14 noviembre 2008

Resumen - Campeonato del Mundo 2008

La palabra clave de la temporada ha sido imprevisible.
Este año lo extraño ha sido lo habitual, y rara ha sido la carrera sin cambios bruscos de tiempo, errores incomprensibles o incidentes de todo tipo - elevados de categoría al ser protagonizados por los equipos más importantes, siendo más propios del desahuciado Takuma Sato.
De hecho la desaparición del equipo Super Aguri durante la competición es una buena demostración de la locura que ha caracterizado al Gran Circo.

Victoria - Definitivamente Ron Dennis ha encontrado en Lewis Hamilton a su hombre después de un largo proceso, y el equipo se ha puesto a la altura.
El MP4-23 ha tenido un arranque lento, un poco por detrás de Ferrari, pero con la sucesión de Grandes Premios ha alcanzado su nivel máximo, aportando a Hamilton la
fiabilidad y regularidad fundamental para explotar su enorme talento. McLaren al completo ha trabajado al máximo de su rendimiento, con la llamativa excepción de Heikki Kovalainen, como el líder, como una máquina infalible; la gran prueba de la profesionalidad que ha apoyado a Hamilton desde el pitwall es la última comunicación de Martin Whitmarsh en Interlagos, sus nervios de acero al interpretar los tiempos y atar el título, indicándole que manteniendo el ritmo conseguiría los puntos suficientes.
Lewis simplemente ha sido el mejor piloto, ha asombrado con su habilidad, y lejos de apreciaciones subjetivas sus números son impactantes: segunda temporada, primer Campeonato del Mundo. Dos circuitos han sido la clave para certificar quién merecía el título: el emocionante final de Spa-Francorchamps, la disputadísima victoria sustraída por la FIA, dió la medida de la ambición de gran campeón con intenciones de leyenda; pero dónde realmente ganó el título fue en Monza, en una increíble remontada de 8 posiciones bajo la lluvia - en la que destacó el adelantamiento al poseedor del número 1 - que le supuso dos puntos fundamentales, afrontando con ganas un error que podría haberle hundido.
Ocho años después, Lewis Hamilton es el digno sucesor de Mika Häkkinen devolviendo la gloria a la estrella de tres puntas.


Novedades - Contra lo habitual, los cambios en el reglamento han cumplido su objetivo: las temidas restricciones mecánicas, ampliadas a las cajas de cambio para cuatro carreras, han contribuído a crear monoplazas con una altísima fiabilidad; y el remozado formato de clasificación ha eliminado prácticamente los tiempos muertos.
No se puede decir lo mismo de los nuevos circuitos: Valencia es un nuevo Hungaroring, un Mónaco sin clase, y de Singapur lo mejor que se puede decir es que es curioso ... basándo su atractivo en la nocturnidad y el evidente parecido con Neo-Tokyo.

Decepción - Es tentador pensar, al plantear que el mayor fracaso ha sido el de un novato que no ha cubierto las expectativas, que se trata de Nelsinho Piquet; pero hay un recién ascendido que ha encarnado la caída de un equipo.
Stefano Domenicali es un hombre de la casa para Ferrari, al que claramente le ha venido grande su puesto de director. La Scudería ha fallado en prácticamente todas sus divisiones, pero los errores desde el muro, como su responsabilidad sobre todos los demás, le convierten en el miembro más vilipendiado del Gran Circo.
El desarrollo de un coche tan fácilmente influenciable por el clima o algunos pit stops lamentables son problemas con los que debía lidiar y no ha podido; organizar a los mecánicos en las rutinas, controlar a un piloto completamente desmotivado como Räikkönen y trabajar la conducción en mojado de Massa sí eran funciones directas de Domenicali, que ni siquiera pudo cumplir con la básica: diseñar las estrategias.
La imagen de Ferrari en 2008 ha sido la de los siete enanitos cargados con la manguera por el pit lane de Singapur.

