran Circo lo saben, y Barrichello ha obrado el milagro. Más allá de los puntos logrados, la imagen de Honda ha sido completamente distinta, Rubinho ha estado animado, ha plantado cara a los grandes y su resultado no ha sido simple oportunismo; su séptima posición es incluso un premio que se queda corto, pero es un buen comienzo para un coche que ha respondido como debía.


En la parte negativa Lewis Hamilton brilla con luz
propia, aunque su triste compañero Kovalainen no se queda lejos. A ellos, y por el mismo motivo, se unen Alonso y Rosberg, que han arruinado una oportunidad única por no calibrar bien los riesgos, algo en lo que El Nano es reincidente.
El accidente de Nico ha sido simplemente ridículo, por el mero hecho de que no se estaba jugando la victoria como Hamilton y se ha despistado mirando el McLaren; así que bastante más grave es que en una pista en la que se ha proclamado la falta de grip durante todo el Gran Premio, un Renault que no ha pisado el podio en toda la temporada intente adelantar sin ningún propósito a un coche puntualmente más lento. Fernando ha traspasado el límite de la competitividad sin ser consciente de hasta donde puede llegar, y aunque la locura y el riesgo sea la base de este espectáculo, también lo es la inteligencia; la consecuencia es que la distancia entre los pilotos Renault, novato y Campeón del Mundo, se acorta.

El incidentado, pero poco, Gran Premio de Canadá ha sido una carrera divertida, marcada por una retirada inocente que ha desencadenado un resultado esperado y un desarrollo entretenido.

Felicidades absolutas a BMW, Kubica, Heidfeld y, sobre todo, Mario Theissen, el genio detrás de este gran proyecto.

Nuevo toque de atención para Ferrari y una carcajeante reprimenda para Lewis Hamilton, falto de clases de seguridad vial.

Enhorabuena para David Coulthard, Rubens barrichello y su segunda juventud, así como para Toyota, que se vuelve a poner en marcha.

Quedan por delante cuatro carreras "apasionantes", rumbo a Magny-Cours.

7 comentarios:

Il Venturetto dijo...

"la distancia entre los pilotos Renault, novato y Campeón del Mundo, se acorta".

Es muy triste, pero con esta verdad acabas de perder un 50% de tus lectores. Nelsinho estuvo igual de difuso que siempre, pero Alonso, aun y cuando sacó el 110% del coche, no se ha comportado como un campeón. Además de cagarla al más puro estilo Mónaco 2004, cuando se fue a lo sucio en el túnel para doblar a Ralf, las declaraciones de "el equipo no me da el coche que necesito, la han cagado en la estrategia, nadie me quiere, tengo a todo el mundo en contra, mi perro se ha comido mis deberes" ya cansa.

Aparte de todos los elogios dichos de BMW, comparto plenamente los elogios a Toyota y a sus pilotos. Verdaderamente y Glock, caski sin frenos y luchando con Massa al final de la carrera, impecables.

PD: Buenísima la foto del adelantamiento de Massa.

J. ARCE dijo...

Yo no estoy de acuerdo en tu análisis sobre Alonso. Si no arriesgase diríamos que había perdido competitividad. La verdad es que no tiene nada que perder, va al límite y pasa lo que pasa. Donde sí estoy de acuerdo es en lo que decís de que ya empieza otra vez a quejarse de todo. Nada más salirse dijo que era la caja, después la estrategia. La estrategia la marca el equipo, sí, pero se supone que de acuerdo con el piloto, ¿no?

Chechu dijo...

"(...)no calibrar bien los riesgos, algo en lo que El Nano es reincidente.
El accidente de Nico ha sido simplemente ridículo, por el mero hecho de que no se estaba jugando la victoria como Hamilton y se ha despistado mirando el McLaren; así que bastante más grave es que en una pista en la que se ha proclamado la falta de grip durante todo el Gran Premio, un Renault que no ha pisado el podio en toda la temporada intente adelantar sin ningún propósito a un coche puntualmente más lento. Fernando ha traspasado el límite de la competitividad sin ser consciente de hasta donde puede llegar, y aunque la locura y el riesgo sea la base de este espectáculo, también lo es la inteligencia; la consecuencia es que la distancia entre los pilotos Renault, novato y Campeón del Mundo, se acorta ".

No has perdido un lector ni mucho menos, pero no coincido ni un ápice contigo en este párrafo. O sea, un bicampeón del mundo que ha demostrado varias veces ser un piloto que destaca por su inteligencia no peca de falta de inteligencia. Es casi normal que se impaciente con un coche así de malo cuando ha sido el campeón del mundo, pero atreverse a decir que la diferencia entre un novato (Piquet suele calificar 15º o peor) y un doble campeón del mundo (que queda cuarto en calificación, 11 puestos por delante del novato)es complicado de entender.
En cuanto a Hamilton, es superior a los pilotos de Ferrari y, aunque se relaje como lo está haciendo con errores tontos, seguramente acabará por ganar el Mundial. Raikkonen se muestra como un piloto sin ambición y Massa, pese a hacer un CARRERÓN, no parece tener el carácter ganador como para proclamarse campeón del mundo.