Futuro - Cuando en 2006 marcó el mejor tiempo en entrenamientos libres algunos pensaron: "este chaval algún día correrá en Fórmula 1".
Cuando en 2007 puntuó en su primera carrera bastantes pensaron: "este muchacho algún día ganará un Gran Premio".
Cuando en 2008 consiguió su primera victoria muchos pensaron: "este joven genio algún día será Campeón del Mundo".
Unos pocos descubrieron esto desde el principio, cuando un portento de 19 años se convirtió su aspecto de niño en el centro de atención del Gran Circo, colocando un Viernes a un BMW Sauber de la época por delante de todos los demás en su segunda participación como piloto probador. Uno de los tipos más listos de este negocio, Mario Theissen, había olido su talento, pero lo dejó escapar; que este sea el primer paso para su vuelta, o para alcanzar destinos más grandes, porque de haber tenido BMW más trasfondo histórico podría haber vivido una situación a la de Hamilton, y ambos podrían estar ofreciendo duelos legendarios que ojalá se den pronto.
El límite del niño prodigio está por descubrir, y de momento se ha convertido en el propietario de las marcas de precocidad sobre un Toro Rosso, equipo al que ha agradecido el mayor salto tecnológico de la temporada, la incorporación del STR3 en el Gran Premio de Mónaco, logrando más puntos que los dos pilotos del equipo oficial juntos; consagrado Vettel, la gran revelación de la temporada es, de hecho, el nuevo monoplaza.


Dudas - ¿El brillante final de temporada de Renault es un signo de progreso o una hipoteca de la próxima temporada?. ¿La victoria de Robert Kubica alterará el Meisterplan de Theissen y el F1.09 peleará por el Campeonato del Mundo?. ¿Saldrá Honda algún día del bache cada vez más profundo tecnología- patrocinadores?. ¿El notable comportamiento del Toyota en la segunda mitad de la temporada marca por fin el retorno de la enorme inversión?.

Despedida - Después de 15 años y 247 Grandes Premios se retira uno de los clásicos, un piloto de la vieja escuela, El Superhéroe David Coulthard.

En una temporada en la que se han dedicado a sacarle de la pista el mejor resultado de Red Bull ha sido suyo, un tercer puesto en Montreal, dónde supo aprovechar la mala relación de la Fórmula 1 con los semáforos (aunque en esta ocasión Ferrari fue víctima de Hamilton). Con muy poca presión, David se ha dedicado a disfrutar, saboreando sus últimos días de gloria en un Gran Circo que se vuelve a parecer un poco más a aquel en el que entró.
A la desaparición por problemas económicos de Super Aguri, sacando de la competición a El Huracán, se podría unir, precisamente, la del Gran Premio de Canadá, lo que sería una malísima noticia.

La carrera - El Gran Premio de Bélgica, como no podía ser de otra forma, ha sido la pista principal, el centro del espectáculo.
Un final cómo el de Spa-Francorcamps parece sacado de otra época - salvando las distancias recordaba al duelo Villeneuve-Arnoux - Hamilton tuvo que reponerse de un error, disciplina en la que es uno de los mejores, y necesito lluvia casi en el final de la carrera para cazar a Räikkönen; pocos momentos han sido más emocionantes que ver a Lewis volando, levantando una nube de agua, y a Kimi defendiéndose sobre los límites de la pista. Parecía que sólo existían los dos, que competían en otra categoría distinta, inalcanzable para todos los demás.
La aportación de esta carrera histórica, de las que hacen aficion, al Gran Circo ha sido enorme - y en última instancia dejó ver el infame trato habitual de la FIA de Mosley hacia McLaren - y a pesar del resultado oficial ha sido el paso decisivo de Hamilton, y la confirmación de que algo está cambiando en Fórmula 1.

Ciento cincuenta entradas atrás empezó esta travesía por el mayor espectáculo del mundo, y por tercera vez El Anaconda cierra una temporada del Campeonato del Mundo de Fórmula 1.
A pesar d
el horror vacui y la pereza de toda una tarde de Domingo recopilando información y escribiendo un análisis, me he divertido mucho esta temporada y me he sentido justamente recompensado con la incorporación de nuevos lectores y con el reconocimiento de la intensidad de este trabajo por parte de todos.

Muchas gracias por vuestro interés, El Anaconda se prepara para narrar la próxima temporada.

Atracamos en la Côte d'Azur.

02 noviembre 2008

Análisis - Interlagos 2008

Hay carreras con plateamientos aburridos, hay carreras con desarrollo monótono, pero cuando una situación previsible se da la vuelta repentinamente, esas son las carreras que se convierten en inolvidables.
La tormenta que ha descargado de golpe justo antes de empezar, y que ha obligado a retrasar diez minutos el arranque, parecía que iba a ser el único sobresalto al despejarse el resto del Gran Premio, centrando todas las tácticas sobre el momento de cambiar los neumáticos mixtos por lisos.

La salida ha incidido en este idea, muy tranquila en cabeza y con una sola estrella: Sebastian Vettel.
El STR3 ha hecho olvidar por un momento la lucha por el Campeonato del Mundo
lanzándose derecho a S de Senna, como un misil, superando fácilmente a Alonso y presionando a Kovalainen.
En principio parecía que Feyd-Rautha podría aguantar, pero al llegar la Curva do Sol, Sebastian ha asombrado apretando por el exterior, ganando la posición en la Recta Oposta al dejar muerto al
McLaren fuera de la trazada - circunstancia aprovechada con rapidez por El Nano, que se merendó a Heikki enfilando la Curva 4.

Por atrás, el único accidente corría por parte de dos
habituales, Piquet y Nakajima; en la mejor tradición de la temporada Nelsinho hizo un trompo en S de Senna que, de rebote, alcanzó a Coulthard - de sobra acostumbrado a ser sacado de pista - cerrando 15 años de historia en el Gran Circo.
La situación de los monoplazas forzó la salida del Safety Car, que frenó el arranque meteórico de Vettel cuando empezaba a meter miedo a Hamilton y permitió una extraña estrategia de Force India para dar un protagonismo inesperado a Fisichella.

En la reanudación dos ataques infructuosos demostraron como el talento puede suplir carencias de los monoplazas. Heikki y Fernando se pasaron mutuamente en las dos primeras curvas, con un patinazo final provocado por la agresividad del McLaren, que casi se queda sin asfalto; y Trulli se defendía perfectamente de Räikkönen, al que poco a poco iba frenando, permitiendo el acercamiento de Lewis al tercer puesto.
Con la única intervención de BMW, el adelantamiento de Heidfeld a Webber descubriendo el procedimiento óptimo - ganar el interior de la primera curva en lugar de pasar por potencia - llegó el final del corto primer stint, precipitado por la pista seca, con Massa muy adelantado en cabeza.

La ronda de repostajes la abrieron Vettel y Alonso calzando lisos, alterando el orden con la ventaja conseguida en sus vueltas con neumáticos óptimos para colocarse justo detrás del líder, Felipe.
A partir del tercer puesto Räikkönen, Fisichella, Trulli y Hamilton - todos con su parada realizada - y contra todo pronóstico, incluyendo al Force India, el más débil resultó ser Verdaderamente. Jarno se abrió demasiado en S de Senna dejando paso fácil a Lewis - que se dedicaba a pelear por mantener el coche en pista, como Massa - rematando con un trompo antes de abandonar la curva, problema aprovechado por Glock y Bourdais para colarse.
Copiándose una vez más, los aspirantes al título aumentaron su ritmo: el Ferrari marcó tres vueltas rápidas y el McLaren, liberado de Trulli, realizó un arriesgado adelantamiento a Físico, que fue capaz de mantenerse en paralelo en la recta principal frente al MP4-23.
A pesar de su reacción ni Massa era capaz de separarse de Vettel y Alonso, ni Hamilton podía evitar que Glock le cogiera y le disputara el quinto puesto.

Las últimas plazas de puntos sucumbían a la repentina venida abajo de uno de sus participantes, Trulli.
El mismo Jarno que había plantado cara a Iceman tenía una importante responsabilidad en la salida de pista de Bourdais peleando por la posición y fue incapaz de pasar a Fisichella, aún séptimo formando un trenecito. Gracias a la retención de tráfico Kovalainen culminó un doble adelantamiento en el final de la recta principal que le dejó séptimo.

Vettel inició la segunda tanda de repostajes, tan pronto que su estrategia a tres paradas quedó claramente definida, permitiendo a Felipe escapar acumulando nuevas vueltas rápidas hasta sacar cuatro segundos a Alonso.
Igual de tranquilo, con el Campeonato del Mundo virtualmente conquistado, Hamilton mantenía una cómoda ventaja sobre su perseguidor, nada menos que su inofensivo compañero a catorce segundos.
Los Honda reivindicaban algo de atención con el adelantamiento de Button a Barrichello, aunque de nuevo Vettel recuperaba protagonismo recortando vuelta a vuelta al líder, aunque evidentemente aún pendiente de un pit stop.

Tras la parada definitiva del Toro Rosso, que le envió del segundo puesto al quinto, su nueva víctima fue Hamilton, machacado con más de medio segundo por vuelta, ritmo similar al que Räikkönen aplicaba a Alonso.
En ambos casos los perseguidores alcanzaron a sus objetivos, aunque la emocionante sorpresa - lluvia en las últimas vueltas - intensificó el duelo de Lewis y Sebastian, y deshizo el otro.

Se anunciaba una tormenta creciente, y Heidfeld arriesgó con las primeras gotas y neumáticos mixtos.