Te felicito, por otra parte, por las crónicas tan trabajadas que nos ofreces en tu blog.

Saludos ;)

David dijo...

Cálmense las masas.
Y yo que creía que tendría risas por la ocurrencia del safety Car.

Primero. No creo que pierda lectores, puesto que claramente escribo para aficionados: esa gente que no es consciente de que en realidad la Fórmula 1 es un deporte que inventó Fernando Alonso hace tres años.

Segundo. Repetiré una vez más mi visión sobre este espectáculo de dar vueltas a un circuito: los pilotos son un mal necesario, unos señores que son contratados para llevar por lo negro artefactos de alta tecnología creados por los mejores ingenieros.
Seguiré denunciando la asunción de esos riesgos estúpidos: cuando Alonso se cree capaz de adelantar a un buen piloto en un firme de carretera comarcal como cuando Räikkönen se pone a marcar vueltas rápidas cuando esta acabando la carrera están olvidando que no les pagan para eso.

Tercero. Fernando Alonso está dando síntomas clarísimos de padecer el Síndrome de Jacques Villeneuve.
Se veía venir, lo advertí y el tiempo me dará o quitará la razón.


He dicho.

Anónimo dijo...

Räikkönen sin ambición?, puede que esté fuera de forma pero, una vez se superaron los problemas de ampollas, hizo vueltas demoledoras.

De Alonso, una vez más, dando la nota fuera de la pista. Esa es la diferencia entre Kimi y Alonso, Kimi destaca en la pista y Alonso dentro de ella pero también fuera.

Creo que los BMW no están a la altura ni mucho menos. Canadá es un Gran Premio atípio donde los haya, como Mónaco. Y, conste, que yo veo a Hamilton muy centrado. Un error como ese lo tiene cualquiera.

El campeonato se pone interesante, tras siete u ocho años sin emociones (digo bien, siete u ocho años). Sobretodo, si BMW logra llegar a la estela de Ferrari en breve.

Toyota y Honda, desaparecidos en combate. El abuelo Coulthard, con peores tiempos que su compañero, ha sacado oro de una mina de carbón. Me alegro por Newey.

Por último, decir que no me ha gustado la crítica de Räikkö a Hamilton al respecto del accidente. Me recuerda a cuando Mika dejó de ser finlandés para pasar a ser un tanto arrogante en sus formas y maneras. O, dicho de otra forma, se occidentalizó.

Quede claro que, a pesar de considerarlo un tanto "chulete", es con diferencia un tipo con más personalidad que cualquier latino como Alonsito "bocas".

Anónimo dijo...

Hola, perdón por el restraso pero ya sabes que he estado un poco "liao"... Solo quiero hacer una puntualización, o dos. Por un lado, tienes toda la razón con lo de que los pilotos son un mal necesario, pero qué haríamos sin un puñado de niños millonarios jugando con sus juguetes, sería todo mucho mas aburrido salvo para los ingenieros. Por otro, la famosa excusa de los circuitos atípicos: si te pones a contar, entre los de peculiar meteorología, los dos (o tres si contamos Canada) circuitos urbanos, el gran premio nocturno y demas sandeces, ningún GP es típico y hay que saber ganar en todos para ser campeón. Lo de "es que este circuito es raro y no le va a mi coche..." me parece, pobre, la verdad.
Por último, no menos triste me parece (por FAlo) quejarse de las estrategias, el coche y la madre que le pario, o decir como ya empieza a decir, que lo mismo se va al acabar la temporada. Que pasa, vamos a cambiar de equipo hasta que se vuelva a dar la casualidad de que tenga el mejor coche, unos neumáticos pensados para su ilógico reparto de masa (por el "Renol" de entonces) y un compañero que mas que compañero es tu madre...

Bueno, que como ya he acabado los examenes y hasta las pocas notas, me altero facilmente y me da por polemizar.

Compañero, nos queda una cervecita pendiente. Ya sabes que estoy mas libre.

Cuidate, y nos vemos en Francia... buen sitio para volver a rajar de Briatore y su pu... mujer, queria decir mujer.

Anónimo dijo...

En efecto, las manos largas con el volante y la lengua corta...

Por cierto, que mañana tenemos a los primera división en la rueda de prensa y, pasado mañana, los de segunda, je je...

M Cours es un circuito Ferrari total.