La lucha de Vettel, en la que se coló Fisichella, se interrumpió momentáneamente para un pit stop simultáneo que mantuvo la distancia.
El único con valor para apostar fuerte fue Glock, manteniéndose en pista con ruedas de seco.
El orden se vió alterado por la improvisación, y las dudas de Ferrari, que hizo entrar tarde a Massa, casi cuando merecía la pena aguantar hasta el final, pudo ser definitivo. El Rayo Rojo mantuvo la primera posición gracias a la enorme ventaja, y Alonso, segundo, se vió en una situación parecida por la corta ambición de Renault cuando la situación aconsejaba jugársela. Entre Räikkönen y Hamilton se coló Timo, cuarto, convirtiendo a Vettel en una amenaza muy seria para McLaren.

A tres vueltas del final Lewis y Sebastian se encontraron con un grupo que el Toro Rosso no fue capaz de
aprovechar, pero que dejó acercarse a Kubica. El BMW sorprendió a ambos desdoblándose, aunque especialmente a Hamilton, que se quedó dormido y no vió al STR3 en la estela de Robert.
La lluvia se hacía más intensa, especialmente en el pitwall de McLaren, desde dónde veían como la osadía de Glock y Vettel, y la incapacidad de Hamilton para devolver la maniobra en condiciones cada vez peores les hacía perder el título por sólo tres vueltas.

La bandera damero recibió a Massa como ganador y en teoría vencedor final, hasta el último detalle impactante que frenó la fiesta en marcha en Ferrari: Glock acabó pagando su apuesta en la resbaladiza Subida dos Boxes, demasiado para sus neumáticos de seco, lugar en el que fue superado por Vettel y Hamilton, proclamado Campeón del Mundo al límite, casi sobre la línea de meta.

La conclusión del Gran Premio es que ha sido una de las pocas ocasiones de la temporada que los dos equipos punteros han dado lo que se esperaba de ellos y se lo han tomado muy en serio.
Cumplir los objetivos es el significado del resultado final: Massa ganador de la carrera y Hamilton Campeón del Mundo.
La aparición de la lluvia en el momento preciso ha sido la única que ha puesto realmente a prueba a las Flechas de Plata en una jornada en la que sus estrategias se deberían haber desarrollado sin intervención humana, y ha precipitado a la locura una carrera cómoda, aunque también ha sido la responsable de devolver casi todo a su lugar. Ha sido la única falta de los dos equipos, puesto que además del evidente paso atrás de Lewis al ser superado por Vettel - casi más por astucia que por mecánica - el muro de Ferrari ha estado a punto de liarla con la tardía entrada de Massa a por mixtos: dos vueltas antes hubiera sido lógico, en su momento casi ha sido conceder a Alonso la victoria.

Ferrari ha hecho una carrera intachable, en la que el tercer puesto de Räikkönen es atribuíble en gran parte a la variación táctica sobre la marcha - centrada sobre Massa - además de a su propia responsabilidad en no adelantar a El Nano.
Especialmente Felipe lo ha dado todo, superando incluso su bajo nivel en mojado, ofreciendo uno de esos Grandes Premios impecables que alterna con malas tardes: pole incontestable y victoria tranquila y regular, adornada con vuelta rápida.
Pero Ferrari no podía cerrar la temporada sin una metedura de pata más, una vez cruzada la bandera damero, celebrando por anticipado el título de la competición dónde se lucha al límite hasta el último metro.

El héroe de la jonada plantea una dicusión entre resultados y rendimiento, entre Alonso y Vettel.
El Nano quedó segundo, de nuevo aprovechando una oportunidad causada por agentes externos y beneficiado por el planteamiento de su nuevo rival directo, Toro Rosso. Pero una vez más: esas circunstancias son para todos, hay que saber sacarlas partidos y luego hay que estar ahí hasta el final. Da la impresión de que Fernando lo ha tenido muy fácil gracias a la decisión rápida de Renault, pero aguantar a Räikkönen en la recta final, cada vez con menos grip, es una auténtica hazaña.
La única falta del equipo, que realmente no se jugaba nada, es no haber apostado el segundo puesto manteniendo los lisos hasta el final por una victoria que estaba a mano.

La estrella en Interlagos, aún siendo sólo cuarto, ha sido sin duda alguna Sebastian Vettel, convertido en protagonista por la misma estrategia a tres paradas que le ha colocado delante y a la vez le ha complicado el final del Gran Premio.
El STR3 ha vuelto a volar y Gerhard Berger ha dado una importante lección sobre astucia
aprovechando la lluvia a su favor - con el aporte fundamental de la habilidad de Sebastian - hasta el punto que, de adelantarse la tormenta, se hubieran apuntado una nueva victoria.
Vettel ha sido el único rival de Massa y de Hamilton, el único que realmente los ha apretado cuando los ha tenido delante, con una regularidad y agresividad increíble en cualquier circunstancia - da la impresión de que le da igual que llueva, truene o nieve. Después de la primera parte luchando por la victoria, presionando al líder, llegó el momento de hundir a Hamilton con una inteligente jugada en la que se escondió detrás de Kubica para sacar tajada de la intención del McLaren de evitar problemas frente a la necesidad de no dejarse adelantar.
La acción decisiva del Gran Premio, que pudo ser de la temporada, recibió una corta recompensa con el cuarto puesto para el que más emoción puso sobre el asfalto de Interlagos.
Vettel ha vuelto a brillar por encima de todos, como un futuro Campeón del Mundo.

Aunque Kubica y BMW en general han decepcionado - si bien no se jugaban nada - ha podido ser decisivo por su aparición desdoblándose en las últimas vueltas, que ha precipitado los acontecimientos; no se sabe muy bien que esperar del grupo de Theissen una vez que han cumplido sus objetivos.
La otra caída en desgracia ha sido la de Toyota, con ritmo para mantenerse arriba, pero empujados por las circunstancias.
El principio Jarno parecía destinado al podio, con una defensa antológica frente a Räikkönen, pero ha sido caer posiciones y venirse abajo: el mismo monoplaza que plantó cara a un Ferrari era incapaz de adelantar a un Force India y retener a Kovalainen, sumiéndose en una actuación cada vez más gris.
Por parte de Glock el equipo lo tenía muy claro, y por sólo una vuelta no ha salido todo a la perfección: aguantar hasta el final sobre lisos era una apuesta evidente que increíblemente no han asumido otros pilotos que tenían tan poco que jugarse como Timo; de repente se ha visto cuarto, capaz de mantenerse como pudiera en pista, hasta que el río de la Subida dos Boxes le ha arrastrado hasta la sexta posición.
Evidentemente otra vuelta más le hubiera mandado a la cola del pelotón, pero jugársela era de libro y el resultado - sobre todo lo que ha podido ser - debería hacer pensar en pitwalls excesivamente cautos.


En cuanto a McLaren, épico final de carrera y de temporada.
Dennis desde el principio planteó el Gran Premio minimizando riesgos, opción que le ha podido dar un disgusto por lo inoportuno de las condiciones externas, lo único a lo que las Flechas de Plata temían. Descartado Kovalainen - puesto en evidencia por el ubicuo Vettel - Hamilton afrontó una vez más todo el trabajo sólo, bastante sencillo en esta ocasión.
Las cosas se hicieron bien, con la ambición regulada, y McLaren mantuvo la carrera y el título bajo control hasta que los elementos se aliaron con Ferrari. Quizá Lewis pudo hacer más frente a Vettel, aunque su error puntual fue el único en una carrera perfecta en la que la direción fue uno de sus principales enemigos, y pudo costarle el Campeonato del Mundo por la irrupción inesperada en los planes de Toyota.
En realidad el desarrollo resultó bastante aburrido, con el papel de todos muy claro, y sólo las tres últimas vueltas fueron las que aportaron una emoción difícil de manejar para dar a McLaren una victoria de las que son recordadas por siempre.

Lewis se comportó como un ganador, con las cosas claras; y la misma suerte que le puso contra las cuerdas le devolvió el premio a su regularidad, con un apunte de espectáculo en su necesario y arriesgado adelantamiento a Fisichella.
Parece increíble que la victoria en Interlagos no fuera la forma más épica de conseguir el Campeonato del Mundo.

Fin de fiesta, conclusión inmerecida para el histórico que deja el Gran Circo, El Superhéroe David Coulthard, un piloto de otro tiempo que ha tenido un final de éste: choque por detrás, camino de marca, por parte del peor con diferencia, Piquet.
David se marchó saludando pero triste, no por el accidente sino porque no podía ser de otra forma; uno de los grandes deja la Fórmula 1, una gloria que difícilmente podrá volver a saborear.

Gracias a Vettel por regalarnos una carrera muy emocionante.

Enhorabuena a Alonso por su segundo puesto y a Ferrari, por volver a encontrar, aunque tarde, el camino.

Muchísimas felicidades a Lewis Hamilton y McLaren, en especial a Ron Dennis, por el Campeonato del Mundo, confirmado en Interlagos de forma trepidante, pero conquistado en Spa y Monza.

Y un largo adiós para David Coulthard, al que debe mucho el Gran Circo ... mutuamente se echarán de menos.

El Anaconda atraca para actividades más lúdicas, hasta que los motores vuelvan a rugir en Albert Park.